El 10.10.2023 la Fundación MAPFRE premió el «Desarrollo de la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida» de Bomberos Madrid. Iniciativa relevante que ha tenido gran impacto social, en algunas de las actividades en las que Fundación MAPFRE desarrolla su compromiso con la sociedad.
Se valoraron los siguientes criterios para la selección: • Resultados efectivamente obtenidos. • Relevancia del proyecto realizado. • Sinergias con otras personas o instituciones. • Grado de innovación del proyecto o iniciativa presentada. • Efecto multiplicador, es decir, facilidad de extensión de la acción o proyecto a otras situaciones similares.
Objetivos de la Unidad ITS
El objetivo del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid es preservar las vidas humanas. Por ello, entre otras acciones, han puesto en marcha un servicio de prevención del suicidio para actuar en situaciones extremas. La unidad ITS utiliza un procedimiento de trabajo específico, adaptado y enfocado al salvamento de las personas a las que la desesperación las lleva a intentar quitarse la vida.
Los casos de suicidio o las tentativas están aumentando. Y ante esa realidad surge esta iniciativa, que es la única en el mundo puesta en marcha por un Servicio de Extinción de Incendios, que aborda de manera integral la metodología específica y la coordinación con otros servicios en el salvamento de personas en crisis suicida.
Cómo nació la Unidad
La Unidad nació de la falta de respuestas a todas las preguntas que se hacía este grupo de profesionales ante los suicidios: “¿Qué podríamos haber hecho como bomberos para tratar de revertir la situación previa al fatal desenlace, en caso de haber llegado a tiempo?”. En la búsqueda de explicaciones, con el propósito de entender la conducta suicida, y a lo largo de 10 años de funcionamiento de la experiencia, se han encontrado con muchos colectivos que compartían, en silencio, su mismo propósito, como,“por ejemplo, Papageno, Ubuntu, La Niña Amarilla, Despres del Suicidi y AFASIB, entidades a las que hemos decidido destinar el dinero íntegro de este premio como reconocimiento y agradecimiento a su labor de visibilización, acompañamiento y divulgación”.
El premio es importante, por varias razones:
1-Visibiliza y reconoce el importante trabajo que ha realizado el servicio de bomberos, al elaborar un protocolo de rescate para personas en crisis suicida, con el objetivo de que los sanitarios puedan atenderlas en un lugar seguro.
2️-Pone en valor el trabajo en equipo. Solo desde el trabajo en equipo multidisciplinar se presta la mejor atención posible a la persona que está sufriendo, que es el centro de la intervención.
3️-Da visibilidad a ese fenómeno terrible, complejo, multicausal y silenciado que es el suicidio. Para que las personas que sufren por su causa y allegadas, puedan recibir la mejor ayuda posible, desde todos los campos: emergencias, sistema de salud, social, educativo, legal, etc.
Agradecimientos
Gracias a la Fundación Mapfre por el premio. Gracias a todos los intervinientes de la Unidad Gracias también a las personas que sufren; vosotras nos enseñáis cada día. Lo que hacemos, lo hacemos por vosotras. Gracias, en especial, a Sergio Tubío Rey, por la coordinación y el impulso en esta Unidad de Intervención en Tentativas Suicidas (UnidadITS). Sin sus valores de humanidad, sensibilidad, perseverancia, interés por la mejora y formación constante, no se habría llegado hasta aquí.
A final de su intervención, Sergio leyó parte del poema ‘Hablemos del Suicidio’ que Lova Lois, una joven poeta y cantante vasca, escribió para Aidatu con motivo del reciente Día Mundial para la Prevención del Suicidio: “Hablemos de suicidio, seamos luz con nuestras sombras, hablemos de suicidio, seamos luz.” (De la cantautora Lova Lois)
Enhorabuena a la Unidad de Intervención en Tentativas Suicidas de Bomberos de Madrid y muy agradecidos por vuestra donación a Papageno, Ubuntu y el resto de asociaciones que colaboramos en la prevención con escasos medios, pero convencidos de que merece la pena hacerlo. Aquí un reportaje de la labor de los Bomberos de Madrid
Propuesta de protocolo de prevención de la conducta suicida adolescente en entorno escolar. Trabajo Fin de Grado de Ana Isabel Moreno. Resume la evidencia del suicidio y prevención en el ámbito escolar. Incluye cuadro con los planes de prevención de las consejerías de sanidad y los protocolos escolares que promueven 10 consejerías de educación.
Algunas conclusiones del trabajo:
Todas las consejerías de sanidad y algunas consejerías de educación y otros organismos autonómicos y locales están realizando el esfuerzo de implementar medidas específicas, a pesar de no tener un marco o Ley de actuación estructural estatal.
En muchas de las guías autonómicas existen lagunas y discrepancias sobre el tratamiento de la información de los estudiantes en riesgo en términos de confidencialidad o seguridad de los datos. Sería muy pertinente contar con indicaciones estatales clarificadoras con expertos en materia de protección de datos y especialistas en prevención de suicidio.
Dado que hay evidencia de disminución de comportamiento suicida escolar con intervenciones multinivel, sería deseable que en un futuro el sector educativo esté concienciado y en disposición de implementar programas de formación de estudiantes guardianes, psicoeducación y promoción de la salud mental del alumnado y otras medidas citadas en el trabajo, que involucran a toda la comunidad educativa.
La evidencia científica pone en tela de juicio la validez científica de muchas de las categorías de factores de riesgo que se están utilizando actualmente. Se trata de factores débiles e inespecíficos que podrían estar presentes en cualquier persona sin un riesgo elevado de cometer suicidio.
El suicidio se vincula directamente con la salud mental, que a su vez forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: Salud y Bienestar. El indicador 3.4.2 evalúa las tasas de suicidio.
Esta investigación cualitativa, analiza distintos mecanismos, sistemas y medidas existentes en lo que a prevención del suicidio se refiere. Comparte la necesidad de hacer un abordaje integral donde factores sociales, psicológicos, culturales y de otras índoles se sometan a revisión.
El trabajo se estructura partiendo desde una mirada internacional, con la revisión de planes y estrategias de prevención del suicidio, para después aproximarse al caso español. Recoge las conclusiones de 16 entrevistas a profesionales que trabajan en los ámbitos sanitarios, educativos y periodísticos y 27 encuestas a antiguos alumnos de diferentes provincias de medicina, psicología, enfermería, trabajo y educación social, periodismo y comunicación.
Muestra la cronología de importantes recomendaciones de las Naciones Unidas, a través de la Organización Mundial de la Salud para la formulación y la implementación de estrategias nacionales (UN, 1996). El escrito enfatizaba la necesidad de la colaboración intersectorial, los enfoques multidisciplinarios, las continuas evaluaciones y revisiones, y también se identificaron elementos clave como medios necesarios para aumentar la eficacia de las estrategias de prevención del suicidio.
Numera las principales recomendaciones y sus líneas de actuación para la prevención del suicidio: información, sensibilización social, capacitación de profesionales, refuerzo de recursos, investigación, políticas públicas apropiadas y educación adaptada al momento vital.
Incluye información de documentos/estrategias de más de 40 países.
Carine Nonnast, (Lorca, 2000) ha realizado un trabajo de diseño para favorecer la reflexión del público joven sobre sus mayores dificultades de salud mental y les invita a recapacitar sobre el suicidio, como una salida desproporcionada ante el sufrimiento. El objetivo es provocar un efecto de prevención, a través de la naturalización de los problemas mentales, que no de su normalización, para afirmar que la vida merece la pena. Se enfoca en la lucha y la esperanza, pues “la detección y el tratamiento temprano son importantes para lograr una recuperación total”. Carinne colabora ahora con su trabajo en la red Instagram de Papageno, dirigiéndose a satisfacer la demanda de clientes potenciales.
En la elección de este tema para realizar su Trabajo de Fin de Grado, ha influido la atracción genuina que tiene hacia las causas humanitarias y la abundancia de casos que ha conocido a través de las difíciles circunstancias sociales que atraviesa nuestro país, que desde marzo de 2020 son más pronunciadas y han hecho imposible esconder la inseguridad, confusión, pobreza y sufrimiento que han causado.
Su pregunta de investigación se centra en ayudar a la prevención del suicidio desde el diseño gráfico y se determina a 3 objetivos: concienciar a los jóvenes para que cuiden su salud mental, contribuir a disminuir el tabú sobre los trastornos mentales y modernizar el estilo gráfico utilizado por las organizaciones humanitarias en las campañas relacionadas. Cuenta con la herramienta de su propia juventud para entender estos problemas y el estado de la cuestión. Y aunque recibió recomendaciones para abandonarlo por su complejidad, ha respondido desde su responsabilidad, insistiendo en realizar este proyecto; porque ante el suicidio, todos podemos ser agentes de cambio.
Con su capacidad de trabajo ha llegado a profundizar en la identidad corporativa y las materias que ocupan los fines de la Asociación Papageno. Demuestra gran responsabilidad, creatividad e iniciativa, y destaca su dedicación en la preparación de los materiales.
Expone que: “Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sintió la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar. Pues del tabú sobre estos problemas, se está pasando a tratarlo en comentarios normalizados”
“Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sentí la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar, pues del tabú sobre esos problemas, que los ocultaba, se está pasando a una época rodeada de comentarios normalizados”
En este vídeo presenta su trabajo de diseño, enfocado a prevención del suicidio
Un ejemplo más de su intuición y humanidad, es el documental “Olvide no quererte”, reconocido con premios a mejor corto documental y del público, en el festival de cortometrajes ESNE FeelMotion de 2020 y el premio Neuronita de Plata, en el festival Memorables Film Festival, del certamen de cortometrajes sobre el Alzheimer. En 7 minutos expone la historia de amor de sus abuelos con 92 y 95 años, en la que, un documental sobre la pareja que, después de superar los 60 años juntos, se enfrenta a la crueldad del Alzheimer.
En cuanto a la noticia publicada por el diario ‘Redacción Médica‘, con el título«Sanidad ve ‘innecesario’ crear un plan específico para reducir el suicidio», y donde se atribuye a fuentes ministeriales que se «considera suficiente con incluir un apartado con objetivos dentro de la Estrategia de Salud Mental«, desde la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención de la Conducta Suicida «Papageno», La Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido «Ubuntu» y la Asociación «Ángeles de Azul y Verde» y la Asociación Vasca de Suicidología «Aidatu», la Asociación «Psicología Abierta en Acción CLM» de Castilla-La Mancha, el Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares (COPIB),
MANIFESTAMOS
Nuestro estupor ante semejante declaración, claramente contradictoria con las medidas anunciadas y el aparente interés mostrado para dar respuesta al problema. España necesita de un plan nacional de prevención del suicidio con entidad propia y medidas claras y consensuadas. Dicho plan debe especificar los presupuestos y recursos para implementar las medidas necesarias para su control y no promesas o medidas estéticas.
Nuestra enorme preocupación por la situación caóticaen la prevención del suicidio. En un país como España, con una sanidad pública envidiada en otros países, cada Comunidad Autónoma ha optado por caminos diferentes para el abordaje del suicidio. Este hecho produce las consiguientes disparidades de derechos entre ciudadanos que compartimos un mismo territorio. A este caos se suman las diferentes iniciativas que desde administraciones locales, el entorno educativo o laboral y desde diferentes instituciones se están dando sin ningún documento o guía que determine las líneas a seguir.
Nuestra necesidad de señalar la contradicción entre las declaraciones y medidas anunciadas con la falta de interés de coordinar las acciones evitando que el suicidio se diluya en el complejo marco de un plan de salud mental más general. El interés creciente de apoyo a medidas para combatir el suicidio y para hablar de salud mental señalado a través de las manifestaciones de diferentes figuras de diferentes partidos políticos y desde el Gobierno resulta contradictorio con la falta de puesta en marcha de recursos. Estos son pobres, lentos y en algunos casos incluso generan más problemas que soluciones.
Nuestra preocupación de que las medidas largamente anunciadas de forma repetitiva estén vacías de contenido y sean meras medidas estéticas cuyo objetivo sea solo favorecer la falsa idea de que se están «haciendo cosas», cuando realmente solo se está «dando barniz a una estructura deficitaria históricamente.» Se sigue sin dar respuesta a los problemas reales de salud mental y sobre conducta suicida en nuestro país.
El riesgo que supone crear expectativascomo la puesta en marcha en el futuro de la línea 024 de prevención contra el suicidio, sin advertir a la población que está solo en fase de proyecto y no en funcionamiento. No se ha establecido ninguna medida intermedia que avise de este hecho. Al estar el teléfono inactivo y no haber quedado claro el mensaje, las llamadas acaban siendo derivadas a otros servicios de asociaciones no gubernamentales como la nuestra, que muchas veces son desbordadas o, peor aún, dejan a las personas que demandan ayuda sin ninguna respuesta y en la más triste desolación.
La falta de coordinación y de información que hay en general sobre las medidas que se implantarán. Se lleva esperando demasiado tiempo mientras continúa agravándose el problema.
Y por todo lo anterior,
DECLARA
Nuestra repulsa por el uso y la instrumentalización del problema y abordaje de la salud mental y de la conducta suicidacon fines que estén más allá de la búsqueda de soluciones integrales a un problema que sigue siendo la primera causa de mortalidad externa en España y que arrojó un registro de 3.941 personas fallecidas por esta causa en 2020, la cifra histórica más elevada desde que existen registros.
Nuestra preocupación por la lenta y tibia respuesta del Gobierno a la demanda social de mejorar los recursos de salud mental y de dar respuesta al problema del suicidio en España.
Nuestra petición a todos los partidos políticos que desarrollan su actividad desde los diferentes niveles de la administración o desde la oposición para que exista consenso para darle solución a este grave problema de salud pública y social.
Nuestro compromiso como asociación a no permitir de ninguna forma que se siga mirando a otro lado o convertirnos en meros dispensadores de servicios por la dejación de funciones de las diferentes instituciones.
Nuestro llamamiento a la protesta colectiva y constructiva que situé el suicidio como problema en las agendas políticas y de la administración y que les recuerde su responsabilidad si no en su génesis, sí en buscar soluciones integrales teniendo en cuenta las demandas históricas de todos los colectivos implicados en la salud mental y el suicidio.
Daniel J. López Vega es psicólogo general sanitario. Ha trabajado en salud pública en los últimos 25 años y tiene experiencia en el desarrollo y dirección de estrategias y planes integrales. También participa como responsable del grupo de Psicología y Conducta Suicida del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental (COPAO).
Actualmente trabaja como asesor técnico de salud en el ámbito público lo que complementa en el ámbito privado con la coordinación de papageno.es. Esta plataforma profesional de prevención del suicidio, independiente y de naturaleza no lucrativa, cuenta con 32 profesionales colaboradores y 14 asociaciones adheridas.
Papageno.es cuenta con un servicio de asesoramiento por WhatsApp. Si necesitas alguna ayuda puedes escribirnos al 633 169 129 o al correo electrónico prevencion@papageno.es
Los planes de prevención del suicidio
A estas alturas de la película quizás no sea necesario recordar la importancia de que los gobiernos se involucren en la prevención de la conducta suicida. Ni siquiera en España, que no cuenta con un plan de prevención del suicidio, incluso siendo el suicidio la primera causa de mortalidad externa de nuestro país. El suicidio es un problema de salud pública complejo, multicausal y prevenible que requiere una respuesta contundente de toda la sociedad en su conjunto. Y esto requiere una dirección clara marcada por las instituciones sanitarias.
En consecuencia, no vendría mal recordar la recomendación de la OMS sobre la creación de planes de prevención del suicidio. Estos suponen una forma de sistematizar la respuesta de un país antes este fenómeno. Según este organismo internacional:
«…una estrategia nacional indica un compromiso claro de un gobierno con el establecimiento de prioridades y el tratamiento del problema del suicidio. También proporciona liderazgo y orientación con respecto a las principales actividades de prevención del suicidio basadas en datos científicos y a lo que debe priorizarse. Una estrategia permite la identificación transparente de los interesados directos responsables de tareas específicas y describe maneras de coordinarse estos eficazmente entre sí«.
OMS
Por suerte, y gracias al trabajo de muchas personas anónimas, el movimiento asociativo, y algunos periodistas y políticos, en los últimos tiempos estamos asistiendo a una mayor conciencia social sobre el suicidio. Esto ha provocado un mayor interés por su aparición en la agenda de nuestros políticos y un tratamiento (más responsable) en los medios de comunicación. En esta época convulsa en la política española, con el desmembramiento del bipartidismo, hay decisiones que no pueden esperar.
Y es que la creación de un Plan Nacional de Prevención del Suicidio en España es ya una asignatura pendiente.
Desde hace años han existido iniciativas claras en este sentido. En una jornada reivindicativa, el entonces diputado de UPN, Íñigo Alli, subrayó que la prevención del suicidio era una «cuestión de Estado». Aquella jornada no contó con la presencia del ministerio, que si intervino en ocasiones anteriores aunque sin que se llevaran a cabo iniciativas para el control del suicidio de forma efectiva.
Por ejemplo, la Exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, lo hizo en una jornada organizada por la Confederación Salud Mental España. En ella realizó una declaración contundente:
«Hablando del suicidio se podría ayudar a eliminar los estigmas de la enfermedad mental y acabar con el problema oculto».
María Luisa Carcedo
También anunció la creación de un teléfono de atención a personas en riesgo que supuestamente empezaría a funcionar alrededor de los dos meses siguientes, pero que nunca llegó a materializarse (¡Maldita hemeroteca!).
Su antecesora en el cargo, Carmen Montón presentaba en 2017, el I Plan de Prevención del Suicidio y Manejo de la Conducta Suicida en la Comunidad Valenciana durante su etapa como consejera de Sanidad de la Generalitat Valenciana. En 2018, antes de su dimisión repentina, declaraba ante un medio de comunicación el compromiso de impulsar una Estrategia Nacional de Salud Mental y un plan integral de prevención del suicidio y de manejo de la conducta suicida. No llegó a materializarse (¡Maldita hemeroteca!).
No podemos perder otra oportunidad. La accidentada llegada del nuevo gobierno debe ser una oportunidad para desarrollar el Plan Nacional de Prevención del Suicidio de una vez por toda. Este debe marcar las líneas estratégicas nacionales para controlar las muertes por suicidio.
En principio, parecen no haberse olvidado del tema. En el documento COALICIÓN PROGRESISTA: Un nuevo acuerdo para España, suscrito por PSOE y Unidad-Podemos, aparece una escueta mención al suicidio y su prevención:
«Prestaremos especial atención, en colaboración con las comunidades autónomas, al diseño y desarrollo de una estrategia de prevención de la conducta suicida, que incluya un protocolo especial de actuación y que prevea la puesta en marcha de un teléfono de atención público, entre otras medidas.»
PSOE-UNIDAS PODEMOS
Ojalá este exiguo texto sea el preludio de la puesta en marcha de estrategias efectivas de prevención del suicidio, más allá de anuncios rimbombantes. Deseamos creernos que esta vez si será. Los políticos jamás deben gobernar un país ajenos a los problemas acuciantes de la población. Por el contrario, deben afrontar con diligencia las necesidades manifiestas, máxime cuando hablamos del suicidio, responsable de 3.539 muertes registradas durante 2018.
¿Prevención del suicidio en el plan de salud mental o plan nacional de prevención del suicidio?
Desde papageno.es, entendemos que incluir la prevención del suicidio exclusivamente en las estrategias de salud mental puede diluir la importancia del problema. La primera causa de mortalidad externa en España requiere de estrategias concretas que ayuden a su control. Experiencias similares como la de la prevención de accidentes de tráfico, han dado resultados muy positivos. Un tratamiento diferente entre las víctimas de accidentes de tráfico y los fallecidos por suicidio, señalaría de nuevo el estigma alrededor de esta conducta. El suicidio es un problema de salud pública y no moral y necesita de un plan exclusivo.
Atención de colectivos vulnerables
Cualquier Plan Nacional de Prevención del Suicidio debe contemplar los colectivos de riesgo o que presentan mayor vulnerabilidad a la aparición de conductas suicidas. Aunque no es el objetivo de esta entrada en el blog y solo nombremos algunos de dichos colectivos, no deseamos dejar pasar la oportunidad de señalar algunos.
Las profesiones de primera línea de emergencias, y particularmente los cuerpos policiales y la Guardia Civil son colectivos de riesgo para la conducta suicida. A la accesibilidad a métodos letales (armas de fuego), se unen otras muchas condiciones que hacen que puedan presentarse mayores tasas que en la población general. La creación del Plan Nacional de Prevención del Suicidio debe ir en paralelo de la modernización de los planes de estos cuerpos para ser actualizados en sintonía (como el de la Guardia Civil) o impulsar la puesta en marcha de los que están previsto que salgan (como el del Cuerpo Nacional de Policía), o de nuevas estrategias para cuerpos de policía autonómica o local.
No es un tema nuevo, las asociaciones profesionales y sindicatos han mostrado una especial sensibilidad sobre la muerte por suicidio dentro de los cuerpos policiales. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), por ejemplo, ha trabajado durante años para sensibilizar sobre este problema, y contribuyó a que entrara de lleno en el calendario político. Otras muchas asociaciones y sindicatos han estado ahí señalando ese problema, lo que ha contribuido a la creación de varias asociaciones e iniciativas concretas como ViveCNP una experiencia pionera en España, u otras iniciativas como Ángeles de Azul y Verde que llevan años trabajando en el tema desde su creación. El exdiputado español J. Antonio Delgado Ramos, guardia civil, ayudó a colocar este tema en el candelero, en un intento de mejorar la atención sobre la situación laboral dentro de este cuerpo policial.
Y no es el único colectivo afectado. Los profesionales de la medicina, enfermería, veterinaria, farmacia y otros colectivos laborales han mostrado una mayor predisposición a la aparición de este tipo de conductas que afecta al número de fallecimientos. El entorno laboral no debe ser olvidado de ninguna forma en las estrategias de prevención de la conducta suicida.
Además, y a pesar de que el suicidio es una causa de mortalidad que castiga a todos los colectivos independientemente del nivel socioeconómico y otras variables, también se ha estudiado la aparición de mayores tasas en minorías (como el colectivo LGTBIQ) o personas en riesgo de exclusión social (personas privadas de libertad , personas sin hogar…).
El suicidio es un problema de salud pública con claras desigualdades sociales que deben ser atendidas para reducir su impacto. El suicidio no es un problema meramente personal, es una manifestación de una cultura y un escenario socioeconómico concreto.
Formación de profesionales sanitarios
En un eventual plan nacional, una estrategia vital sería la instauración de un plan de formación adecuada de profesionales. Esta estrategia de formación debe ser ambiciosa, sistemática y progresiva para combatir los mitos y el estigma que también afecta a los profesionales. Además debe dotarles de herramientas de prevención en los diferentes niveles de atención.
Un colectivo esencial en este sentido, son los profesionales de atención primaria, como primera puerta al sistema sanitario y cuyo rol en la detección precoz del problema puede suponer disminuir el número de fallecimientos por esta causa.
Otros profesionales involucrados en el control del suicidio como psicólogos, psiquiatras, periodistas, trabajadores sociales, educadores sociales, farmacéuticos, criminólogos…. son también pilares en la reducción de fallecimientos por esta causa. La participación de sus Colegios Profesionales es necesaria en todas las fases tanto de creación como de implementación de estrategias preventivas.
El papel de las escuelas en prevención del suicidio
La escuela es, como siempre, uno de los escenarios más importantes de carácter preventivo. En este sentido, no es solo un lugar importante para el aprendizaje de habilidades académicas o de transmisión de conocimiento, sino de valores y habilidades para la vida.
La prevención en el entorno escolar y centros educativos no es un aspecto accesorio, sino central. Las estrategias en otros planes de salud, cometen un error básico poniendo la asistencia como punto central. La asistencia a personas en riesgo tiene un carácter obligatorio porque «salva vidas» y es totalmente necesario. Sin embargo, los mayores impactos en reducir las tasas de suicidio tienen que ver con estrategias preventivas y de marketing social relacionadas con la salud mental que pueden y deben ser implementadas en centros educativos y a nivel comunitario.
Teléfono de atención a personas en riesgo de suicidio
Los teléfonos de atención sobre suicidio son instrumentos muy útiles para la prevención. Actualmente, y en ausencia de un teléfono de carácter público, existen asociaciones privadas como el Teléfono de la Esperanza que históricamente han realizado una labor socialmente impagable, junto a otras de nuevo cuño como el Teléfono del Suicidio de la Asociación la Barandilla en Madrid.
La creación de una línea a nivel estatal es un buena medida, pero claramente insuficiente. A pesar de su utilidad, no debemos correr el riesgo de convertirlo en una medida efectista que busque la ilusión de control más que un impacto real. Los teléfonos son complementos de otro tipo de asistencia cuando esta se hace complicada o imposible, un eslabón de una cadena que debe contemplar otras muchas medidas.
Supervivientes, las víctimas olvidadas
Por último, pero no menos importante, trabajar sobre el control del suicidio pasa por tener en cuenta que cada muerte por suicidio deja otras víctimas que verán como la muerte impacta en sus vidas con un duelo doloroso y complicado.
Los supervivientes y sus asociaciones son un colectivo que debe participar en todas las fases del proceso de creación del Plan Nacional de Prevención del Suicidio. La postvención forma parte de la prevención ya que este colectivo no solo es un colectivo de riesgo para el suicidio, sino que pueden presentar secuelas que requieren de la atención necesaria para mitigar las consecuencias negativas.
El papel del asociacionismo
El compromiso social de las asociaciones que han ido creándose alrededor de este tema candente de salud pública, puede ser verificado por sus acciones y los valores que estas trasmiten.
Su importancia en el desarrollo de estrategias es claro, pero de ningún modo pueden delegarse la responsabilidad de la prevención del suicidio en entidades no gubernamentales que tienen objetivos muy diferentes, de apoyo y de reivindicación. De ninguna forma su labor debe sustituir a profesionales debidamente cualificados ni al sistema sanitario público ni a otros estamentos que no pueden obviar su responsabilidad sobre el tema.
La prevención del suicidio requiere de un esfuerzo de la sociedad en su conjunto donde cada uno tenga definido claramente el papel y los límites en sus funciones.
Ahora que ya existe, por fin, un nuevo gobierno, le conminamos a seguir trabajando en el tema de mano de todos los colectivos involucrados para que la creación del esperado Plan Nacional de Prevención del Suicidio en España sea una realidad.
Artículo realizado por Rogelio González Weiss (Colaborador de papageno.es)
Value of a Statistical Life (VSL)
Al hilo de otra publicación en el blog de Papageno, Sonsoles Rivera Pascual (otra colaboradora papagénica) reflexionaba sobre el Value of a Statistical Life (VSL). Con este método se podría cuantificar el costo de cada muerte por suicidio, o lo que en un lenguaje fácilmente entendible, podría suponer cada muerte por suicidio no evitada: ¡En Euros!
Me aventuro a traer aquí algunos datos y hacer algunas comparaciones que nos inviten a pensar sobre el costo de cada muerte por suicidio. Previamente señalamos lo repugnante de asociar “vida humana” con “costes económicos”. Además destacamos que la metodología de los “evaluadores” no es unánime, ni fácil, ni realmente pretenden poner “precio” a un ser humano.
Aparte del ámbito estrictamente académico (principalmente economistas y sociólogos), el concepto VSL resulta muy interesante para determinados sectores empresariales. Valga el ejemplo de las compañías aseguradoras, preocupadas por sus afinados balances de primas/indemnizaciones. Este sector ha desarrollado avanzadísimos métodos para cuantificar cuanto estaríamos dispuestos a pagar por cubrir determinado riesgo, más allá de los “costes/beneficios”.
El precedente de la siniestrabilidad de tráfico.
El costo de una muerte.
Más interesantes nos deben parecer los estudios que pretenden mostrar en dólares, para un país, el coste “fáctico”, directo y mesurable de un fallecimiento. Por ejemplo, los que resultan de un accidente de circulación.
Pero los que realmente nos pueden aportar alguna luz (y animar una sonrisa en nuestros lectores/as) son aquellos que buscan calcular cuanto costaría disminuir en una determinada proporción un determinado riesgo de muerte.
Un ejemplo sería el que resultaría tras reducir un 10% el número de fumadores en una región. Algo que podría parecer abstracto o difícil de calcular, se hace con más frecuencia (y ciencia) de lo que parece. Un estudio llegó a establecer que el coste de mortalidad asociado a un paquete de cigarrillos era de 78€ para los hombres.
Hagámoslo fácil, abandonemos la ciencia y calculemos por nosotros mismos. Podemos estimar que si un dia salimos de fiesta y tenemos que llevar el coche, la decisión del conductor “no tomar alcohol” es gratis. Esa opción podría evitar además varias muertes, entre ellas la nuestra. Por otro lado, pensemos que si al regreso, nos tropezamos con un control de alcoholemia de la Guardia Civil, gracias a esa iniciativa nos ahorraremos además los 500€ de la MMG (Multa Mínima Garantizada).
No se queda aquí la cuestión, pongámonos nuevamente a hacer nuestro propio y particularísimo (pero muy serio) cálculo. Y esto sin tener que hacer una encuesta, manejar datos sobre salarios o población ni usar un programa de estadística.
Consideremos un tramo de una carretera que se ha identificado como “punto negro” en base al elevado número de accidentes (y/o muertes) reportados durante un periodo de tiempo. Imaginemos que las autoridades acometen una reforma del trazado que mejore la seguridad del tramo. Si a continuación hacemos un seguimiento de la nueva siniestralidad podemos establecer en base a la inversión hecha y a la variación de la incidencia de accidentes/fallecidos, cual ha sido el “coste preventivo” en euros de esa intervención concreta y balancearlo con el “coste evitado” en término de vidas humanas.
Si quisiéramos proponerlo en “costes económicos evitados” ya si tendremos que sacar la vena matemática. Podremos usar, por ejemplo, valoraciones desde el punto de vista de “salarios brutos dejados de percibir” por los que habrían fallecido sin la mejora, “daños materiales y reparaciones” evitadas o “gastos sanitarios” que no han sido necesarios gracias a las obras. (Ahora si espero una franca y abierta sonrisa).
La importancia de la prevención.
Si a los ejemplos anteriores le añadimos que, muchas de las actuaciones preventivas en el pasado resultaron ser gratis (o muy baratas) y supusieron una considerable mejora de las estadísticas de fallecidos por accidentes de circulación, quizás, quienes estamos preocupados por la falta de interés de nuestros políticos por los suicidios, acabemos torciendo el gesto y perdamos la sonrisa que amagamos en el párrafo anterior.
Cuando hace años las administraciones públicas españolas tomaron conciencia del enorme coste humano (y económico) de los accidentes de circulación, se comprobó que era mucha la información existente alrededor de los accidentes. Dicha información era básicamente derivada por las detalladas estadísticas que recopiló durante años la Guardia Civil de Tráfico.
En ellas se recogían no solo las referentes al parque automovilístico, número de conductores, accidentes, fallecidos, heridos o daños materiales, sino que se complementaban también con elementos tales como la causa principal y secundarias del accidente, los lugares de mayor incidencia, factores influyentes en la gravedad del mismo, etc. Por si pareciera poco, reflejaban además todas las circunstancias externas que intervenían en el mismo: si concurría infracción en la conducción, condiciones ambientales, hora del día o día de la semana, tipo de vía, tipo de vehículos, … (Ej de información estadística pública de la DGT).
Con esa información objetiva y sistematizada era “fácil” establecer políticas preventivas y se abordó el problema desde sus “causas”:
Concienciación por la seguridad con agresivas campañas publicitarias en TV.
Intervenciones en los centros educativos.
Normas más restrictivas (como el uso obligatorio de cinturones de seguridad o la tipificación como delito de la conducción bajo influencia de alcohol o drogas).
Requisitos de sistemas activos y pasivos de seguridad para los fabricantes de automóviles.
Mayor vigilancia en carretera.
Controles periódicos de vehículos.
Reconocimientos médicos a los conductores
Auge de los cinemómetros o los alcoholímetros.
Modernización del parque automovilístico.
Mejora de las carreteras.
Ni la complejidad del fenómeno, ni la multicausalidad, ni la diversidad de estamentos, ni la inversión o el tiempo necesario para obtener resultados, impidieron que se convirtiera en un objetivo prioritario para diferentes Gobiernos. Así se redujo considerablemente aquella enorme pérdida de vidas.
Actualmente, dependiente de la DGT existe un departamento permanente de investigación e intervención de la siniestrabilidad, que cuenta con planes de investigación que son públicos y que cuentan con saneados presupuestos.
Me permito señalar que desde 2013 se ha producido un frenazo en la casi invariable disminución de víctimas mortales por accidentes de carretera que se inició a finales de los 80. Es fácil entender el porqué, si nos fijamos en la disminución del número de agentes encargados de la vigilancia de tráfico, al menor gasto de las familias en la renovación del turismo/gastos en taller y a la falta de mantenimiento/inversión en infraestructuras viales en estos años de “crisis”.
Comparación de Fallecidos en España por suicidio y accidentes de tráfico 1980-2017
¿Qué impide por tanto que abordemos el problema del suicidio como se hizo hace 30 años con los accidentes de tráfico?
Como es obvio, en primer lugar faltaría que los ciudadanos tomaran conciencia de la gravedad del problema en términos de vidas humanas (olvidemos aquí el VSL, por favor)
En España el suicidio es la primera causa de muerte no natural, casi dobla las provocadas por accidentes de circulación y multiplica por 11 la cifra de homicidios. Desde 1980 ha supuesto 125.000 víctimas solo en nuestro país.
En segundo lugar, debería calar en esa misma ciudadanía la idea de que es un fenómeno prevenible/evitable (tanto o más que los accidentes de tráfico), del que puede y debe hablarse y cuyos principales enemigos están resultando ser “el estigma social”, los mitos y prejuicios que impiden pedir ayuda y el rechazo a informar sobre suicidio o hacerlo incorrectamente, lo que lo ha conviertido en “ese gran desconocido”. No es una mera opinión particular, animo a leer otras entradas del blog para entender la importancia de estos aspectos en la prevención del suicidio.
En tercer lugar, los gobiernos deberían asumir su responsabilidad (presionados por la opinión pública) y plantear (como lleva años exigiendo la OMS) un plan integral para la prevención del suicidio y no conformarse con simples parches (llámese Plan Local, Proposición No de Ley o Estrategia Nacional, claramente insuficientes).
Finalmente, todos los campos implicados directa o indirectamente alrededor del suicidio, desde la ciencia (psicología, psiquiatría, sociología, criminología, etc.), los organismos públicos (salud, jurídicos, docentes, seguridad, etc.), hasta las entidades privadas (colegios profesionales, medios de comunicación, etc.), deberían implicarse en analizar sus ámbitos de actuación y proponer planes y medidas efectivas.
Costo de las muertes por suicidio: propuestas de mejora
Desde este trabajo solo cabe invitar a la reflexión y animar a hacer propuestas. Sería interesante, por ejemplo, la creación de una comisión interdisciplinar que coordinara esas propuestas y que cuanto antes condujeran al tan necesario Plan Nacional para la Prevención de Conductas Suicidas. Yo me atrevo también a hacer las mías.
Mejora de los datos epidemiológicos sobre el suicidio
Como analista, me preocupa la disgregación e inaccesibilidad de las informaciones vinculadas al suicidio, especialmente en las referidas a “tentativas” o “ideaciones”, y la poca implicación pública en la investigación (con la honrosa y dispersa excepción de la sanidad).
Como cuestión de salud, opino que el Estado (soy consciente de las competencias autonómicas) deberá articular un protocolo que incluya, entre otras muchas cuestiones, las reseñas de tentativas suicidas. Con independencia del seguimiento y tratamiento del paciente, esto permitirá extraer una radiografía viva del fenómeno y de las circunstancias que lo envuelven (más allá de un simple “mapa estadístico de muertes”). Este se complementaría, a nivel forense, con la obligación legal de realizar las autopsias psicológicas a todas las personas en las que se sospeche autolisis, y mejoraría el actual protocolo de registro de “causas de la muerte”. Esto permitiría además conocer los factores desencadenantes, los fallos del sistema y la efectividad de las medidas preventivas.
Mayor presencia de la psicología en la salud pública
Para los que centramos el interés en la persona que sufre y puede caer en el suicidio, entendemos que todo pasa por potenciar (mucho) la presencia de la psicología en la salud pública (que permitiría además la moderación del recurso farmacológico). El Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid publicaba en su blog el pasado año un resumen esclarecedor.
En 2017 el número de psicólogos sanitarios colegiados en España era la mitad que el de fisioterapeutas, la tercera parte que los farmacéuticos o la décima parte que facultativos o enfermeros.
Los mismos profesionales que reciban, evaluen, asistan y deriven, deberían ser (en mi opinión) los encargados de recoger los datos de cada uno de los casos objeto de atención y responsables de su seguimiento. Conocerían las tentativas y alertarían sobre los casos de riesgo.
Creación de un «Centro para la Prevención, el Análisis y la Investigación del Suicidio»
Un eventual Centro para la Prevención, el Análisis y la Investigación del Suicidio, dependiente del Ministerio de Sanidad, sería el encargado de ir proponiendo esos protocolos de abordaje y de recopilación de datos. En coordinación con las diferentes competencias autonómicas, propondría las líneas de investigación que sirvan para adoptar medidas concretas de prevención/actuación dirigidas a cada autoridad competente (Justicia, Salud Educación, etc.).
Sé que para muchos profesionales habrá otras cuestiones que les resultarán prioritarias (y les invito a plantearlas), aunque pienso que no estarán muy reñidas con las mías. Afortunadamente no soy psicólogo y nadie podrá acusarme de corporativismo 🙂
Las cifras del VSL en el suicidio
Alguien habrá quedado con la duda sobre cual es el VSL aplicable para el caso de España (y para el suicidio). No es fácil responder, pues como ya señalaba, no hay un criterio único sobre lo que es ese concepto, lo que tiene que medir o como debe hacerlo. En consecuencia la “cuantificación” es muy variable dependiendo del ámbito, del método o del investigador. Por ejemplo, frente al baile de cifras, algunos estudios de “meta análisis” han tratado de fijar un “estandar” de la valoración que fuera comunmente aceptada (y de alguna forma “generalizable”). A eso hay que añadir que no es lo mismo un estudio referido a seguridad del tráfico que otro sobre cuestiones de salud ni las referidas a un país u otro.
Desgraciadamente no he encontrado ninguno relacionado con el suicidio, así como tampoco una respuesta unánime en campos como el de las muertes por accidentes de circulación o el tabaquismo. Aún así comprobamos que existen oscilaciones desde 1 hasta los 4 millones de Euros. Para entender la complejidad y variedad de enfoques, recomiendo el seguimiento de algunos estudios como:
Ateniendonos a esas cifras, y usando una extrapolación totalmente acientífica, supondría que el “VSL del suicidio” más modesto superaría en España al presupuesto destinado en el PGE2019 a Cultura y Eduación, o a Sanidad y Servicios Sociales (y multiplicaría por 6 el de la DGT).
¡Ojo!, si recurrimos a la baremación judicial de la indemnización por una muerte en accidente de tráfico en España (no es una VSL, pero debería), la cantidad básica se reduce a tan solo 90.000€. ¡Cosas de la Justicia!
Ironías aparte, y como decía Sonsoles (creo que nadie nos lo discutirá), ninguna estimación estadística pretende ni puede poner valor económico a la vida humana (eso sin considerar a las personas que queremos).
Vidas demasiado valiosas para permitir que nuestros gobernantes sigan sin adoptar medidas concretas que prevengan, aunque fuera, una sola muerte por suicidio. Qué decir cuando el número se eleva hasta los 3.679 suicidios del año 2.017 en España, último del que disponemos de datos. Recuerden, cada 2 horas y media que nos retrasamos perdemos a un ser humano cuya muerte tendríamos que haber evitado.
Por mi parte (como insensible y poco riguroso analista) diría además que cada 2 horas y media perdemos 1 millón de Euros que podríamos haber evitado 😉
Rogelio González Weiss
Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.
«No leas esto, ni lo pases, ni le des a me gusta, ni lo hables con nadie. No lo hagas, o ya te será imposible seguir mirando para otro lado»
Mientras lees este texto 8 personas fallecerán en el mundo por suicidio, de 80 a 160 lo intentarán y unas 48 quedarán duramente afectadas por la muerte de un familiar o persona cercana por este motivo. Tan sólo en este rato, entre 125 y 200 personas se verán afectadas por alguna conducta suicida.
Quizás pienses que ya no puedes hacer nada por ellas, pero a lo mejor sí porque una persona sólo muere cuando la olvidamos. No los olvides, ni le des la espalda, no seas su cómplice. Porque el suicidio es complejo y multicausal y no es meramente un hecho de personas frágiles, de valientes ni de cobardes, de ricos ni de pobres, si no que nos afecta a la sociedad en su conjunto. Ocurre en un contexto sociocultural y económico concreto y muchos somos los cómplices necesarios. Porque use el método que use, la persona suicida necesita de uno que nos hace iguales: el silencio de todos. Un método letal que ha convertido al suicidio en la mayor amenaza a la salud pública.
No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.
Martin Luther King
Nuestro silencio es cómplice necesario de la conducta suicida
Porque el arma letal que los mata, se compone de muchos silencios; el silencio de la persona suicida que no deseó molestar o no se atrevió a contar lo que le ocurría por temor a ser tomado por «loco»; el silencio de los que estuvieron a su lado y no quisieron hablar de las ideas suicidas por el miedo equivocado a «darle malas ideas»; el de los profesionales que lo atendimos y que tampoco lo hicimos ya sea por falta de formación o por no aceptar nuestra responsabilidad en ayudarlos; el de la comunidad educativa que no detectó o afrontó los casos de bullying lo suficientemente pronto o de la forma adecuada; el de las empresas que negaron la existencia de los riesgos psicosociales que muchas profesiones conllevan; el de los periodistas que callaron o trataron los temas sobre suicidio de forma sensacionalista; el de la administración que mantiene un sistema de salud mental deficitario a la cola de Europa o el de los políticos que aún en España no han encontrado tiempo para hacer un plan nacional de prevención del suicidio.
Porque de una u otra forma, tu silencio, el mío, el nuestro, ahoga, mata y empuja a que cada 40 segundos muera en algún lugar del mundo una persona por suicidio. Deja de ser su cómplice. Si has llegado hasta aquí, ya no podrás volver a darle la espalda al problema. Porque esto no es un problema de personas débiles o de otros, sino de todos y todas.
Por eso, ahora te necesitamos. Únete, trabaja en red, participa para partir el silencio y que nuestro grito llegue a lo más alto.
«POR UN PLAN NACIONAL DE PREVENCIÓN DEL SUICIDO DONDE ESTEMOS TODOS»
Daniel J. López Vega
Coordinador de www.papageno.es. Psicólogo General Sanitario. Máster en Intervención Psicológica en Contextos de Riesgo, autor de «¿Todo por la Patria?»
La Ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, en una jornada organizada por la Confederación Salud Mental España, ha declarado sobre cómo hablando del suicidio se podría ayudar a eliminar los estigmas de la enfermedad mental y acabar con el problema oculto.
Para ello desde su Ministerio están trabajando para crear un teléfono de atención a personas en riesgo con un funcionamiento similar a otras líneas y que esperan empiece a funcionar alrededor de los dos próximos meses.
Las líneas de atención son un buen empiece y esperamos que esta noticia sea la primera de una larga lista de soluciones en este sentido que las asociaciones de supervivientes y de profesionales llevan reclamando desde hace mucho tiempo. Lejos de soluciones puntuales, la atención de este problema de salud pública requiere de la planificación de protocolos a nivel nacional que permitan afrontarlo de forma integral.
Parece que los tiempos están cambiando. Nuestra sociedad está madurando y no está dispuesta a continuar con el estigma y el tabú que se asocia tradicionalmente al suicidio y que lo ha mantenido oculto con el correspondiente sufrimiento aparejado.
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