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Intervención en suicidio en el ámbito educativo. Propuesta de protocolo

Portada trabajo investigación Ana I. Moreno
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Propuesta de protocolo de prevención de la conducta suicida adolescente en entorno escolar. Trabajo Fin de Grado de Ana Isabel Moreno. Resume la evidencia del suicidio y prevención en el ámbito escolar. Incluye cuadro con los planes de prevención de las consejerías de sanidad y los protocolos escolares que promueven 10 consejerías de educación.

Algunas conclusiones del trabajo:

Todas las consejerías de sanidad y algunas consejerías de educación y otros organismos autonómicos y locales están realizando el esfuerzo de implementar medidas específicas, a pesar de no tener un marco o Ley de actuación estructural estatal.

En muchas de las guías autonómicas existen lagunas y discrepancias sobre el tratamiento de la información de los estudiantes en riesgo en términos de confidencialidad o seguridad de los datos. Sería muy pertinente contar con indicaciones estatales clarificadoras con expertos en materia de protección de datos y especialistas en prevención de suicidio.

Dado que hay evidencia de disminución de comportamiento suicida escolar con intervenciones multinivel, sería deseable que en un futuro el sector educativo esté concienciado y en disposición de implementar programas de formación de estudiantes guardianes, psicoeducación y promoción de la salud mental del alumnado y otras medidas citadas en el trabajo, que involucran a toda la comunidad educativa.

La evidencia científica pone en tela de juicio la validez científica de muchas de las categorías de factores de riesgo que se están utilizando actualmente. Se trata de factores débiles e inespecíficos que podrían estar presentes en cualquier persona sin un riesgo elevado de cometer suicidio.

Enlace al documento

Ana Isabel Moreno es superviviente, psicóloga y coach, reside en Valladolid y es socia de Papageno


 

El cambio climático visto como riesgo de suicidio

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Sigue habiendo quien cuestiona el cambio climático. Aún así la realidad es muy tozuda.

Desde las ciencias de la economía hasta las de la salud (y no solo la meteorología), son varias las disciplinas que están analizando como las variaciones del clima tiene consecuencias en las personas o en la sociedad.

Son muchas las publicaciones que acreditan la relación de las condiciones meteorológicas extremas con determinadas enfermedades o con el número de fallecidos en general:

https://www.nature.com/articles/s41558-018-0222-x

https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1029/2021GH000580

https://www.medscape.com/viewarticle/990266

Pero también, y ese es nuestro tema, con las muertes por lesiones autoinfligidas.

Recientemente una extensa investigación en China (Assessing the Burden of Suicide Death Associated With Nonoptimum Temperature in a Changing Climate Yuchang Zhou, MS; Ya Gao, MS; Peng Yin, PhD) y otra publicada en Nature (Higher temperatures increase suicide rates in the USA and Mexico, Marshall Burke, Felipe Gonzalez, Patrick Baylis, Sam Heft-Neal, Ceren Baysan, Sanjay Basu and Solomon Hsiang) ha ido más allá de la simple constatación de las consecuencias del cambio climático en la salud. Desde el análisis prospectivo han estimado cuantas vidas se perderán por suicidio como resultado de las variaciones climáticas.

Normalmente estos estudios no suelen entrar a valorar cuales podrían ser las razones de fondo que expliquen estas conductas asociadas al riesgo de suicidio. Como excepción un reciente estudio en India (Crop-damaging temperatures increase suicide rates in IndiaTamma A. Carleton) argumentaba el efecto del clima en las cosechas, estos en las economías familiares y, finalmente, éstas en la desesperanza y el suicidio.

Además de las consecuencias negativas en sectores económicos, es fácil establecer causa efecto entre condiciones extremas del clima con estrés, irritación, desasosiego o aumento de síntomas negativos de algunas enfermedades. También parece lógico ver estos estados de ánimo como elementos perturbadores que pudieran sumarse al resto de factores de riesgo. De hecho, empieza a hablarse del “estrés térmico”, generalmente asociado a “olas de calor”.

Clima versus suicidio en España.

A pesar de los numerosos estudios internacionales, los pocos que se centren en España son muy locales (La influencia de las condiciones meteorológicas ambientales en la mortalidad por suicidio en la provincia de Córdoba. Irene Iglesias-Fernandez, Cristina Maria Beltrán-Aroca, José Sáez-Rodríguez, Eloy Girela-López), o no van más allá de las variaciones estacionales (Papageno), (Plataforma Nacional Para la Prevención del Suicidio). No es entendible esa escasa publicación dada la facilidad con que podemos acceder a datos detallados sobre variables meteorológicas en nuestro país. Desde la web de la Agencia Estatal de Meteorología (www.aemet.es) es posible consultar los históricos de temperatura, viento, sol o pluviometría de centenares de estaciones en toda la geografía Española.

Cosa distinta es la accesibilidad a los datos detallados sobre suicidios cuando se quiere trabajar con cierto nivel de detalle. El único lugar que dispone de los datos y permite el acceso es el INE (www.ine.es). Incluso ésta, por razones de protección de la intimidad, limita esta información y no la publica en su web. No obstante lo anterior, el INE ofrece un recurso de petición de datos “a medida”  anonimizados, sujetos a control y con un coste para el investigador (aunque asumible).

Metodología de trabajo.

Dispuesto a comprobar que los estudios extranjeros que asocian muerte con clima extremo son extensibles a nuestro país, se hace necesario concretar los parámetros que quieren usarse. Recordemos que las investigaciones previas se detienen en las condiciones extremas, tales como temperatura o velocidad del viento.

Como pequeño guiño a los activistas del cambio climático, he elegido la variable: media mensual de las temperaturas máximas absoltas diarias. El periodo analizado comprende desde 1998 a 2021. Para obtener un panorama geográfico amplio, seleccioné una estación meteorológica por provincia. Generalmente la más cercana a la capital que contara con un registro regular y amplio en el tiempo.

Tras formalizar la petición de datos al INE sobre “número de fallecidos por suicidio” (desagregado por género, provincia de residencia, año y mes), recibir la aprobación, firmar el documento de condiciones de uso y pagar la tasa, recibí en pocos días un archivo de Excel con los datos solicitados.

Previamente procedí a comprobar (una vez más) que no correlacionan temperaturas y muertes por suicidio. Esta falta de correlación nos señala que el dato del termómetro “per sé” no es un factor de riesgo (cosa evidente al observar que los países con climas cálidos no sufren necesariamente más muertes por suicidio que los fríos. Con el clima entran en juego muchos otros factores (como la adaptabilidad de las personas al entorno donde vive). No deberíamos usar como elemento de comparación las temperaturas absolutas, porque no sería correcto entender que una temperatura de 35 grados en mayo o junio afecte igual a alguien que vive en Córdoba que a alguien de Soria. Esta consideración es un jarro de agua fría para quienes ven “cambio climático” tan solo como “aumento de temperatura”. Los datos nos muestran que dicho fenómeno resulta más “perturbador” por su exageración de los contrastes tales como las cada vez más frecuentes “olas de calor extremo”, pero que podría extenderse a otros fenómenos admosféricos.

Como método analítico decidí usar la perspectiva epidemiológica de “casos-controles, longitudinal hacia atrás”. Para ello diseñé en Excel una rejilla que permitiera filtrar los casos (año, mes, provincia) en los que se producían determinadas desviaciones porcentuales de temperatura respecto de la media mensual de las máximas de la estación, mes y periodo estudiado y aplicarla a las tablas de suicidios y poblaciones.

La anterior rejilla se aplicó a los parámetros siguientes:

Expuestos: Suicidios y poblaciones para los meses en los que la temperatura media mensual de las máximas absolutas de cada año/mes/provincia era superior a los siguientes valores: 0%, 5%, 10%, 15%, 20%, 25% y 30%.

No Expuestos: Suicidios y poblaciones para los meses en los que la temperatura media mensual de las máximas absolutas de cada mes/año/provincia era igual o inferior a la media del mismo mes/provincia del periodo 1998/2021.

Se considera “poblaciones de control”, el resto de personas residentes en las provincias/meses en las que coincidiendo en las circunstancia climáticas de exposición/no exposición, han muerto (o no) por suicidio.

Se desagrega un subgrupo que corresponde a los meses de más calor (de mayo a septiembre) para observar los efectos en este periodo.

Resultados de la rejilla año/mes/provincia.

El conjunto de datos desplegados en la rejilla climática nos proporciona una matriz de 24x52x12 celdas, idéntica a la correspondiente a los suicidios.

Los cortes por grupos de rangos de temperatura se indican en la siguiente tabla:

Resultados de los Ratios Casos/controles para suicidio.

De los rangos de temperatura anteriores y trabajando por separado el ámbito temporal (todo el año/meses de calor), se obtienen tablas con los ratios y los intervalos de confianza, como en el ejemplo siguiente:

Con todos ellos Obtenemos una tabla resumen de resultados:

 

Aún considerando las reservas que se señalan en el párrafo sobre problemas metodológicos, nos atrevemos a concluir que España no es una excepción en cuanto a la perniciosa (aunque leve) influencia de las temperaturas extremas en las muertes por suicidio. Meses con olas de calor que hagan superar las temperaturas medias máximas mensuales un 10% se expresan en un 3% (OR=1,0342 IC+=1,0081 IC-=1,0609) más de fallecidos por “lesiones autoinfligidas” que en los meses en los que no se superan las medias históricas para ese mes y provincia. Cuando las olas de calor suben las medias máximas mensuales por encima del 15%, los fallecidos son un 5% más (OR= 1,0517, IC+=1,0010, IC-=1,1050).

Sorprendentemente los resultados obtenidos en el periodo cálido del año no muestra valores mucho más altos que los considerados en el total del año. Aunque los ratios parecen superiores, observamos que la disminución de la muestra hace que los intervalos de confianza dejen de ser relevantes.

Rechazamos estimar los resultados de las rejillas de excesos de temperaturas superiores al 25% (aunque resulten muy ventajosos para nuestra hipótesis). Formalmente están comprendidos dentro de los intervalos de confianza, cumplen con los requisitos de homogeneidad de la razón de ventajas y de las pruebas de independencia condicional. Aún así entendemos que el método de extracción desde las rejillas hace que el dato que se analiza es el desarrollo de otro menos representativo. En este corte, el número de fallecidos que consta en la celda es de 38 fallecidos (aparentemente suficiente), pero procede de solo 3 supuestos: junio de 1998 en Asturias (11 fallecidos), abril de 2011 en A Coruña (15 fallecidos) y mayo de 2020 también en Asturias (12 fallecidos). Nuestras dudas para aceptar estos resultados se apoya también en que en el corte anterior (20%), el intervalo de confianza no es significativo.

La aplicación de este método casos/controles nos permite ratificar una vez más los estudios que muestran mayores o menores tasas de suicidio asociados a la estacionalidad (no a la temperatura), en este caso los meses de mayo a septiembre respecto de los meses octubre a abril:

OR = 1,0732    IC+ = 1,0575   IC- = 1,0891

Estos resultados son coherentes con estudios previos sobre estacionalidad del suicidio en España:

 

Problemas metodológicos

Contar con una rejilla de amplitud mensual para cotejar temperatura y muerte por suicidio supone aceptar un gran margen de imprecisión. Asumimos que los “picos” de altas temperaturas se suelen mantener durante algunos días, pero es evidente que, al considerar la media mensual, algunos de esos “picos” pueden ocultarse tras días con temperaturas bajas. Por otro lado, y hasta que se emprenda un estudio con rejillas diarias, no conocemos el alcance temporal del posible efecto del “estrés térmico” en la decisión de quitarse la vida. Para complicar el análisis, será difícil demostrar si el estrés climático es un simple precipitador “instantáneo” o tiene influencia persistente en el sufrimiento que conduce al suicidio.

Asimismo la elección de una sola estación meteorológica por provincia significa que los datos de “ola de calor” de esa estación no refleja exactamente su influencia en toda la geografía provincial.

Debemos señalar también que los picos de temperatura tienen efectos/sensaciones más acentuados cuando se asocian a humedades relativas altas o no están moderados por el viento. Posteriores estudios deberán contemplar el efecto de diferentes parámetros climáticos y la combinación de éstos en la decisión de quitarse la vida.

Aún así, los datos son coherentes: riesgo relativo más alto cuando las temperaturas máximas absolutas son superiores a la media, márgenes muy ajustados; progresividad en los cortes con muestra óptima y márgenes de confianza que contienen el “1” (no significativos) para diferencias de temperatura más bajas o con menor números de casos.

 

CONCLUSIONES

Confirmamos para toda España los estudios locales o extranjeros sobre influencia negativa del calor extremo respecto del número de fallecidos por suicidio, así como cierta estacionalidad de la conducta suicida, mayor entre los meses de mayo a septiembre.

Con estos resultados queremos animar a realizar investigaciones más completas, amplias y rigurosas. Y no solo por curiosidad científica. Entender de qué manera nuestro entorno condiciona nuestras decisiones como personas ayudará a prevenir esta lacra social que nos cuesta 4 mil vidas al año solo en España.

En definitiva, la ciencia seguirá descubriendo centenares de aspectos que nos hacen sufrir. También cómo la confluencia de muchos de ellos llevan a la compleja decisión de quitarse la vida como “solución” a sus padecimientos.

Lo que no cambiará es que, aunque no sea fácil verlo, hay otras formas para aminorar el sufrimiento. La primera es pedir ayuda cuando creas que no puedes soportar más. Habla de ello con las personas de tu entorno que puedan empatizar con tu dolor, aunque a veces no te entiendan o no sepan como reconforte. Verbalizarlo, encontrar sentido a lo que nos pasa, sentir apoyo de nuestro entorno, empezar a creer que puede haber solución, significa ESPERANZA. Y la esperanza es la mejor prevención del suicidio.

Como sociedad, ayudemos a acabar con los tabúes de la muerte, el sufrimiento o la salud mental. Que el suicidio no sea un estigma para la persona que piensa en quitarse la vida ni para los supervivientes. Defiende ante las Administraciones y representantes políticos una sanidad pública de primer nivel ( o al menos, equiparable a la de nuestro entorno). Escucha activamente y acompaña a ese amigo o familiar que te regala el preciado don de su confianza, especialmente cuando te cuenta que está pensando en la muerte como solución a su dolor.

Más consejos en:

https://papageno.es/factores-riesgo-prevencion-suicidio

https://papageno.es/factores-protectores-suicidio

https://papageno.es/prevenir-suicidio-familia-amigos

https://papageno.es/dejar-de-sufrir-o-dejar-de-vivir

https://papageno.es/grupos-de-ayuda-mutua-suicidio-supervivientes

https://papageno.es/en-mis-zapatos-guia-de-recomendaciones-para-comunicar-sobre-el-suicidio-descarga-gratuita

https://laninaamarilla.com/

Investigación de Sergio Galindo Merino para el Máster de Cooperación 

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El suicidio se vincula directamente con la salud mental, que a su vez forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3: Salud y Bienestar. El indicador 3.4.2  evalúa las tasas de suicidio.

Esta investigación cualitativa, analiza distintos mecanismos, sistemas y medidas existentes en lo que a prevención del suicidio se refiere. Comparte la necesidad de hacer un abordaje integral donde factores sociales, psicológicos, culturales y de otras índoles se sometan a revisión.

El trabajo se estructura partiendo desde una mirada internacional, con la revisión de planes y estrategias de prevención del suicidio, para después aproximarse al caso español. Recoge las conclusiones de 16 entrevistas a profesionales que trabajan en los ámbitos sanitarios, educativos y periodísticos y 27 encuestas a antiguos alumnos de diferentes provincias de medicina, psicología, enfermería, trabajo y educación social, periodismo y comunicación.

Muestra la cronología de importantes recomendaciones de las Naciones Unidas, a través de la Organización Mundial de la Salud para la formulación y la implementación de estrategias nacionales (UN, 1996). El escrito enfatizaba la necesidad de la colaboración intersectorial, los enfoques multidisciplinarios, las continuas evaluaciones y revisiones, y también se identificaron elementos clave como medios necesarios para aumentar la eficacia de las estrategias de prevención del suicidio.

Numera las principales recomendaciones y sus líneas de actuación para la prevención del suicidio: información, sensibilización social, capacitación de profesionales, refuerzo de recursos, investigación, políticas públicas apropiadas y educación adaptada al momento vital.

Incluye información  de documentos/estrategias de más de 40 países.

Se puede leer el trabajo aquí: 

Memoria TFM SergioGalindoMerino

 

Para leer más:

Programa mundial de Redes Regionales de Prevención del Suicidio (RSPNP). Se presentará en primavera de 2023

https://www.iasp.info/2022/06/22/establishing-the-regional-suicide-prevention-networks-programme-rspnp-one-year-on/

Apertura del período de inscripción del II Encuentro Internacional de Prevención, Intervención y Posvención de la Conducta Suicida

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El próximo 10 de marzo de 2023, celebraremos en Salamanca nuestro II Encuentro. Esperamos contar con tu participación.

Puedes acceder a la PRESENTACIÖN y obtener el PROGRAMA en nuestro blog y en pdf e inscribirte a través del siguiente link: INSCRIPCIÓN

 

Carine Nonnast: Promesa Creativa en Papageno

No pixeles tu vida, tenemos que hablar
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Carine Nonnast, (Lorca, 2000) ha realizado un trabajo de diseño para favorecer la reflexión del público joven sobre sus mayores dificultades de salud mental y les invita a recapacitar sobre el suicidio, como una salida desproporcionada ante el sufrimiento. El objetivo es provocar un efecto de prevención, a través de la naturalización de los problemas mentales, que no de su normalización, para afirmar que la vida merece la pena. Se enfoca en la lucha y la esperanza, pues “la detección y el tratamiento temprano son importantes para lograr una recuperación total”. Carinne colabora ahora con su trabajo en la red Instagram de Papageno, dirigiéndose a satisfacer la demanda de clientes potenciales.  

En la elección de este tema para realizar su Trabajo de Fin de Grado, ha influido la atracción genuina que tiene hacia las causas humanitarias y la abundancia de casos que ha conocido a través de las difíciles circunstancias sociales que atraviesa nuestro país, que desde marzo de 2020 son más pronunciadas y han hecho imposible esconder la inseguridad, confusión, pobreza y sufrimiento que han causado.

Su pregunta de investigación se centra en ayudar a la prevención del suicidio desde el diseño gráfico y se determina a 3 objetivos: concienciar a los jóvenes para que cuiden su salud mental, contribuir a disminuir el tabú sobre los trastornos mentales y modernizar el estilo gráfico utilizado por las organizaciones humanitarias en las campañas relacionadas. Cuenta con la herramienta de su propia juventud para entender estos problemas y el estado de la cuestión. Y aunque recibió recomendaciones para abandonarlo por su complejidad, ha respondido desde su responsabilidad, insistiendo en realizar este proyecto; porque ante el suicidio, todos podemos ser agentes de cambio.

Con su capacidad de trabajo ha llegado a profundizar en la identidad corporativa y las materias que ocupan los fines de la Asociación Papageno. Demuestra gran responsabilidad, creatividad e iniciativa, y destaca su dedicación en la preparación de los materiales.

Expone que: “Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sintió la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar. Pues del tabú sobre estos problemas, se está pasando a tratarlo en comentarios normalizados”

 

“Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sentí la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar, pues del tabú sobre esos problemas, que los ocultaba, se está pasando a una época rodeada de comentarios normalizados”

 

En este vídeo presenta su trabajo de diseño, enfocado a prevención del suicidio

https://www.youtube.com/watch?v=QsheOc7eNDo&t=2s 

Un ejemplo más de su intuición y humanidad, es el documental “Olvide no quererte”, reconocido con premios a mejor corto documental y del público, en el festival de cortometrajes ESNE FeelMotion de 2020 y el premio Neuronita de Plata, en el festival Memorables Film Festival, del certamen de cortometrajes sobre el Alzheimer. En 7 minutos expone la historia de amor de sus abuelos con 92 y 95 años, en la que, un documental sobre la pareja que, después de superar los 60 años juntos, se enfrenta a la crueldad del Alzheimer.

https://youtu.be/O6fm3fE1Hmk

 

Leer más

Entrevista en la Ser de Carine Nonnast: «Mi abuelos representan a mucha gente que son cuidadores o que tienen Alzheimer»

https://cadenaser.com/emisora/2020/11/03/radio_lorca/1604417004_124629.html

 

Alcohol y Suicidio desde la perspectiva estadística

Tiempo de lectura: 10 minutos
Alcohol y suicidio

 

 

Autor: Rogelio González Weiss

Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.

 

 

Introducción: consumo de alcohol, cirrosis y suicidio

No hace mucho reflexionaba en este mismo blog sobre las diferentes tasas de suicidio entre dos Regiones de España aparentemente similares: Asturias y Cantabria.

Buscando peculiaridades sociogeográficas en ambas regiones que lo explicaran, encontré en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDEES) una característica de salud que señala un comportamiento distinto entre ambas: el nivel de fallecidos por cirrosis.

 


(https://medea3.shinyapps.io/atlas_nacional/)

 

Existe una fuerte relación entre el consumo excesivo de alcohol y las enfermedades hepáticas crónicas. De hecho, han dado lugar a un cuadro clínico específico: la cirrosis hepática del alcohol. También hay bastante consenso científico en que el alcohol es una conducta asociada al fallecimiento autoinfligido, como también hay consenso entre el par depresión/suicidio como ya adelantaba en su entrada: Alcohol y suicidio, la pareja letal

Se podría escribir mucho sobre hábitos de consumo de alcohol en España y extraer información relevante a varios niveles con la información allí disponible: frecuencias de consumo, de consumo intensivo, borracheras, bingedrinking, etc. Invito a expertos y a profesionales sanitarios, psicólogos o sociólogos a que estudien este tema en profundidad, puesto que los hábitos de consumo de alcohol están íntimamente relacionados con muchas conductas suicidas.

Con mis limitadas posibilidades quiero centrar la presente exposición en un solo eje: Relación entre consumo de alcohol, depresión y fallecimiento por lesiones autoinfligidas.

 

Alcohol y género

Convendrán conmigo que hay algo que distingue con claridad una dolencia alcohólica de un cuadro depresivo: los efectos orgánicos del abuso del alcohol y el agravamiento de otras enfermedades. Y esas consecuencias, matan. Eso sin olvidar el elevado coste en accidentes de tráfico o en actos violentos. La OMS estima que son más de 3 millones de muertes las que ocasiona el alcohol cada año en todo el mundo.

Recordarán l@s más veteran@s aquel anuncio, en los años 60/70, de un brandi cuyo eslogan era: “Es cosa de hombres”. Pues resulta que aquel prototipo del machismo debió calar (mucho) y el consumo excesivo de alcohol en España hace honor a aquella publicidad aún hoy en día. El alcoholismo sigue siendo cosa de hombres. Como consecuencia, también lo son las enfermedades crónicas del hígado y las muertes que provoca por diferentes medios.

 

No es posible establecer en este trabajo si el fruto envenenado de este “modelo de masculinidad” asociado al consumo de alcohol es suficiente para explicar los cuadros depresivos y las conductas suicidas, pero si creo posible valorar si el deterioro físico y mental resultado de consumo crónico, puede ser un factor de riesgo para el suicidio.

 

Método

Animado por los resultados obtenidos a partir de las series de datos de Andees, intenté localizar otras fuentes sobre consumo de alcohol, asistencias sanitarias provocadas por alto consumo de alcohol, fallecidos por cirrosis alcohólica y prevalencias de cuadros depresivos que apoyaran esos datos. Además de las ya conocidas sobre fallecidos por causa de la muerte que se pueden obtener de Sanidad y del INE, he tenido en cuenta datos sobre ingresos hospitalarios clasificados por el diagnóstico principal. Aparte, he recopilado los resultados de las encuestas de salud que se publican en ambas webs (Encuesta Europea de Salud del INE y Encuesta Española de Salud del Ministerio de Sanidad).

Encontré datos sobre fallecidos por cirrosis alcohólica en la web de Sanidad (codificado CIE-10 “K70”), discriminando por Comunidades Autónomas, género y grupos de edad (15-64 años) entre 1999/2018. De la misma fuente obtuve los datos de fallecidos por lesiones autoinfligidas (codificado CIE-10 “X60-X84).

El propio Ministerio de Sanidad ofrece datos sobre ingresos hospitalarios con motivos Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de alcohol” (CIE-9 ”660”), por “Enfermedad alcohólica del hígado” (CIE-9 “571”) y “Cuadros depresivos” (CIE-9 “296”, “300” y “311”), en el periodo 1997/2015 desglosados también por CCAAs, género y edad.

Los datos pueden también obtenerse del INE a través de su portal estadístico.

La misma web de Sanidad nos ofrece una larga batería de datos sobre modos de consumo de alcohol recogidos en el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y en el INE obtenidos mediante encuestas (Encuesta EDADES del PND y Encuesta Europea de Salud y prevalencias sobre cuadros depresivos en el INE (Encuesta Nacional de Salud).

Con los datos detallados por año, Comunidad Autónoma, género y grupo de edad, obtuve una larga serie de tasas:

  • Fallecidos por cirrosis alcohólica por cada 100 mil habitantes.
  • Fallecidos por lesiones autoinfligidas por cada 100 mil habitantes.
  • Ingresos hospitalarios por trastornos mentales asociados al alcohol por cada mil personas asignadas.
  • Ingresos hospitalarios por cirrosis alcohólica por cada mil personas asignadas.
  • Ingresos hospitalarios por cuadros depresivos por cada mil personas asignadas.

Por otro lado, dispuse los resúmenes de dichas tasas para cotejarlas (por CCAA y género) con los datos disponibles de las encuestas sobre los modos de consumo de alcohol del Plan Nacional de Salud y Encuesta Europea de Salud, mediante correlaciones de Pearson. La falta de concordancia de los años de las encuestas y el periodo de los datos de las series largas nos obligan a considerar con reservas sus resultados.

Es necesario destacar que no he encontrado información detallada sobre prevalencias de consumo de alcohol o depresión más allá de las citadas encuestas. Los datos sobre ingresos o fallecimientos son “puntuales” en cada uno de los años analizados, lo que en estadística se denomina como incidencia. Este hecho no desvirtúa, en mi opinión los resultados, pues la incidencia de un problema de salud que, razonablemente, podemos suponer crónico o de larga duración nos indica directamente el nivel de implementación de la enfermedad, de forma asimilable a la prevalencia.

El plan de trabajo pretendía abordar un análisis descriptivo, mostrar esos datos mediante gráficas de barras de error y realizar cotejos sencillos mediante el coeficiente de correlación de Pearson, para determinar groseramente el nivel de relación entre las variables.

Las tasas de mortalidad que se expresan a edades avanzadas y la diversidad de sus causas nos invitan a dejar de lado el grupo de población de más de 65 años para tratar de simplificar el estudio.

Como enfermedad degenerativa, es raro encontrar muertes por cirrosis en edades tempranas. Pese a haber incluido en el estudio el grupo de edad “15 a 24 años”, solo se registran tres casos: Galicia en 2012, Navarra en 2007 y Asturias en 1999. Mi recomendación para quienes profundicen en el estudio es estrechar el límite de edad entre los 25 y los 65 años.

 

Resultados

Las series de datos de cada grupo de encuestas parecen concordar bien entre sí y, en menor medida, también con los series de las otras encuestas cuando analizan los diferentes patrones de consumo de alcohol. Ello es así incluso con las dificultadas intrínsecas del modelo de adquisición de la información y el número limitado de datos.

No hay una relación estrecha entre fallecidos por cirrosis del alcohol y los consumos expresados en las encuestas nacionales de salud.

  • Hay mejor relación entre cirrosis como causa de muerte y los consumos declarados en las encuestas europeas de salud.
  • Se observa que los cuadros de depresión menor y los cuadros severos de depresión moderada son los que más se asocian al consumo excesivo de alcohol.
  • La variable que mejor predice los ingresos hospitalarios, las muertes y los suicidios es la de personas que manifiestan no haber consumido alcohol en el último año (mediante correlación inversa).
  • Considerando las tasas de ingresos hospitalarios por trastornos mentales provocados por consumo de alcohol, dolencias orgánicas por abuso alcohólico, muertes por cirrosis alcohólica y muertes por suicidio, del periodo 1997/2018 segregando por CCAAs, sexo y grupos de edad obtenemos los siguientes resultados:

 

 

Existe una alta correlación entre los ingresos por dolencias somáticas y por trastornos mentales asociados al alcohol. También muy clara entre los ingresos hospitalarios y las muertes por cirrosis alcohólica. Es asimismo muy alta la correlación entre fallecidos por cirrosis y suicidio. En menor medida se corresponden ingresos hospitalarios por depresión con ingresos hospitalarios por enfermedad alcohólica. Curiosamente, no se evidencia a este nivel ningún tipo de relación entre depresión y muertes por problemas hepáticos o por lesiones autoinfligidas. Ojo, que no se muestre no significa que no exista. Recordemos la necesidad de explorar las capas que puedan enmascarar esa relación.

De hecho, con tan solo separar por géneros empezamos a visualizar signos de vinculación de la depresión con el alcohol y el suicidio.

Una característica reseñalable respecto al género es que los ingresos hospitalarios por cuadros depresivos es más alto para las mujeres que para los hombres, contrariamente a lo que ocurre con todos los demás conceptos.

Otra forma de ver hasta que punto se ajustan las variables suicidio y cirrosis es mediante la representación de la nube de puntos. Sirva de ejemplo la gráfica relativa a Hombres mayores de 25 años, de la que he excluído las Regiones menos pobladas (La Rioja, Ceuta y Melilla) para evitar la acumulación de valores 0 de la variable “Cirrosis”:

 

 

Cuando separamos por grupos de edad (además de por géneros), se siguen mostrando correlaciones, pero expresadas en niveles más bajos. Deduzco que se debe a la reducción en el número de datos que permiten aflorar la influencia del resto de variables que influyen en el suicidio y que se reflejan en la enorme variabilidad entre regiones.

De hecho, cuando despreciamos la capa “CCAAs” y agrupamos al global de España, los datos para el grupo de edad de 25 a 34 años muestra unas correlaciones muy elevadas para las variables Suicidio, Cirrosis, Ingresos por trastornos alcohólicos e Ingresos por dolencias alcohólicas.

 

 

Al expresarlo mediante barras de error comprobamos el comportamiento similar de las variables “muertes por cirrosis” y “muertes por suicidio”:

 

 

El caso de Asturias y Cantabria

Armados con nuevos datos, volvemos a encarar las diferencias en las tasas de suicidio entre regiones con el ejemplo de Asturias (color verde apagado) y Cantabria (color rojo).

De entrada, los fallecidos por cirrosis alcohólica compaginan bien con los de suicidio. Asturias se destaca como la Región con mayores tasas de cirrosis y la segunda por suicidios, mientras Cantabria se sitúa en niveles bajos de suicidios y en la zona media en cirrosis.

 

 

¿Pero ocurre igual con los demás parámetros?

En realidad no. La diferencia no es tan señalada para los ingresos hospitalarios por trastornos alcohólicos o por enfermedades hepáticas alcohólicas, aunque sí por ingresos por depresión.

 

 

Tan es así, que cuando estudiamos su comportamiento por género, en Cantabria las mujeres empiezan a destacarse por el alto número de ingresos por patologías relacionadas con el alcohol, superando a Asturias y rompiendo las conclusiones generales anteriores.

 

Dificultades metodológicas

Resulta complicado extraer conclusiones para determinar las bajas tasas de suicidio en Cantabria. No podemos entender las conductas autolíticas limitándonos a unos pocos parámetros estadísticos. Las motivaciones son tan complejas como los individuos y varían considerablemente de un municipio a otro. Hemos sido capaces de exponer razones que ayudan a explicar las altas tasas de Asturias. Ahora toca buscar cuales son las variables protectoras que hacen de Cantabria una región más amable con las pérdidas por suicidio. Me permito adelantar una hipótesis para los futuros investigadores: habrá que analizar las razones de que en Cantabria tengan unas tasas tan bajas de ingresos por depresión.

Los análisis matemáticos requieren su interpretación. Especialmente cuando tratamos de comparar variables físicas que no miden realidades idénticas.

Las encuestas de salud son muy interesantes para conocer los hábitos de consumo, pero su limitado número, la variabilidad de los términos en que se formulan las preguntas y disponer solo de los resúmenes de los informes, no facilitan su análisis estadístico ni relacionarlo con rotundidad con los fallecimientos por enfermedad hepática o suicidio.

Una encuesta, por bien realizada que esté y por muy alta que haya sido la muestra, está sometida a distorsiones por su carácter subjetivo. Más aún cuando se adentran en cuestiones íntimas, como la salud o nuestro comportamiento, con toda su carga de reproche social, culpa o auto censura que pueden inducirnos a ser condescendientes con nosotros mismos. Su análisis requiere un enfoque distinto al puramente matemático. Ni siquiera el dato objetivo de litros de alcohol consumidos reflejan la problemática asociada al abuso, al no considerar los patrones y usos sociales en su forma de consumirlo.

En cuanto a los datos sobre hospitalizaciones, y como señalaba al inicio, no es lo mismo disponer de una variable que señala fielmente el nivel de presencia de una enfermedad (prevalencia), que otras que muestren sucesos (hospitalizaciones) o aquellas que nos indiquen un resultado (fallecidos). Incluso así, las altas correlaciones encontradas refuerzan la asumida convicción de la relación entre alcohol/depresión/suicidio.

Aún con la directa relación causa/efecto que sabemos existe entre el abuso del alcohol y la cirrosis alcohólica, no cabía esperar un coeficiente de correlación perfecto en un cálculo que se basa en el cotejo dato a dato, pero que hemos visualizado cuando discriminamos por capas. Ello es debido a que al ceñirnos a determinadas variables (edad, género y región), no hemos tenido en cuenta la interacción con otros factores de riesgo y/o protectores, que acaban imponiendo su presencia al desaparecer las anteriores, especialmente cuando alcanzamos el nivel CCAA.

 

Conclusiones:

  1. Los datos globales confirman que el consumo patológico de alcohol es un factor de riesgo de primer orden para el suicidio (bien per se, como coadyuvante o como precipitador).
  2. Las correlaciones entre suicidio y patologías alcohólicas son especialmente elevadas para el grupo de edad entre los 25 y los 34 años.
  3. Se observa la firme relación alcohol/depresión y depresión/suicidio. Y aunque no sea posible establecer las direcciones de “causalidad” (por el método analítico empleado), todo apunta a que el motor principal en este juego de interdependencia pueda ser la conducta abusiva del alcohol.
  4. Existe un componente social del consumo excesivo de alcohol vinculado al género, pero también a patrones culturales en su forma de consumirlo que influye en el resto de conductas y cuadros patológicos.
  5. Los problemas psicológicos y orgánicos resultado del abuso del alcohol se acumulan con la edad y tienen su reflejo en el mayor número de ingresos hospitalarios, diagnósticos por depresión, en el nivel de fallecidos por cirrosis y en las tasas de suicidio.
  6. La complejidad y diversidad de las motivaciones suicidas hacen que cualquier elemento, como es en este caso el consumo de alcohol, sea solo uno más de los muchos factores de riesgo o protectores y no explica por sí solo el fenómeno en su conjunto.
  7. Que en base a las variables que hemos estudiado, y aunque se enfaden mis amigos asturianos, Asturias se asimila más a su vecina Galicia que a su vecina Cantabria.

 

Bibliografia alcohol y suicidio:

Diferencias sociogeográficas y suicidio en España

Suicidio en Asturias
Tiempo de lectura: 7 minutos

Dificultades metodológicas del estudio del suicido

Coincidirán los lectores que, cuando abordamos el análisis estadístico de las muertes autoinfligidas, el segundo peor problema es poder definir el factor de riesgo concreto a estudiar. El primero siempre es la falta de disponibilidad de datos fiables.

Resulta descorazonador ver cuantas variables vienen a ponernos la zancadilla. Nunca podemos estar seguros de que una correlación indique riesgo. Contínuamente se acaban cruzando innumerables variables de confusión que ni siquiera conocemos.

La realidad es compleja, dinámica y multifactorial. Poner la lupa en una variable concreta supone, como en la física de partículas, desenfocar el fenómeno, aumentando la imprecisión de las conclusiones. 

Analizando los macrodatos estadísticos podremos describir razonablemente el fenómeno. Sin embargo, sólo cuando enfocamos desde una perspectiva amplia, podemos entender las razones, de manera similar a lo que ocurre entre la física relativista y la cuántica.

 

Zonas de concentración de suicidios

Animo a los aficionados a las estadísticas a bucear en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDES). El grupo de investigación Bayensians de la Fundación FISABIO y la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana nos permiten acceder a información muy detallada sobre fallecimientos en España. Seguro que descubrimos cosas extraordinarias.

 

En un pequeño círculo de 30 km de radio tenemos a 15 de los 20 los municipios con mayor tasa de suicidios en España.

 

Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio
Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio

 

¿A qué se debe dicha concentración?

Las variables que básicamente se relacionan con las tasas de suicidio son el género, la edad, la zona geográfica y el marco temporal. También podemos considerar la estacionalidad, el tipo de colectivo o profesión, el ámbito socioeconómico, psicológico, el sanitario…

Dichas variables interaccionan y condicionan cualquier conclusión analítica. Si no tenemos esto en cuenta, caeremos en el error de la distorsión por confusión/interacción y llegaremos a conclusiones erróneas.

Quizás pueda ser interesante centrarnos en las variables geográficas y demográficas.

 

Tasa de suicidios por provincia
Tasa de suicidios por provincia

 

¿Es la altitud una variable influyente en la conducta suicida?

Existen interesantes investigaciones que han tratado de localizar factores que expliquen las diferencias geográficas. Me llama la atención una publicación. Tiene como título: “Mortalidad por suicidio en Andalucía: distribución geográfica y relación con el uso de antidepresivos, la altitud y desigualdades socioeconómicas” y establece correlación entre altura de la localidad de residencia y la tasa de muerte por suicidio.

 

La altitud, que es el factor más claramente asociado a las variaciones de la mortalidad por suicidio, se asocia también en Andalucía con una mayor ruralidad y con un menor tamaño de las poblaciones de la ZBS, por lo que su relación con el suicidio puede ser un reflejo de otras variables no incluidas en el estudio, tanto socioeconómicas como medioambientales.”

José Alameda-Palacios, Miguel Ruiz-Ramos y Beatriz García-Robredo 

 

La variable identificada como factor relevante en Andalucía es la altura. Con gran sensatez, se detienen en el hecho de que tiene que existir alguna otra variable vinculada con aquella que explique las correlaciones.

Para profundizar en esta tesis me dispuse a comprobar si las relaciones entre suicidio y altura son comunes en toda la geografía española y estudiar otros elementos demográficos o geográficos con posible relevancia estadística. 

En este sentido, el estudio de las correlaciones por provincias permite descartar que exista asociación entre la “altura media de la provincia” y el global de las tasas de suicidios. Incluso, en alguno de los grupos de edad se muestra cierto nivel de correlación inversa:

  • “Tasa de Suicidio en Hombres” para edades entre los 30/34 años (-0,287 y sig. 0,043); y entre los 40/44 años (-0,304 y sig. 0,032)
  • «Tasa de Suicidio en Mujeres” entre los 55/59 años (-0,299 y sig. 0,035).

Esto parece confirmar la sospecha expresada en el estudio de Alameda-Palacios, Ruiz-Ramos & García-Robredo. La correlación no era sinónimo de “causa” o “factor de riesgo” sino que se trataba de una variable de confusión. La altitud se relaciona por ejemplo de forma inversa respecto a “Nivel de Renta Hogar”. A mayor altitud, menor nivel de renta. La altura también está vinculada a otros fenómenos demográficos. Correlaciona con edad media, % de menores de 18 años y % de mayores de 65 años, e inversamente con el tamaño medio de la unidad familiar y la % de hogares unifamiliares.

Por eso es tan importante siempre planificar las investigaciones, observar todos los resultados en su conjunto y, cuando sea posible, realizar un análisis estratificado más profundo y más riguroso que el presente.

Si comparamos los datos del estudio ANDEES con los disponibles en el INE sobre altura del municipio, población, edad media, proporción de habitantes menores de 18 años, proporción de habitantes mayores de 65 años, nivel de renta por persona y hogar, número medio de componentes por hogar y proporción de hogares unifamiliares. Este nivel, que era “a priori” el más prometedor por el elevado número de datos (8.060 municipios gentileza del citado ANDEES y del INE), no ha ofrecido, desgraciadamente, resultados memorables.

 

Tamaño del municipio de residencia

Por otro lado, a nivel nacional, podemos deducir que existe “a priori” un factor protector del suicidio asociado al mayor tamaño del municipio de residencia hasta el umbral de los 100 mil habitantes. El resumen del periodo 1999/2018 es muy claro.

Suicidios por tamaño de los municipios
Suicidios por tamaño de los municipios

 

La distribución de tasas por grupos de edad respecto del tamaño del municipio de residencia, durante 2.003/2.014, confirman el dato global. Son especialmente significativos para hombres a partir de los 60 años. 

Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial
Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto del tamaño del municipio de residencia

Sin embargo, no hay correlaciones claras respecto de suicidio y “número de municipios por provincia”. A pesar de esto, se expresa una pequeña correlación con las tasas de hombres de más de 84 años y mujeres entre 40/44 años y mayores de 84.

 

El ejemplo de Asturias y Cantabria

Con carácter general, son dos zonas con similar morfología/orografía (costa y montaña). Tiene también un clima similar (altas precipitaciones y temperaturas medias propias de climas oceánico y de montaña). A nivel económico, ambas están por encima de la media, con bajas tasas de desempleo y bajo umbral de pobreza. Ambas compaginan núcleos de desarrollo industrial y de servicios, junto con un sector agrícola y ganadero.

Como diferencia, Asturias presenta una población algo más envejecida que Cantabria. Aunque podríamos pensar que la mayor edad media explicaría la diferencia en las conductas autolítica, esto no explicaría las bajas tasas en Cantabria, con edades medias más altas que en el resto de España. Además, los niveles de suicidio de Asturias se mantiene muy por encima de Cantabria en todos los grupos.

Como adelantaba al principio, NO hemos encontrado razones “ambientales” que expliquen la diferencia, descartando algunas razones de tipo geográfico y demográfico.

 

Tasa de suicidio en hombre por edad respecto de la media provincial

Quiero señalar que, a este nivel, es posible mostrar los “rasgos” que definen diferentes zonas de nuestra geografía. Como señalé al principio, hay grandes diferencias entre regiones y comarcas.

Obtengamos el ratio de la tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial. Entonces vemos que la “singularidad” de cada provincia le identifica como una huella dactilar.

Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)
Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)

 

Si consideramos el ratio de suicidio de cada grupo de edad respecto de la media española, tendremos información adicional sobre su posición en el ranking volviendo a mostrar su singularidad:

Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria
Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria

 

Suicidio y nivel de renta personal

Sí resulta algo más clara la correlación entre suicidio y nivel de renta personal. Se muestra en las correlaciones negativas entre “Tasa de Suicidio Total” con “Nivel de Renta Personal” (-0,263 con sig 0,000) y “Tasa de Suicidio Masculino” con “Nivel de Renta Personal” (-0,320 con sig 0,000).

Por ejemplo, si modelizamos los datos de las variables en tablas categóricas (0/1)  y cotejando las tablas de frecuencias mediante capas, se puede hacer un limitado análisis estratificado que nos muestra estimación sobre que variables son “de riesgo” (p.e. “renta personal”), cuales interactúan (renta personal con edad media) o cuales son variables de confusión (altura del municipio).

 

Los OR no son válidos cuando entre el intervalo inferior y el superior contienen el valor 1. Un OR mayor que 1 indica mayor riesgo.

 

En definitiva y como pueden comprobar, cada vez que analizamos los macrodatos del suicidio, tan solo conseguimos arañar alguna finísima “capa” a una cebolla enorme. Nunca deja de sorprendernos por su complejidad y por lo difícil que es exprimirle alguna información. Con todo, espero haberles descubierto algo, por pequeño que sea, que despierte su curiosidad y les anime a seguir “descubriendo más capas”.

 

Ver también

 

Rogelio González Weiss

Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.

El tratamiento del suicidio de personas famosas en los medios de comunicación: de Kurt Cobain a Avicii

Tratamiento de los medios de comunicación de las noticias sobre suicidios
Tiempo de lectura: 16 minutos

Artículo realizado por Guillermo Córdoba Santos, periodista colaborador de papageno.es

 

Introducción

El artículo analiza el tratamiento que hacen EL PAÍS y EL MUNDO del suicidio de cinco personas famosas. Comienza en el año 1994 con Kurt Cobain, y prosigue con Luis Ocaña, Tony Scott y Robin Williams para acabar en 2018 con el suicidio de Tim Bergling, más conocido como el DJ Avicii. El objetivo es conocer si el tratamiento del suicidio ha variado en los últimos 25 años.  El artículo está tomado del Trabajo Fin de Grado de Guillermo Córdoba Santos titulado ‘El tratamiento del suicidio en los medios de comunicación’.

El suicidio vive acompañado del tabú y del estigma desde hace siglos. El temor a la muerte ha sido inculcado desde siempre por el poder y la religión, que han logrado con éxito que la población viva con miedo a un final inesperado. Acciones como ver por la calle a un gato negro o tirar algo de sal en casa siguen viéndose como un mal augurio, como si no tocar madera pudiera provocar la muerte. La costumbre, siempre presente, se impone ante la racionalidad del ser humano.

La sociedad rechaza al suicida influida por la historia, de la misma forma que los medios de comunicación tratan al suicidio de una forma diferente al resto de las muertes. Lo hacen por su miedo al efecto contagio, que solo se produce cuando aportan detalles de la muerte del suicida. Lo tratan o quieren tratarlo de una forma diferente porque no quieren provocar más víctimas, pero las cifras continúan estancadas ante la pasividad de la clase política.

Para conocer cómo han tratado los medios de comunicación este tema a lo largo de la historia se ha realizado un análisis de cinco suicidios de personas famosas en los últimos 25 años. Todos ellos reúnen evidencias claras de que esas cinco personas se suicidaron. El objetivo es analizar el tratamiento que hacen EL PAÍS y EL MUNDO de estos suicidios para conocer si ha existido una evolución en su manera de informar sobre este espinoso tema.

Dicho análisis se ha realizado gracias a la hemeroteca de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Primero, se han solicitado los periódicos publicados en papel por EL PAÍS y EL MUNDO en las fechas de la muerte de los cinco famosos para realizar de forma pausada un análisis exhaustivo tanto del primer día en el que informaron de su muerte como de los seis días siguientes. Por tanto, se han analizado las piezas publicadas por ambos medios durante una semana y en un soporte de papel.

 

Suicidios seleccionados

Los cinco suicidios de personas famosas elegidos son los siguientes.

  • Kurt Cobain: 5 de abril de 1994.
  • Luis Ocaña: 19 de mayo de 1994.
  • Tony Scott: 19 de agosto de 2012.
  • Robin Williams: 11 de agosto de 2014.
  • Avicii (Tim Bergling): 20 de abril de 2018.

Estas cinco personas reúnen una serie de características, como el desarrollo de diversas profesiones. Kurt Cobain era cantante y el líder del grupo Nirvana; Luis Ocaña era un ciclista de éxito, ganador del Tour de Francia de 1973; Tony Scott era director de cine y hermano de Ridley Scott; Robin Williams era actor, ganador de un Oscar por El indomable Will Hunting; por último, Avicii (Tim Bergling) era un DJ de notable fama.

Otra característica que les diferencia fue la elección del método que usaron para morir. Solo Cobain y Ocaña comparten sistema, mientras que el resto utilizó una forma diferente para suicidarse. Además, la amplitud del análisis (25 años) hace posible comprender la evolución del papel, que ha menguado su tamaño desde la aparición de las plataformas digitales. Ahora no suele superar las 60 páginas diarias, número que sobrepasaba sin problemas a finales del siglo XX.

 

Elementos que se van a analizar:

  • Portada. Si la noticia del suicidio aparece o no en la portada del medio.
  • Espacio en el periódico. Qué lugar ocupa dentro del medio centrándose en dos elementos: su extensión y si aparece en una página par o impar.
  • Titulares de la noticia en la que informan de la muerte del famoso. Si incluyen la palabra suicidio en el titular y si informan en él del método empleado.
  • Lenguaje. En primer lugar, si revelan el método empleado por el suicida en el cuerpo del texto. En segundo lugar, qué palabras utilizan para describir la muerte (si emplean la palabra suicidio o buscan diferentes sinónimos).
  • Análisis del volumen de la información, para conocer qué se publicó sobre esa persona en la misma semana de la muerte. El objetivo es averiguar si las piezas publicadas mencionan el suicidio y cuál es el género protagonista.

Finalizado el análisis, se ha elaborado un cuadro comparativo donde aparecen todas las variables estudiadas. Este cuadro servirá como resumen del artículo, ya que reflejará de una forma más directa si ha existido o no tal evolución. El objetivo de este apartado es encontrar aquellas semejanzas y diferencias del tratamiento que EL PAÍS y EL MUNDO han hecho del suicidio en los últimos 25 años, para aportar una última perspectiva sobre la manera en la que ambos medios informaron de estos cinco suicidios de famosos. 

 

Kurt Cobain

Las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO

Kurt Cobain se suicidó el 5 de abril de 1994. Tres días más tarde, un electricista encontró su cuerpo y llamó a la policía. Al día siguiente, tanto EL PAÍS como EL MUNDO concedieron un espacio en sus portadas al cantante de Nirvana.

 

Portada de EL MUNDO del 9 de abril de 1994 informando del suicidio de Kurt Cobain.

Portada de EL PAÍS del 9 de abril de 1994 sobre el suicidio de Cobain.

EL MUNDO dedica un protagonismo importante a la muerte de Kurt Cobain. A la imagen del cantante le acompañan un titular directo como “se suicida el líder de Nirvana” más una mención al método utilizado. Además, aportan un contexto al comentar que Cobain estuvo internado en una clínica en Roma para tratar sus problemas con las drogas. Por otro lado, EL PAÍS es más escueto en su portada. No dan detalles de su muerte, ya que solo se limitan a informar del suicidio del cantante.

Espacio en el periódico y titulares

El espacio que dedican ambos medios en el interior del periódico es idéntico. Los dos medios asignan una página completa a la muerte del cantante, situada en la página impar. Acompañan la noticia del suicidio con una columna de opinión (dos en el caso de EL PAÍS). Además, una imagen completa la página.

Respecto a los titulares, tanto EL PAÍS como EL MUNDO son muy descriptivos. Incluyen la palabra suicidio en el titular e informan del método empleado, que en el caso de Cobain fue un disparo en la cabeza con tan solo 27 años.

 

Titular empleado por EL PAÍS para informar de la muerte de Kurt Cobain.

 

Titular utilizado por EL MUNDO para informar de la muerte de Kurt Cobain.

Lenguaje

El vocabulario empleado en los titulares se corresponde con el usado líneas más tarde en el cuerpo del texto. EL PAÍS informa de la muerte con la siguiente frase: “El líder del grupo Nirvana, Kurt Cobain, de 27 años, se suicidó en su casa de Seattle (EE UU) de un disparo en la cabeza”. Por su parte, EL MUNDO emplea un estilo casi idéntico al de su competencia. “El líder del grupo estadounidense, que contaba con 27 años de edad, se suicidó disparándose un tiro en la cabeza”. En conclusión, ambos medios informan del método empleando la palabra tabú.

Volumen de información

La muerte de Kurt Cobain provocó la publicación de una gran cantidad de piezas en los días posteriores a su muerte. Desde la perspectiva de los géneros, ambos medios combinaron la publicación de noticias con varias columnas de opinión, y estos fueron acompañados por reportajes más elaborados.

Entre las piezas destacadas sobresale la inclusión de una imagen del cuerpo del cantante siendo examinado por la policía de Seattle. El 10 de abril EL PAÍS y EL MUNDO publicaron esa fotografía en la que se ve a Cobain tirado en el suelo con la policía al lado de su cuerpo. Por un motivo de conciencia y respeto he decidido no incluir esa fotografía en este trabajo.

Titular de la noticia publicada por EL MUNDO el 13 de abril de 1994.

Otra noticia destacada es la publicada por EL MUNDO el 13 de abril, donde sale a relucir ese efecto imitación (efecto Werther) tan temido por el periodismo. Menos de una semana después del suicidio del cantante, un admirador siguió sus pasos y se suicidó con el mismo método que su ídolo.

El 15 de abril, el suplemento Tentaciones de EL PAÍS publicó una entrevista con el cantante de Nirvana, la última que concedió antes de suicidarse. El titular, algo siniestro, decía lo siguiente. “Me gustan las armas. Tengo un M-16 y me encanta dispararlo”. Teniendo en cuenta que Cobain se suicidó con una escopeta el titular no parece el adecuado. Pero 25 años después de su muerte, nada ha cambiado.

 

Titular del reportaje publicado por ICON (EL PAÍS) el 9 de abril de 2019.

El tiempo pasa, las costumbres permanecen. El titular de ese reportaje publicado por ICON con motivo del 25 aniversario del suicidio del cantante refleja que con la llegada de las nuevas tecnologías nada ha cambiado. EL MUNDO publicó días antes un reportaje desde la misma perspectiva sensacionalista.

 

Titular del reportaje publicado por LOC (EL MUNDO) el 5 de abril de 2019.

Tres años antes de este triste aniversario, EL PAÍS publicó varias imágenes del arma utilizada por Cobain para suicidarse. La noticia también contenía la imagen en la que se ve al cantante tirado en el suelo en la escena de su suicidio.

 

Noticia publicada por EL PAÍS el 18 de marzo de 2016.

 

Luis Ocaña

Las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO

Luis Ocaña se suicidó el 19 de mayo de 1994. Al día siguiente, tanto EL PAÍS como EL MUNDO concedieron un espacio en sus portadas al ciclista español.

 

Portada de EL PAÍS del 20 de mayo de 1994.

Portada de EL MUNDO del 20 de mayo de 1994.

EL PAÍS (izquierda) aporta algunos detalles de la muerte de Ocaña, pero no menciona la palabra suicidio. Sustituye esta por muerte tanto en el titular como en el breve párrafo que lo acompaña. El método de la muerte sí que aparece en dos ocasiones. Por otro lado, EL MUNDO (derecha) sí emplea la palabra suicidio e informa del método utilizado por el ciclista. Un detalle curioso es que ambos medios utilizan la misma fotografía para ilustrar su muerte.

El espacio que dedican ambos medios en el interior del periódico es idéntico. Los dos medios asignan dos páginas completas a la muerte del ciclista, pero difieren ligeramente en su ubicación. EL PAÍS le dedica dos páginas impares, mientras que EL MUNDO le dedica una página doble con par e impar. Ambos acompañan la noticia del suicidio con varios artículos de opinión (donde destacan las figuras del periodista José María García y del ex ciclista José Miguel Echávarri), además de otras noticias que complementan la información sobre la muerte.

Respecto a los titulares, tanto EL PAÍS como EL MUNDO mencionan la palabra suicidio en el titular. Sin embargo, mientras que el primero informa del método en el subtítulo, el segundo lo hace en el propio titular.

 

Titular empleado por EL PAÍS para informar de la muerte de Luis Ocaña.

Titular utilizado por EL MUNDO para informar de la muerte de Luis Ocaña.

Lenguaje

Tanto EL PAÍS como EL MUNDO describen con detalle la muerte de Ocaña en el cuerpo de la noticia. EL PAÍS informa así de su muerte. “Luis Ocaña, una gloria del ciclismo español, se suicidó ayer en el cobertizo de su finca, en la localidad francesa de Caupenne de Armagnac, a los 48 años”. Varias frases más tarde, el periodista describe el método. “Ocaña, vencedor del Tour de 1973 y de la Vuelta a España en 1970, se disparó en la cabeza con un arma de fuego”. Por su parte, EL MUNDO es más directo y menciona el método empleado pero no la palabra tabú. “Ocaña murió ayer después de haberse pegado un tiro en la cabeza”.

Volumen de información

Breve publicado por EL PAÍS el 25 de mayo de 1994.

Los dos medios analizados publican numerosas piezas sobre el ciclista la misma semana de su muerte. En el apartado de géneros, destacan por encima del resto la noticia y los artículos de opinión. En ambas se describen sus duelos con Eddy Merckx y las reacciones de compañeros de profesión como Miguel Induráin o Pedro Delgado. Además, informan de los motivos que podrían haberle llevado a la muerte, como los problemas familiares o económicos.

Las noticias y columnas de opinión se completan con los breves, que son noticias más escuetas. Estas pequeñas noticias, como la que vemos a la derecha sobre el entierro de Ocaña, tienen el objetivo de informar al lector de algo concreto de lo que no se necesita una amplia información. El breve es más habitual en el diario EL PAÍS.

 

Tony Scott

Las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO

Tony Scott se suicidó el 19 de agosto de 2012. Al día siguiente, las plataformas digitales de EL PAÍS y de EL MUNDO ya recogían esta información, pero no fue hasta el 21 de agosto cuando la noticia fue publicada en el diario de papel.

El suicidio de este director de cine no aparece en las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO, que centran sus titulares en otras noticias. Scott, menos protagonista para el gran público que su hermano Ridley Scott, queda relegado a las páginas interiores de estos dos grandes medios.

Espacio en el periódico y titulares

El espacio que dedican ambos medios en el interior del periódico es diferente en una pequeña parte. EL PAÍS le asigna una página entera en forma del tradicional obituario, mientras que EL MUNDO, además de un obituario de media página, le concede otra página en la sección de cine. Coinciden en ubicar los obituarios en una página impar, mientras que la noticia de la sección de cine en EL MUNDO está ubicada en página par. A las tres piezas las acompaña una imagen de Scott.

Respecto a los titulares, EL PAÍS y EL MUNDO difieren en su forma de informar de la muerte del director. Mientras que EL PAÍS centra su atención en su carrera sin mencionar su muerte, EL MUNDO prefiere hacerlo sobre el último día de su vida. Ninguno de ellos utiliza la palabra suicidio en el titular, pero EL MUNDO sí que utiliza el tradicional sinónimo de “quitarse la vida” en el subtítulo, además de informar del método de la muerte en este mismo espacio del periódico.

Titular empleado por EL PAÍS para informar de la muerte de Tony Scott.

Titular utilizado por EL MUNDO para informar de la muerte de Tony Scott.

Lenguaje

El vocabulario empleado en el cuerpo del texto de los dos obituarios destaca por la ausencia de la palabra suicidio para informar sobre su muerte. Así lo hace EL PAÍS: “Scott falleció el domingo a los 68 años en Los Ángeles (residía en Beverly Hills), tras tirarse desde un puente a las aguas de su puerto”. EL MUNDO sigue la misma línea, sin mencionar la palabra tabú y describiendo su muerte. “Cuando se haga pública la causa que el pasado domingo Ilevó a Tony Scott a quitarse la vida arrojándose a las aguas del puerto de Los Ángeles, a buen seguro que esta no será el fracaso profesional”.

La diferencia la encontramos en la noticia que publica EL MUNDO en su sección de cine. Lo hace, ya de paso, describiendo con detalle sus últimos momentos de vida. “A plena luz de un día glorioso de sol y playa para una inmensa mayoría de angelinos, el director aparcó su coche, caminó por uno de los puentes colgantes más empinados de Estados Unidos, se saltó la valla de protección para suicidas y se lanzó al vacío sin pensárselo ni un segundo, poniendo punto y final a su aventura con 68 años”. La forma de explicar los últimos momentos de la vida de Scott está lejos de esa necesaria función de prevención tan demandada.

Parte de la tribuna publicada por EL MUNDO el 27 de agosto de 2012.

Volumen de información

El escaso conocimiento que el gran público tenía de la trayectoria de Tony Scott hizo que EL PAÍS y EL MUNDO no le dedicasen ninguna pieza informativa en la semana posterior a su muerte. Solo EL MUNDO dedica un breve espacio el 27 de agosto en una tribuna escrita por el juez y abogado Javier Gómez de Liaño. El autor reflexiona en estas líneas sobre el problema del suicidio, dando datos sobre este problema y poniendo el ejemplo cercano de un juez amigo suyo que decidió suicidarse. Más allá de esas líneas, ninguno de los dos medios vuelve a mencionar el suicidio del director en la semana posterior a su muerte.

 

Robin Williams

Las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO

Robin Williams se suicidó el 11 de agosto de 2014. Al día siguiente, EL MUNDO le dedicó un espacio preferencial en su portada. Este medio incluye la causa de la muerte y el método, en este caso un suicidio por asfixia.

Portada de EL MUNDO del 12 de agosto de 2014 informando del suicidio de Robin Williams.

Por otro lado, EL PAÍS no incluye el suicidio de Williams en su portada.

Espacio en el periódico y titulares

El espacio que dedican los dos medios en el interior del periódico es totalmente diferente. EL PAÍS le asigna una página entera impar, donde queda recogida una filmografía básica del actor además de un repaso a su carrera y a las reacciones provocadas por su muerte. Por otro lado, EL MUNDO se inclina por un pequeño espacio en su sección de La Otra Crónica (LOC) en una página impar. A ambas piezas les acompaña una imagen del actor estadounidense.

Respecto a los titulares, ninguno incluye la palabra suicidio ni informa del método empleado por Williams. De hecho, encontramos una similitud entre el subtítulo que utiliza EL PAÍS (“el actor es hallado muerto”) con el titular empleado por EL MUNDO (“encuentran muerto en su casa”). En esta forma influye que cuando los dos medios publicaron esta información no estaba clara cómo murió Williams.

 

Titular empleado por EL PAÍS para informar de la muerte de Robin Williams.

Titular utilizado por EL MUNDO para informar de la muerte de Robin Williams.

Lenguaje

Los dos medios coinciden en el cuerpo del texto en la no oficialidad de la causa de la muerte del actor. EL PAÍS menciona la causa y el método empleado por el estadounidense sin entrar en los detalles que se conocerían al día siguiente. “El parte oficial que hizo público la Oficina del Sheriff del condado de Marin apunta al suicidio por asfixia como probable causa de su fallecimiento”. Por su parte, EL MUNDO no alude al método. “Aunque aún se desconocen las causas exactas de su muerte, las autoridades del Condado de Marin, en el norte de California, han asegurado que todo apunta a un posible suicidio”.

Volumen de información

Los dos medios analizados publican numerosas piezas sobre la muerte del actor en la semana de su muerte. En el apartado de géneros, predominan los artículos de opinión y las noticias por encima del reportaje. En estos dos últimos aparece el método empleado por Williams, algo que no se conocía oficialmente el primer día después de su muerte (12 de agosto). Describen su muerte con todo tipo de detalles, como en un reportaje de EL MUNDO. “Un asistente personal le encontró en el dormitorio con un cinturón en el cuello y una muñeca cortada”.

Portada de EL PAÍS del 13 de agosto de 2014 con Robin Williams como protagonista.

Dos días después su muerte, EL PAÍS le dedicó parte de su portada y un amplio reportaje en el que se recopilaba su vida como actor. En dicho artículo destaca su subtítulo por emplear un extraño sinónimo para anunciar la muerte del actor.

Reportaje publicado por EL PAÍS el 13 de agosto de 2014.

Avicii

Las portadas de EL PAÍS y EL MUNDO

Tim Bergling, más conocido por el nombre de Avicii, se suicidó el 20 de abril de 2018. EL PAÍS y EL MUNDO no informaron de su muerte hasta dos días después y cuando todavía no se conocía la causa del fallecimiento. Sin embargo, no será hasta el 1 de mayo cuando la revista TMZ anuncie que el DJ se suicidó. Ese día Avicii no ocupa las portadas de los dos medios analizados.

Espacio en el periódico y titulares

El espacio que dedican los dos medios en el interior del periódico es totalmente diferente. EL PAÍS le asigna media página impar acompañada de una fotografía del DJ y hace un pequeño repaso de su vida. Respecto al titular, emplea los dos factores analizados: la palabra suicidio y el método empleado.

 

Titular de la noticia publicada por EL PAÍS el 2 de mayo de 2018.

Por otro lado, la noticia del suicidio del sueco no aparece en la edición de papel de EL MUNDO, por lo que el análisis no puede llevarse a cabo. En la versión en Internet sí publican una noticia con el mismo titular que EL PAÍS.

Lenguaje

EL PAÍS, el único medio analizado en este apartado, utiliza la palabra suicidio en el cuerpo del texto y el método empleado por el DJ. Lo hace así: “Tim Bergling, más conocido como Avicii, se suicidó. Así lo publicó ayer la web estadounidense TMZ. Varias fuentes cercanas al caso aseguraron que el dj y productor sueco utilizó el cristal de una botella rota para quitarse la vida. Dos fuentes señalan que se cortó el cuello, mientras otra lo niega y apunta que la estrella de la música dance electrónica se hirió en la muñeca”. Aunque no es recomendable revelar el método empleado por el suicida, EL PAÍS lo hace en tres ocasiones.

Volumen de información

En este caso, va a analizarse la información publicada después de confirmarse el suicidio del DJ. Sin embargo, las piezas publicadas son escasas, ya que solo se publican dos artículos de opinión, uno en cada medio analizado.

 

Cuadro comparativo

En el siguiente cuadro se muestran, a modo de resumen, las diferentes variables analizadas.

 

Cuadro comparativo sobre el tratamiento del suicidio en los últimos 25 años.

 


Guillermo Córdoba Santos

Guillermo Córdoba Santos

Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Autor de un Trabajo Fin de Grado sobre el tratamiento del suicidio en los medios de comunicación. A partir del curso 2019/2020 forma a los estudiantes de cuarto de Periodismo de la UCM en el buen tratamiento del suicidio.

Debate: armas de fuego y suicidio

Tiempo de lectura: 14 minutos

Esta entrada es recomendable para profesionales o personas interesados en la investigación sobre suicidio, particularmente sobre suicidio en cuerpos policiales.

 

Papageno.es es una plataforma profesional de prevención del suicidio abierto y multidisciplinar. Hoy publicamos una entrada de discusión sobre las armas de fuego y el suicidio. Si quiere dejar tu comentario puedes hacerlo bajo esta entrada. Si deseas suscribirte para recibir las nuevas entradas a través del correo electrónico puedes hacerlo a través del formulario de tu derecha.

 

Rogelio González Weiss es Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil.

 

Armas de fuego y suicidio

Un concepto relevante en materia de prevención está en la relación entre el acceso a las armas de fuego y su incidencia en el suicidio.

Como he señalado en otra ocasión, no todos los estudios relativos al suicidio son directamente exportables a cualquier otro grupo de población o país. Partimos de una realidad compleja, anclada en patrones y valores de cada sociedad y que se expresa de muchas formas y por diferentes “causas”. Observamos que las tasas de suicidios pueden variar entre países con un ratio 100:1. Con la misma complejidad y diversidad se expresan las tasas según edad, género o modo empleado.

 

Estado de la cuestión

Algunos artículos publicados en este mismo blog (Entrevista Francisco Zaragoza) o más recientemente otro sobre los riesgos de la accesibilidad a armas de fuego invitan a debatir sobre este tema.

Hay bastantes estudios, especialmente americanos, que asocian acceso a las armas con muertes violentas. Sin embargo, los métodos de obtención de datos (generalmente entrevistas a supervivientes o familiares) no siempre diferencian “aumento de la tasa de suicidio bruta” con el “aumento de la tasa de suicidio por arma de fuego”. La propia OMS cae en este error. Por ejemplo, en su informe “Prevención del suicidio, un imperativo global”.

Por otro lado, podemos encontrar publicaciones que, en vez de usar el análisis de datos, se apoyan en el razonamiento lógico.

De esta forma  señalan que: 

 

…el uso de las armas de fuego no aumenta la propensión a suicidarse. Sí aumenta las consecuencias negativas, por ser un medio más letal.

 

Armas de fuego y suicidio en el mundo

De hecho, el binomio armas/suicidio no cuadra bien con lo que podemos ver si comparamos los mapas de suicidios y los mapas de armas.

Tasas de suicidio en el mundo

Tasas de suicidio en el mundo

Armas de fuego (pistolas) en el mundo por 100 habitantes

Armas de fuego (pistolas) en el mundo por 100 habitantes

 

Japón y EEUU

Resultan paradigmáticos los casos de Japón o EEUU. El primero, uno de los países con menor número de armas de fuego disponibles (0,2%) y con elevadísimas tasas de suicidio (21 por cada 100.000 hab.). El segundo se destaca como número uno mundial en disponibilidad (42%) y en laxitud en regulación de armas. Sin embargo, expresa niveles de suicidio (12 por cada 100.000 hab.) por debajo de la media mundial. Incluso menores a países como Francia o Alemania.

 

Armas de fuego en España

En España el número de personas que tienen acceso a un arma es más alto de lo que tendemos a suponer. Sin alcanzar las cifras de los EEUU, la afición a la caza ha hecho que sea muy común la accesibilidad a escopetas. Estadísticamente, el 5% de la población española cuenta con una licencia de armas y éstas están presentes en el 12% de los hogares.

 

Armas de fuego y suicido en cuerpos policiales españoles

Según los datos de los que dispongo, aproximadamente el 85% de los suicidios consumados en la Guardia Civil y Policía Nacional, son por armas de fuego. En la población española esa proporción baja hasta un 6%. No es necesario un complejo cálculo estadístico para deducir que la accesibilidad y el conocimiento de su funcionamiento determinan cual es el modo usado para suicidarse en este colectivo.

La rotundidad de este dato sobre suicidio con armas en nuestras policías no nos aclara si, como ha llegado a afirmarse por algún responsable de las FyCSE, el hecho de disponer de un arma es “la razón” de un mayor índice de suicidios que entre aquellos que carecen de esta “accesibilidad” (en la Guardia Civil la tasa de suicidios en determinados grupos de edad triplican la tasa de su equivalente de la población española).

Frente a los estudios que avalan aquella afirmación, otros no son tan rotundos:

 

Se debe buscar un análisis más riguroso al de la simple especulación razonada que muestre esa posible relación causa/efecto entre armas y suicidio.

 

Propuesta de debate

Para afrontar con garantías esa duda, veríamos dos posibles estrategias:

a) Una investigación que partiera del seguimiento de un gran número de personas con acceso a un arma y que comparta el resto de factores sociales y ambientales respecto de la población de referencia. Por ejemplo, entre cazadores o deportistas de tiro olímpico. Esta técnica epidemiológica supone contar unos medios que solo están al alcance de algunas instituciones públicas.

b) Un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio, con un observatorio estadístico que, entre otras muchas medidas, recogiera sistemáticamente las personas en riesgo, las tentativas, una estadística fiable de este tipo de muertes y que obligara las autopsias psicológicas de los suicidios, especialmente en colectivos “de riesgo”; que reflejara las circunstancias relevantes de la persona que realiza la tentativa o la consuma: profesión o actividad, crisis personal o familiar, estado de salud, situación económica, procesado por delito, víctima de acoso o discriminación, acceso a las armas, medicamentos u otros medios letales, y un largo etcétera.

Como no parece inminente un abordaje de ese tipo me permito hacer un ejercicio estadístico, humilde pero riguroso. Con él solo se pretende comprobar si hay evidencia bastante para una afirmación que parece dictar el sentido común, que tan unánimemente se señala y de la que algunos responsables políticos y policiales españoles han hecho bandera (según creo, para justificar su inacción).

 

Hipótesis

Si partimos de las hipótesis de que “hay relación causa/efecto entre disponer de un arma respecto del modo elegido para consumar la intención suicida” (como ocurre con la policía en España), la serie temporal de la población española en posesión de armas de fuego, tendría que mostrar alguna correlación con aquella tasa. Asimismo, cabría esperar que, “un mayor índice en el acceso a las armas sea lo suficientemente significativo como para expresarse en una mayor tasa de suicidios” como sostiene alguna literatura científica (y el sentido común).

A nuestro favor juega:

a) El hecho de que en España al menos el 10% de su población adulta pueda tener un acceso inmediato a arma de fuego y sabe como utilizarla. Es un número suficientemente elevado, incluso para un evento de baja incidencia como es el suicidio (estadísticamente hablando, claro) y la poca variabilidad anual.

b) Si la relación de causalidad es alta, las matemáticas pueden mostrarla.

Por el método de análisis empleado y la confianza en las fuentes tan solo trataremos de valorar hasta qué punto se refleja en los datos alguna relación significativa entre “acceso a un arma de fuego” y la “tasa de suicidios”, no determinar si existe o en qué medida.

 

Metodología

Vamos a intentar comprobar, mediante un sencillo análisis estadístico (correlación bivariada), en qué medida las poblaciones con mayor o menor acceso a un arma expresan alguna tendencia estadística vinculada a las conductas suicidas.

 

Problemas metodológicos

En cuanto al método, la recopilación de datos sobre licencias de armas por regiones en España no ha sido fácil, al no disponer de series de datos homogéneas. El Ministerio del Interior si publica regularmente datos globales sobre licencias de armas, pero no muestra el dato “número de personas titulares de armas”. Los números no son coincidentes pues una misma persona puede ser cazador y aficionado al tiro deportivo, figurando en ambas licencias. Aún así se ha obtenido una serie fiable entre el año 1990 y el 2017 para los datos nacionales y dispersos y poco fiables para las CCAAs a partir del INE o sus propios boletines estadísticos.

En el caso del INE se ha observado que las tablas referidas al desglose de suicidios por CCAAs o provincias no coinciden con los totales de los resúmenes nacionales. Ocurre igual cuando usamos las series nacionales y las comparamos con los desgloses por el método empleado. En aras de esa “homogeneidad” he optado en esta ocasión por usar los datos del Ministerio de Sanidad (si bien, este organismo también divide sus resúmenes en dos periodos 1981/1998 y 1999/2017 y se detectan 2 diferentes criterios de adquisición). Hemos utilizado directamente sus tasas ya calculadas.

Los valores de tasas de suicidios y acceso a las armas de otros países, están referidos a periodos de tiempo no coincidentes y provienen de fuentes distintas, por lo que las conclusiones estadísticas deberán considerarse también con prudencia.

Las variables disponibles se han considerado a nivel Nacional, pero también se ha intentado una comparación en varias CCAAs y dentro de estas, una relación transversal referida al comportamiento medio de cada CCAA. El análisis de otros países solo ha sido posible desde este concepto transversal, considerando solo el comportamiento medio o de “foto fija” disponible y usando solo los datos referidos a Estados con estructuras administrativas fiables (Europa, USA, Canadá, etc.) cuya recogida de datos se ajustan a los estándares internacionales y se mantienen en el tiempo. Nos hemos centrado también en el caso estadounidense, al poder comparar una serie temporal larga sobre acceso a las armas, tasas de sucidios y datos sobre homicidios. Los referidos a armas se han obtenidos a partir de encuestas y suponen una mera aproximación.

Se ha optado por incluir también un cotejo referido a tasas de suicidio del género “hombre”. La intención es forzar sensibilidad del análisis concentrando respecto de esa mitad de la población que más armas tiene (20:1), más se suicida (3:1) y más frecuentemente usa las armas de fuego como método de consumación (26:1).

Para los cálculos estadísticos se ha usado la herramienta SPSS, obteniendo un análisis descriptivo, tablas de correlación bivariada, gráficas de dispersión de variables asociadas y cálculo de regresión lineal mediante una Anova. No profundizo en el análisis consciente de las limitaciones de los datos y que los resultados son difícilmente exportables.

 

Fuentes:

Recurriremos a las fuentes en las que es posible observar el fenómeno autolítico y la posesión de armas con carácter general: INE, Ministerio de Sanidad Consumo y Bienestar Social (Instituto de Información Sanitaria), Anuarios estadísticos del Ministerio del Interior, Boletines estadísticos de la Administraciones públicas y Anuarios de estadísticas deportivas del Ministerio de Educación Cultura y Deporte. También dispondremos de datos referidos a armas y suicidios en otros países:

 
Problemas metodológicos de las fuentes
  • No podemos hacer un muestreo y dependemos exclusivamente de los datos que aquellos organismos han estimado oportuno publicar. No se pueden revisar, contrastar con otras fuentes o cuestionar la metodología sobre captación/elaboración de esos datos.
  • No en todos los casos consideramos a las personas que, sin tener licencia de armas, pueden acceder a las de un familiar que sí las tenga y las guarde en el domicilio común. Tampoco a aquellas que disponen de un arma ilegalmente obtenida.
  • Y por último, la poca disposición de las instituciones públicas para ampliar los datos y ponerlos a disposición de los investigadores. Sirva de ejemplo que, pese a haber pedido en abril a la Secretaria de Estado para la Seguridad del Ministerio del Interior el resumen del número de personas con licencias de armas por provincias y años, al día de hoy sigo sin recibir noticia.
 
Aproximaciones
  • Comparación de las series temporales “proporción de personas en España que poseen una licencia de armas de fuego”, con “tasas de suicidio nacionales”, con “porcentaje de suicidios por arma de fuego respecto del total de los diferentes métodos empleados para consumarlo” y con “tasas de muertes por homicidio”.
  • Comparación de series temporales y datos globales de las CCAAs en los conceptos de “proporción de licencias de armas de fuego”, “tasa de suicidio” y “porcentaje de uso de arma de fuego en la consumación suicida”.
  • Comparación de datos globales de varios países en los conceptos de “número de licencias de armas de fuego por cada 100 habitantes”, “% de hogares con armas de fuego”, “número de propietarios de armas de fuego con licencia por cada 100 habitantes”, “tasas de suicidio nacionales” y con “tasa de suicidios por arma de fuego nacionales”.
  • Comparación de las series temporales “proporción de domicilios en EEUU que poseen al menos un arma de fuego”, con “tasas de suicidio nacionales”, con “tasa de suicidios por arma de fuego” y con “tasas de muertes por homicidio”.
 
Resultados
El caso español

No ha sido posible encontrar ninguna correlación significativa entre variaciones anuales en el porcentaje de licencias de armas en España y su mayor incidencia en la tasa de suicidios.

No significa que se descarte totalmente la hipótesis, tan solo se acredita que, de existir, no es lo suficientemente alta como para mostrar alguna relevancia estadística en el global de los datos, bien porque ha quedado enmascarada entre la imprecisión de las fuentes, bien por otros tipos de errores. No hay elementos de estudio para identificar interacciones con otras variables o establecer relación causa/efecto.

Solo cuando se ha comparado la evolución de “licencias de armas” y la evolución de “suicidios por medio de armas” a nivel nacional se ha podido acreditar la hipótesis (pero no demostrar desde el punto de vista científico): relación estadística significativa entre un mayor acceso a las armas de fuego y la proporción de personas que terminan usando éstas como medio para suicidarse, confirmando la utilidad de la técnica estadística usada y ajustándose a la evidencia del arma como medio más empleado en Guardia Civil para las conductas autolíticas.

Se aprecia también correlación entre número de licencias y homicidios en España, lo que nos refuerza la confianza en la validez general de estos análisis (por lo que procedemos a apuntarnos un nuevo “positivo” 😉

Las tablas de correlaciones entre los datos globales “suicidios en España” y el tratamiento específico en “suicidios en hombres” no han mostrado diferencias, con lo que no se confirma la premisa (mejor dicho, la esperanza) de encontrar “más evidencia estadística” por “concentración de las muestras”.

 

Por comunidades autónomas

Los datos parciales referidos a Comunidades Autónomas no han mostrado ningún tipo de correlación entre licencias de armas y suicidios y poca entre armas y modo empleado para el suicidio. No ha sido posible ni en el enfoque “evolución temporal” ni en el transversal entre CCAAs. Posiblemente debido no solo por el menor número de datos de cada serie, sino también por la menor fiabilidad de los mismos, por los diferentes modos de recopilación y los heterogéneos conceptos de cada Administración Regional.

 
Relación suicidio armas en otros países

WHO Mortality Database. World Health Organization (elaboración propia).

Como análisis previo, al intentar comparar la evolución anual de suicidios de cada país respecto de la evolución de la media de todos ellos, se comprueba que 19 de los 30 países observados se ajustan muy bien al patrón medio, entre ellos Francia, Italia o Alemania. Algunos no expresan ninguna correlación, como es el caso de España. Otros, como Polonia, Portugal o Japón expresan correlación inversa. Adjunto la tabla, aunque no encuentro interés para nuestro enfoque sobre armas ni relación con el resto de variables.

El análisis transversal sobre los distintos países expresa datos similares a los obtenidos en España. Esto ocurre especialmente en el que se refiere a “% de domicilios con armas” respecto del “método de suicidio”. Además existe un nulo reflejo accesibilidad y tasa de suicidio general. En consecuencia se confirma la consistencia de nuestra aproximación estadística.

 

(Más acceso a las armas no supone, aparentemente, más suicidios pero si influye en la forma en que se lleva a cabo).

 

El peculiar caso norteamericano

Como decíamos al inicio, USA is different. Recordemos que en casi la mitad de los domicilios en EEUU disponen de, al menos, un arma de fuego. Su propia constitución ampara ese derecho y hay pocos controles para la adquisición legal de armas. Por otro lado, la legitimación de la autodefensa parece que tiene sus consecuencias. La tasa de homicidios anual es de 7,35 por cada 100.000 habitantes. En España no se alcanza el 0,1.

Otro efecto de su “especial idiosincracia” es que el 67% de los suicidas usan un arma de fuego como método. En España, recordemos, es escasamente el 6%.

Una prueba más de que los cotejos estadísticos empleados en este artículo tienen cierta capacidad para detectar las relaciones entre disponibilidad de armas y suicidio se encuentra en los datos en EEUU.

 

Analizadas las series de datos (1981-2017) sobre “% de hogares con armas de fuego”, “% de suicidio con arma de fuego”, “% de homicidios” y “% de homicidios por arma de fuego” se expresa una fuerte correlación entre todas las series.

Es importante destacar que se ha observado relación leve entre la mayor proporción de domicilios con armas y tasa de suicidios. Como en las series anteriores, no podemos identificar interacciones con otras variables o establecer relación causa/efecto.

De esta última tabla podemos extraer varias consideraciones:

  • Los resultados son coherentes con los estudios que señalan esa relación entre armas y sucidio para la población USA.
  • El elevado número de armas y la facilidad para el acceso a ellas marcan diferencias sustanciales en su comportamiento respecto de los países de nuestro entorno cultural.
  • El rango de relación entre acceso a las armas / suicidio por medio de armas / homicidios, es superior al de acceso a las armas / tasa de suicidio.

 

Discusión

Es razonable establecer que en España y los países desarrollados los requisitos de acceso a las armas disminuyen el riesgo inherente al acceso a un arma. Estos filtros parecen servir para aminorar algunas de las situaciones de mayor exposición: problemas mentales, adicciones, situaciones de conflicto con la ley o conductas asociales…

La clave parece estar en esos controles para la posesión de armas, no tanto en el número de ellas. Entiendo que es argumento suficiente para estimar que cualquier normativa para limitar el acceso a las armas de grupos de riesgo son efectivas y muy recomendables.

 

Implicaciones en cuerpos policiales

¿El fácil acceso a las armas de fuego entre miembros de cuerpos policiales explica “per se” su elevada tasa de suicidio?

En el caso de los agentes de policía en España, podemos afirmar que se trata de una población seleccionada en cuanto a salud física y mental. Sus agentes han tenido que superar un riguroso examen previo al acceso. Esto supone pruebas físicas/deportivas, un reconocimiento médico exhaustivo y otro de evaluación psicológica. Durante su vida profesional y en todos los procesos de especialización y promoción han de evidenciar encontrarse en condiciones de aptitud psicofísica adecuada. Esto puede ser propuestos por sus mandos para su evaluación cuando se observen conductas anómalas o déficit de salud.

 

El caso de la Guardia Civil

En la Guardia Civil, cuando se detectan indicios de afectación por enfermedad psicológica, crisis emocional, roce con la justicia, o así lo comunique el afectado (también compañeros o familiares), se adoptan medidas cautelares. Por ejumpelo, la separación del servicio, la activación de un protocolo de retirada preventiva del arma y de reconocimiento obligatorio por el Servicio de Sanidad y/o Servicio Psicológico. Este proceso puede acabar con expediente de “Pérdida de Aptitud” por un Tribunal Médico Pericial. Estas evaluaciones son rigurosas, pues conducen con frecuencia a su pérdida de condición de Guardia Civil. En muchas ocasiones puede llevar a su declaración como “apto con limitaciones” para prestar servicios sin armas. En su contra, la adopción de esas medidas preventivas se traducen en estigmatización, pérdidas retributivas y dificultades futuras para la promoción, lo que puede disuadir de la utilización del cauce “oficial” o, lo que es peor, a no pedir ayuda.

Los datos parecen concordar bien con la predilección entre los agentes para usar el arma como medio para el suicidio. Esto ocurre entre la población americana. Sin embargo, no mostramos en España los efectos perversos del acceso sin control. No hay evidencia de la influencia de las armas en una mayor tasa bruta de suicidio. Tampoco sufrimos las altísimas tasas de homicidios de aquel país. Afortunadamente también, los policías españoles parece que no expresan las tasas de homicidio que observamos entre la población norteamericana. Según las estadísticas de Defensa, en los últimos años no ha habido ningún ingreso penitenciario de agentes de la Guardia Civil para cumplir penas superiores a 12 años.

 

Conclusiones

En base a los resultados no es lógico concluir que este colectivo profesional tenga un comportamiento muy distinto al resto de la población española. Los controles de acceso y seguimiento, aunque mejorables, son aún mayores a los que ya existen para el resto de ciudadanos. Estos deberían por tanto compensar en mayor medida el riesgo inherente al acceso inmediato a un arma letal.

 

No debemos caer por tanto en la explicación simplista de que la disponibilidad de un arma sea la causa para aumentar el suicidio en España. Tampoco, como se ha llegado a afirmar para los guardia civiles, como “la principal causa de sus altas tasas de suicidio”.

 

Para llegar a esa conclusión será necesario otro tipo de investigaciones, con más y mejores datos que los existentes. Esto permitiría determinar cuales son los auténticos factores de riesgo para poder fijar políticas y protocolos preventivos más eficaces.

El Grupo de Investigación de Salud Pública de Cádiz (GISPCA) se adhiere a la iniciativa papageno.es

Tiempo de lectura: 2 minutos

El Grupo de Investigación de Salud Pública de Cádiz (GISPCA) es una asociación sin ánimo de lucro formada por profesionales de salud pública, docentes universitarios y profesionales independientes que tiene como objetivo fomentar la investigación como herramienta de desarrollo, mejora de los hábitos y la salud y calidad de vida de la población. A través del trabajo de sus diferentes grupos, la asociación organiza a lo largo del año actividades de formación metodológica o presentación de investigaciones y crea lugares de encuentro para la exposición de trabajos científicos que favorezcan líneas de investigación sobre promoción de la salud y salud pública.

Papageno.es es una asociación independiente y sin ánimo de lucro que tiene como objetivo social la promoción de la salud mental y la prevención de conductas suicidas. Participa en actividades de investigación, formación de profesionales y sensibilización destinadas a combatir mitos y acabar con el estigma y el silencio.

Entre las actividades desarrollados por el GISPCA está la organización de la XIX JORNADA DESIGUALDADES SOCIALES Y SALUD, IIª Jornada sobre “Acción Comunitaria para la reducción de las desigualdades sociales en salud” que se celebrará en Cádiz el 17 de octubre de 2019. Este encuentro anual se centra este año en el bienestar emocional y la salud mental. Entre otros interesantes talleres que se pueden consultar en su página web, está el titulado:  “Las mil caras del suicidio: perspectiva local y desigualdades” cuyos dinamizadores son profesionales vinculados a papageno.es. Desde hace 19 años, la jornada ha venido señalando la necesidad de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia que las desigualdades sociales tienen en la salud de la población. El suicidio, que castiga a todos los grupos de edad y niveles socioeconómicos ,tiene sin embargo un importante sesgo que convierte a los sectores más desfavorecidos en colectivos más vulnerables, con menor alfabetización en salud y con menor accesibilidad a servicios de prevención.

Con el inicio de la relación entre ambas organizaciones se abren  canales de colaboración para realizar investigaciones sobre la conducta suicida que por un lado permitan entender más este fenómeno que causa en el mundo una muerte cada 40 segundos y por otro lado favorezca la aparición de nuevas formas de abordajes preventivos o buenas prácticas.

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