El suicidio es un problema de la ciudadanía global que está recogido formalmente en un indicador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Requiere una alfabetización en prevención del suicidio a la población en general y una mayor instrucción a profesionales relacionados con esta atención. Mediante las estrategias de transformación social se adquieren herramientas y capacitación para convertirse en ciudadanos con valores de responsabilidad con el entorno, de forma que puedan participar en la vida urbana con impacto.
La prevención del suicidio excede el ámbito de la salud, tiene un carácter integrador e indivisible en las dimensiones vitales y necesita una estrecha colaboración entre los agentes implicados para prevenirlo.
Curso: Prevención de la conducta suicida en Universitat de les Illes Balears
Lugar: Campus de Palma, Sede universitaria de Ibiza y Formentera y Sede universitaria de Menorca.
Cuándo: Desde 7.9.2023.
La universidad ofrece la oportunidad de conocer las información básica para su prevención. Los factores de riesgo y de protección, los colectivos más vulnerables, recursos de apoyo especializados y los localizados en las Islas Baleares.
La capacitación que ofrece la Universidad de Islas Baleares, está dirigida a alumnos de cualquiera de sus facultades. Se pueden solicitar una o dos sesiones, con una duración de dos horas cada una y puede incorporarse a cualquiera de las asignaturas de grado durante el curso académico 2023-24.
La Asociación Papageno está formada por profesionales de contrastada experiencia en la prevención del suicidio, promueve el trabajo en red multidisciplinar y multinivel entre todos los agentes implicados. Facilita formación en prevención y posvención, contenidos con evidencia científica, materiales de autoayuda, asesoramiento y colaboración para asociaciones y empresas interesadas. Papageno está comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y colabora con la actividad formativa de transformación social de la Universidad de Islas Baleares.
En palabras de Antón Leis, actual director de la Agencia Española para el Desarrollo, muchos suicidios se deben a problemas estructurales y vulneración de derechos, y encubren otros desafíos de desarrollo.
Esta actividad impacta principalmente en los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible:
TRANSFORMACIÓ SOCIAL PER A UNA PREVENCIÓ DEL SUÏCIDI AMB IMPACTE
Curs: Prevenció de la conducta suïcida: Universitat de les Illes Balears
Lloc: Campus de Palma, Seu universitària d’Eivissa i Formentera i Seu universitària de Menorca.
Quan: Des de 7.9.2023.
El suïcidi és un problema de la ciutadania global que està recollit formalment en un indicador dels objectius de desenvolupament sostenible. Requereix una alfabetització en prevenció del suïcidi a la població en general i una instrucció més gran a professionals relacionats amb aquesta atenció. Mitjançant les estratègies de transformació social s’adquireixen eines i capacitació per convertir-se en ciutadans amb valors de responsabilitat amb l’entorn, de manera que puguin participar a la vida urbana amb impacte.
La prevenció del suïcidi excedeix l’àmbit de la salut, té un caràcter integrador i indivisible en les dimensions vitals i necessita una col·laboració estreta entre els agents implicats per prevenir-lo.
La universitat ofereix l’oportunitat de conèixer les dades bàsiques per prevenir-les. Els factors de risc i de protecció, els col·lectius més vulnerables, recursos de suport especialitzats i els localitzats a les Illes Balears.
La capacitació que ofereix la Universitat de les Illes Balears està dirigida a alumnat de qualsevol de les seves facultats. Es poden sol·licitar una o dues sessions, amb una durada de dues hores cadascuna i es pot incorporar a qualsevol de les assignatures de grau durant el curs acadèmic 2023-24.
Accedeix al Programa amb les opcions de formació i els seus objectius a la web de
L ́Associació Papageno està formada per professionals de contrastada experiència en la prevenció del suïcidi, promou el treball en xarxa multidisciplinar i multinivell entre tots els agents implicats; facilita formació en prevenció i postvenció, continguts amb evidència científica, materials d’autoajuda, assessorament i col·laboració per a associacions i empreses interessades. Papageno està compromesa amb els objectius de desenvolupament sostenible de l’ONU i col·labora amb l’activitat formativa de la Universitat de les Illes Balears.
En paraules d’Antón Leis, actual director de l’Agència Espanyola per al Desenvolupament, molts suïcidis es deuen a problemes estructurals i vulneració de drets, i encobreixen altres reptes de desenvolupament.
Aquesta activitat impacta principalment en els següents Objectius de Desenvolupament Sostenible:
Propuesta de protocolo de prevención de la conducta suicida adolescente en entorno escolar. Trabajo Fin de Grado de Ana Isabel Moreno. Resume la evidencia del suicidio y prevención en el ámbito escolar. Incluye cuadro con los planes de prevención de las consejerías de sanidad y los protocolos escolares que promueven 10 consejerías de educación.
Algunas conclusiones del trabajo:
Todas las consejerías de sanidad y algunas consejerías de educación y otros organismos autonómicos y locales están realizando el esfuerzo de implementar medidas específicas, a pesar de no tener un marco o Ley de actuación estructural estatal.
En muchas de las guías autonómicas existen lagunas y discrepancias sobre el tratamiento de la información de los estudiantes en riesgo en términos de confidencialidad o seguridad de los datos. Sería muy pertinente contar con indicaciones estatales clarificadoras con expertos en materia de protección de datos y especialistas en prevención de suicidio.
Dado que hay evidencia de disminución de comportamiento suicida escolar con intervenciones multinivel, sería deseable que en un futuro el sector educativo esté concienciado y en disposición de implementar programas de formación de estudiantes guardianes, psicoeducación y promoción de la salud mental del alumnado y otras medidas citadas en el trabajo, que involucran a toda la comunidad educativa.
La evidencia científica pone en tela de juicio la validez científica de muchas de las categorías de factores de riesgo que se están utilizando actualmente. Se trata de factores débiles e inespecíficos que podrían estar presentes en cualquier persona sin un riesgo elevado de cometer suicidio.
Carine Nonnast, (Lorca, 2000) ha realizado un trabajo de diseño para favorecer la reflexión del público joven sobre sus mayores dificultades de salud mental y les invita a recapacitar sobre el suicidio, como una salida desproporcionada ante el sufrimiento. El objetivo es provocar un efecto de prevención, a través de la naturalización de los problemas mentales, que no de su normalización, para afirmar que la vida merece la pena. Se enfoca en la lucha y la esperanza, pues “la detección y el tratamiento temprano son importantes para lograr una recuperación total”. Carinne colabora ahora con su trabajo en la red Instagram de Papageno, dirigiéndose a satisfacer la demanda de clientes potenciales.
En la elección de este tema para realizar su Trabajo de Fin de Grado, ha influido la atracción genuina que tiene hacia las causas humanitarias y la abundancia de casos que ha conocido a través de las difíciles circunstancias sociales que atraviesa nuestro país, que desde marzo de 2020 son más pronunciadas y han hecho imposible esconder la inseguridad, confusión, pobreza y sufrimiento que han causado.
Su pregunta de investigación se centra en ayudar a la prevención del suicidio desde el diseño gráfico y se determina a 3 objetivos: concienciar a los jóvenes para que cuiden su salud mental, contribuir a disminuir el tabú sobre los trastornos mentales y modernizar el estilo gráfico utilizado por las organizaciones humanitarias en las campañas relacionadas. Cuenta con la herramienta de su propia juventud para entender estos problemas y el estado de la cuestión. Y aunque recibió recomendaciones para abandonarlo por su complejidad, ha respondido desde su responsabilidad, insistiendo en realizar este proyecto; porque ante el suicidio, todos podemos ser agentes de cambio.
Con su capacidad de trabajo ha llegado a profundizar en la identidad corporativa y las materias que ocupan los fines de la Asociación Papageno. Demuestra gran responsabilidad, creatividad e iniciativa, y destaca su dedicación en la preparación de los materiales.
Expone que: “Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sintió la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar. Pues del tabú sobre estos problemas, se está pasando a tratarlo en comentarios normalizados”
“Tras muchas conversaciones sobre comida, redes, ansiedad, autoestima, etc., sentí la necesidad de intentar ayudar proyectando la importancia que tiene la salud mental en una campaña que buscara naturalizar los trastornos pero no normalizarlos como algo cotidiano imposible de evitar, pues del tabú sobre esos problemas, que los ocultaba, se está pasando a una época rodeada de comentarios normalizados”
En este vídeo presenta su trabajo de diseño, enfocado a prevención del suicidio
Un ejemplo más de su intuición y humanidad, es el documental “Olvide no quererte”, reconocido con premios a mejor corto documental y del público, en el festival de cortometrajes ESNE FeelMotion de 2020 y el premio Neuronita de Plata, en el festival Memorables Film Festival, del certamen de cortometrajes sobre el Alzheimer. En 7 minutos expone la historia de amor de sus abuelos con 92 y 95 años, en la que, un documental sobre la pareja que, después de superar los 60 años juntos, se enfrenta a la crueldad del Alzheimer.
Es Doctora en Psicología, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, especialista en Terapias de Tercera Generación y Psicóloga General Sanitaria. Ha sido investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Instituto de Salud Carlos III) y profesora visitante del National Suicide Research Foundation de Cork (Irlanda) y del Center for Practice Innovations – Suicide Prevention de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos), institución para la que fue galardonada con una beca del prestigioso programa Fullbright. Es miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias y Editora Asociada de las revistas científicas Psicothema, Clínica y Salud, y Adicciones.
El suicidio como primera causa de mortalidad externa entre jóvenes
En el año 2019, por primera vez, los suicidios superaron como causa de muerte a los tumores y los accidentes de tráfico de la juventud española (15 a 29 años), convirtiéndose en la primera causa de defunción en esta franja de edad. En España, la prevalencia de pensamientos de suicidio en población adolescente se sitúa en torno al 30%, mientras que la de intentos de suicidio es del 4%, aproximadamente. En general, los varones adolescentes mueren por suicidio tres veces más que las chicas de su misma edad. Sin embargo, la tasa de intentos de suicidio es tres veces mayor en ellas que en ellos. Pero aún hay más: no solo nos referimos al suicido consumado, sino al amplio espectro de conductas suicidas que abarcan desde los pensamientos hasta la planificación y los intentos de suicidio, con el subsecuente sufrimiento personal y familiar que conllevan.
El suicidio en la adolescencia
El abordaje del suicidio en la adolescencia es relevante por varios motivos: las conductas suicidas en población infanto-juvenil han sufrido un gran aumento en las últimas décadas; cada vez se registran más suicidios a edades más tempranas; la mayoría de personas que han considerado o intentado suicidarse lo hicieron por primera vez durante su juventud, típicamente antes de los veinte años; los pensamientos de suicidio y las conductas auto lesivas son predictores bien establecidos de nuevos intentos de suicido en el futuro y de problemas para el desarrollo social y emocional del joven; la muerte por suicidio de un menor supone un auténtico drama familiar agravado por el estigma social; y, finalmente, la mayoría de los adolescentes que intentan suicidarse comunican sus pensamientos antes de llevarlo a cabo. Por todo ello, la comunidad debe estar especialmente alerta a las “señales de alarma”, que comprenden la comunicación verbal y no verbal del niño o adolescente, así como cambios en su comportamiento o en el rendimiento escolar, soledad, asilamiento, acoso escolar, consumo de drogas, interés repentino por la muerte (más allá de los conflictos existenciales “normales”), comentarios del tipo “estaríais mejor sin mí”, “no sé qué hacer con mi vida”, etc. De hecho, la literatura científica ha puesto de relieve la importancia de que los adultos que forman parte de la vida de estos jóvenes conozcan las posibles señales de alarma previamente señaladas para una adecuada prevención.
No existe un camino único que lleve a un adolescente a intentar quitarse la vida o a realizar conductas que pongan en peligro su bienestar. Explicar las causas de este fenómeno no es fácil ya que, como en casi todos los fenómenos complejos, no hay una única respuesta. El suicidio no es algo que ocurra en el vacío, sino que tiene lugar en un contexto específico y en unas circunstancias determinadas de la vida de un adolescente en las que la desesperanza y el sufrimiento cobran especial relevancia. A pesar de estas dificultades, el suicidio es prevenible. Y, tal y como ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS), dicha prevención requiere un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación de todos los agentes sociales (sanidad, educación, familia, medios de comunicación, etc.).
¿Qué hace que la adolescencia sea un periodo de alta vulnerabilidad?
Se trata de una etapa caracteriza por ciertas dificultades en la que los jóvenes deben resolver algunas tareas evolutivas, tales como diferenciarse de sus padres, desarrollar un sentimiento de pertenencia a un grupo o aprender a relacionarse con su nuevo cuerpo y su sexualidad. Además, a estos problemas se une un nuevo fenómeno: el uso de las nuevas tecnologías de la información que favorecen conductas de riesgo y potencian formas de comunicación rápidas, un tanto deshumanizadas (literalmente ya no hay humanos, sino emoticonos, stickers, memes y GIFs), que no permiten desarrollar las habilidades sociales ni las competencias emocionales básicas que necesitamos para resolver los inevitables envites de la vida. El ritmo frenético y la dudosa información de las redes sociales hace que permanecer a solas, sin nada más que hacer que pensar, sea casi insoportable para nuestros jóvenes. La intolerancia a la frustración y al aburrimiento es uno de los grandes males de esta generación de niños y adolescentes y, lejos de ser inocua, tiene importantes implicaciones en su salud mental y en la impulsividad de sus acciones. No solo cambia su manera de comunicarse sino también su forma de “ser-en el-mundo”.
¿Qué puede hacer la comunidad educativa?
Al igual que en todas las conductas problemáticas de la adolescencia, la intervención en los contextos educativos es algo crucial. No es necesario que los programas de prevención se centren explícitamente en el suicido sino, más bien, en el aprendizaje de competencias emocionales para manejar las situaciones de crisis, fomentar una buena salud mental, promover las redes de apoyo social, identificar situaciones de riesgo, etc. La OMS señala otras intervenciones eficaces como la formación del personal educativo en la identificación de alumnos en riesgo, las iniciativas para garantizar un entorno escolar seguro (como los programas contra el acoso escolar), el refuerzo de los vínculos con el colegio y los servicios de apoyo, la mejora de la legislación y el desarrollo de protocolos claros para el personal cuando se identifique el riesgo de suicidio, así como mejorar la concienciación de los padres sobre la salud mental y los factores de riesgo en sus hijos. “Hay que recordar a los profesores o cuidadores que hablar del suicidio con los jóvenes no aumentará el riesgo de suicidio, sino que los jóvenes se sentirán más capacitados para acudir a ellos en busca de apoyo cuando lo necesiten”, recuerda la OMS.
¿Qué pueden hacer las familias?
Tengamos siempre presente que el suicidio rara vez se debe a una única razón. Los factores de riesgo familiar implicados en la conducta suicida no son diferentes de los que puedan desempeñar los “grandes clásicos” de los problemas en la infancia y la adolescencia: conflicto familiar, maltrato, desapego, ausencia de comunicación, etc. Por el contario, algunos de los factores protectores asociados a una reducción del riesgo de suicidio en la infancia y adolescencia son: alta cohesión familiar y bajo nivel de conflictos, habilidades de solución de problemas y estrategias de afrontamiento, actitudes y valores positivos hacia la vida, nivel educativo medio-alto, alta autoestima, y adecuados sistemas de apoyos y recursos, entre otros. Por lo tanto, es necesario potenciar una educación basada en el amor, el respeto, lo límites y los valores, así como cultivar la existencia de propósitos y objetivos. También es fundamental deshacerse de los mitos en torno a la conducta suicida: el suicidio no es un trastorno mental ni un síntoma de otro problema de salud mental, sino que es un pensamiento al servicio de una situación que es vivida como insoportable o interminable por parte del adolescente. Y nunca hay que subestimar ese dolor. Está en manos de las familias evitar simplificar el fenómeno y dejar hablar entre susurros sobre algo que debe hablarse alto y claro: la gestión emocional del dolor, la frustración, la ética, los valores personales, las crisis de las diferentes etapas de la vida, la visión romántica de la muerte, la idealización del amor romántico, etc. Es razonable que nos sintamos incómodos hablando de algunos temas, pero los adolescentes que piensan en suicidarse están asustados, ambivalentes hacia la vida, y agradecerán tener la ocasión de encontrar un espacio seguro para hablar de esos pensamientos que les acosan y liberar la vergüenza y el temor. A veces, pequeños gestos pueden empezar a inclinar la balanza hacia la vida.
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