Propuesta de protocolo de prevención de la conducta suicida adolescente en entorno escolar. Trabajo Fin de Grado de Ana Isabel Moreno. Resume la evidencia del suicidio y prevención en el ámbito escolar. Incluye cuadro con los planes de prevención de las consejerías de sanidad y los protocolos escolares que promueven 10 consejerías de educación.
Algunas conclusiones del trabajo:
Todas las consejerías de sanidad y algunas consejerías de educación y otros organismos autonómicos y locales están realizando el esfuerzo de implementar medidas específicas, a pesar de no tener un marco o Ley de actuación estructural estatal.
En muchas de las guías autonómicas existen lagunas y discrepancias sobre el tratamiento de la información de los estudiantes en riesgo en términos de confidencialidad o seguridad de los datos. Sería muy pertinente contar con indicaciones estatales clarificadoras con expertos en materia de protección de datos y especialistas en prevención de suicidio.
Dado que hay evidencia de disminución de comportamiento suicida escolar con intervenciones multinivel, sería deseable que en un futuro el sector educativo esté concienciado y en disposición de implementar programas de formación de estudiantes guardianes, psicoeducación y promoción de la salud mental del alumnado y otras medidas citadas en el trabajo, que involucran a toda la comunidad educativa.
La evidencia científica pone en tela de juicio la validez científica de muchas de las categorías de factores de riesgo que se están utilizando actualmente. Se trata de factores débiles e inespecíficos que podrían estar presentes en cualquier persona sin un riesgo elevado de cometer suicidio.
El pasado miércoles 13 de octubre la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) organizó el Foro Depresión y Salud, donde participamos varios socios de papageno.es como ponentes.
La inauguración oficial fue llevada a cabo por Catalina García Carrasco. Viceconsejera de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, José Repiso Torres. Director General de Cuidados Sociosanitarios y Blanca Fernández-Capel Baños. Directora Gerente de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Posteriormente, José Ramón Pagés de la Fundación ANAED nos habló del proyecto que llevan a lo largo de los años que se ha culminado con la creación de varios materiales audiovisuales dedicados a diversos temas de salud y depresión que invita a usar en diversos entornos como material de sensibilización y preventivo.
En la mesa de diálogo: Adolescentes, autólisis y suicidio participaron Daniel J. López Vega, Alfonso Calero García y Luis Fernando López Martínez que hablaron de diversos aspectos de las autolesiones y las conductas suicidas en esta etapa de la vida.
Y en la segunda mesa de diálogo: Presente y futuro del abordaje de la depresión y el suicidio, Miguel Guerrero Díaz, Evelyn Huizing y José Luis Bimbela tuvieron la oportunidad de dar sus visiones sobre el tema.
Agradecemos a la EASP y a los responsables de la organización de estas jornadas por la invitación a participar en este acto y esperamos que nuestra intervención sea del agrado de todas las personas participantes.
Si deseas ver las diferentes intervenciones, puedes acceder al canal de YouTube desde el siguiente enlace:
«El suicida no desea morir, lo que anhela en lo más profundo de su ser es vivir». Esta y otras verdades atraviesan el texto de Duelo, autolesión y conducta suicida: desafíos en la era digital, que busca, desde un lugar de comprensión, de verdad, de investigación, llevar luz a la problemática tan compleja que describe en sus páginas.
Los entornos digitales son parte insustituible de nuestra vida cotidiana, y así como traen, entre otros beneficios, información, conexión o entretenimiento, pueden ser un campo fértil para abrumar a personas que no encuentran una salida, que están inmersas en dolores y dificultades que no saben cómo manejar.
Este libro, a través de reflexiones, ejemplos y herramientas de prevención, nos habla del significado y sentido del duelo, de la necesidad de aprender de la pérdida, de curar el amor sin olvidar. Y en ese camino de aprendizaje, nos habla, en definitiva, de la esperanza.
Perfil del Autor
Luis Fernando López Martínez, psicólogo General Sanitario. Psicoterapeuta de adultos/adolescentes y Formador. Co-Director y creador de Proyecto ISNISS del Programa de Doctorado en Psicología de la Salud de la UNED. Investigador de conductas autolesivas y suicidas en entornos digitales, redes sociales e Internet. Máster en Psicología General Sanitaria. Máster en Psicoterapias Humanistas. Máster en Intervención Comunitaria. Máster en Mediación y Resolución de Conflictos. Técnico Experto en Violencia de Género y PRL. Autor de la obra Peajes Emocionales: un viaje de tu interior.
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Antes de habar de pautas útiles para la prevención de las autolesiones, sería interesante pararnos a definirlas, diferenciándolas del suicidio y otras conductas suicidas.
¿Qué son las autolesiones?
Las autolesiones son lesiones que una persona se provoca deliberadamente así misma sin intención de acabar con su vida. Generalmente se relacionan con daños en la piel y su frecuencia parece estar incrementándose, sobre todo en mujeres y en la adolescencia.
Walsh (2006), las define como lesiones autoinflingidas intencionales con baja carga de letalidad y bajo daño corporal que son inaceptables desde el punto de vista social y que tienen como objetivo reducir la angustia psicológica.
El tipo de herida provocado y el método es variado, siendo los más habituales (de mayor a menor) los cortes en la piel, quemaduras, golpes, arrancarse el pelo, punciones, arañazos, pellizcos y envenenamiento.
Muchos estudios sobre la incidencia de estas conductas se realizan con los datos de los casos admitidos en los servicios de urgencia. En consecuencia, podría existir una clara infraestimación de este fenómeno, debido a que muchos casos no llegan a acceder a este tipo de servicios.
El 30-40% de adolescentes con hospitalización psiquiátrica ha ingresado por una conducta autolesiva.
En población general este tipo de conductas son cometidas por un 13-29% de adolescentes al menos una vez en la vida. Con una edad de iniciación entre los 10-15 añosy raramente posterior a los 30.
Estas conductas son más frecuentes entre mujeres especialmente en la adolescencia.
En el 2015 en España se señaló que 1 de cada 3 adolescentes de la muestra se habían autolesionado de cierta gravedad y más de la mitad de forma más leve. Algunas autolesiones se percibían como un comportamiento aceptable y normal.
En México se determinó una prevalencia 5,60 % en los adolescentes, con una edad promedio de inicio de 11,9 años o incluso a edades más tempranas. Esa prevalencia aumenta a 17,10 % en conductas repetitivas que los adolescentes no consideran como autolesiones graves. Otros estudios elevó el porcentaje al 28%.
¿Cuáles son las causas de las autolesiones?
Según Fleta /2019) pueden existir diferentes motivaciones psicológicas detrás de la autolesiones: buscar atención, afecto, escucha o amenazar, castigar a otros haciéndoles sentir culpable, autocastigarse ante una baja autoestima o por culpabilidad, aliviar un malestar emocional (el dolor físico es más controlable y distrae del anterior), para probar si son capaces de acabar con su vida, para controlar su propio cuerpo o por sentimientos de vacío crónico, para sentirse vivo.
Desde nuestro punto de vista, sería mejor categorizar la búsqueda de atención como un intento de comunicar su dolor. De esa forma es más fácil entender que no es buena estrategia preventiva el desatender a una persona que tiene esas conductas como forma aparente de frenar lo que puede percibirse erróneamente solo como un intento de manipulación. La escucha activa y el comprender el fenómeno y ponerse en disposición de ayuda no es incompatible con ayudar a aprender otras formas menos lesivas de pedir ayuda evitando paralelamente ser manipulados. Las personas que se autolesionan tienen dificultades para hablar de sus emociones junto a otro problemas en sus habilidades sociales. Este tipo de conductas cursa además con baja tolerancia a la frustración
Su intención [la de los adolescentes que se autolesionan] no es “llamar la atención”, sino pedir ayuda, porque la necesitan
¿Qué es el cutting?: Youtube y sus efectos negativos sobre la conducta autolesiva
El cutting es una forma particular de provocarse daño en la piel mediante cortes que el sensacionalismo ha difundido de forma irresponsable.
Por ejemplo, es un estudio publicado en inglés en Pediatrics en 2011 (The Scope of Nonsuicidal Self-Injury on YouTube) se analizaron 100 vídeos de YouTube. Estos vídeos habían sido visionados en más de 2 millones de ocasiones. Además eran accesibles al público en general en el 80% de los casos. Muchas de las personas que accedieron los valoraron positivamente y más de 12.000 los seleccionaron como favoritos. El 53% tenía un contenido educativo y un 50% tenía un carácter melancólico. Tanto en los vídeos con actores, como en el resto, aparecían frecuentemente imágenes explícitas de autolesiones ya sea en fotografías o incluso en imágenes de vídeo. Los cortes eran los métodos que más aparecían en dichos videos. El 58% no advertía de su contenido explícito. Los autores concluyeron que la aparición de estos videos podría provocar una normalización de la conducta autolesiva.
Desde entonces, las plataformas han hecho un esfuerzo por evitar este tipo de contenidos. YouTube tiene un procedimiento para la denuncia de videos inadecuados: Pulsar aquí . Si accedes en alguna ocasión a contenido de este tipo te invitamos a denunciarlo.
¿Es lo mismo una autolesión que un intento de suicidio?
No. Las autolesiones están claramente diferenciadas de un intento de acabar con la vida porque no tienen esa intencionalidad. Sin embargo, al ser la intencionalidad algo de carácter subjetivo y no visible muchas veces se confunden.
Esto no le resta gravedad a la conducta porque en ocasiones puede ponerse en riesgo la vida de la persona al excederse en la gravedad de la lesión autoinflingida.
¿Cómo detectar que un adolescente se autolesiona?
Cuando existen autolesiones podemos detectarlas por la presencia continua de Tener frecuentes cortes, moretones o cicatrices, usar ropa de manga larga o que cubra el cuerpo con calor, excusas sobre heridas, cercanía de elementos punzantes o cortantes sin razón concreta Autolesión: Medline Plus
Además de las señales de riesgo que pueden indicar la presencia de conductas autolesivas o autolesiones, la situación puede suponer un mayor riesgo si se dan las siguientes circunstancias (Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil, 2008):
Baja capacidad de solucionar los problemas, impulsividad, ira y hostilidad y desesperanza.
Trastorno depresivos, abuso de alcohol y otras sustancias, trastorno de conducta y antisocial.
Familias monoparentales, problemas de convivencia entre los progenitores, falta de calidez en las relaciones.
Influencia negativa de los medios de comunicación.
¿Cómo puede ayudar la familia y las amistades a prevenir las autolesiones? ¿Y desde el sistema sanitario?
María Dolors Mas Delblanch, psicóloga, señala las siguientes pautas importantes:
Buscar y dejarse asesorar por profesionales.
Fomentar el diálogo y aumentar la comunicación con la persona afectada, evitando hacerle sentir culpable o quejarse de su conducta.
Actuar sin miedo, de forma tranquila y confiada.
Poner atención pero sin perseguir en todas sus actividades tanto en su entorno como en internet.
La misión de las familias y de los profesionales de la salud es que sustituyan esos comportamientos por otros más adaptativos. En muchos casos las autolesiones buscan aliviar su malestar por otro motivo: por ejemplo, los adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria las realizan para aliviar su culpabilidad por haber comido, haber vomitado o estar causando daño a sus padres.
«Yo no creía en los psicólogos, pero no tenía a donde ir. Acabamos de empezar la terapia y siento que por lo menos estoy haciendo algo para ayudar a mi hijo, que es entender porqué tiene la necesidad de cortarse y porqué le es tan difícil dejar de hacerlo. El psicólogo me dijo que poco a poco mi hijo aprenderá otras formas para manejar su dolor que no sea a través de la auto-lesión”
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