Papageno en colaboración con UBUNTU, el Teléfono de la Esperanza y el Plan de Salud Mental de Andalucía abrirán grupos de ayuda mutua en Córdoba y Jaén, que se suman a los ya activos de Cádiz y Sevilla.
El suicidio: un reto de la salud pública
El suicidio constituye uno de los principales retos de salud pública que debemos afrontar desde nuestra sociedad. Al número de personas que cada año fallece por esta causa de mortalidad, se une el drama que constituye para su círculo familiar y social cercano vivir una pérdida de este tipo. Los estudios no son muy precisos a la hora de establecer el número de afectados por cada muerte y aunque la cifra más usada es «6» algunos estudios llegan a cuantificarla en más de 100.
Sea cual sea dicho número cada vez que una persona fallece por este motivo, nos afecta a la sociedad como totalidad, porque muchos casos esconden deficiencias sociales a las que debemos empezar a darles solución.
El duelo por suicidio
El duelo es un proceso natural y doloroso que nos ayuda a aceptar una pérdida significativa. Por lo tanto, no es una enfermedad, sino un proceso de aprendizaje con la finalidad de integrar la pérdida y recuperar un nuevo sentido en nuestras vidas.
Cuando este es consecuencia de un suicidio de un ser querido es especialmente doloroso por el impacto que provoca en la vida de los supervivientes. El tabú, contribuye a estigmatizar tanto a las personas con conducta suicida, como a sus familiares, lo que debilita el apoyo social necesario para afrontar el proceso de duelo adecuadamente.
La rabia, la vergüenza, la culpa y la sensación de no haber hecho lo suficiente viene a dramatizar la situación y a darle connotaciones que de no procesarse pueden llevar a una cronificación del duelo y la necesidad de ayuda profesional.
Los Grupos de Ayuda Mutua para supervivientes (GAM)
En este sentido los grupos de ayuda mutua pueden constituir una herramienta ideal para aportar apoyo social en estas situaciones. Por un lado, sirven para expresar emociones en un ambiente seguro de escucha empática al estar compuesto por personas que han pasado por la misma situación. Por otro, ayudan a encontrar recursos para poder seguir adelante.
La organización Mundial de la Salud y otros organismos nacionales e internacionales recomiendan el desarrollo de este tipo de grupos. Su utilidad se basa en el liderazgo y empoderamiento de las propias personas que sufren. Ellas unen unen sus esfuerzos mediante la ayuda mutua para vencer las dificultades propias de su particular duelo.
Apoyo al duelo por suicidio en Andalucía
Con la finalidad de apoyar la creación de este tipo de grupos de ayuda mutua, la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención de la Conducta Suicida «Papageno» de ámbito nacional, creó en Cádiz su primer grupo en octubre de 2019. Un año después tuvo lugar la apertura de otro en Sevilla. De esta iniciativa miembros de ambos grupos crearon a finales de 2020, la Asociación Andaluza de Supervivientes por la Pérdida de un Ser querido «Ubuntu» una asociación con entidad legal independiente y no lucrativa que con la ilusión como bandera ha decidido decir basta a la situación de silencio al que los supervivientes parecen haber sido condenados.
Para difundir esta filosofía a otros lugares, actualmente se atienden personas de varias provincias, estando previsto a corto plazo la apertura de grupos en Jaén y Córdoba. A este objetivo se unen el Teléfono de la Esperanza de Servilla, Córdoba y Jaén a través de convenios de colaboración y el apoyo institucional desde el Plan Integral de Salud Mental de la Consejería de Salud y Familias.
Si deseas contarnos tu historia, te regalamos nuestros oidos
Si estás pasando por un duelo por suicidio y nos necesitas, estaremos ahí para escucharte. A pesar del dolor será una suerte contar contigo también en esta parte del trayecto.
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Otras asociaciones con Grupos de Ayuda Mutua en España y Andalucía
El viernes 8 de octubre Cáritas Diocesana (Proyecto Ranquines) y la Universidad Pontifica de Salamanca, celebraron un acto con motivo del Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre). Participamos en dicho acto, María Quesada del Proyecto La Niña Amarilla y Daniel J. López. de papageno.es, entre otros ponentes de diferentes ámbitos.
Toda una oportunidad para celebrar también el aniversario del Proyecto Ranquines que atiende a un colectivo de personas con diagnósticos de salud mental y problemas de exclusión social en la provincia de Salamanca. No en vano, este año, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebró este día conmemorativo con el lema: Salud mental en un mundo desigual. Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad.
La jornada fue inaugurada por la Decana de la Facultad de Psicología, Teresa Sánchez Sánchez y el coordinador del Proyecto Ranquines, Francisco Berbegal Vázquez, que presentó el proyecto y sus resultados desde su puesta en marcha.
Salud mental y suicidio la conjura de la normalidad
El encuentro entre profesional y testimonio en primera persona fue moderado por María José Fernández Guerrero, profesora de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la UPSA.
Daniel J. López Vega, psicólogo y coordinador de papageno.es, participó en dicho encuentro con una ponencia, que con el título «Salud mental y suicidio: la conjura de la normalidad», reflexionaba sobre la importancia de señalar la errónea identidad del binomio suicidio-enfermedad mental. La tiranía de la normalidad se ha convertido en muchas ocasiones en la coartada para estigmatizar a las personas con conducta suicida. No deja de ser una forma hipócrita de esconder los problemas debajo de la alfombra. Porque el suicidio es un problema de salud pública que nos afecta a la sociedad en su conjunto. Supone un reto que debemos afrontar con honestidad, entendiéndolo como un problema complejo y con una importante vertiente social. Solo un abordaje que contemple a la persona de forma holística y desde lo multidisciplinar y una respuesta conjunta de la sociedad a diferentes niveles, puede ser el remedio a este fenómeno que se ha convertido en la mayor causa de mortalidad externa en España y que es fuente de enormes consecuencias emocionales y socioeconómicas.
Testimonios en primera persona
La importancia de los testimonios en primera persona como protagonistas de la prevención del suicidio se ha mostrado como un elemento clave. En Salamanca, tuvimos la suerte de compartir mesa con María Quesada del proyecto «La Niña Amarilla».
María es una persona a la que puedes conocer desde hace poco tiempo y sentir que ha estado ahí desde siempre. Periodista y profesora de yoga ha reunido en un libro las experiencias de personas dañadas emocionalmente por conductas suicidas y que han regalado sus vivencias para servir de ejemplo a otras.
María es empática, cercana, sensible y muy implicada. Cuenta su historia, cada vez, sin poder controlar sus emociones -¡Qué envidia!-. Lo hace de forma humilde porque no es ajena al dolor de otros, pero con una valentía que convierte cada acto en el que participa en un acto único. Una suerte compartir esta experiencia de aprendizaje de forma conjunta. un ejemplo de cómo de convertir un trabajo en un placer. Esperamos que la vida nos permita seguir haciendo el camino juntos.
Pero María, no llegó sola. La acompañaba «O….», una de las personas a las que entrevistó para su libro. Aunque no participó directamente en el acto, su presencia fue todo un símbolo. Pese a su juventud, ya ha sufrido en sus carnes la pérdida de un ser querido, muy querido, por suicidio. Pero eso no es lo que la caracteriza. De pensamiento lúcido, es capaz de dar toda una lección de vida, sobre cómo hacer noble el término superviviente con el que nos referimos a los familiares y personas cercanas que han sufrido pérdidas representativas por este motivo. Su vivencia se construye desde la naturalidad y la inocencia que hace grandes a los jóvenes y desde la madurez de quien busca en la vida su propio camino, pese a todas las dificultades que ha afrontado y sigue afrontando.
Y su dolor no fue el único que compartimos. Este tipo de actividades ayuda a otras personas a contar sus experiencia. Durante el descanso, una persona nos relató una pérdida por suicidio cuando apenas era un niño. No puede controlar su profundo dolor pese a que hace años que ocurrió y tras haber pasado por un proceso terapéutico.
Dos preguntas nacen de la oportunidad de haberlos conocido ¿Hasta cuándo el silencia que invisibiliza a los supervivientes por suicidio? ¿Y cuándo son adolescentes o jóvenes, que instrumentos debemos fomentar para atender sus necesidades? ¿Están los grupos de ayuda mutua preparados para acompañar a estos perfiles? Si ser superviviente puede tener un impacto emocional que trastoca la vida de la persona irreversiblemente, cuando se es joven se es doblemente vulnerable a estos efectos y a la falta de accesibilidad a recursos de salud mental.
Salud mental y desigualdades sociales
En la mesa redonda del final del acto, cuatro personas participaron en una exposición sobre salud mental y violencia contra la mujer. Una intervención inspiradora que presenta una visión desde las administraciones (Eva Mª Picado Valverde, diputada delegada del Área de Bienestar Social, Familia y Juventud de Salamanca) y desde la experiencia universitaria (Ana V. Torres García, psicóloga y profesora e investigadora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Salamanca y profesora del Máster de Prevención en Violencia de Género)
La mesa fue moderada por Francisco Berbegal Vázquez. Francisco es una persona amable, entregada al proyecto que representa. Se ve que ama lo que hace y pone en cada una de sus acciones no solo la profesionalidad que le da su amplia experiencia, sino por la preocupación por el otro que debe velar aquel que dedica su vida al acompañamiento de otros. Y no está solo en su empeño. Le acompaña todo su equipo. Participa en la mesa Laura Ciudad Aguadero, psicóloga del Centro de Día de Salud Mental Ranquines. Expone los datos y casos que confirman una dura realidad de las personas a las que atienden y especialmente en el caso de las mujeres que sufren maltrato. Francisco, Laura y el resto de su equipo respiran ese aire de trabajo duro, pero entregado e ilusionado, que motiva a seguir ahí en la lucha pese a todas las dificultades.
Para finalizar el acto, la vicedecana de la Facultad de Psicología, Beatriz Palacios Vicario, clausuró las jornadas. Desde papageno.es felicitamos a los organizadores por el éxito de la actividad y el cariño con la que fue realizada y esperamos que dicha clausura sea simplemente un hasta luego y que en el futuro podamos seguir estrechando lazos de colaboración que nos ayuden a todas las organizaciones implicadas a cumplir nuestros objetos sociales.
«El suicida no desea morir, lo que anhela en lo más profundo de su ser es vivir». Esta y otras verdades atraviesan el texto de Duelo, autolesión y conducta suicida: desafíos en la era digital, que busca, desde un lugar de comprensión, de verdad, de investigación, llevar luz a la problemática tan compleja que describe en sus páginas.
Los entornos digitales son parte insustituible de nuestra vida cotidiana, y así como traen, entre otros beneficios, información, conexión o entretenimiento, pueden ser un campo fértil para abrumar a personas que no encuentran una salida, que están inmersas en dolores y dificultades que no saben cómo manejar.
Este libro, a través de reflexiones, ejemplos y herramientas de prevención, nos habla del significado y sentido del duelo, de la necesidad de aprender de la pérdida, de curar el amor sin olvidar. Y en ese camino de aprendizaje, nos habla, en definitiva, de la esperanza.
Perfil del Autor
Luis Fernando López Martínez, psicólogo General Sanitario. Psicoterapeuta de adultos/adolescentes y Formador. Co-Director y creador de Proyecto ISNISS del Programa de Doctorado en Psicología de la Salud de la UNED. Investigador de conductas autolesivas y suicidas en entornos digitales, redes sociales e Internet. Máster en Psicología General Sanitaria. Máster en Psicoterapias Humanistas. Máster en Intervención Comunitaria. Máster en Mediación y Resolución de Conflictos. Técnico Experto en Violencia de Género y PRL. Autor de la obra Peajes Emocionales: un viaje de tu interior.
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Antes de habar de pautas útiles para la prevención de las autolesiones, sería interesante pararnos a definirlas, diferenciándolas del suicidio y otras conductas suicidas.
¿Qué son las autolesiones?
Las autolesiones son lesiones que una persona se provoca deliberadamente así misma sin intención de acabar con su vida. Generalmente se relacionan con daños en la piel y su frecuencia parece estar incrementándose, sobre todo en mujeres y en la adolescencia.
Walsh (2006), las define como lesiones autoinflingidas intencionales con baja carga de letalidad y bajo daño corporal que son inaceptables desde el punto de vista social y que tienen como objetivo reducir la angustia psicológica.
El tipo de herida provocado y el método es variado, siendo los más habituales (de mayor a menor) los cortes en la piel, quemaduras, golpes, arrancarse el pelo, punciones, arañazos, pellizcos y envenenamiento.
Muchos estudios sobre la incidencia de estas conductas se realizan con los datos de los casos admitidos en los servicios de urgencia. En consecuencia, podría existir una clara infraestimación de este fenómeno, debido a que muchos casos no llegan a acceder a este tipo de servicios.
El 30-40% de adolescentes con hospitalización psiquiátrica ha ingresado por una conducta autolesiva.
En población general este tipo de conductas son cometidas por un 13-29% de adolescentes al menos una vez en la vida. Con una edad de iniciación entre los 10-15 añosy raramente posterior a los 30.
Estas conductas son más frecuentes entre mujeres especialmente en la adolescencia.
En el 2015 en España se señaló que 1 de cada 3 adolescentes de la muestra se habían autolesionado de cierta gravedad y más de la mitad de forma más leve. Algunas autolesiones se percibían como un comportamiento aceptable y normal.
En México se determinó una prevalencia 5,60 % en los adolescentes, con una edad promedio de inicio de 11,9 años o incluso a edades más tempranas. Esa prevalencia aumenta a 17,10 % en conductas repetitivas que los adolescentes no consideran como autolesiones graves. Otros estudios elevó el porcentaje al 28%.
¿Cuáles son las causas de las autolesiones?
Según Fleta /2019) pueden existir diferentes motivaciones psicológicas detrás de la autolesiones: buscar atención, afecto, escucha o amenazar, castigar a otros haciéndoles sentir culpable, autocastigarse ante una baja autoestima o por culpabilidad, aliviar un malestar emocional (el dolor físico es más controlable y distrae del anterior), para probar si son capaces de acabar con su vida, para controlar su propio cuerpo o por sentimientos de vacío crónico, para sentirse vivo.
Desde nuestro punto de vista, sería mejor categorizar la búsqueda de atención como un intento de comunicar su dolor. De esa forma es más fácil entender que no es buena estrategia preventiva el desatender a una persona que tiene esas conductas como forma aparente de frenar lo que puede percibirse erróneamente solo como un intento de manipulación. La escucha activa y el comprender el fenómeno y ponerse en disposición de ayuda no es incompatible con ayudar a aprender otras formas menos lesivas de pedir ayuda evitando paralelamente ser manipulados. Las personas que se autolesionan tienen dificultades para hablar de sus emociones junto a otro problemas en sus habilidades sociales. Este tipo de conductas cursa además con baja tolerancia a la frustración
Su intención [la de los adolescentes que se autolesionan] no es “llamar la atención”, sino pedir ayuda, porque la necesitan
¿Qué es el cutting?: Youtube y sus efectos negativos sobre la conducta autolesiva
El cutting es una forma particular de provocarse daño en la piel mediante cortes que el sensacionalismo ha difundido de forma irresponsable.
Por ejemplo, es un estudio publicado en inglés en Pediatrics en 2011 (The Scope of Nonsuicidal Self-Injury on YouTube) se analizaron 100 vídeos de YouTube. Estos vídeos habían sido visionados en más de 2 millones de ocasiones. Además eran accesibles al público en general en el 80% de los casos. Muchas de las personas que accedieron los valoraron positivamente y más de 12.000 los seleccionaron como favoritos. El 53% tenía un contenido educativo y un 50% tenía un carácter melancólico. Tanto en los vídeos con actores, como en el resto, aparecían frecuentemente imágenes explícitas de autolesiones ya sea en fotografías o incluso en imágenes de vídeo. Los cortes eran los métodos que más aparecían en dichos videos. El 58% no advertía de su contenido explícito. Los autores concluyeron que la aparición de estos videos podría provocar una normalización de la conducta autolesiva.
Desde entonces, las plataformas han hecho un esfuerzo por evitar este tipo de contenidos. YouTube tiene un procedimiento para la denuncia de videos inadecuados: Pulsar aquí . Si accedes en alguna ocasión a contenido de este tipo te invitamos a denunciarlo.
¿Es lo mismo una autolesión que un intento de suicidio?
No. Las autolesiones están claramente diferenciadas de un intento de acabar con la vida porque no tienen esa intencionalidad. Sin embargo, al ser la intencionalidad algo de carácter subjetivo y no visible muchas veces se confunden.
Esto no le resta gravedad a la conducta porque en ocasiones puede ponerse en riesgo la vida de la persona al excederse en la gravedad de la lesión autoinflingida.
¿Cómo detectar que un adolescente se autolesiona?
Cuando existen autolesiones podemos detectarlas por la presencia continua de Tener frecuentes cortes, moretones o cicatrices, usar ropa de manga larga o que cubra el cuerpo con calor, excusas sobre heridas, cercanía de elementos punzantes o cortantes sin razón concreta Autolesión: Medline Plus
Además de las señales de riesgo que pueden indicar la presencia de conductas autolesivas o autolesiones, la situación puede suponer un mayor riesgo si se dan las siguientes circunstancias (Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil, 2008):
Baja capacidad de solucionar los problemas, impulsividad, ira y hostilidad y desesperanza.
Trastorno depresivos, abuso de alcohol y otras sustancias, trastorno de conducta y antisocial.
Familias monoparentales, problemas de convivencia entre los progenitores, falta de calidez en las relaciones.
Influencia negativa de los medios de comunicación.
¿Cómo puede ayudar la familia y las amistades a prevenir las autolesiones? ¿Y desde el sistema sanitario?
María Dolors Mas Delblanch, psicóloga, señala las siguientes pautas importantes:
Buscar y dejarse asesorar por profesionales.
Fomentar el diálogo y aumentar la comunicación con la persona afectada, evitando hacerle sentir culpable o quejarse de su conducta.
Actuar sin miedo, de forma tranquila y confiada.
Poner atención pero sin perseguir en todas sus actividades tanto en su entorno como en internet.
La misión de las familias y de los profesionales de la salud es que sustituyan esos comportamientos por otros más adaptativos. En muchos casos las autolesiones buscan aliviar su malestar por otro motivo: por ejemplo, los adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria las realizan para aliviar su culpabilidad por haber comido, haber vomitado o estar causando daño a sus padres.
Video Subtitulado en Español por la Organización Panamericana de la Salud. En este caso no queda claro si se trata de una autolesión pura, porque la paciente refleja su deseo de escapar de su sufrimiento buscando la muerte. Sin embargo, describe un caso típico y una buena práctica de los servicios sanitarios.
«Yo no creía en los psicólogos, pero no tenía a donde ir. Acabamos de empezar la terapia y siento que por lo menos estoy haciendo algo para ayudar a mi hijo, que es entender porqué tiene la necesidad de cortarse y porqué le es tan difícil dejar de hacerlo. El psicólogo me dijo que poco a poco mi hijo aprenderá otras formas para manejar su dolor que no sea a través de la auto-lesión”
El suicidio en la adolescencia supone un problema de salud pública de primer orden como primera causa de mortalidad a esas edades. Catherine R. Glen y colaboradores realizan una revisión para determinar las tasas de mortalidad por esta causa en adolescentes de 10 a 19 años en países de todo el mundo.
Resumen de la investigación
El estudio recoge datos disponibles de diferentes países considerados de alta calidad de la Base de datos de Mortalidad de la Organización Mundial de la Salud y los relaciona con datos de accesibilidad a métodos letales, indicadores económicos y de desigualdad.
El resultado de la investigación es bastante heterogéneo. A nivel mundial se estima una tasa de 3,77 por 100.00 habitantes. Los países con mayores tasas fueron Estonia, Nueva Zelanda y Uzbekistán. Las tasas más altas de dieron en el grupo de edad superior en el intervalo estudiado y fue superior entre hombres.
Las desigualdades económicas correlacionaron con una mayor diferencia en el ratio entre hombres y mujeres.
Suicidio entre adolescentes en España
Según el estudio, las tasas de suicidio entre adolescentes de 10 a 19 años en España es de 1,47 por 100.00 habitantes siendo superior en el tramo de 15 a 19 años, por lo que el país está por debajo del nivel mundial. Las tasas entre hombres dobla la de las mujeres.
Suicidio entre adolescentes en México
En México los indicadores son superiores. Las tasas de suicidio entre adolescentes son de 4,81 por 100.000 habitantes con peores tasas en el grupo de mayor edad. Las muertes por esta causa son casi el doble entre hombres respecto a las de mujeres
¿Cuáles son los factores de riesgo en el suicidio de adolescentes?
La Clínica Mayo advierte de diferentes circunstancias que pueden constituir factores de riesgo para la aparición de conductas suicidas.
Entre ellos destaca la presencia de trastornos físicos o mentales o antecedentes familiares, pérdidas de seres queridos o conflictos graves, antecedentes de maltrato o abuso, consumo de sustancias, embarazo no deseado, bullying, incertidumbre sobre la orientación sexual, suicidio en su entorno cercano o ser adoptado.
El procesamiento de la información traumática en el duelo.
Hace algunas semanas, conversaba con algun@s colegas, profesionales de la Psicología y otras disciplinas, en relación a una situación que le ocurre a personas que están en duelo, sobre todo, cuando se trata de un duelo con complicaciones, por que la muerte fue traumática o bien repentina, como puede ser por suicidio, una muerte a destiempo, por la juventud de la persona fallecida, pérdidas múltiples, etc.
Se trata de la situación en la que la persona doliente o superviviente, (y me vengo a referir con este término a la persona que es allegada a la víctima, familiar, amistad, pareja, etc., con un importante vínculo afectivo), no puede experimentar la visión de determinados estímulos por que experimenta una especie de bloqueo provocado por una intensa reacción emocional de ansiedad o fobia.
Son situaciones como las expuesta en el manual “Las tareas del duelo”, de la autora Alba Payás, en las que describe la situación de Pablo, cuya mujer murió hace pocos años de un ataque al corazón mientras esperaban en la puerta de embarque del avión. Desde entonces, Pablo no puede volar, incluso la idea de ir a un aeropuerto despierta en él ansiedad. Esta situación fóbica le estaba causando problemas en su vida diaria.
Otro ejemplo es el del hijo de Claudia, que se suicidó en un bosque. Desde entonces Claudia, cuando pasea a su perro rehúye los parques con árboles.
¿Qué les ocurre a estas personas en duelo?
Los recuerdos relacionados con las circunstancias de la muerte aparecen de forma intrusiva y hacen que el trauma se mantenga como si ocurriera hoy mismo. Esta situación despierta una sintomatología intensa que les impide retornar a la normalidad en cuanto a sus relaciones sociales, trabajo, etc.
Lo expresado tiene un fundamento biológico, basado en la investigación neurológica del funcionamiento de los procesos emocionales en situaciones traumáticas.
Bessel Van der Kolk, indicó que existe una relación directamente proporcional entre la activación de la amígdala y del hipocampo, estructuras cerebrales encargadas del registro y almacenamiento de la información. El hipocampo decide si la información que previamente ha valorado la amígdala se mantiene o se olvida. Finalmente, es en el neocórtex donde se organiza dicha información y se regula la interacción con el mundo, tras planificar la conducta adecuada a cada situación.
Esta relación directamente proporcional de la que hablaba Bessel Van der Kolk, implica que, cuanta más significación emocional haya asignado la amígdala a la información recibida, más atención pondrá el hipocampo al examinarla, y al mismo tiempo la memoria será activada con más retención de los detalles, incluidos los relativos a cuándo sucedió el hecho y en qué lugar. Esto explica por qué no nos acordamos lo que comimos hace un par de días y en cambio, recordamos con exactitud dónde estábamos el día que nos dieron una mala noticia, incluso tras haber transcurrido años.
La estimulación de la amígdala genera sensaciones corporales, que a su vez activan al hipocampo y a sí misma, lo cual propicia la estimulación de más recuerdos relativos a cómo fueron sentidos experiencias similares en el pasado.
En el caso del duelo, cuando se activa material almacenado en la memoria (donde está vívidamente grabado), al estar precisamente tan intensamente grabado, propicia que al reactivarse dicha información (al ser tan traumática), produzca reacciones somato-sensoriales y a su vez, dicha reacción evoca más activación de ese recuerdo, propiciando una escalada de llanto y dolor.
Es decir, la persona cuando recuerda una situación intensamente dolorosa, llora y las lágrimas activan más el recuerdo doloroso que, de nuevo , facilita el llanto y la aflicción profunda
Emocionarse es recordar.
Pero en el caso de situaciones como las descritas anteriormente ,cuando existe una sobreestimulación de la amígdala, interfiere en la activación del hipocampo y es entonces, cuando éste fracasa en su misión de integrar la información traumática de manera adecuada.
De alguna manera, la información traumática se guarda en cajones en nuestro cerebro, donde no se tienen en cuenta las coordenadas espacio-temporales necesarias para poder elicitar recuerdos de manera ordenada y sin un desbordamiento de la respuesta emocional. Y a causa de esto, dichos recuerdos son activados ante la presencia de estímulos actuales que tiempo atrás fueron asociados a situaciones traumáticas, como las que describo más arriba, sin que dichos estímulos en la actualidad estén relacionados con carga emocional negativa, por ejemplo la visión de un árbol o de cualquier aeropuerto.
Existe una relación de U invertida entre el hipocampo y la amígdala que explica la experiencia de fragmentación relativa a la formación de los recuerdos en nuestro cerebro, de tal manera que, tenemos un intervalo óptimo de funcionamiento de ambas estructuras, en el sentido de que, si no se sobrepasa determinado nivel de estimulación, la información no se registra, o se almacena en nuestro cerebro con coordenadas espacio-tiempo que facilitan a posteriori el recuerdo. En caso contrario, cuando la estimulación es excesiva, el sistema encargado de almacenar en nuestro cerebro dicha información traumática se colapsa, es cuando se sobrepasa lo que algunos autores y autoras denominan como “ventana o intervalo de tolerancia al dolor”.
Se pierde así la capacidad de emplear las emociones como señales y se produce una experiencia de fragmentación de la información relacionada con el recuerdo doloroso, que no es adecuadamente integrada.
De esta manera, la amígdala que almacena información con significación emocional, no puede distinguir entre el pasado y el presente, ya que como menciono anteriormente, no se registraron las coordenadas temporales ni espaciales del evento. Se ha sobrepasado esa ventana de tolerancia al dolor por encima de la cual el registro del recuerdo es inadecuado, provocando una reacción de alarma en el organismo dirigida a mantener la supervivencia de la persona.
Como consecuencia, el cerebro de Pablo al registrar la visión de un aeropuerto elicita una intensa reacción emocional y elevada ansiedad. Y de la misma manera ocurre con Claudia con la visión de un árbol. Sus cerebros no distinguen si se trata del pasado o del presente, ni tampoco el lugar concreto y como tiempo atrás dichas visiones fueron asociados a sucesos tan traumáticos. De nuevo, la visión de dichos estímulos evoca tales respuestas de intensa evitación o fobia.
El abordaje terapéutico en este contexto, destierra cualquier aproximación desde lo pura y exclusivamente cognitivo, desde la racionalidad simple, indicando, por ejemplo, a la persona superviviente: “mentalízate, tienes que esforzarte, lo que debes hacer es no pensar en ello, o hay que resignarse”, ya que el trabajo debe centrarse precisamente dentro del margen que nos otorga la mencionada ventana de tolerancia al dolor. Si emocionarse es recordar, y sabemos que las conexiones del sistema límbico hacia el hipocampo son más potentes que al contrario, el trabajo resultará productivo si se realiza en ese orden. Hay que trabajar pues desde la indagación en el significado de las experiencias traumáticas que expone la persona superviviente, manteniendo en todo momento una actitud empática y en sintonía.
Dificultades metodológicas del estudio del suicido
Coincidirán los lectores que, cuando abordamos el análisis estadístico de las muertes autoinfligidas, el segundo peor problema es poder definir el factor de riesgo concreto a estudiar. El primero siempre es la falta de disponibilidad de datos fiables.
Resulta descorazonador ver cuantas variables vienen a ponernos la zancadilla. Nunca podemos estar seguros de que una correlación indique riesgo. Contínuamente se acaban cruzando innumerables variables de confusión que ni siquiera conocemos.
La realidad es compleja, dinámica y multifactorial. Poner la lupa en una variable concreta supone, como en la física de partículas, desenfocar el fenómeno, aumentando la imprecisión de las conclusiones.
Analizando los macrodatos estadísticos podremos describir razonablemente el fenómeno. Sin embargo, sólo cuando enfocamos desde una perspectiva amplia, podemos entender las razones, de manera similar a lo que ocurre entre la física relativista y la cuántica.
Zonas de concentración de suicidios
Animo a los aficionados a las estadísticas a bucear en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDES). El grupo de investigación Bayensians de la Fundación FISABIO y la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana nos permiten acceder a información muy detallada sobre fallecimientos en España. Seguro que descubrimos cosas extraordinarias.
En un pequeño círculo de 30 km de radio tenemos a 15 de los 20 los municipios con mayor tasa de suicidios en España.
Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio
¿A qué se debe dicha concentración?
Las variables que básicamente se relacionan con las tasas de suicidio son el género, la edad, la zona geográfica y el marco temporal. También podemos considerar la estacionalidad, el tipo de colectivo o profesión, el ámbito socioeconómico, psicológico, el sanitario…
Dichas variables interaccionan y condicionan cualquier conclusión analítica. Si no tenemos esto en cuenta, caeremos en el error de la distorsión por confusión/interacción y llegaremos a conclusiones erróneas.
Quizás pueda ser interesante centrarnos en las variables geográficas y demográficas.
Tasa de suicidios por provincia
¿Es la altitud una variable influyente en la conducta suicida?
“La altitud, que es el factor más claramente asociado a las variaciones de la mortalidad por suicidio, se asocia también en Andalucía con una mayor ruralidad y con un menor tamaño de las poblaciones de la ZBS, por lo que su relación con el suicidio puede ser un reflejo de otras variables no incluidas en el estudio, tanto socioeconómicas como medioambientales.”
José Alameda-Palacios, Miguel Ruiz-Ramos y Beatriz García-Robredo
La variable identificada como factor relevante en Andalucía es la altura. Con gran sensatez, se detienen en el hecho de que tiene que existir alguna otra variable vinculada con aquella que explique las correlaciones.
Para profundizar en esta tesis me dispuse a comprobar si las relaciones entre suicidio y altura son comunes en toda la geografía española y estudiar otros elementos demográficos o geográficos con posible relevancia estadística.
En este sentido, el estudio de las correlaciones por provincias permite descartar que exista asociación entre la “altura media de la provincia” y el global de las tasas de suicidios. Incluso, en alguno de los grupos de edad se muestra cierto nivel de correlación inversa:
“Tasa de Suicidio en Hombres” para edades entre los 30/34 años (-0,287 y sig. 0,043); y entre los 40/44 años (-0,304 y sig. 0,032)
«Tasa de Suicidio en Mujeres” entre los 55/59 años (-0,299 y sig. 0,035).
Esto parece confirmar la sospecha expresada en el estudio de Alameda-Palacios, Ruiz-Ramos & García-Robredo. La correlación no era sinónimo de “causa” o “factor de riesgo” sino que se trataba de una variable de confusión. La altitud se relaciona por ejemplo de forma inversa respecto a “Nivel de Renta Hogar”. A mayor altitud, menor nivel de renta. La altura también está vinculada a otros fenómenos demográficos. Correlaciona con edad media, % de menores de 18 años y % de mayores de 65 años, e inversamente con el tamaño medio de la unidad familiar y la % de hogares unifamiliares.
Por eso es tan importante siempre planificar las investigaciones, observar todos los resultados en su conjunto y, cuando sea posible, realizar un análisis estratificado más profundo y más riguroso que el presente.
Si comparamos los datos del estudio ANDEES con los disponibles en el INE sobre altura del municipio, población, edad media, proporción de habitantes menores de 18 años, proporción de habitantes mayores de 65 años, nivel de renta por persona y hogar, número medio de componentes por hogar y proporción de hogares unifamiliares. Este nivel, que era “a priori” el más prometedor por el elevado número de datos (8.060 municipios gentileza del citado ANDEES y del INE), no ha ofrecido, desgraciadamente, resultados memorables.
Tamaño del municipio de residencia
Por otro lado, a nivel nacional, podemos deducir que existe “a priori” un factor protector del suicidio asociado al mayor tamaño del municipio de residencia hasta el umbral de los 100 mil habitantes. El resumen del periodo 1999/2018 es muy claro.
Suicidios por tamaño de los municipios
La distribución de tasas por grupos de edad respecto del tamaño del municipio de residencia, durante 2.003/2.014, confirman el dato global. Son especialmente significativos para hombres a partir de los 60 años.
Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto del tamaño del municipio de residencia
Sin embargo, no hay correlaciones claras respecto de suicidio y “número de municipios por provincia”. A pesar de esto, se expresa una pequeña correlación con las tasas de hombres de más de 84 años y mujeres entre 40/44 años y mayores de 84.
El ejemplo de Asturias y Cantabria
Con carácter general, son dos zonas con similar morfología/orografía (costa y montaña). Tiene también un clima similar (altas precipitaciones y temperaturas medias propias de climas oceánico y de montaña). A nivel económico, ambas están por encima de la media, con bajas tasas de desempleo y bajo umbral de pobreza. Ambas compaginan núcleos de desarrollo industrial y de servicios, junto con un sector agrícola y ganadero.
Como diferencia, Asturias presenta una población algo más envejecida que Cantabria. Aunque podríamos pensar que la mayor edad media explicaría la diferencia en las conductas autolítica, esto no explicaría las bajas tasas en Cantabria, con edades medias más altas que en el resto de España. Además, los niveles de suicidio de Asturias se mantiene muy por encima de Cantabria en todos los grupos.
Como adelantaba al principio, NO hemos encontrado razones “ambientales” que expliquen la diferencia, descartando algunas razones de tipo geográfico y demográfico.
Tasa de suicidio en hombre por edad respecto de la media provincial
Quiero señalar que, a este nivel, SÍ es posible mostrar los “rasgos” que definen diferentes zonas de nuestra geografía. Como señalé al principio, hay grandes diferencias entre regiones y comarcas.
Obtengamos el ratio de la tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial. Entonces vemos que la “singularidad” de cada provincia le identifica como una huella dactilar.
Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)
Si consideramos el ratio de suicidio de cada grupo de edad respecto de la media española, tendremos información adicional sobre su posición en el ranking volviendo a mostrar su singularidad:
Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria
Suicidio y nivel de renta personal
Sí resulta algo más clara la correlación entre suicidio y nivel de renta personal. Se muestra en las correlaciones negativas entre “Tasa de Suicidio Total” con “Nivel de Renta Personal” (-0,263 con sig 0,000) y “Tasa de Suicidio Masculino” con “Nivel de Renta Personal” (-0,320 con sig 0,000).
Por ejemplo, si modelizamos los datos de las variables en tablas categóricas (0/1) y cotejando las tablas de frecuencias mediante capas, se puede hacer un limitado análisis estratificado que nos muestra estimación sobre que variables son “de riesgo” (p.e. “renta personal”), cuales interactúan (renta personal con edad media) o cuales son variables de confusión (altura del municipio).
Los OR no son válidos cuando entre el intervalo inferior y el superior contienen el valor 1. Un OR mayor que 1 indica mayor riesgo.
En definitiva y como pueden comprobar, cada vez que analizamos los macrodatos del suicidio, tan solo conseguimos arañar alguna finísima “capa” a una cebolla enorme. Nunca deja de sorprendernos por su complejidad y por lo difícil que es exprimirle alguna información. Con todo, espero haberles descubierto algo, por pequeño que sea, que despierte su curiosidad y les anime a seguir “descubriendo más capas”.
Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.
Tiempo de lectura:4minutos J. Antonio Ramírez, Soraya González, Belén Campos y Daniel J. López Vega coordinador de papageno.es y ponente de esta jornada formativa
La plataforma papageno.es agradece al Centro Penitenciario Puerto II, a la subdirección médica y la de tratamiento, la invitación para organizar esta actividad formativa.
Especialmente a J. Antonio Ramírez, trabajador del centro, por la acogida a nuestro equipo y la organización de la logística del acto. A pesar de su larga experiencia, sigue poniendo una mezcla de cariño y profesionalidad en todo lo que hace.
Gracias.
Formación de prevención del suicidio en el Centro Penitenciario Puerto II
Hoy jueves 30 de enero de 2020, el Centro Penitenciario Puerto II, con la colaboración de papageno.es, ha organizado una sesión formativa que tenía como objetivo la prevención del suicidio entre personas privadas de libertad.
En el curso han participado personal de los servicios médicos y de enfermería, del equipo de tratamiento y otros profesionales del centro. J. Antonio Ramírez, enfermero del centro penitenciario ha presentado el curso y al ponente Daniel J. López, coordinador de papageno.es. En la actividad también han participado Soraya González, Belén Casas y Nuria Moncayo, miembros de la plataforma.
El suicidio es un problema que durante años ha sido un tabú dentro y fuera de las prisiones. El estigma está detrás de la falta de visibilidad del suicidio y de la falta de políticas claras para prevenirlo. Nuestra ignorancia solo se combate a través de la formación y la investigación.
El suicidio dentro de las prisiones
El suicidio no solo es un importante problema de salud pública de nuestra sociedad que afecta a una persona cada 40 segundos en el mundo. Tiene además un componente de desigualdad social en salud, que presenta su peor cara dentro de las prisiones.
El suicidio dentro de las prisiones es claramente un termómetro de la calidad de nuestro sistema penitenciario y de su objetivo de reinserción social
D. J López-Vega.
López ha destacado la importancia del suicidio como una de las causas de mortalidad más frecuentes dentro de las instituciones penitenciaras, junto a las sobredosis de drogas, que por otro lado podría estar encubriendo conductas suicidas en algunos de los casos.
Este problema complejo y multicausal se relaciona con un entramado de variables personales y del entorno. Los intentos de suicidio previos son una de las variables más predictiva, junto a las adicciones y los problemas mentales. Pero, en la aparición de conductas suicidas también tiene su peso el estrés propio de la privación de libertad. Los conflictos internos y la falta de apoyo social que provoca, pueden ser el germen de un mayor riesgo de la aparición de este tipo de conductas.
Situaciones de riesgo de suicidio en centros penitenciarios
El riesgo de suicidio se hace más patente no solo durante la detención y los primeros días en prisión, sino a lo largo de las diferentes situaciones que se viven dentro del sistema penitenciario. Incluso puede aparecer en el momento de obtener la libertad en aquellos internos que sufren el proceso de institucionalización. También las situaciones de aislamiento se han mostrado como posibles detonadores de la conducta. Este tipo de situaciones debe estar limitado a una estricta necesidad por razones de seguridad. Las mujeres y los jóvenes también son colectivos a tener en cuenta en la prevención.
Retos
Después de esta actividad, desde papageno.es nos brindamos a seguir profundizando en el tema. Desde nuestra humilde aportación, seguiremos trabajando en el control de este problema de salud pública en centros penitenciarios, responsable de más de 450 muertes desde el año 2000 al 2017 dentro de centros penitenciarios españoles.
Daniel J. López Vega
Coordinador de www.papageno.es
Psicólogo General Sanitario. Máster en Intervención Psicológica en Contextos de Riesgo. Autor de «¿Todo por la Patria?». Socio fundador de la Sociedad Española de Suicidiología. Experto Universitario de Estadística Aplicada a las Ciencias de la Salud (UNED). Responsable del Grupo de Conducta Suicida del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental.
J. Antonio Ramírez del CP Puerto II (enfermero) y Soraya González (psicóloga clínica), Belén Casas (criminóloga) y Nuria Moncayo (psicóloga) colaboradoras de papageno.es han participado en la sesión formativa de hoy para personal del centro penitenciario.
Dice un chascarrillo que con el alcohol te crees más fuerte que un tipo que es realmente fuerte que está en la barra del bar y que se llama Hans. La cultura popular apunta a que el consumo de alcohol crea problemas ya que altera las capacidades cognitivas y, con estas alteradas, tomas malas decisiones al calibrar mal las circunstancias y riesgos reales.
Alcohol y VIH
En el caso del alcohol y el VIH, las evidencias apuntan en la misma dirección que el chascarrillo. Se sabe que el consumo de alcohol tiene un vínculo directo con la infección por VIH (Baliunas et al., 2010) y con no tomar de manera adecuada el tratamiento para la enfermedad (Hendershot et al., 2009).
Alcohol y accidentes de tráfico
También es bien conocida la relación del consumo de alcohol con los accidentes de tráfico. En Europa se calculan unas 17.000 muertes anuales debidas a accidentes de tráfico en relación con el consumo de alcohol, 1 de cada 3 fallecimientos del tráfico rodado (Anderson, Baumberg, 2006). En España según publicación de la Dirección General de Tráfico en el año 2010, el 40% de los fallecidos en accidente de tráfico conducían bajo el efecto de una droga, y el alcohol estaba presente en prácticamente la totalidad de ellos, a veces solo y en ocasiones con otras sustancias.
Homicidios y alcohol
Y las consecuncias no terminan ahí. Se ha relacionado el consumo de alcohol con los homicidios. El alcohol representó en Inglaterra un papel fundamental en el 6% de los homicidios y un factor asociado en el 39% (Shaw et al,. 2006). Varios estudios han encontrado que el 48% de las víctimas y los perpetradores habían estado bebiendo cuando ocurrió el homicidio, y que el 37% de los delincuentes y el 33-35% de las víctimas habían bebido lo suficiente como para estar intoxicados (Kuhns et al, 2011; 2014).
Esta claro que bajo los efectos del alcohol son frecuentes las reacciones de agresividad, conductas temerarias y violentas (Fleming, Mihic, Harris, 2006).
Pero, ¿existe relación entre alcohol y suicidio?
Abuso de alcohol, alcoholismo y suicidio
La evidencia muestra que sí existe relación. La relación del alcohol con el suicidio está sobradamente documentada. Se estima que el riesgo de suicidio en personas con trastornos del humor (principalmente depresión) es 6-15%; y en personas con alcoholismo del 7-15%. (OMS, 2000).
En el “Estudio de la conducta suicida en la Comunidad de Madrid” vieron que el diagnóstico previo más frecuente en los intentos de suicidio fueron los trastornos del estado de ánimo, seguidos de trastornos de ansiedad, de la personalidad y abuso y dependencia de alcohol y otras drogas, dándose combinados en algunos casos.
Entre la personas que presentan un consumo de alcohol elevado el riesgo de ideación suicida, los intentos de suicidio y el suicidio completo se incrementan en 2-3 veces entre aquellos con uso abusivo de alcohol en comparación con la población general (Darvishi et al., 2015).
En el estudio ESEMED (Bernal et al., 2007) se encontró que la variable relacionada con un mayor riesgo de intentar suicidarse fue el abuso de alcohol con una OR de 2,11, mientras que la variable mucho más reconocida de padecer depresión tenía una OR de 1,63.
Intoxicación por alcohol y conducta suicida
Pero no solo es el alcoholismo o el abuso el que aumenta el riesgo de suicidio. Hay estudios que demuestran que la intoxicación por alcohol incrementa el riesgo de suicido hasta 90 veces, en comparación con la abstinencia (May et al., 2002). La intoxicación aguda con alcohol u otras drogas aparece con frecuencia como factor adicional que pudo influir en el desencadenamiento de la tentativa de suicidio (con mayor frecuencia en hombres).
La intoxicación por alcohol puede aumentar la disforia, la disfunción cognitiva, la impulsividad y la intensidad de la ideación suicida. Las personas tienen aproximadamente siete veces mayor riesgo de un intento de suicidio poco después de beber alcohol, y este riesgo adicional aumenta a 37 veces después del abuso de alcohol (Borges et al., 2017).
En un metaanálisis de estudios publicados entre 1975 y 1995 se encontró una alcoholemia mayor o igual a 1 g/l en el 22,7% en los suicidios (Smith, Branas, Miller, 1999). En un estudio realizado en 13 países de cultura occidental se asociaron positivamente las tasas de suicidio con el consumo per cápita de alcohol en diez de ellos (Pirkola, Suominen, Isometsa, 2004).
Las tasas de suicidio también se han asociado con el consumo excesivo de alcohol en poblaciones de la antigua URSS y Finlandia. (Nemtsov, 2003). En Irlanda, detectaron la presencia de alcohol en sangre en el 55% de los suicidios (Bedford, O’Farrell, Howell, 2006).
Alcoholismo fetal y riesgo de suicidio
Y no parece que el alcohol actué directamente como un detonante puntual. Se ha visto que en las personas afectas de Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) – un grupo de afecciones que pueden presentarse en una persona cuya madre bebió alcohol durante el embarazo- suelen tener más altas tasas de ideación autolítica e intentos de suicidio en comparación con la población normal (Famy, Streissguth, Unis, 1998 y Hellemans et al., 2010).
Prevención del suicidio y reducción de consumo de alcohol
Con este panorama, no nos extrañará que una de las políticas para disminuir el número de suicidios por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sea disminuir el consumo de alcohol. Entre sus estrategias de prevención del suicidio habla de tres tipos de estrategias: universales, para la población general; selectiva para grupos vulnerables, e indicadas para objetivos concretos con individuos vulnerables. Entre las estrategias de carácter universal se incluye la reducción del uso lesivo de alcohol (OMS, 2014).
Por último, en nuestro país las diferentes guías sobre prevención del suicidio, tanto la editada por Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, como en la guía editada por la Comunidad de Madrid, o en la editada por la Generalitat Valenciana, tienen presente el consejo de evitar el consumo de alcohol.
Podemos asegurar, en el plano general, que cualquier política que reduzca el abuso de alcohol va a servir para prevenir el suicidio, y por otra parte, en el plano individual el abuso de alcohol es en si mismo un problema que puede llevar a tomar decisiones incorrectas.
«Desde aquí quiero ahondar en este consejo de evitar el alcohol y recordar, con evidencias amplias y suficientes, que el consumo de alcohol no es lesivo únicamente a nivel individual y en lo somático, sino que también es lesivo a nivel psíquico, pudiéndonos llevar a tomar decisiones poco acertadas y a nivel social, causando daño a todas las personas que son cercanas a quien consume alcohol».
Miguel Ruiz-Flores Bistuer
Psiquiatra en excedencia del Ib-Salut, profesor tutor de psicología en la UNED. Licenciado en medicina y especialista en psiquiatría. Doctor cum laude, Premio Jean Dausset a la mejor tesis doctoral 2016-17. Máster en Psicoterapia. Experto Universitario en Psiquiatría Forense. Especialista Universitario en Psicopatologia.
La violencia machista se caracteriza por su continuidad en el tiempo y por la intención de sometimiento. Esto puede llevar a aumentar la probabilidad de aparición de conductas suicidas. La violencia machista y el suicidio están profundamente relacionados. El maltratador no busca provocar unas lesiones determinadas, sino someter a la víctima a su voluntad. El objetivo es lograr la sumisión de la misma.
Paradójicamente se da la circunstancia de que en la mayoría de los casos la primera asistencia ante un intento de suicidio se da por parte del agresor. Tiene el objetivo continuar la relación bajo un patrón de dominio-sumisión, no acabar con ella.
En el 88% de los casos la relación no mejoró tras la tentativa de suicidio. Así mismo el 54% de los agresores culpabilizaron a las víctimas de dicho intento.
La violencia contra la mujer, especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual constituyen un grave problema de salud pública. Es además una violación de los derechos humanos de las mujeres (Conferencia internacional de Viena 1993).
Las mujeres que sufren violencia constante tienen 12 veces más probabilidades de suicidio que el resto de mujeres. También tiene el doble de probabilidades de sufrir problemas físicos o mentales.
Discordancia entre los datos de las asociaciones y las cifras oficiales respecto de las víctimas
Miguel Lorente, Cruz Sánchez de Lara y Covadonga Naredo, trabajaron sobre una idea de Enriqueta Chicano y desarrollaron un completo informe sobre la relación suicidio-violencia de género. De él se desprenden importantes datos como la discordancia entre los datos de las asociaciones y las cifras oficiales respecto de las víctimas. Este hecho podría estar motivado por diferentes aspectos como:
Una inadecuada recogida de datos, que hace que muchos homicidios no sean relacionados con sus circunstancias. Algunos no entran dentro de la categoría estricta de violencia de género recogida en la LIVG (Ley Intregral de Violencia de Género). Como ejemplo podemos citar el caso del crímen de Cuenca perpetrado por Sergio Morate. Asesinó a su expareja y a una amiga que no se contabilizaría como crímen machista.
También quedan fuera de los recuentos oficiales las prostitutas, aunque el móvil del asesinato fuesen los celos.
En otras ocasiones no se conoce al autor, no existe confesión de autoinculpación ni testigos. Se espera que la sentencia judicial sea la que determine la autoría. Esto hace que hasta que se celebre el juicio, dado que habitualmente transcurre más de un año, no se incluyan en las estadísticas oficiales.
Concurrencia de más de un delito, pero en las estadísticas solo se computa uno de ellos.
La muerte diferida en el tiempo es otro criterio que hace variar las cifras del ministerio de los recuentos por parte de asociaciones especializadas. En muchas ocasiones la víctima es trasladada al hospital con vida, falleciendo días después y no se establece una relación directa con las circunstancias de la agresión.
En Estados Unidos, existe un servicio de prevención del suicidio: la U.S.Substance Abuse and Mental Health Services Administration, (SAMHSA) que lleva varios años sensibilizando en relación al vínculo entre el suicidio y la violencia machista.
Por otra parte en algunos países se ha legislado sobre suicidio femicida. En El Salvador, por ejemplo, se ha incorporado por ley la figura de suicidio femicida por inducción o ayuda.
Conclusiones
Ante este panorama algunas conclusiones importantes son:
Que no es tanto la violencia física extrema la que conduce a la muerte, sino que en la gran mayoría de los casos es el clima de dominio el mayor indicador del desenlace. Puede ser el desencadenante del inminente asesinato machista o de un intento de suicidio.
Necesidad de trabajar para que el sistema contemple el suicidio en mujeres víctimas del maltrato como un factor y una evidencia de la comisión del delito. Puede incluirse en concurso con el delito de inducción al suicidio a los maltratadores.
Inclusión de la perspectiva de género en los planes nacionales de prevención del suicidio.
Trabajar en el diseño de recursos educacionales y en explorar formas de asegurar que, cuando se trabaja en prevención de suicidio, no se pasen por alto los signos de este tipo de violencia, en relación también a la detección de señales de riesgo suicida.
Una recomendación básica es atreverse a hablar, difundiendo especialmente el término suicidio femicida. La sociedad en general tiene escasa conciencia de que se puede conducir a una víctima al suicidio como consecuencia del abuso sistemático.
Capacitar a los/las profesionales que trabajan con las víctimas en la detección de señales de riesgo suicida; el desarrollo de factores protectores, como por ejemplo redes de apoyo comunitarias; y la derivación al sistema de atención en salud mental.
Emplear las nuevas tecnologías y la publicidad como herramienta didáctica y preventiva frente al suicidio femicida, mediante la creación de aplicaciones para la detección y prevención del riesgo suicida y por otra parte mediante la generación de redes de apoyo necesarias para prevenirlo.
Es importante ayudar a las mujeres a eliminar la variable de la dependencia económica al agresor.
Fuentes:
Francisco Rodríguez Laguna
Psicólogo con formación avanzada en duelo (Modelo Integrativo-Relacional). Máster en Psicopatología y Salud. Experto en trastornos Infanto-Juveniles y en Intervención profesional desde la Perspectiva de Género. Es socio fundador de la Sociedad española de Suicidiología.
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