Archivo el abril 28, 2020

Supervivientes por suicidio: «No Sabía»

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Foto de Daria Sannikova en Pexels

Autora: Marien Sosa Rojano es superviviente de suicidio y participa en un grupo de ayuda mutua.

En este artículo Marien narra su proceso de duelo personal tras la pérdida de un ser querido a través de las emociones a las que se enfrenta.

 

NO SABÍA.

No sabía que un día se me pararía la vida.
No sabía lo que me iba a ocurrir.
No sabía que ese día descubriría cuánto puede doler el alma.
No sabía que mi alma se podía sentir así.
No sabía que se podía romper tan fuerte, que cada trozo de mi alma podía doler tanto.
No sabía que serían cuchillas penetrantes que me acompañarían mucho rato.
No sabía que cada trozo cortaba, hería, sangraba y escocía con sólo respirar.
No sabía que sólo respirar dolía.
No sabía que el dolor que sentía se haría cada vez más intenso y me ahogaría.
No sabía que me hundiría en un mar de lágrimas.
No sabía que el dolor tenía color.
No sabía que cuanto más sufría más oscuro se volvía mi mundo.
No sabía que la penumbra envolvería mi vida.
No sabía que mi ser se apagaría.
No sabía cómo volverlo a encender.
No sabía que estaría tan perdida, sin rumbo.
No sabía el sentido de vivir.
No sabía que mi mente me pediría abandonar.
No sabía que mi corazón también quería parar.
No sabía cómo dejar de caer.
No sabía cómo dejar de crujir.
No sabía qué encontraría al final.
No sabía que volvería a tocar fondo, pero que éste sería diferente al que conocí.
No sabía que lo necesitaba, que querría quedarme allí.
No sabía que me levantaría y permanecería de pie, ahí.
No sabía que me untaría de la sombra del lecho oscuro, no sabía cómo me haría sentir.
No sabía que descubriría un momento, una reflexión, un rayo de luz.
No sabía que querría salir de allí.
No sabía cómo hacerlo, no sabía cómo ascender.
No sabía que escalaría, no sabía que volvería a caer.
No sabía que treparía y me quedaría a medias de bajar o subir.
No sabía que había encontrado un camino y que debería seguir por ahí.
No sabía que quienes me ayudaban, me acompañaban y guiaban, lo daban todo por mí.
No sabía cuánto amor me rodeaba porque sólo pensaba en salir.
No sabía que avanzaba, a pesar del peso que arrastraba.
No sabía que crecía y aprendía, pero mientras me sanaba.
No sabía que aún me curo, mientras gano fuerza y confianza.
No sabía que en mi camino encontraría almas hermanas.
No sabía que notaría claridad en mi mirada.
No sabía que volvería a sentir.
No sabía que este camino, aun acompañada, sola lo tenía que vivir.
No sabía que cansada me tocaría seguir subiendo.
No sabía que mientras subía, me estaba conociendo.
No sabía que descubriría un ser que habitaba en mí, diferente al que fui.
No sabía que lograría ver que estaba saliendo de allí.
No sabía que aún me queda camino, pero la luz es cada vez más cálida al subir.
No sabía que me daría cuenta que fue toda una oportunidad haberte conocido a ti.
No sabía que serías un gran maestro de mi vida y yo solo tu aprendiz.
No sabía que descubriría todo lo que te hacía sufrir.
No sabía que me perdonaría por no haberte podido ayudar.
No sabía que me perdonaría, y que podría encontrar la paz.
No sabía que en mi camino me has acompañado siempre, aunque no te podía ver.
No sabía que aprendería a sentirte, en otro modo, tu ser.
No sabía que aceptaría que ya no estás conmigo, que ahora estás siempre.
No sabía que te echaría de menos de tantas formas diferentes.
No sabía que descubriría tu energía y me acompaña cada día.
No sabía que serías mi luz, mi guía, mi razón para continuar.
No sabía que serías un ángel azul de alas abatidas.
No sabía que mi luz te alumbraría en tu oscuridad.
No sabía que no pude alumbrarte lo suficiente y perdiste la batalla.
No sabía que ahora donde estás me esperas y nos volveremos a abrazar.
No sabía que mientras nos reencontramos a mí me queda mucho que caminar.
No sabía que mientras avanzo aceptaré lo que me tenga que llegar.
No sabía que aprendería otra forma de mirar.
No sabía que ahora solo me apetece ayudar.
No sabía que tú serías mi razón por la que estas frases escribir.
No sabía que tenía en mi interior muchas cosas que decir.
No sabía que esta tormenta me iba a destruir.
No sabía que el paraguas no sirve de nada aquí.
Pero mi tormenta me acompaña, aunque a veces parezca desaparecer.
Ahora la acepto y la quiero, forma parte de mi ser.
Ahora sé y te agradezco lo feliz que me hiciste sentir.
Ahora sé que quiero que los demás te recuerden también así.
Ahora sé que volveré a escribirte porque nunca me despedí.
Ahora sé y te prometo que intentaré volver a ser feliz.
Porque sé que es lo que tú querrías, volver a verme sonreír.
Porque sé que tu sonrisa me daba ganas de vivir.
Y ahora sé que con la mía me toca regalarla y compartir.
Ahora sé y agradezco a la vida, que me tocara esto a mí.
Porque sé que era el camino que me preparó para seguir.
De todo ello he aprendido y ahora quiero continuar
Aunque me enfadé con la vida, ya la puedo perdonar.
No me importa quién no lo entienda, son mis zapatos, mi caminar.
Quién me acompañe en este viaje aprenderá de mi lección
Aunque sé que este trayecto es diferente en cada corazón.

 

Grupo de ayuda mutua supervivientes de suicidio
Grupo de ayuda mutua supervivientes de suicidio en Cádiz

 

Grupos de ayuda mutua para supervivientes de suicidio

Si deseas participar en un grupo puedes consultar en el listado de los grupos que funcionan en España.

Papageno coordina un grupo de ayuda mutua en Cádiz. Si deseas ponerte en contacto con nosotros utiliza el WhatsApp 633 169 129

Para tener más información sobre el duelo por suicidio puedes consultar aquí.

El 23 de abril, día del libro, regala vida

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https://papageno.es/colaboraciones-prevencion-suicidio/solicitud-de-inscripcion-para-profesionales-colaboradores-de-papageno-es
AMAZONA EN LA CENTELLA UNA BOLSA PARA AFRONTAR EL DUELO

Día Internacional del libro

El día 23 de abril de todos los años se celebra el Día Internacional del Libro. Y no es una fecha al azar. Esa fecha se escogió por su relación con la muerte de 3 grandes escritores de la literatura universal. En la misma fecha del año 1616 perdieron la vida Shakespeare, Cervantes y Garcilaso de la Vega. Estos autores no solo marcaron solo nuestra literatura, sino que han dejado su huella en nuestra cultura contemporánea. 

Y es que la literatura y el escribir tienen algo de mágico. Nos permiten aprender a través de las experiencias de otras personas, viajar sin movernos de nuestro salón o dormitorio y entender mucha de nuestras dudas existenciales más ancestrales. To be, or not to be, that is the question, en español “Ser o no ser, esa es la cuestión” se convirtió por ejemplo en una frase mítica. La hizo popular uno de los personajes de Shakespeare, protagonista de la obra teatral Hamlet, príncipe de Dinamarca, escrita en los albores del S. XVII (cuando aún no existía Netflix).

 

Biblioterapia: cuando un libro es más que un libro

Pero los viajes virtuales no son la única experiencia que puede regalarte un libro. Muchas veces los libros son un mapa para recuperar el camino cuando ya nada tiene sentido. Los libros, muchos libros, son brújulas que pueden ayudarte a encontrarte de nuevo como persona cuando ya has perdido la esperanza.

Y es que recetar un libro en muchas ocasiones puede sanar más que una pastilla o una vacuna. Porque no existe vacuna para combatir el dolor humano ante la pérdida de un ser querido. No existe pastilla que te permita vislumbrar la luz tras el precipicio que se abre frente a ti cuando la muerte te roza cerca.

 

Ser superviviente de suicidio

Cuando esta muerte es por suicidio, al dolor por la pérdida se une la vergüenza y la culpa del estigma y una insondable necesidad de encontrar una explicación a lo que ha ocurrido. Una necesidad que se mantiene en el tiempo y que muchas veces impide cerrar heridas.

Ser superviviente del suicidio no es una experiencia que pueda ser definida en pocas palabras, pero tampoco en muchas. Cada superviviente narra una historia única que pese a los matices comunes es específica y depende de muchas variables. Una experiencia dura que te hace transitar por un proceso tortuoso de la búsqueda de la aceptación de lo que ha ocurrido con toda su crudeza. Frecuentemente te obliga a perdonar y a perdonarte y que solo encuentra consuelo cunado abre la puerta a integrar la experiencia y a rehacer la vida. 

 

«Amazona en la centella», relato autobiográfico de Mª Jesús de León

Regalar vida: Amazona en la centella. Una bolsa para afrontar el duelo

Quizás estés cruzando en este momento ese desierto y a lo mejor te has planteado que no tendrá fin. Pero no cedas al desaliento. No estás sola ni solo. Algunos hemos tenido la suerte de conocer a personas que volvieron de la experiencia y aprendimos de ellas sobre la grandeza y la capacidad de los seres humanos para reinventarse, pese a sufrir las peores experiencias. 

María Jesús de León es una de ellas. Esta gaditana afincada en Grazalema sorprende por su humildad y dulzura. La vida la golpeó con una dureza aterradora y ella lo afrontó (lo afronta) iniciando su propia aventura de crecimiento personal. Entonces aprendió a flotar en la aguas turbulentas del temporal, a soportar los malos momentos y consiguió pintar de nuevo una sonrisa en su boca. Y todavía le dio tiempo a mostrar la mejor cara de si misma. Susi, que así le gusta que le llamen, decidió regalar al mundo su experiencia en forma de libro. Y de esta forma, hace unos años publicó  “Amazona en la centella. Una bolsa para afrontar el duelo”. 

En sus páginas, regala su particular forma de ver el mundo. La suya. Le gusta decir que cada persona tiene una diferente y que no existe una solución o camino, sino que cada persona tiene el suyo. Así que no esperes una receta mágica para encontrar el tuyo, un dibujo definido o unas instrucciones para conseguirlo. Es algo más. Su libro es un canto a la esperanza de alguien a quien convirtió la lucha en un estandarte, una herramienta para afrontar los reveses de la vida. Sus palabras son estrellas en la noche que te ayudarán a encontrar tu destino, que seguro no será igual que el suyo. Tenemos seguridad de que tú también puedes conseguirlo.

 

Regala vida

Con motivo de esta especial celebración, su editorial, Ediciones El Boletín, ha puesto en descarga gratuita alguno de sus libros. Entre ellos se encuentra el de Susi, que lo ofrece también con ilusión desde esta página dedicado en especial a su grupo de ayuda mutua y en general a todas las personas que deseen compartir su vivencia de aprendizaje. Ahora tú también te encuentras entre las personas elegidas. Puedes conseguirlo a través de la página de la editorial o en el siguiente enlace:

AMAZONA EN LA CENTELLA: UNA BOLSA PARA AFRONTAR EL DUELO

No te engañaremos el camino no será nada fácil, pero nosotros también te necesitamos y estamos dispuestos a estar ahí siempre que nos dejes acompañarte.

 

La soledad a veces es solo una opción

Si has perdido a una persona por suicidio y nos necesitas será un regalo poder acompañarte. Puedes contactar con nosotros a través del WhatsApp 633 169 129.

Papageno es una asociación nacional de profesionales de carácter gratuito y voluntario. Nuestro primer grupo de ayuda mutua se creó en 2019, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz dentro del Plan Local de Salud. Soñamos con que no sea el último. Si quieres información sobre como crear grupos de este tipo también podremos asesorarte.

Si necesitas ayuda también puedes contar con otras asociaciones. Desde diferentes lugares de nuestra geografía las organizaciones están dando respuesta a este problema de salud pública al que desde la administración no se presta la atención suficiente.

 

España aún no cuenta con un Plan Nacional de Prevención de la Conducta Suicida. 

 

Además, si perteneces a una asociación de supervivientes y compartes nuestra filosofía de caminar juntos con libertad y responsabilidad, también puedes adherirte a nuestro proyecto. Y si eres un profesional interesado en asociarte, te estaremos esperando.

 

¡Feliz día del libro!

Pandemia por COVID-19, pensamiento apocalíptico y suicidio

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Esperanza COVID-19
Photo by Gustavo Fring from Pexels

Me confieso

Me confieso. Me propuse no escribir nada sobre el coronavirus. Lo conseguí durante todo este tiempo, pero hoy no me he podido resistir. Incluso llegué a eliminar borradores que nunca verán la luz. Hoy lo hago con la excusa de hablar de las consecuencias psicológicas y emocionales de la crisis, pero con el objetivo de compartir algunas reflexiones. Todas tienen el punto en común de abordar la crisis del COVID-19 desde el punto vista psicológico.

Hace algo más de un mes el panorama que ahora se presenta ante nosotros hubiera formado parte de una película mala de serie b. Una película, de esas distópicas, que nos presentan un mundo apocalíptico ahondando en nuestros miedos más ancestrales.

Ahora esa película de serie b se ha convertido en nuestra cotidianidad. Y en esta nueva realidad que estamos viviendo nos sobreponen las imágenes más dramáticas. Desde el Palacio de Hielo de Madrid que se convirtió en un improvisado almacén para poder albergar los cuerpos de los fallecidos por COVID-19 o las tremendas imágenes de nuestras residencias de ancianos hasta las colas de vehículos en algunas ciudades para desplazarse a sus segundas viviendas de ¿vacaciones?. Las dos caras más extremas de la crisis que transformará nuestro mundo irremediablemente.

 

Comunicación en tiempos de pandemia

A nadie se le escapa ya la gravedad del momento histórico que estamos viviendo. A la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 que está teniendo como consecuencia importantes pérdidas humanas se une la crisis económica fruto del confinamiento y la parada obligatoria de gran parte del entramado empresarial. Malos tiempos que cursan con miedo, dolor, ansiedad y preocupación por el futuro.

El mundo se enfrenta a un momento importante de su historia. Estamos viviendo cambios que seguramente cambien nuestra forma de ver y sentir la vida y nuestros hábitos. La pandemia viene en un momento de crisis de un modelo económico que se basa en la desigualdad de la riqueza y los recursos, en un modelo productivo insostenible basado en el crecimiento continuo, un modelo energético poco amable con la naturaleza y un estilo de vida que resuelve los conflictos y problemas desde la competitividad y no desde la colaboración. En este caldo de cultivo, cuesta trabajo vislumbrar una salida a esta crisis, no tanto porque no la haya, sino por estar inmersos y a veces bloqueados por la carga emocional y el estrés que está produciendo en gran parte de la población.

 

Y esto se ve reforzado por la aparición de visionarios, agoreros, nuevos especialistas y expertos, epidemiólogos de fin de semana y políticos a media jornada. Todos parecen en una alocada carrera en la búsqueda de notoriedad, sin perder la oportunidad de vaticinar los peores horrores incrementando el miedo. Un miedo que a veces se aleja del problema real y que se convierte en el vaticinio de la llegada del apocalipsis y en una maquiavélica forma de controlar nuestra conducta. 

 

Por otro lado, pocos se atreven a hablar de soluciones concretas y muchos se limitan a reforzar los malos datos con titulares grandilocuentes, cuando no es una crítica destructiva a todo intento de solución. «Actuamos demasiado tarde», «las medidas son demasiado pocas»,  o «las medidas son demasiado exageradas» son frases utilizadas de forma indistinta para expresar malestar por lo que está ocurriendo y que forman parte de la queja por la queja.

 

El lenguaje bélico

En ese sentido nos encontramos con la metáfora bélica. No nos es ajena la utilidad que en estos momentos pueda tener apelar al sentimiento patriótico para mantener la disciplina ciudadana y el sentimiento de unidad que pueda ser útil para afrontar estos duros momentos, pero esto no es una guerra. Esto es una crisis de salud pública y no un enfrentamiento armado y creo que hay que usar el lenguaje adecuado. Una crisis sanitaria requiere de medidas sanitarias.

El componente ideológico de la metáfora bélica tiene claros inconvenientes, porque permite tomar medidas de restricción de libertades apelando al enemigo común que corren el riesgo de mantenerse una vez acabada la crisis. El cierre de fronteras, la restricción de libertad de movimientos, el confinamiento y otras medidas como el distanciamiento social son justificables ante la previsión de una pandemia, pero en absoluto como medidas preventivas para evitarlo. Fomentan la xenofobia y la desconfianza y no tienen nada que ver con la realidad preventiva.

 

No alimentemos la desesperanza: un canto a la esperanza

Ahora es necesario centrarnos en las soluciones más que en los problemas. Sin duda, saldremos de esta. El cómo, sin embargo, está por escribir. Pensar en los problemas de forma reiterada nos consume las energías. Resérvalas para centrarte en qué puedes hacer para mejorar la situación que estás viviendo. Tienes muchos recursos personales por explotar y si buscas lo suficiente no estarás solo para conseguirlo.

No alimentes la desesperanza. La situación ya es suficientemente dura, como para crear un clima aún más negativo. Una de las emociones que más se repiten en las personas con conductas suicidas es la desesperanza. Aléjate de ella, es producto de tu mente. Hay cosas en la vida que no tienen una solución ideal, pero siempre podrás elegir como deseas vivirla. 

 

“No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”

EPICTETO

 

Las crisis sacan lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Todos tenemos una oportunidad pero es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Es más fácil de lo que crees o más difícil, lo que tu desees.

 

Efectos psicológicos de la pandemia y el confinamiento

Los efectos psicológicos de la pandemia y el consiguiente confinamiento aún están también por escribir. Como siempre, este tipo de situaciones afectará notablemente más a las personas y grupos más vulnerables. En ese sentido, cabe esperar poco efecto a largo plazo en la mayor parte de la población. Sin embargo, aquellas personas que han perdido personas cercanas, que han sufrido un confinamiento más duro, que sean afectados más gravemente por las consecuencias económicas negativas o que sufren trastornos psicológicos previos serán con mayor probabilidad víctimas de secuelas psicológicas posteriores.

Durante todo este tiempo he pasado de la incredulidad, al miedo y al dolor por ver a tantas familias sufriendo por la muerte de sus familiares. Y es que esta muerte no es normal. El coronavirus nos robará muchas cosas, muchas de esas superfluas, pero nunca tan dura como el derecho a enterrar a nuestros muertos y despedirnos de ellos de forma adecuada.

Una de las situaciones más graves que podemos vivir durante la pandemia  son las pérdidas de personas cercanas. Si has perdido a una persona querida o varias durante la pandemia, si la vida te ha robado la posibilidad de despedirte adecuadamente de ellas,  tu duelo puede ser más duro. Sin embargo, podrás aprender a afrontarlo adecuadamente y rehacer tu vida integrando los cambios que las pérdidas supongan en tu vida. 

 

«Murió solo, no pudimos despedirnos cuando estaba en su partido más difícil, ni velarlo… ni nada”.

Fernando Sanz, hijo de Lorenzo Sanz, expresidente del Real Madrid fallecido por COVID-19

Fuente: La Vanguardia

 

Otras situaciones relacionadas, como el distanciamiento social y la restricción de la libertad individual, también repercuten a corto plazo en nuestro estado de ánimo pero no necesariamente revertirán en consecuencias a largo plazo. Todos y todas tendremos que aprender a volver a la normalidad y encontrar el equilibrio entre la prevención por el contagio y la necesidad humana del contacto físico. No permitamos que el miedo se convierte en un instrumento para aumentar nuestra soledad. Cuando todo esto pase, recuperemos juntos el derecho a ser libre, pese a que seguro que habrá gente que deseará utilizar lo que ocurrió para sacar rédito político e imponer su contenido ideológico. 

 

Prevención del suicidio en el período post-epidemia

El suicidio es un problema complejo y multicausal de carácter prevenible. En las últimas semanas tanto en España como en los países latinoamericanos han aparecido noticias de personas con conductas suicidas que los medios han relacionado directamente con el COVID-19.

Atribuir los suicidios a una sola causa es poco preventivo y desacertado. Cada persona que emite una conducta suicida presenta un conjunto de causalidades que solo puede entenderse en su conjunto. El COVID-19 puede ser un precipitante, pero las causas son mucho más complejas. 

Durante esta etapa, quizás deberíamos plantearnos extremar la responsabilidad a la hora de comunicar conductas suicidas a través de medios de comunicación y redes sociales. Las indicaciones de la OMS y otros organismos son bastante claras en este sentido. Tan claras como poco seguidas en muchos casos…

Recuerda que no estás solo. Tanto si tienes ideas suicidas como si pierdes a un familiar por suicidio si busca, encontrarás a personas dispuestas a acompañarte en los momentos más duros. No temas pedir ayuda y permite que los demás decidan si desean o no acompañarte. Nunca te rindas, sigue buscando y las encontrarás.

niños héroes

De héroes y villanos

Acabo este artículo con otra reflexión que tiene que ver con la necesidad humana de señalar a los malos y a los buenos. Los momentos más traumáticos sacan de los seres humanos su peor y su mejor cara. Por desgracia en esta película no hay héroes ni villanos. Solo hay personas, personas que como el personal sanitario, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, el de limpieza, el del transporte, el de supermercados y tiendas de alimentación, gasolineras, periodistas e incluso políticos (algunos de ellos) y otros cientos de profesiones…. que estuvieron ahí cuando tuvieron que estar.

También están Los niños y niñas y todas las personas que más han sufrido el confinamiento, nuestros mayores en quién más se ha cebado la enfermedad, aquellas personas anónimas que hicieron de esta etapa algo menos duro, que salieron todos los días a aplaudir u que de alguna u otra manera han hecho de la desgracia una oportunidad para cambiar.

Huyamos de los papeles que nos hacen héroes, seamos simplemente la mejor versión de nosotros mismos. Sobre todo en la etapa que nos queda por vivir. Ahora, más que nunca nos necesitamos.

Si necesitas ayuda puedes contactar con estas asociaciones españolas o con estas en latinoamérica

Despedida y duelo en tiempos de pandemia por COVID-19

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Duelo durante el confinamiento

La muerte como despedida

La muerte es una despedida de la vida en todos los aspectos, es un proceso de preparación no sólo a nivel biológico. El cuerpo se va apagando poco a poco, pero también a nivel emocional, a nivel social y a nivel espiritual. La muerte moviliza una gran cantidad de emociones, tanto para el que se está enfrentando a ella como para sus familiares así como para los profesionales que están a su cuidado. En función de cómo se movilicen estas emociones se incrementará o disminuirá el sufrimiento asociado al impacto emocional y el proceso de adaptación a la nueva situación del enfermo y sus familiares será más o menos difícil.

 

El duelo durante el confinamiento

En estos momentos lamentablemente vivimos una situación de excepcionalidad en la que  no es posible despedirse,  debido al aislamiento que sufren los enfermos. Estas  personas, sobre todo muchos mayores, mueren sin el calor de sentir cerca a sus seres queridos, sin tener cerca a alguien que  les coja la  mano, sin una caricia que los tranquilice. El personal sanitario debido a la  enorme saturación de los hospitales a duras penas puede suplir en estos momentos a la familia y acompañar a estas personas en este tránsito.  Me consta que lo hacen cuando  pueden y que  también están sufriendo por esto. El desgaste físico y emocional de esta crisis también les está dejando huella.

 

Humanización del proceso de duelo en situaciones de excepcionalidad

Con las medidas de seguridad  impuestas para evitar el contagio, las autoridades sanitarias no están teniendo en cuenta la importancia de humanizar el acto de morir. Mi pregunta es ¿con los medios de protección adecuados una hija o un hijo podría despedirse de su  madre o de su  padre? 

 

Poder estar con ellos en sus últimos momentos y decirle  “Gracias mamá o papá por haberme dado la vida y haberme cuidado, te quiero”.  

 

Y exactamente lo mismo con aquellos que tienen hermanos, pareja y  amigos a punto de fallecer. Estoy hablando de posibilitar una  despedida amorosa  para el que se marcha y para los que se quedan, con la que poder transitar el duelo de otra forma menos traumática.

En las actuales circunstancias muchas personas han ido viendo como su familiar entraba en un hospital para no verlos nunca más. Es una situación muy dolorosa, en la que las familias quedan sumidas en una gran tristeza al no haber podido acompañarlos, por tanto es frecuente que sientan  una montaña rusa emocional, que va desde la tristeza, la confusión, la impotencia,  la culpa,  el enfado, para tocar con el vacío que siempre deja el sentimiento de orfandad, en el caso de haber perdido  a alguno de los progenitores.

El  hecho de no poder ver el cuerpo de la persona fallecida  puede dificultar la aceptación  a la realidad. El no poder velar a su familiar o no saber cuándo podrán celebrar su funeral  supone para muchas personas entrar en un estado de enorme confusión e incertidumbre   que hace todavía más difícil el duelo. Las despedidas son necesarias para poder elaborar el duelo.

 

Despedidas simbólicas

Si bien es cierto que debido a la situación actual las despedidas con funeral están  restringidas o incluso aplazadas, las personas que han perdido al algún ser querido pueden ir haciendo otro tipo de despedidas. Estas despedidas se realizarán de forma simbólica hasta que pueda hacerse con un funeral o el ritual que decidáis los familiares.

A nivel individual, una opción es escribir una carta de despedida, en la que puedas trasmitirle cómo te sientes tras su marcha, si te quedó  algo pendiente por decirle y en definitiva todo aquello que sientas que te va a ayudar a despedirte de tu ser querido. En esta despedida  puedes ayudarte viendo una foto suya,  escuchando una canción que le gustase, recordando su olor,  o con cualquier objeto que te ayude a conectar.    

A nivel grupal, otra opción es hacer una caja de recuerdos en la  que cada  miembro de la familia pueda depositar algunas  fotos, cartas, o algún objeto de la persona fallecida que  sea significativo. Incluid a los niños en esta despedida,  pueden hacer dibujos o escribir cartas, ellos también necesitan despedirse,  no los dejéis al margen.

También se puede hacer un pequeño altar o dedicar un espacio en vuestra casa para poner  fotos, encender una vela, colocar flores y  objetos que sean significativos para recordar a vuestro ser querido.

Cuando terminen las medidas de confinamiento podréis compartir lo que cada uno ha ido colocando en la caja o en ese espacio que habéis creado, en una ceremonia de homenaje y despedida a vuestro ser querido. Podréis leer las cartas que le habéis escrito o bien dejarlas en el sitio donde vayáis a depositar sus cenizas en caso de cremación.

Mientras tanto es importante darse permiso para llorar  la pérdida, a veces será  en soledad en los momentos que así lo necesites  y otras también en compañía. Los abrazos y muestras de cariño también  ayudan a transitar el duelo. Es importante por tanto no aislarse más aún y apoyarse en la familia y amigos,  aunque ahora sea  de forma virtual también pueden acompañar  en estos momentos.

 

Búsqueda de ayuda profesional

El duelo en estos momentos es más difícil  de lo habitual, debido a la  complicada situación que vivimos  ya estamos atravesando por una pandemia a nivel global. Por tanto no dudes en pedir ayuda profesional  en caso necesario, un acompañamiento terapéutico puede ser de gran  ayuda para elaborar este tipo de duelos.

El colegio oficial de psicólogos de Madrid,  está ofreciendo atención psicológica para las personas que han perdido a un ser querido durante la emergencia del corona virus a través del correo ayudaduelocopm@cop.es

 

Carolina Ratia Ceña

Licenciada en Psicología y habilitada para el ejercicio de la psicología general sanitaria. Especialista en Tratamiento psicológico de la obesidad y trastornos del comportamiento alimentario. Máster en Gerontología. Psicoterapeuta humanista con orientación gestáltica y tutora en la formación de Terapia Gestalt en el centro Syam en Cádiz. 

Diferencias sociogeográficas y suicidio en España

Suicidio en Asturias
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Dificultades metodológicas del estudio del suicido

Coincidirán los lectores que, cuando abordamos el análisis estadístico de las muertes autoinfligidas, el segundo peor problema es poder definir el factor de riesgo concreto a estudiar. El primero siempre es la falta de disponibilidad de datos fiables.

Resulta descorazonador ver cuantas variables vienen a ponernos la zancadilla. Nunca podemos estar seguros de que una correlación indique riesgo. Contínuamente se acaban cruzando innumerables variables de confusión que ni siquiera conocemos.

La realidad es compleja, dinámica y multifactorial. Poner la lupa en una variable concreta supone, como en la física de partículas, desenfocar el fenómeno, aumentando la imprecisión de las conclusiones. 

Analizando los macrodatos estadísticos podremos describir razonablemente el fenómeno. Sin embargo, sólo cuando enfocamos desde una perspectiva amplia, podemos entender las razones, de manera similar a lo que ocurre entre la física relativista y la cuántica.

 

Zonas de concentración de suicidios

Animo a los aficionados a las estadísticas a bucear en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDES). El grupo de investigación Bayensians de la Fundación FISABIO y la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana nos permiten acceder a información muy detallada sobre fallecimientos en España. Seguro que descubrimos cosas extraordinarias.

 

En un pequeño círculo de 30 km de radio tenemos a 15 de los 20 los municipios con mayor tasa de suicidios en España.

 

Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio
Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio

 

¿A qué se debe dicha concentración?

Las variables que básicamente se relacionan con las tasas de suicidio son el género, la edad, la zona geográfica y el marco temporal. También podemos considerar la estacionalidad, el tipo de colectivo o profesión, el ámbito socioeconómico, psicológico, el sanitario…

Dichas variables interaccionan y condicionan cualquier conclusión analítica. Si no tenemos esto en cuenta, caeremos en el error de la distorsión por confusión/interacción y llegaremos a conclusiones erróneas.

Quizás pueda ser interesante centrarnos en las variables geográficas y demográficas.

 

Tasa de suicidios por provincia
Tasa de suicidios por provincia

 

¿Es la altitud una variable influyente en la conducta suicida?

Existen interesantes investigaciones que han tratado de localizar factores que expliquen las diferencias geográficas. Me llama la atención una publicación. Tiene como título: “Mortalidad por suicidio en Andalucía: distribución geográfica y relación con el uso de antidepresivos, la altitud y desigualdades socioeconómicas” y establece correlación entre altura de la localidad de residencia y la tasa de muerte por suicidio.

 

La altitud, que es el factor más claramente asociado a las variaciones de la mortalidad por suicidio, se asocia también en Andalucía con una mayor ruralidad y con un menor tamaño de las poblaciones de la ZBS, por lo que su relación con el suicidio puede ser un reflejo de otras variables no incluidas en el estudio, tanto socioeconómicas como medioambientales.”

José Alameda-Palacios, Miguel Ruiz-Ramos y Beatriz García-Robredo 

 

La variable identificada como factor relevante en Andalucía es la altura. Con gran sensatez, se detienen en el hecho de que tiene que existir alguna otra variable vinculada con aquella que explique las correlaciones.

Para profundizar en esta tesis me dispuse a comprobar si las relaciones entre suicidio y altura son comunes en toda la geografía española y estudiar otros elementos demográficos o geográficos con posible relevancia estadística. 

En este sentido, el estudio de las correlaciones por provincias permite descartar que exista asociación entre la “altura media de la provincia” y el global de las tasas de suicidios. Incluso, en alguno de los grupos de edad se muestra cierto nivel de correlación inversa:

  • “Tasa de Suicidio en Hombres” para edades entre los 30/34 años (-0,287 y sig. 0,043); y entre los 40/44 años (-0,304 y sig. 0,032)
  • «Tasa de Suicidio en Mujeres” entre los 55/59 años (-0,299 y sig. 0,035).

Esto parece confirmar la sospecha expresada en el estudio de Alameda-Palacios, Ruiz-Ramos & García-Robredo. La correlación no era sinónimo de “causa” o “factor de riesgo” sino que se trataba de una variable de confusión. La altitud se relaciona por ejemplo de forma inversa respecto a “Nivel de Renta Hogar”. A mayor altitud, menor nivel de renta. La altura también está vinculada a otros fenómenos demográficos. Correlaciona con edad media, % de menores de 18 años y % de mayores de 65 años, e inversamente con el tamaño medio de la unidad familiar y la % de hogares unifamiliares.

Por eso es tan importante siempre planificar las investigaciones, observar todos los resultados en su conjunto y, cuando sea posible, realizar un análisis estratificado más profundo y más riguroso que el presente.

Si comparamos los datos del estudio ANDEES con los disponibles en el INE sobre altura del municipio, población, edad media, proporción de habitantes menores de 18 años, proporción de habitantes mayores de 65 años, nivel de renta por persona y hogar, número medio de componentes por hogar y proporción de hogares unifamiliares. Este nivel, que era “a priori” el más prometedor por el elevado número de datos (8.060 municipios gentileza del citado ANDEES y del INE), no ha ofrecido, desgraciadamente, resultados memorables.

 

Tamaño del municipio de residencia

Por otro lado, a nivel nacional, podemos deducir que existe “a priori” un factor protector del suicidio asociado al mayor tamaño del municipio de residencia hasta el umbral de los 100 mil habitantes. El resumen del periodo 1999/2018 es muy claro.

Suicidios por tamaño de los municipios
Suicidios por tamaño de los municipios

 

La distribución de tasas por grupos de edad respecto del tamaño del municipio de residencia, durante 2.003/2.014, confirman el dato global. Son especialmente significativos para hombres a partir de los 60 años. 

Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial
Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto del tamaño del municipio de residencia

Sin embargo, no hay correlaciones claras respecto de suicidio y “número de municipios por provincia”. A pesar de esto, se expresa una pequeña correlación con las tasas de hombres de más de 84 años y mujeres entre 40/44 años y mayores de 84.

 

El ejemplo de Asturias y Cantabria

Con carácter general, son dos zonas con similar morfología/orografía (costa y montaña). Tiene también un clima similar (altas precipitaciones y temperaturas medias propias de climas oceánico y de montaña). A nivel económico, ambas están por encima de la media, con bajas tasas de desempleo y bajo umbral de pobreza. Ambas compaginan núcleos de desarrollo industrial y de servicios, junto con un sector agrícola y ganadero.

Como diferencia, Asturias presenta una población algo más envejecida que Cantabria. Aunque podríamos pensar que la mayor edad media explicaría la diferencia en las conductas autolítica, esto no explicaría las bajas tasas en Cantabria, con edades medias más altas que en el resto de España. Además, los niveles de suicidio de Asturias se mantiene muy por encima de Cantabria en todos los grupos.

Como adelantaba al principio, NO hemos encontrado razones “ambientales” que expliquen la diferencia, descartando algunas razones de tipo geográfico y demográfico.

 

Tasa de suicidio en hombre por edad respecto de la media provincial

Quiero señalar que, a este nivel, es posible mostrar los “rasgos” que definen diferentes zonas de nuestra geografía. Como señalé al principio, hay grandes diferencias entre regiones y comarcas.

Obtengamos el ratio de la tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial. Entonces vemos que la “singularidad” de cada provincia le identifica como una huella dactilar.

Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)
Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)

 

Si consideramos el ratio de suicidio de cada grupo de edad respecto de la media española, tendremos información adicional sobre su posición en el ranking volviendo a mostrar su singularidad:

Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria
Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria

 

Suicidio y nivel de renta personal

Sí resulta algo más clara la correlación entre suicidio y nivel de renta personal. Se muestra en las correlaciones negativas entre “Tasa de Suicidio Total” con “Nivel de Renta Personal” (-0,263 con sig 0,000) y “Tasa de Suicidio Masculino” con “Nivel de Renta Personal” (-0,320 con sig 0,000).

Por ejemplo, si modelizamos los datos de las variables en tablas categóricas (0/1)  y cotejando las tablas de frecuencias mediante capas, se puede hacer un limitado análisis estratificado que nos muestra estimación sobre que variables son “de riesgo” (p.e. “renta personal”), cuales interactúan (renta personal con edad media) o cuales son variables de confusión (altura del municipio).

 

Los OR no son válidos cuando entre el intervalo inferior y el superior contienen el valor 1. Un OR mayor que 1 indica mayor riesgo.

 

En definitiva y como pueden comprobar, cada vez que analizamos los macrodatos del suicidio, tan solo conseguimos arañar alguna finísima “capa” a una cebolla enorme. Nunca deja de sorprendernos por su complejidad y por lo difícil que es exprimirle alguna información. Con todo, espero haberles descubierto algo, por pequeño que sea, que despierte su curiosidad y les anime a seguir “descubriendo más capas”.

 

Ver también

 

Rogelio González Weiss

Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.

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