La muerte como despedida
La muerte es una despedida de la vida en todos los aspectos, es un proceso de preparación no sólo a nivel biológico. El cuerpo se va apagando poco a poco, pero también a nivel emocional, a nivel social y a nivel espiritual. La muerte moviliza una gran cantidad de emociones, tanto para el que se está enfrentando a ella como para sus familiares así como para los profesionales que están a su cuidado. En función de cómo se movilicen estas emociones se incrementará o disminuirá el sufrimiento asociado al impacto emocional y el proceso de adaptación a la nueva situación del enfermo y sus familiares será más o menos difícil.
El duelo durante el confinamiento
En estos momentos lamentablemente vivimos una situación de excepcionalidad en la que no es posible despedirse, debido al aislamiento que sufren los enfermos. Estas personas, sobre todo muchos mayores, mueren sin el calor de sentir cerca a sus seres queridos, sin tener cerca a alguien que les coja la mano, sin una caricia que los tranquilice. El personal sanitario debido a la enorme saturación de los hospitales a duras penas puede suplir en estos momentos a la familia y acompañar a estas personas en este tránsito. Me consta que lo hacen cuando pueden y que también están sufriendo por esto. El desgaste físico y emocional de esta crisis también les está dejando huella.
Humanización del proceso de duelo en situaciones de excepcionalidad
Con las medidas de seguridad impuestas para evitar el contagio, las autoridades sanitarias no están teniendo en cuenta la importancia de humanizar el acto de morir. Mi pregunta es ¿con los medios de protección adecuados una hija o un hijo podría despedirse de su madre o de su padre?
Poder estar con ellos en sus últimos momentos y decirle “Gracias mamá o papá por haberme dado la vida y haberme cuidado, te quiero”.
Y exactamente lo mismo con aquellos que tienen hermanos, pareja y amigos a punto de fallecer. Estoy hablando de posibilitar una despedida amorosa para el que se marcha y para los que se quedan, con la que poder transitar el duelo de otra forma menos traumática.
En las actuales circunstancias muchas personas han ido viendo como su familiar entraba en un hospital para no verlos nunca más. Es una situación muy dolorosa, en la que las familias quedan sumidas en una gran tristeza al no haber podido acompañarlos, por tanto es frecuente que sientan una montaña rusa emocional, que va desde la tristeza, la confusión, la impotencia, la culpa, el enfado, para tocar con el vacío que siempre deja el sentimiento de orfandad, en el caso de haber perdido a alguno de los progenitores.
El hecho de no poder ver el cuerpo de la persona fallecida puede dificultar la aceptación a la realidad. El no poder velar a su familiar o no saber cuándo podrán celebrar su funeral supone para muchas personas entrar en un estado de enorme confusión e incertidumbre que hace todavía más difícil el duelo. Las despedidas son necesarias para poder elaborar el duelo.
Despedidas simbólicas
Si bien es cierto que debido a la situación actual las despedidas con funeral están restringidas o incluso aplazadas, las personas que han perdido al algún ser querido pueden ir haciendo otro tipo de despedidas. Estas despedidas se realizarán de forma simbólica hasta que pueda hacerse con un funeral o el ritual que decidáis los familiares.
A nivel individual, una opción es escribir una carta de despedida, en la que puedas trasmitirle cómo te sientes tras su marcha, si te quedó algo pendiente por decirle y en definitiva todo aquello que sientas que te va a ayudar a despedirte de tu ser querido. En esta despedida puedes ayudarte viendo una foto suya, escuchando una canción que le gustase, recordando su olor, o con cualquier objeto que te ayude a conectar.
A nivel grupal, otra opción es hacer una caja de recuerdos en la que cada miembro de la familia pueda depositar algunas fotos, cartas, o algún objeto de la persona fallecida que sea significativo. Incluid a los niños en esta despedida, pueden hacer dibujos o escribir cartas, ellos también necesitan despedirse, no los dejéis al margen.
También se puede hacer un pequeño altar o dedicar un espacio en vuestra casa para poner fotos, encender una vela, colocar flores y objetos que sean significativos para recordar a vuestro ser querido.
Cuando terminen las medidas de confinamiento podréis compartir lo que cada uno ha ido colocando en la caja o en ese espacio que habéis creado, en una ceremonia de homenaje y despedida a vuestro ser querido. Podréis leer las cartas que le habéis escrito o bien dejarlas en el sitio donde vayáis a depositar sus cenizas en caso de cremación.
Mientras tanto es importante darse permiso para llorar la pérdida, a veces será en soledad en los momentos que así lo necesites y otras también en compañía. Los abrazos y muestras de cariño también ayudan a transitar el duelo. Es importante por tanto no aislarse más aún y apoyarse en la familia y amigos, aunque ahora sea de forma virtual también pueden acompañar en estos momentos.
Búsqueda de ayuda profesional
El duelo en estos momentos es más difícil de lo habitual, debido a la complicada situación que vivimos ya estamos atravesando por una pandemia a nivel global. Por tanto no dudes en pedir ayuda profesional en caso necesario, un acompañamiento terapéutico puede ser de gran ayuda para elaborar este tipo de duelos.
El colegio oficial de psicólogos de Madrid, está ofreciendo atención psicológica para las personas que han perdido a un ser querido durante la emergencia del corona virus a través del correo ayudaduelocopm@cop.es
Carolina Ratia Ceña
Licenciada en Psicología y habilitada para el ejercicio de la psicología general sanitaria. Especialista en Tratamiento psicológico de la obesidad y trastornos del comportamiento alimentario. Máster en Gerontología. Psicoterapeuta humanista con orientación gestáltica y tutora en la formación de Terapia Gestalt en el centro Syam en Cádiz.