¿SUBREGISTRO DE SUICIDIOS EN EL INE?

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Todos los que hemos intentado analizar el fenómeno de la conducta suicida nos hemos tropezado en alguna ocasión con casos de muertes que se han contabilizado como accidente, pese al conocimiento personal de que se trataba de una muerte voluntaria.

En mi caso, como Guardia Civil he visto casos de suicidio que han acabado con etiquetas del tipo: “accidente mientras limpiaba su arma reglamentaria”.

Podremos lamentar desde el punto de vista de investigadores esa “disfunción”, pero nada más humano que ese ingenuo (y a veces paternalista) intento de evitar un dolor añadido a la familia, consecuencia del “estigma” que aún arrastra nuestra sociedad. Más si cabe cuando, como en el caso de mi profesión, el montante de la pensión de viudedad depende de si la muerte fue accidente en acto de servicio o no.

Ese mismo elemento de “error” en el etiquetado de la causa de muerte, así como cuestiones relacionadas con el método con el que se registran finalmente en el Registro Civil y aparecen en el Instituto Nacional de Estadística, ya ha sido objeto de estudio. El más relevante en España es una publicación de 2014 (Lucas Giner y Julio A. Guija, Revista de Psiquiatría y Salud Mental), que concluye que los datos del INE infravaloraban los que se contabilizaban en los Institutos de Medicina Legal y Forense.

Un enfoque bastante original y más reciente (aunque algo más discutible por el método de entrevista telefónica a los allegados) llegaba a la misma conclusión: El INE subregistra los casos de fallecidos por lesiones autoinfligidas.

Hay pistas que nos señalan una obviedad: no siempre es posible establecer en una autopsia la diferencia entre una muerte accidental y una autoinfligida. Tampoco podemos confiar en que los intereses (por otra parte totalmente legítimos) de los familiares o amigos, que puedan dar testimonio a un relato de las causas, sea fiel a la intención de la víctima. Una de esas pistas la observamos en la correlación entre algunos tipos de muertes accidentes y las reconocidas por suicidio.

 

¿Se mantienen los problemas de subregistro entre los datos de los IMLyF y el INE?

1 ¿Podemos revisar el estudio de 2014 para verificar su exactitud?

Nos hemos animado a hacerlo y sus datos y conclusiones son impecables. Pese a la dificultad para recabar datos y los evidentes errores de algunos de los que se facilitaron a los investigadores, no he podido encontrar un solo fallo en cuanto al tratamiento de los datos y en el método de análisis.

De hecho, tuvieron en cuenta información que hoy en día se confunde: Obtuvieron del INE los datos de suicidios “por la provincia de ocurrencia”, lo que les permitió comparar bien con los facilitados por los IMLyF. Recordemos que, al día de hoy, el desglose provincial que ofrece el INE para series largas solo se expresan las muertes “por provincia de residencia”. Hay que advertir por tanto que, en el actual desglose provincial del INE, solemos dejar de considerar a las personas que se suicidan en España pero viven en el extranjero o en aquellos casos en que la persona fallece fuera de la provincia de residencia.

2 ¿Podemos repetir el estudio para actualizar la información?

Me he permitido también recrear aquel primer análisis con datos más recientes.

Ha servido para testar la recopilación y traslado de la información y observar si los actuales protocolos cumplen con mayor eficiencia que en periodos anteriores. Los resultados son positivos y parecen mostrar que han desaparecido las divergencias que constataron en 2014 Lucas Giner y Julio Guija.

En lugar de requerir a los IMLyF, he preferido buscar las memorias que publican el Ministerio de Justicia, el CGPJ y algunas CCAAs.

Debo comentar que dichas memorias no han sido fáciles de encontrar y resultan complicadas de seguir. Nos encontramos con múltiples formatos, series interrumpidas, frecuentes errores de transcripción, correcciones en años posteriores y datos en blanco. Lo peor es que bastantes de esos informes o memorias ni siquiera aparecen publicados.

Aún así, he dispuesto de una buena representación. Del periodo 2016 a 2022 se ha obtenido información de todas las provincias en al menos 1 año. Del total de los 364 registros potenciales hemos podido considerar 294 (81%), proporción algo mejor a la obtenida por los investigadores en 2014 (62%). Se han descartado algunos registros por su notorio error, como los correspondientes al informe del año 2020 del Consejo General del Poder Judicial.

Para el periodo estudiado ha sido posible obtener del INE los datos de fallecidos por el “lugar de ocurrencia”.

Podemos concluir que las discrepancias entre el INE y los IMLyF ya no son las que se describieron en 2014. Las diferencias estarían por debajo de los márgenes de error que consideramos razonables en cualquier estudio y son menores según avanzamos en el periodo analizado.

Anteriormente se constataron algunas cuestiones:

Que además de un posible subregistro de ambas instituciones, existían importantes divergencias entre los datos de ambas. Entendemos que son varios los motivos. Algunos tan evidentes como los errores de transcripción de las estadísticas de los IMLyF a sus memorias anuales. Otros pueden atribuirse a los casos en los que no hay respuesta definitiva a la etiología de la muerte y se encuedraban en “no concluyente” o como “pendiente de análisis de toxicología”, entre otras. Ese mismo problema se repite en las memorias de los años 2016 a 2022, por lo que es necesario tratar de localizar las actualizaciones/revisiones en las propias memorias de años posteriores, mantener cierta flexibilidad en la interpretación de los valores absolutos y no sorprenderse por algunas discrepancias de pequeña entidad. Solo de esa forma podemos entender que en algún caso los totales de los IMLyF puedan ser incluso inferiores a los del INE.

Mi valoración a la vista de los datos es que se sigue mejorando la calidad de los CMD/BED y los BEDJ con lo que ya no puede hablarse de “infravaloración del suicidio respecto de los datos forenses” y que va a ser difícil avanzar aún más en esa dirección, salvo en la mejora en la difusión de las memorias anuales de los IMLyF.

 

¿Es posible hacer algo para mejorar el conocimiento sobre el número de vidas que se pierden cada año por suicidio?

Sin duda. “Tan solo” habría que avanzar en la dirección de mejorar la información sobre el suicidio, serias campañas de divulgación y conocimiento del fenómeno suicida que acaben con el tabú o el estigma y convencer a nuestros gobernantes que el suicidio es un serio problema que mata a miles de personas al año y que deja en una situación muy vulnerable a sobrevivientes y supervivientes.

Es evidente que hay aún mucho recorrido. Otra cosa es que exista actualmente voluntad política para hacerlo. Mis propuestas pasan por el “archireclamado” y nunca atendido Plan Nacional para la Prevención del Suicidio. Sin él y lo que significa, dejamos sin abordar y destinar recursos al estudio y a la prevención del suicidio.

¿Significa esto que no hay capacidad de acercarse más a la cifra real de suicidio? Mientras llegan esas políticas de salud pública, los investigadores están tomando iniciativas interesantes y atrevidas, como el estudio que citaba al inicio en el que buscaban información por medio de la entrevista a familiares y allegados al suicida.

 

Lista de recursos.

https://papageno.es/que-necesitas

10 de octubre: Periodismo responsable en salud mental y en la prevención del suicidio

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El próximo martes 10 de octubre la Delegación de Cádiz del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental (COP-AO) acogerá una doble sesión dirigida a fomentar el periodismo responsable y la comunicación preventiva sobre la conducta suicida. 

Premios #PeriodismoResponsable

El pasado 6 de julio, la Asociación Papageno, la Delegación de Cádiz del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental y la Delegación Territorial de Salud y Consumo en Cádiz, convocaron la tercera edición del premio #PeriodismoResponsable, que tiene como objetivo distinguir los mejores trabajos periodísticos que visibilizan la problemática del suicidio y ayudan a salvar vidas. Con más de 80 candidaturas presentadas, hace dos semanas se conocieron las 25 candidaturas finalistas que optarán a ganar este premio.

El martes 10 de octubre se conocerá el fallo del jurado en una jornada centrada en la relación de los medios de comunicación con el suicidio. El evento se celebrará en la Delegación de Cádiz del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental (C/ San Juan Bosco, 3, Bloque 2, Local, Cádiz) con la participación de periodistas especializados en el tratamiento informativo del suicidio. 

Programa

10:00-10:30 – Presentación del acto

  • Eduardo José Vázquez Rivero, presidente del Colegio Oficial de Psicología. Delegación de Cádiz.
  • Autoridades públicas a determinar.
  • Daniel Jesús López Vega, psicólogo y presidente de la Asociación Papageno.

10:30-11:15 – Conferencia: ‘Periodismo responsable y empatía’

Yaiza Perera Soler

Periodista de El Mundo. Premio #PeriodismoResponsable de la Asociación Papageno (2022). 

11:15-12:15 Mesa redonda: ‘Excelencia en comunicación sobre el suicidio’

  • Guillermo Córdoba Santos, periodista y coordinador del proyecto #PeriodismoResponsable de la Asociación Papageno.
  • Cristina Martínez Vallier, periodista especializada en comunicación social y de empresa. Secretaria de la Asociación La Niña Amarilla.
  • Daniel Jesús López Vega, psicólogo y presidente de la Asociación Papageno. Miembro del grupo de Psicología y Conducta Suicida del COPAO.

Modera: Ángel Luis Mena Jiménez, periodista y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

12:15-13:00 – Entrega de los III Premios #PeriodismoResponsable

Taller formativo dirigido a periodistas

Por la tarde, y coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, el COP-AO organiza el taller formativo ‘Claves preventivas de la conducta suicida para medios de comunicación’. Esta actividad, dirigida a periodistas y psicólogos, tiene como objetivo ofrecer contexto, pautas y recomendaciones que ayuden a los medios de comunicación a informar del suicidio con rigor, respeto y responsabilidad. La actividad cuenta con la colaboración de la Fundación para la Formación y la Práctica de la Psicología (FUNCOP), el Colegio de Periodistas de Andalucía y la Asociación Papageno. 

El taller será gratuito y podrá seguirse en formato híbrido: presencialmente en la Delegación de Cádiz del COP-AO (C/ San Juan Bosco, 3, Bloque 2, Local, Cádiz) o en streaming. Las personas interesadas pueden inscribirse en la actividad ‘Claves preventivas conducta suicidaen este enlace en una de las dos modalidades.

Programa

16:00-16:45 – ‘Periodismo y psicología: un punto de encuentro’

Aurora Suárez López

Periodista y responsable del Área de Comunicación del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.

16:45-17:30 – Conocimientos básicos de la conducta suicida para medios de comunicación

Daniel Jesús López Vega

Psicólogo y presidente de la Asociación Papageno.

17:30-18:15 – Periodismo responsable: los medios de comunicación como clave preventiva en el suicidio

Guillermo Córdoba Santos

Periodista y coordinador del proyecto Periodismo Responsable de la Asociación Papageno.

18:15-19:00 – Periodismo y salud mental: del estigma a la buena comunicación

Ángel Luis Mena Jiménez

Periodista experto en comunicación y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

Gala de los USEC Awards 2023: Papageno premiado con el primer premio a la Sociedad Civil

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En la foto de Izquierda a derecha Nuria Moncayo, socia fundadora, Daniel López, Presidente, Monika Salgueiro, socia y Francisco Rodríguez, Secretario de Papageno. 

El pasado jueves 21 de octubre se celebró la Gala de los USEC Awards 2023. Papageno recibía el primer premio en la categoría de Sociedad Civil por su programa de alfabetización en prevención del suicidio. En la recogida de premios, el presidente de nuestra asociación. Daniel López agradeció el galardón a la organización, lo dedicó a todos y todas las profesionales que colaboran con nuestra organización de una manera altruista y recordó la necesidad de un plan nacional de prevención del suicidio para  mitigar los efectos de esta lacra social. 

¡Eskerrik asko!

Día Mundial de la Prevención del Suicidio, 10 de septiembre de 2023: «Vístete de Amarillo»

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Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, la Delegación Territorial de Salud y Consumo en Cádiz y la Asociación Papageno crean una campaña de marketing social para la concienciación de la población.

Para ello, colaborará con los municipios de la provincia, mediante la lectura de un manifiesto y con la ilumnación de espacios y edificos emblemáticos de la provincia. 

De esta manera ambas entidades reafirmas su deseo de promover actividades de prevención y posvención de la condcuta suicida con el objetivo de combatir este problema social y de salud pública. 

Como declara la OPS «El Día Mundial de la Prevención del Suicidio (DMPS), que se celebra anualmente el 10 de septiembre, está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El evento representa un compromiso global para centrar la atención en la prevención del suicidio».

Te invitamos a seguir la iniciativa desde cualquier punto de España o el mundo, para juntos convertir este día en una oportunidad de sensibilizar sobre este grave problema y que nos de pie a seguir trabajando duro en su prevención.

AFASIB y 3 Salut Mental organizan la V Carrera por la prevención del suicidio en las Islas Baleares

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El 15 de septiembre de 2019, la Asociación de Familiares y Amigos Supervivientes por Suicidio de las Islas Baleares (AFASIB) organizó la primera carrera por la prevención del suicidio. Dividida en dos categorías (una marcha de 3.679 metros en recuerdo del número de fallecidos por suicidio en España en 2017 y una carrera de 5,5 kilómetros), la iniciativa buscaba visibilizar, concienciar y prevenir el suicidio en las Islas Baleares. En 2023, cinco años después de la primera edición, AFASIB y la asociación 3 Salut Mental organizan el 10 de septiembre la V Cursa i Marxa por la prevención del suicidio con el mismo objetivo: ayudar a salvar vidas. Lo harán en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y en el marco del programa Desintegrades puesto en marcha por estas dos asociaciones.

Con el apoyo del Ayuntamiento de Calvià, localidad en la que se celebrará esta actividad, AFASIB y 3 Salut Mental ofrecen a los participantes inscribirse en una de estas dos distancias: una marcha de 4.003 metros en recuerdo del número de fallecidos por suicidio en España en el año 2021 o una carrera de seis kilómetros en varias categorías. El coste de la inscripción es de seis euros y el último día para inscribirse es el 9 de septiembre. Las personas interesadas podrán encontrar toda la información en la página web de esta actividad.

El cambio climático visto como riesgo de suicidio

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Sigue habiendo quien cuestiona el cambio climático. Aún así la realidad es muy tozuda.

Desde las ciencias de la economía hasta las de la salud (y no solo la meteorología), son varias las disciplinas que están analizando como las variaciones del clima tiene consecuencias en las personas o en la sociedad.

Son muchas las publicaciones que acreditan la relación de las condiciones meteorológicas extremas con determinadas enfermedades o con el número de fallecidos en general:

https://www.nature.com/articles/s41558-018-0222-x

https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1029/2021GH000580

https://www.medscape.com/viewarticle/990266

Pero también, y ese es nuestro tema, con las muertes por lesiones autoinfligidas.

Recientemente una extensa investigación en China (Assessing the Burden of Suicide Death Associated With Nonoptimum Temperature in a Changing Climate Yuchang Zhou, MS; Ya Gao, MS; Peng Yin, PhD) y otra publicada en Nature (Higher temperatures increase suicide rates in the USA and Mexico, Marshall Burke, Felipe Gonzalez, Patrick Baylis, Sam Heft-Neal, Ceren Baysan, Sanjay Basu and Solomon Hsiang) ha ido más allá de la simple constatación de las consecuencias del cambio climático en la salud. Desde el análisis prospectivo han estimado cuantas vidas se perderán por suicidio como resultado de las variaciones climáticas.

Normalmente estos estudios no suelen entrar a valorar cuales podrían ser las razones de fondo que expliquen estas conductas asociadas al riesgo de suicidio. Como excepción un reciente estudio en India (Crop-damaging temperatures increase suicide rates in IndiaTamma A. Carleton) argumentaba el efecto del clima en las cosechas, estos en las economías familiares y, finalmente, éstas en la desesperanza y el suicidio.

Además de las consecuencias negativas en sectores económicos, es fácil establecer causa efecto entre condiciones extremas del clima con estrés, irritación, desasosiego o aumento de síntomas negativos de algunas enfermedades. También parece lógico ver estos estados de ánimo como elementos perturbadores que pudieran sumarse al resto de factores de riesgo. De hecho, empieza a hablarse del “estrés térmico”, generalmente asociado a “olas de calor”.

Clima versus suicidio en España.

A pesar de los numerosos estudios internacionales, los pocos que se centren en España son muy locales (La influencia de las condiciones meteorológicas ambientales en la mortalidad por suicidio en la provincia de Córdoba. Irene Iglesias-Fernandez, Cristina Maria Beltrán-Aroca, José Sáez-Rodríguez, Eloy Girela-López), o no van más allá de las variaciones estacionales (Papageno), (Plataforma Nacional Para la Prevención del Suicidio). No es entendible esa escasa publicación dada la facilidad con que podemos acceder a datos detallados sobre variables meteorológicas en nuestro país. Desde la web de la Agencia Estatal de Meteorología (www.aemet.es) es posible consultar los históricos de temperatura, viento, sol o pluviometría de centenares de estaciones en toda la geografía Española.

Cosa distinta es la accesibilidad a los datos detallados sobre suicidios cuando se quiere trabajar con cierto nivel de detalle. El único lugar que dispone de los datos y permite el acceso es el INE (www.ine.es). Incluso ésta, por razones de protección de la intimidad, limita esta información y no la publica en su web. No obstante lo anterior, el INE ofrece un recurso de petición de datos “a medida”  anonimizados, sujetos a control y con un coste para el investigador (aunque asumible).

Metodología de trabajo.

Dispuesto a comprobar que los estudios extranjeros que asocian muerte con clima extremo son extensibles a nuestro país, se hace necesario concretar los parámetros que quieren usarse. Recordemos que las investigaciones previas se detienen en las condiciones extremas, tales como temperatura o velocidad del viento.

Como pequeño guiño a los activistas del cambio climático, he elegido la variable: media mensual de las temperaturas máximas absoltas diarias. El periodo analizado comprende desde 1998 a 2021. Para obtener un panorama geográfico amplio, seleccioné una estación meteorológica por provincia. Generalmente la más cercana a la capital que contara con un registro regular y amplio en el tiempo.

Tras formalizar la petición de datos al INE sobre “número de fallecidos por suicidio” (desagregado por género, provincia de residencia, año y mes), recibir la aprobación, firmar el documento de condiciones de uso y pagar la tasa, recibí en pocos días un archivo de Excel con los datos solicitados.

Previamente procedí a comprobar (una vez más) que no correlacionan temperaturas y muertes por suicidio. Esta falta de correlación nos señala que el dato del termómetro “per sé” no es un factor de riesgo (cosa evidente al observar que los países con climas cálidos no sufren necesariamente más muertes por suicidio que los fríos. Con el clima entran en juego muchos otros factores (como la adaptabilidad de las personas al entorno donde vive). No deberíamos usar como elemento de comparación las temperaturas absolutas, porque no sería correcto entender que una temperatura de 35 grados en mayo o junio afecte igual a alguien que vive en Córdoba que a alguien de Soria. Esta consideración es un jarro de agua fría para quienes ven “cambio climático” tan solo como “aumento de temperatura”. Los datos nos muestran que dicho fenómeno resulta más “perturbador” por su exageración de los contrastes tales como las cada vez más frecuentes “olas de calor extremo”, pero que podría extenderse a otros fenómenos admosféricos.

Como método analítico decidí usar la perspectiva epidemiológica de “casos-controles, longitudinal hacia atrás”. Para ello diseñé en Excel una rejilla que permitiera filtrar los casos (año, mes, provincia) en los que se producían determinadas desviaciones porcentuales de temperatura respecto de la media mensual de las máximas de la estación, mes y periodo estudiado y aplicarla a las tablas de suicidios y poblaciones.

La anterior rejilla se aplicó a los parámetros siguientes:

Expuestos: Suicidios y poblaciones para los meses en los que la temperatura media mensual de las máximas absolutas de cada año/mes/provincia era superior a los siguientes valores: 0%, 5%, 10%, 15%, 20%, 25% y 30%.

No Expuestos: Suicidios y poblaciones para los meses en los que la temperatura media mensual de las máximas absolutas de cada mes/año/provincia era igual o inferior a la media del mismo mes/provincia del periodo 1998/2021.

Se considera “poblaciones de control”, el resto de personas residentes en las provincias/meses en las que coincidiendo en las circunstancia climáticas de exposición/no exposición, han muerto (o no) por suicidio.

Se desagrega un subgrupo que corresponde a los meses de más calor (de mayo a septiembre) para observar los efectos en este periodo.

Resultados de la rejilla año/mes/provincia.

El conjunto de datos desplegados en la rejilla climática nos proporciona una matriz de 24x52x12 celdas, idéntica a la correspondiente a los suicidios.

Los cortes por grupos de rangos de temperatura se indican en la siguiente tabla:

Resultados de los Ratios Casos/controles para suicidio.

De los rangos de temperatura anteriores y trabajando por separado el ámbito temporal (todo el año/meses de calor), se obtienen tablas con los ratios y los intervalos de confianza, como en el ejemplo siguiente:

Con todos ellos Obtenemos una tabla resumen de resultados:

 

Aún considerando las reservas que se señalan en el párrafo sobre problemas metodológicos, nos atrevemos a concluir que España no es una excepción en cuanto a la perniciosa (aunque leve) influencia de las temperaturas extremas en las muertes por suicidio. Meses con olas de calor que hagan superar las temperaturas medias máximas mensuales un 10% se expresan en un 3% (OR=1,0342 IC+=1,0081 IC-=1,0609) más de fallecidos por “lesiones autoinfligidas” que en los meses en los que no se superan las medias históricas para ese mes y provincia. Cuando las olas de calor suben las medias máximas mensuales por encima del 15%, los fallecidos son un 5% más (OR= 1,0517, IC+=1,0010, IC-=1,1050).

Sorprendentemente los resultados obtenidos en el periodo cálido del año no muestra valores mucho más altos que los considerados en el total del año. Aunque los ratios parecen superiores, observamos que la disminución de la muestra hace que los intervalos de confianza dejen de ser relevantes.

Rechazamos estimar los resultados de las rejillas de excesos de temperaturas superiores al 25% (aunque resulten muy ventajosos para nuestra hipótesis). Formalmente están comprendidos dentro de los intervalos de confianza, cumplen con los requisitos de homogeneidad de la razón de ventajas y de las pruebas de independencia condicional. Aún así entendemos que el método de extracción desde las rejillas hace que el dato que se analiza es el desarrollo de otro menos representativo. En este corte, el número de fallecidos que consta en la celda es de 38 fallecidos (aparentemente suficiente), pero procede de solo 3 supuestos: junio de 1998 en Asturias (11 fallecidos), abril de 2011 en A Coruña (15 fallecidos) y mayo de 2020 también en Asturias (12 fallecidos). Nuestras dudas para aceptar estos resultados se apoya también en que en el corte anterior (20%), el intervalo de confianza no es significativo.

La aplicación de este método casos/controles nos permite ratificar una vez más los estudios que muestran mayores o menores tasas de suicidio asociados a la estacionalidad (no a la temperatura), en este caso los meses de mayo a septiembre respecto de los meses octubre a abril:

OR = 1,0732    IC+ = 1,0575   IC- = 1,0891

Estos resultados son coherentes con estudios previos sobre estacionalidad del suicidio en España:

 

Problemas metodológicos

Contar con una rejilla de amplitud mensual para cotejar temperatura y muerte por suicidio supone aceptar un gran margen de imprecisión. Asumimos que los “picos” de altas temperaturas se suelen mantener durante algunos días, pero es evidente que, al considerar la media mensual, algunos de esos “picos” pueden ocultarse tras días con temperaturas bajas. Por otro lado, y hasta que se emprenda un estudio con rejillas diarias, no conocemos el alcance temporal del posible efecto del “estrés térmico” en la decisión de quitarse la vida. Para complicar el análisis, será difícil demostrar si el estrés climático es un simple precipitador “instantáneo” o tiene influencia persistente en el sufrimiento que conduce al suicidio.

Asimismo la elección de una sola estación meteorológica por provincia significa que los datos de “ola de calor” de esa estación no refleja exactamente su influencia en toda la geografía provincial.

Debemos señalar también que los picos de temperatura tienen efectos/sensaciones más acentuados cuando se asocian a humedades relativas altas o no están moderados por el viento. Posteriores estudios deberán contemplar el efecto de diferentes parámetros climáticos y la combinación de éstos en la decisión de quitarse la vida.

Aún así, los datos son coherentes: riesgo relativo más alto cuando las temperaturas máximas absolutas son superiores a la media, márgenes muy ajustados; progresividad en los cortes con muestra óptima y márgenes de confianza que contienen el “1” (no significativos) para diferencias de temperatura más bajas o con menor números de casos.

 

CONCLUSIONES

Confirmamos para toda España los estudios locales o extranjeros sobre influencia negativa del calor extremo respecto del número de fallecidos por suicidio, así como cierta estacionalidad de la conducta suicida, mayor entre los meses de mayo a septiembre.

Con estos resultados queremos animar a realizar investigaciones más completas, amplias y rigurosas. Y no solo por curiosidad científica. Entender de qué manera nuestro entorno condiciona nuestras decisiones como personas ayudará a prevenir esta lacra social que nos cuesta 4 mil vidas al año solo en España.

En definitiva, la ciencia seguirá descubriendo centenares de aspectos que nos hacen sufrir. También cómo la confluencia de muchos de ellos llevan a la compleja decisión de quitarse la vida como “solución” a sus padecimientos.

Lo que no cambiará es que, aunque no sea fácil verlo, hay otras formas para aminorar el sufrimiento. La primera es pedir ayuda cuando creas que no puedes soportar más. Habla de ello con las personas de tu entorno que puedan empatizar con tu dolor, aunque a veces no te entiendan o no sepan como reconforte. Verbalizarlo, encontrar sentido a lo que nos pasa, sentir apoyo de nuestro entorno, empezar a creer que puede haber solución, significa ESPERANZA. Y la esperanza es la mejor prevención del suicidio.

Como sociedad, ayudemos a acabar con los tabúes de la muerte, el sufrimiento o la salud mental. Que el suicidio no sea un estigma para la persona que piensa en quitarse la vida ni para los supervivientes. Defiende ante las Administraciones y representantes políticos una sanidad pública de primer nivel ( o al menos, equiparable a la de nuestro entorno). Escucha activamente y acompaña a ese amigo o familiar que te regala el preciado don de su confianza, especialmente cuando te cuenta que está pensando en la muerte como solución a su dolor.

Más consejos en:

https://papageno.es/factores-riesgo-prevencion-suicidio

https://papageno.es/factores-protectores-suicidio

https://papageno.es/prevenir-suicidio-familia-amigos

https://papageno.es/dejar-de-sufrir-o-dejar-de-vivir

https://papageno.es/grupos-de-ayuda-mutua-suicidio-supervivientes

https://papageno.es/en-mis-zapatos-guia-de-recomendaciones-para-comunicar-sobre-el-suicidio-descarga-gratuita

https://laninaamarilla.com/

Webinario: Plan Personal de Seguridad de Prevención del Suicidio

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Cifras y suicidio: preocupación sin alarmismo

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Este artículo ha sido elaborado por Guillermo Córdoba, periodista especializado en el tratamiento informativo del suicidio en los medios de comunicación, y por Rogelio González, criminólogo y autor de varios estudios epidemiológicos sobre el suicidio. Ambos son socios de la Asociación Papageno.

El pasado 19 de diciembre de 2022, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó la conocida como ‘Estadística de defunciones según la causa de muerte’ del año 2021, en la que conocimos cuántas personas murieron por suicidio ese año en España. Unas cifras que, además de frías, dejaron unos datos récord: por primera vez desde que existen registros (1906), se superaron los 4.000 suicidios. En 2021, 4.003 personas se suicidaron de forma oficial en España, lo que supone un 1,6 % más que en 2020, año en el que 3.941 personas se quitaron la vida según los mismos datos del INE.

Si sacáramos una radiografía de los datos, la pantalla ofrecería una conclusión clara. Desde el año 2000, el número de suicidios no ha bajado de los 3.000, y desde el año 2012 no ha bajado de los 3.500, lo que demuestra la estabilidad de este problema y la diferencia con otras causas externas de muerte como son los accidentes de tráfico o la violencia machista. Estas, que sí han descendido a partir de la visibilidad social, las campañas preventivas o la inversión presupuestaria, contrastan con un problema que viene de antiguo: el suicidio.

Sin embargo, la primera causa de muerte externa desde el año 2008 apenas cuenta con recursos enfocados a su prevención. Palabras como el tabú, el silencio, el miedo o la vergüenza, que han impedido desde hace siglos su visibilidad, mantienen ahora el protagonismo, pero este es cada vez más menguante. Asimismo, la irrupción de la pandemia y la presencia en ascenso de la salud mental en la agenda mediática o en las redes sociales, han ayudado a que el problema salga del cajón. Aquí, los medios, antes acostumbrados al mutismo, han dedicado más espacio a este problema.

Los datos, los testimonios de personas que han perdido a un ser querido por suicidio o las declaraciones de los especialistas han aparecido con asiduidad en los medios de comunicación. Numerosas piezas han favorecido la visibilidad y el lanzamiento de mensajes de esperanza y de prevención, vitales para animar a hablar como la mejor vacuna ante este problema. Sin embargo, la mayor cantidad de piezas publicadas no ha sido proporcional a la calidad, ya que a veces los periodistas reiteran los detalles, simplifican las causas o no cumplen con las recomendaciones básicas.

Una queja habitual de los profesionales es la excesiva atención de los medios a las cifras del suicidio en la infancia y en la adolescencia, lo que contrasta con la escasez de piezas en otros grupos de edad. Este es el caso en los menores de 15 años, que fue una de las conclusiones más destacadas de los datos de 2021. En este grupo de edad, 22 personas se suicidaron ese año, más que en 2020 (14 suicidios) y también más que en 2019 (siete). Esto, sumado al aumento de las autolesiones e intentos de suicidio en este grupo de la población, representa un problema evidente. 

Ocurre algo similar con los suicidios comprendidos entre los 15 y los 29 años. El INE apunta que en este grupo de edad se suicidaron 316 personas en 2021, un dato que coloca al suicidio como la primera causa de muerte en este grupo de edad, pero con contexto vemos que la diferencia es mínima respecto a otras causas de muerte. Los accidentes de tráfico (307 muertes) y los tumores (295) se sitúan por detrás, pero los números revelan su cercanía con el suicidio. Además, podemos contrastar los datos con las tasas de suicidio, que en este grupo de la población se mantienen estables e incluso son inferiores a las tasas de principios del siglo XXI.

Pero, ¿qué significan las tasas de suicidio? La diferencia entre la tasa y la incidencia (número de muertes) podemos explicarla con un ejemplo comparativo. Imaginemos que en la Comunidad de Madrid fallecen 400 personas por suicidio, y que en Soria lo hacen 40 personas. Aunque parece que en Madrid existe más ‘riesgo’ que en Soria, aquí no se tiene en cuenta la población. Por ello, si sacáramos la tasa de fallecidos por cada 100.000 habitantes, Madrid tendría una tasa de cinco y Soria de 50, por lo que el problema sería más grave en Soria que en la Comunidad de Madrid.

Explicado esto, si regresamos al gráfico anterior vemos que la tasa de suicidio de la población joven (15 a 29 años) se mantiene estable desde hace más de una década y se sitúa en poco más de 4 por 100.000 habitantes. El dato no debe restar ni la más mínima importancia a un problema evidente que merece más recursos y más tiempo en la agenda de los medios de comunicación, pero sin el alarmismo o los excesivos detalles que en ocasiones romantizan, enturbian o empañan las informaciones. Aquí atributos como el contexto, el rigor o la responsabilidad son imprescindibles.

Si comparamos la tasa de suicidio de la población de entre 15 y 29 años con la de las personas mayores de 64 años, vemos que la diferencia es notable. Situada en 20 por cada 100.000 habitantes a principios de siglo, en los últimos años ha descendido hasta alcanzar los 14 por cada 100.000 habitantes en 2021. Asimismo, si hiciéramos el mismo cálculo en la población de más de 75 años (o de más de 90), veríamos que la tasa aumenta todavía más. Como defienden los especialistas, el riesgo de suicidio aumenta con la edad, debido a la soledad, la utilización de métodos más letales o la menor presencia de redes de apoyo, por lo que es crucial ayudar a prevenirlo.

Es en este punto donde los medios de comunicación pueden jugar un papel crucial y ayudar, con su altavoz, a que el mensaje de prevención llegue a este colectivo. Pero, a pesar de todo, han centrado su mirada en los niños y adolescentes, con atención a un excesivo número de casos concretos, cuando es preferible abordar el problema en su conjunto. Por todo ello, sería deseable que los periodistas ampliasen el foco e informasen más del suicidio en las personas mayores, con piezas elaboradas desde el rigor, con protagonismo de la información preventiva y con recursos de ayuda. Sin olvidar, por último, la precisión en el lenguaje para aportar rigor y huir de los titulares alarmistas, además de denunciar el escaso e insuficiente compromiso político.

El suicidio es un problema complejo, social y multicausal que requiere de un especial cuidado y de mayor sensibilidad cuando informamos sobre ello. La pregunta no debe ser si informar o no del tema, sino de cómo hacerlo para no aumentar el dolor y para reiterar una y otra vez el mismo mensaje: el suicidio se puede prevenir y hablar con contexto, rigor y sensibilidad es la mejor vacuna para conseguirlo.

La Asociación Papageno organiza en Salamanca su segundo Encuentro Internacional dedicado a la prevención del suicidio

2º Encuentro Internacional Papageno
Tiempo de lectura: 3 minutos

La Asociación de Profesionales en Prevención y Posvención del SuicidioPapageno’ celebrará el viernes 10 de marzo en Salamanca el 2º Encuentro Internacional sobre Prevención, Intervención y Posvención de la Conducta Suicida. Tendrá lugar en el Colegio Arzobispo Fonseca, y podrá seguirse de forma presencial, online y en diferido. Contará con una amplia nómina de profesionales especializados en la conducta suicida, que junto a los testimonios en primera persona, aportarán una visión multidisciplinar acerca de este problema.

El encuentro, que inaugurará Alejandro Vázquez Ramos, consejero de Sanidad de Castilla y León, se centrará en dar visibilidad a los colectivos vulnerables, a partir de mesas redondas dedicadas a conocer y comprender los problemas de las personas con discapacidad, las personas mayores, las personas que sufren violencia machista o las personas trans. Se incidirá, también, en la intervención y posvención con estos grupos, con la presencia de varios profesionales que aportarán su conocimiento y su experiencia en este ámbito con varios formatos teóricos y prácticos.

Guillermo Rendueles, psiquiatra, doctor en Medicina y ensayista, será el encargado de impartir la conferencia inaugural, titulada ‘Crítica social y política en la prevención del suicidio’. Por otra parte, los testimonios en primera persona serán protagonistas, con atención a las personas que han perdido un ser querido por suicidio y mesas de debate sobre el papel de los medios de comunicación o la eutanasia. También habrá espacio para una conferencia de la enfermera británica Shirley McNicholas acerca de las casas de crisis, y para conocer el documental ‘La muerte silenciada’, realizado por el fotógrafo, videógrafo y storyteller Daniel Lovi.

Además, en la semana previa al encuentro se celebrarán cuatro talleres online:

  • ‘Relación entre trauma, retraumatización y conducta suicida’, impartido por la psicóloga Natalia Lorenzo Ruiz. Lunes, 6 de marzo, a las 17:00.
  • ‘Factores de riesgo en la conducta suicida: el estigma en la salud mental’, impartido por el periodista Ángel Luis Mena Jiménez. Martes, 7 de marzo, a las 17:00.
  • ‘Adicciones Conductas adictivas y riesgo suicida’, impartido por el psicólogo Wala Ayad Ahmed. Miércoles, 8 de marzo, a las 17:00.
  • ‘Conducta suicida en el Transtorno Límite de la Personalidad’, impartido por la psicóloga Alejandra Gálvez Merlín. Jueves, 9 de marzo, a las 17:00.

“Uno de los compromisos de la Asociación Papageno es crear puntos de encuentro para reflexionar y buscar soluciones conjuntas ante un problema complejo”, comenta Daniel Jesús López Vega, psicólogo y presidente de Papageno. En la misma línea, López agradece la colaboración del proyecto Ranquines y de Cáritas, que junto a la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, las asociaciones Ubuntu, AFASIB y Hablemos dedicadas a ayudar a personas en duelo por suicidio y a la Sociedad Ecuatoriana de Suicidología han ayudado a que este encuentro sea posible.

Por su parte, Alejandro de la Torre-Luque, presidente del comité científico, subraya la importancia de dotar de visibilidad a los colectivos vulnerables y del trabajo en red. “Hemos querido proporcionar un enfoque integral en el que tienen cabida todos los agentes sociales (académicos, clínicos, facilitadores) que articulan la acción sobre la conducta suicida”, añade el psicólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Todo ello, para sumar ingredientes que ayuden a comprender el fenómeno y las dificultades de un problema social evitable y prevenible.

El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España. En el año 2021, se produjeron 4.003 suicidios, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, una cifra récord desde que hay registros históricos. Además, el número de muertes por suicidio duplica el número de muertes en los accidentes de tráfico y provoca un duelo complejo con varios atributos como la culpa, el tabú o el estigma. En Castilla y León se produjeron 236 suicidios en 2021, 28 de los cuales fueron en Salamanca.

240 personas participan en el I Encuentro Nacional sobre Prevención, Intervención y Postvención de la Conducta Suicida «PAPAGENO»

Tiempo de lectura: 3 minutos

El pasado viernes 27 de mayo y gracias a la colaboración de la Universidad de Málaga y el resto de asociaciones participantes celebramos nuestro primer encuentro desde PAPAGENO.ES. 

Estos últimos años no han sido fáciles para nadie y la celebración de este acto ha sido un reto para todas las personas que han participado de una u otra forma. 

El encuentro, contó con profesionales de diferentes disciplinas (medicina, periodismo, psicología…) en un acto que reivindicaba la necesidad de seguir juntos luchando por una mayor visibilidad de este problema social y de salud pública y provocar el cambio social necesario para acabar con el estigma.

Agradecemos a todas las personas que acudieron presencialmente y que nos siguieron a través de YouTube su participación y esperamos seguir coincidiendo en próximas citas aprovechando las sinergias desde una filosofía de trabajo en red, multidisciplinariedad y mejora continua.

Si deseas recibir más información sobre el acto, entra en: https://encuentronacional.papageno.es/

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