Archivo el mayo 11, 2020

Manejo de problemas y conflictos en la prevención del suicidio

Tiempo de lectura: 3 minutos
Manejo de problemas y conflictos en la prevención del suicidio
Manejo de problemas y conflictos, habilidades para la vida en la prevención del suicidio

Habilidades para la vida

Las habilidades para la vida son destrezas relacionadas con el desarrollo de las personas. Permiten un afrontamiento efectivo de las situaciones a las que te expone la vida diaria. 

Como tales, son recursos personales que aumentan tu resiliencia y son factores protectores ante el consumo de drogas, las conductas suicidas u otros comportamientos con consecuencias negativas.

Estas destrezas o estrategias puedes agruparse en tres diferentes categorías: habilidades sociales (comunicación, negociación, confianza, cooperación y empatía), cognitivas, (solución de problemas, comprensión de consecuencias, toma de decisiones, pensamiento crítico y autoconocimiento) y sobre el control de emociones (estrés, sentimientos…).

En esta entrada nos centraremos en la resolución de problemas y los conflictos interpersonales.

 

Puedo resolver mis problemas

La resolución o manejo de problemas es una habilidad cognitiva con diferentes pasos o fases. No puedes controlar lo que sientes, pero si como respondes ante lo que sientes.

Muchas veces nuestras preocupaciones tienen un carácter difuso y poco delimitado por lo que en primer lugar suele ser útil identificar claramente el problema y su origen.

En el siguiente paso conviene contemplar diferentes soluciones para dar respuesta al problema (lluvia de ideas). Compáralas hasta encontrar la mejor, o sea, aquella más coherente con el problema que minimice las consecuencias negativas del problema, con sus pros y sus contras. 

Para realizar este proceso puedes pedir ayuda a aquellas personas que puedan aportarte información. Te ayudarán a encontrar la mejor solución. No todos los problemas tienen una solución fácil o deseable, pero recuerda que lo importante no es lo que ocurre en tu vida, sino como lo afrontas.

Cuando le hayas dado esa solución, evalúa que ocurre con el problema, las consecuencias que tiene en tu vida y en los demás. Si se ha solucionado, toma nota para próximas ocasiones. Si no, reevalúa y busca una solución alternativa.

No te canses, el proceso puede ser tan duro y largo como gratificante… Los problemas o crisis son inevitables y consustanciales con la vida, pero ofrecen la oportunidad de mejorar y aprender de ellos.

Hay muchas personas que aprendemos a anticipar los problemas. Como consecuencia, sentimos ansiedad provocada por la falta de certeza de lo que nos deparará el futuro.  Es importante aprender a vivir el presente. Ante los problemas lo importante es ocuparse de ellos cuando lleguen. Preocuparse continuamente, no solo que no los soluciona, sino que aumenta nuestro sufrimiento de manera innecesaria. 

 

Conflictos interpersonales

Una categoría principal de los problemas provienen de las relaciones interpersonales. La felicidad se relaciona directamente no solo con una sana relación con uno mismo, sino con el establecimiento de relaciones sanas con los demás.

Nuestra salud mental tiene que ver esencialmente con el apoyo social que recibimos. Somos seres sociales e independientemente de si somos más introvertidos o extrovertidos, las relaciones sociales nos ayudan a sentirnos bien.

Los conflictos son choques entre diferentes necesidades, motivaciones, pensamientos o formas de entender la vida. Afrontarlos de forma adecuada y en equilibrio entre mi derechos y necesidades y los de los demás, establece relaciones fuertes y sanas.

Los conflictos interpersonales deben ser abordados. Para esto la mejor herramienta que tenemos es la comunicación. La comunicación es especialmente adecuada cuando te sientas mal. 

 

Pide ayuda

En consecuencia, si tienes ideas suicidas, comunícate. Busca ayuda a tu alrededor. Elige a personas que pienses que pueden ayudarte en esto y si no las encuentras, busca ayuda profesional a través de los servicios de salud mental públicos y privados de tu país. También existen servicios concretos para atender a personas conductas suicidas en España o en latinoamérica

Si al principio no te sientes comprendido, sigue buscando a la persona adecuada. Las crisis suicidas tienen una duración limitada. Si consigues pasar la crisis podrás aprender habilidades para afrontarlas adecuadamente cuando aparezcan.

Alcohol y Suicidio desde la perspectiva estadística

Tiempo de lectura: 10 minutos
Alcohol y suicidio

 

 

Autor: Rogelio González Weiss

Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.

 

 

Introducción: consumo de alcohol, cirrosis y suicidio

No hace mucho reflexionaba en este mismo blog sobre las diferentes tasas de suicidio entre dos Regiones de España aparentemente similares: Asturias y Cantabria.

Buscando peculiaridades sociogeográficas en ambas regiones que lo explicaran, encontré en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDEES) una característica de salud que señala un comportamiento distinto entre ambas: el nivel de fallecidos por cirrosis.

 


(https://medea3.shinyapps.io/atlas_nacional/)

 

Existe una fuerte relación entre el consumo excesivo de alcohol y las enfermedades hepáticas crónicas. De hecho, han dado lugar a un cuadro clínico específico: la cirrosis hepática del alcohol. También hay bastante consenso científico en que el alcohol es una conducta asociada al fallecimiento autoinfligido, como también hay consenso entre el par depresión/suicidio como ya adelantaba en su entrada: Alcohol y suicidio, la pareja letal

Se podría escribir mucho sobre hábitos de consumo de alcohol en España y extraer información relevante a varios niveles con la información allí disponible: frecuencias de consumo, de consumo intensivo, borracheras, bingedrinking, etc. Invito a expertos y a profesionales sanitarios, psicólogos o sociólogos a que estudien este tema en profundidad, puesto que los hábitos de consumo de alcohol están íntimamente relacionados con muchas conductas suicidas.

Con mis limitadas posibilidades quiero centrar la presente exposición en un solo eje: Relación entre consumo de alcohol, depresión y fallecimiento por lesiones autoinfligidas.

 

Alcohol y género

Convendrán conmigo que hay algo que distingue con claridad una dolencia alcohólica de un cuadro depresivo: los efectos orgánicos del abuso del alcohol y el agravamiento de otras enfermedades. Y esas consecuencias, matan. Eso sin olvidar el elevado coste en accidentes de tráfico o en actos violentos. La OMS estima que son más de 3 millones de muertes las que ocasiona el alcohol cada año en todo el mundo.

Recordarán l@s más veteran@s aquel anuncio, en los años 60/70, de un brandi cuyo eslogan era: “Es cosa de hombres”. Pues resulta que aquel prototipo del machismo debió calar (mucho) y el consumo excesivo de alcohol en España hace honor a aquella publicidad aún hoy en día. El alcoholismo sigue siendo cosa de hombres. Como consecuencia, también lo son las enfermedades crónicas del hígado y las muertes que provoca por diferentes medios.

 

No es posible establecer en este trabajo si el fruto envenenado de este “modelo de masculinidad” asociado al consumo de alcohol es suficiente para explicar los cuadros depresivos y las conductas suicidas, pero si creo posible valorar si el deterioro físico y mental resultado de consumo crónico, puede ser un factor de riesgo para el suicidio.

 

Método

Animado por los resultados obtenidos a partir de las series de datos de Andees, intenté localizar otras fuentes sobre consumo de alcohol, asistencias sanitarias provocadas por alto consumo de alcohol, fallecidos por cirrosis alcohólica y prevalencias de cuadros depresivos que apoyaran esos datos. Además de las ya conocidas sobre fallecidos por causa de la muerte que se pueden obtener de Sanidad y del INE, he tenido en cuenta datos sobre ingresos hospitalarios clasificados por el diagnóstico principal. Aparte, he recopilado los resultados de las encuestas de salud que se publican en ambas webs (Encuesta Europea de Salud del INE y Encuesta Española de Salud del Ministerio de Sanidad).

Encontré datos sobre fallecidos por cirrosis alcohólica en la web de Sanidad (codificado CIE-10 “K70”), discriminando por Comunidades Autónomas, género y grupos de edad (15-64 años) entre 1999/2018. De la misma fuente obtuve los datos de fallecidos por lesiones autoinfligidas (codificado CIE-10 “X60-X84).

El propio Ministerio de Sanidad ofrece datos sobre ingresos hospitalarios con motivos Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de alcohol” (CIE-9 ”660”), por “Enfermedad alcohólica del hígado” (CIE-9 “571”) y “Cuadros depresivos” (CIE-9 “296”, “300” y “311”), en el periodo 1997/2015 desglosados también por CCAAs, género y edad.

Los datos pueden también obtenerse del INE a través de su portal estadístico.

La misma web de Sanidad nos ofrece una larga batería de datos sobre modos de consumo de alcohol recogidos en el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y en el INE obtenidos mediante encuestas (Encuesta EDADES del PND y Encuesta Europea de Salud y prevalencias sobre cuadros depresivos en el INE (Encuesta Nacional de Salud).

Con los datos detallados por año, Comunidad Autónoma, género y grupo de edad, obtuve una larga serie de tasas:

  • Fallecidos por cirrosis alcohólica por cada 100 mil habitantes.
  • Fallecidos por lesiones autoinfligidas por cada 100 mil habitantes.
  • Ingresos hospitalarios por trastornos mentales asociados al alcohol por cada mil personas asignadas.
  • Ingresos hospitalarios por cirrosis alcohólica por cada mil personas asignadas.
  • Ingresos hospitalarios por cuadros depresivos por cada mil personas asignadas.

Por otro lado, dispuse los resúmenes de dichas tasas para cotejarlas (por CCAA y género) con los datos disponibles de las encuestas sobre los modos de consumo de alcohol del Plan Nacional de Salud y Encuesta Europea de Salud, mediante correlaciones de Pearson. La falta de concordancia de los años de las encuestas y el periodo de los datos de las series largas nos obligan a considerar con reservas sus resultados.

Es necesario destacar que no he encontrado información detallada sobre prevalencias de consumo de alcohol o depresión más allá de las citadas encuestas. Los datos sobre ingresos o fallecimientos son “puntuales” en cada uno de los años analizados, lo que en estadística se denomina como incidencia. Este hecho no desvirtúa, en mi opinión los resultados, pues la incidencia de un problema de salud que, razonablemente, podemos suponer crónico o de larga duración nos indica directamente el nivel de implementación de la enfermedad, de forma asimilable a la prevalencia.

El plan de trabajo pretendía abordar un análisis descriptivo, mostrar esos datos mediante gráficas de barras de error y realizar cotejos sencillos mediante el coeficiente de correlación de Pearson, para determinar groseramente el nivel de relación entre las variables.

Las tasas de mortalidad que se expresan a edades avanzadas y la diversidad de sus causas nos invitan a dejar de lado el grupo de población de más de 65 años para tratar de simplificar el estudio.

Como enfermedad degenerativa, es raro encontrar muertes por cirrosis en edades tempranas. Pese a haber incluido en el estudio el grupo de edad “15 a 24 años”, solo se registran tres casos: Galicia en 2012, Navarra en 2007 y Asturias en 1999. Mi recomendación para quienes profundicen en el estudio es estrechar el límite de edad entre los 25 y los 65 años.

 

Resultados

Las series de datos de cada grupo de encuestas parecen concordar bien entre sí y, en menor medida, también con los series de las otras encuestas cuando analizan los diferentes patrones de consumo de alcohol. Ello es así incluso con las dificultadas intrínsecas del modelo de adquisición de la información y el número limitado de datos.

No hay una relación estrecha entre fallecidos por cirrosis del alcohol y los consumos expresados en las encuestas nacionales de salud.

  • Hay mejor relación entre cirrosis como causa de muerte y los consumos declarados en las encuestas europeas de salud.
  • Se observa que los cuadros de depresión menor y los cuadros severos de depresión moderada son los que más se asocian al consumo excesivo de alcohol.
  • La variable que mejor predice los ingresos hospitalarios, las muertes y los suicidios es la de personas que manifiestan no haber consumido alcohol en el último año (mediante correlación inversa).
  • Considerando las tasas de ingresos hospitalarios por trastornos mentales provocados por consumo de alcohol, dolencias orgánicas por abuso alcohólico, muertes por cirrosis alcohólica y muertes por suicidio, del periodo 1997/2018 segregando por CCAAs, sexo y grupos de edad obtenemos los siguientes resultados:

 

 

Existe una alta correlación entre los ingresos por dolencias somáticas y por trastornos mentales asociados al alcohol. También muy clara entre los ingresos hospitalarios y las muertes por cirrosis alcohólica. Es asimismo muy alta la correlación entre fallecidos por cirrosis y suicidio. En menor medida se corresponden ingresos hospitalarios por depresión con ingresos hospitalarios por enfermedad alcohólica. Curiosamente, no se evidencia a este nivel ningún tipo de relación entre depresión y muertes por problemas hepáticos o por lesiones autoinfligidas. Ojo, que no se muestre no significa que no exista. Recordemos la necesidad de explorar las capas que puedan enmascarar esa relación.

De hecho, con tan solo separar por géneros empezamos a visualizar signos de vinculación de la depresión con el alcohol y el suicidio.

Una característica reseñalable respecto al género es que los ingresos hospitalarios por cuadros depresivos es más alto para las mujeres que para los hombres, contrariamente a lo que ocurre con todos los demás conceptos.

Otra forma de ver hasta que punto se ajustan las variables suicidio y cirrosis es mediante la representación de la nube de puntos. Sirva de ejemplo la gráfica relativa a Hombres mayores de 25 años, de la que he excluído las Regiones menos pobladas (La Rioja, Ceuta y Melilla) para evitar la acumulación de valores 0 de la variable “Cirrosis”:

 

 

Cuando separamos por grupos de edad (además de por géneros), se siguen mostrando correlaciones, pero expresadas en niveles más bajos. Deduzco que se debe a la reducción en el número de datos que permiten aflorar la influencia del resto de variables que influyen en el suicidio y que se reflejan en la enorme variabilidad entre regiones.

De hecho, cuando despreciamos la capa “CCAAs” y agrupamos al global de España, los datos para el grupo de edad de 25 a 34 años muestra unas correlaciones muy elevadas para las variables Suicidio, Cirrosis, Ingresos por trastornos alcohólicos e Ingresos por dolencias alcohólicas.

 

 

Al expresarlo mediante barras de error comprobamos el comportamiento similar de las variables “muertes por cirrosis” y “muertes por suicidio”:

 

 

El caso de Asturias y Cantabria

Armados con nuevos datos, volvemos a encarar las diferencias en las tasas de suicidio entre regiones con el ejemplo de Asturias (color verde apagado) y Cantabria (color rojo).

De entrada, los fallecidos por cirrosis alcohólica compaginan bien con los de suicidio. Asturias se destaca como la Región con mayores tasas de cirrosis y la segunda por suicidios, mientras Cantabria se sitúa en niveles bajos de suicidios y en la zona media en cirrosis.

 

 

¿Pero ocurre igual con los demás parámetros?

En realidad no. La diferencia no es tan señalada para los ingresos hospitalarios por trastornos alcohólicos o por enfermedades hepáticas alcohólicas, aunque sí por ingresos por depresión.

 

 

Tan es así, que cuando estudiamos su comportamiento por género, en Cantabria las mujeres empiezan a destacarse por el alto número de ingresos por patologías relacionadas con el alcohol, superando a Asturias y rompiendo las conclusiones generales anteriores.

 

Dificultades metodológicas

Resulta complicado extraer conclusiones para determinar las bajas tasas de suicidio en Cantabria. No podemos entender las conductas autolíticas limitándonos a unos pocos parámetros estadísticos. Las motivaciones son tan complejas como los individuos y varían considerablemente de un municipio a otro. Hemos sido capaces de exponer razones que ayudan a explicar las altas tasas de Asturias. Ahora toca buscar cuales son las variables protectoras que hacen de Cantabria una región más amable con las pérdidas por suicidio. Me permito adelantar una hipótesis para los futuros investigadores: habrá que analizar las razones de que en Cantabria tengan unas tasas tan bajas de ingresos por depresión.

Los análisis matemáticos requieren su interpretación. Especialmente cuando tratamos de comparar variables físicas que no miden realidades idénticas.

Las encuestas de salud son muy interesantes para conocer los hábitos de consumo, pero su limitado número, la variabilidad de los términos en que se formulan las preguntas y disponer solo de los resúmenes de los informes, no facilitan su análisis estadístico ni relacionarlo con rotundidad con los fallecimientos por enfermedad hepática o suicidio.

Una encuesta, por bien realizada que esté y por muy alta que haya sido la muestra, está sometida a distorsiones por su carácter subjetivo. Más aún cuando se adentran en cuestiones íntimas, como la salud o nuestro comportamiento, con toda su carga de reproche social, culpa o auto censura que pueden inducirnos a ser condescendientes con nosotros mismos. Su análisis requiere un enfoque distinto al puramente matemático. Ni siquiera el dato objetivo de litros de alcohol consumidos reflejan la problemática asociada al abuso, al no considerar los patrones y usos sociales en su forma de consumirlo.

En cuanto a los datos sobre hospitalizaciones, y como señalaba al inicio, no es lo mismo disponer de una variable que señala fielmente el nivel de presencia de una enfermedad (prevalencia), que otras que muestren sucesos (hospitalizaciones) o aquellas que nos indiquen un resultado (fallecidos). Incluso así, las altas correlaciones encontradas refuerzan la asumida convicción de la relación entre alcohol/depresión/suicidio.

Aún con la directa relación causa/efecto que sabemos existe entre el abuso del alcohol y la cirrosis alcohólica, no cabía esperar un coeficiente de correlación perfecto en un cálculo que se basa en el cotejo dato a dato, pero que hemos visualizado cuando discriminamos por capas. Ello es debido a que al ceñirnos a determinadas variables (edad, género y región), no hemos tenido en cuenta la interacción con otros factores de riesgo y/o protectores, que acaban imponiendo su presencia al desaparecer las anteriores, especialmente cuando alcanzamos el nivel CCAA.

 

Conclusiones:

  1. Los datos globales confirman que el consumo patológico de alcohol es un factor de riesgo de primer orden para el suicidio (bien per se, como coadyuvante o como precipitador).
  2. Las correlaciones entre suicidio y patologías alcohólicas son especialmente elevadas para el grupo de edad entre los 25 y los 34 años.
  3. Se observa la firme relación alcohol/depresión y depresión/suicidio. Y aunque no sea posible establecer las direcciones de “causalidad” (por el método analítico empleado), todo apunta a que el motor principal en este juego de interdependencia pueda ser la conducta abusiva del alcohol.
  4. Existe un componente social del consumo excesivo de alcohol vinculado al género, pero también a patrones culturales en su forma de consumirlo que influye en el resto de conductas y cuadros patológicos.
  5. Los problemas psicológicos y orgánicos resultado del abuso del alcohol se acumulan con la edad y tienen su reflejo en el mayor número de ingresos hospitalarios, diagnósticos por depresión, en el nivel de fallecidos por cirrosis y en las tasas de suicidio.
  6. La complejidad y diversidad de las motivaciones suicidas hacen que cualquier elemento, como es en este caso el consumo de alcohol, sea solo uno más de los muchos factores de riesgo o protectores y no explica por sí solo el fenómeno en su conjunto.
  7. Que en base a las variables que hemos estudiado, y aunque se enfaden mis amigos asturianos, Asturias se asimila más a su vecina Galicia que a su vecina Cantabria.

 

Bibliografia alcohol y suicidio:

Suicidio, coronavirus, medios de comunicación digital y ciencia

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coronavirus y suicidio
Foto de cottonbro en Pexels

COVID-19, ¿vuelta a la nueva normalidad?

Existen diferencias en el momento que en cada país estamos en cuanto a la epidemia de COVID-19. Cuando la curva de fallecimientos y personas contagiadas desciende, aparecen otros problemas de enorme gravedad económica y social. Es entonces cuando los medios destacan otros aspectos dolorosos de esta época que nos ha tocado vivir.

En las últimas semanas, los medios de comunicación digital de diversos países se hacen eco de la aparición de casos de suicidio relacionados con la epidemia. Y es que parece que existen diferentes razones por las cuales ambas situaciones se relacionan de forma estrecha. 

Pero, el suicidio es un fenómeno complejo y multicausal. En la descripción de los casos frecuentemente se confunde el precipitante o hecho que empuja a la conducta con su causalidad. Sin embargo, en muchos casos este solo es el hecho más visible de una situación con diferentes causas que la persona vive como insostenibles y que la precipitan a tomar una decisión errónea.

La OMS estima que cada 40 segundos fallece una persona por suicidio en el mundo. Las circunstancias de cada caso son muy específicas y concretas y envuelven un amplio abanico de variables. Los medios de comunicación no solo narran la realidad, sino que ayuda a construirla. El suicidio es un reto global de salud pública en el mundo, antes y después de la pandemia. Aunque esta pueda relacionarse con un aumento de la aparición de este tipo de conductas podría deberse al aumento de las desigualdades sociales en salud que ya existían previamente. La pobreza o el desempleo, la desesperanza o el empeoramiento de los problemas psicopatológicos en personas vulnerables por ejemplo por el confinamiento o miedo a padecer enfermedades, pueden ser las verdaderas causas. ¿Qué puede estar ocurriendo en realidad?

 

¿Cómo puede relacionarse la epidemia del COVID-19 y la conducta suicida?

Si nos atenemos a la información sobre casos de coronavirus y suicidio que han aparecido en medios de comunicación hispanoamericanos, parece que la relación puede deberse a diferentes variables. 

En una serie de artículos publicados, se destacan casos de personas concretas contagiadas y con miedo a contagiar a personas queridas. También existen casos de personas que piensan erróneamente que están contagiadas. En ambos, parece jugar una baza importante el miedo por anticipación o un riesgo por un mal que les hace la situación como inabarcable. 

Por otro lado, también están los incidentes relacionados con el estrés sostenido en profesionales sanitarios. Esto puede ser debido tanto a las  jornadas maratonianas de trabajo, al miedos al contagio, o al contacto estrecho con el dolor y la muerte. Han sido varios los casos de este tipo en Italia y EEUU de profesionales de primera línea. Incluso en Alemania se ha descrito el suicidio de un político relacionado en los medios con su incapacidad para superar la responsabilidad sobre las consecuencias económicas y sociales de la pandemia.

Solo en un caso parece que haya una relación directa entre el coronavirus y la conducta suicida. Este caso registrado en México nos habla de una persona que a causa de la desorientación y los síntomas provocados por la enfermedad intentó acabar con su vida, para acabar muriendo más tarde a causa de la enfermedad.

 

La opinión de expertos

A través de medios digitales, diversos organismos han destacado el posible repunte de suicidios en esta época, por ejemplo, relacionado con el confinamiento. Sin embargo, no dan mayores datos  y se basan en opiniones de profesionales versados en el tema.

Otros artículos ofrecen datos sobre el aumento de la atención en niños y adolescentes relacionados con la violencia física, psicológica y sexual dentro del ámbito doméstico durante el confinamiento. Esta información parece ser consistente con estudios previos.

En otro medio, la psicóloga murciana Laura pilar Moya indica la necesidad de hablar y comunicarse cuando existe presencia de ideas suicidas que relaciona no solo con no salir a la calle, sino con el miedo al contagio, el duelo y la incertidumbre laboral, social y económica.

 

¿Qué sabemos de otras pandemias?

Es pronto para encontrar en la literatura científica estudios de amplio calado sobre el tema. Por la gravedad de la situación necesitamos movernos según lo ocurrido en diversas situaciones anteriores. La última pandemia de este tipo se sufrió a principios del S. XX , hace ahora un siglo, durante la mal llamada gripe española. 

Si bien existen analogía entre ambas epidemias, en otros sentidos son incomparables. La pandemia de 1918 se llevó al vida de entre 50 y 100 millones de personas y coincidió con uno de los períodos mas luctuosos de nuestra historia, la Primera Guerra Mundial. La evolución socioeconómica también era muy diferente. Durante este período los medios de comunicación hablaron de la presencia de conductas violentas y suicidios achacados judicialmente a una «psicosis o delirio durante la influenza».

 

Pero, ¿qué dice la ciencia?

El estudio de la relación entre los coronavirus  y el suicidio no es algo nuevo, aunque aún queda mucho por investigar. Author links open overlay panelOlaoluwa Okusag (2011) destacó la falta de estudios sistemáticos sobre este tema ante la presencia de casos que vinculaban ambos trastornos en el último siglo. En especial, la relación entre la influenza B y coronavirus con los trastornos del estado de ánimo y con la conducta suicida. 

Ya durante este año, existen publicaciones que hablan sobre este tema. Reger, Stanley y Joiner (2020) advierten sobre las posibles consecuencias del distanciamiento social sobre la muerte por suicidio. Los autores lo  relacionan con el estrés económico, el aislamiento social y la falta de accesibilidad a recursos de apoyo comunitario, religioso y de salud mental. También a problemas de salud, ansiedad, incremento de suicidios entre personal sanitario, incremento de venta de armas de fuego (EEUU) e incrementos debido a la estacionalidad (finales de la primavera e inicios del verano en el hemisferio norte).

Para abordar este problema, los autores recomiendan diferenciar entre distancia física para evitar el contagio y distancia social, usar medios telemáticos de salud mental, aumentar accesibilidad de estos servicios, los programas de prevención del suicidio basados en la evidencia y seguir escrupulosamente las indicaciones para la publicación de noticias sobre suicidios en medios de comunicación.

 

Comunicación responsable y preventiva del suicidio

En conclusión, todo parece señalar un posible repunte (prevenible) de conductas suicidas provocado por las consecuencias psicosociales de la pandemia (aislamiento social, desempleo, cierre de negocios, problemas económicos, aumento de la violencia intrafamiliar…). Esto indica claramente la necesidad de tomar medidas preventivas en esta dirección para el control de esta consecuencia en la que, como siempre, debemos estar todos.

Dada la universalidad del fenómeno suicida independientemente de la cultura o estratos socioeconómicos y su complejidad en su vertiente social, los medios de comunicación juegan un papel esencial en su prevención.

Los medios de comunicación social son una parte esencial de este puzzle, y deben comunicar en estos casos siempre desde la mayor responsabilidad y evitando en todo momento el sensacionalismo que puede provocar inseguridad o refuerce la imitación de este tipo de conductas (efecto Werther), o aumente el dolor de los supervivientes.

Para ellos es recomendable seguir los códigos deontológicos y guías de estilo de los periódicos, así como las recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales sobre esta cuestión.

Si necesitas ayuda contacta con nuestro WhatsApp de atención: 633 169 129 o a través de correo electrónico prevencion@papageno.es

También podrás encontrar para afrontar conductas suicidas en España y en latinoamérica 

Supervivientes por suicidio: «No Sabía»

Tiempo de lectura: 4 minutos
Foto de Daria Sannikova en Pexels

Autora: Marien Sosa Rojano es superviviente de suicidio y participa en un grupo de ayuda mutua.

En este artículo Marien narra su proceso de duelo personal tras la pérdida de un ser querido a través de las emociones a las que se enfrenta.

 

NO SABÍA.

No sabía que un día se me pararía la vida.
No sabía lo que me iba a ocurrir.
No sabía que ese día descubriría cuánto puede doler el alma.
No sabía que mi alma se podía sentir así.
No sabía que se podía romper tan fuerte, que cada trozo de mi alma podía doler tanto.
No sabía que serían cuchillas penetrantes que me acompañarían mucho rato.
No sabía que cada trozo cortaba, hería, sangraba y escocía con sólo respirar.
No sabía que sólo respirar dolía.
No sabía que el dolor que sentía se haría cada vez más intenso y me ahogaría.
No sabía que me hundiría en un mar de lágrimas.
No sabía que el dolor tenía color.
No sabía que cuanto más sufría más oscuro se volvía mi mundo.
No sabía que la penumbra envolvería mi vida.
No sabía que mi ser se apagaría.
No sabía cómo volverlo a encender.
No sabía que estaría tan perdida, sin rumbo.
No sabía el sentido de vivir.
No sabía que mi mente me pediría abandonar.
No sabía que mi corazón también quería parar.
No sabía cómo dejar de caer.
No sabía cómo dejar de crujir.
No sabía qué encontraría al final.
No sabía que volvería a tocar fondo, pero que éste sería diferente al que conocí.
No sabía que lo necesitaba, que querría quedarme allí.
No sabía que me levantaría y permanecería de pie, ahí.
No sabía que me untaría de la sombra del lecho oscuro, no sabía cómo me haría sentir.
No sabía que descubriría un momento, una reflexión, un rayo de luz.
No sabía que querría salir de allí.
No sabía cómo hacerlo, no sabía cómo ascender.
No sabía que escalaría, no sabía que volvería a caer.
No sabía que treparía y me quedaría a medias de bajar o subir.
No sabía que había encontrado un camino y que debería seguir por ahí.
No sabía que quienes me ayudaban, me acompañaban y guiaban, lo daban todo por mí.
No sabía cuánto amor me rodeaba porque sólo pensaba en salir.
No sabía que avanzaba, a pesar del peso que arrastraba.
No sabía que crecía y aprendía, pero mientras me sanaba.
No sabía que aún me curo, mientras gano fuerza y confianza.
No sabía que en mi camino encontraría almas hermanas.
No sabía que notaría claridad en mi mirada.
No sabía que volvería a sentir.
No sabía que este camino, aun acompañada, sola lo tenía que vivir.
No sabía que cansada me tocaría seguir subiendo.
No sabía que mientras subía, me estaba conociendo.
No sabía que descubriría un ser que habitaba en mí, diferente al que fui.
No sabía que lograría ver que estaba saliendo de allí.
No sabía que aún me queda camino, pero la luz es cada vez más cálida al subir.
No sabía que me daría cuenta que fue toda una oportunidad haberte conocido a ti.
No sabía que serías un gran maestro de mi vida y yo solo tu aprendiz.
No sabía que descubriría todo lo que te hacía sufrir.
No sabía que me perdonaría por no haberte podido ayudar.
No sabía que me perdonaría, y que podría encontrar la paz.
No sabía que en mi camino me has acompañado siempre, aunque no te podía ver.
No sabía que aprendería a sentirte, en otro modo, tu ser.
No sabía que aceptaría que ya no estás conmigo, que ahora estás siempre.
No sabía que te echaría de menos de tantas formas diferentes.
No sabía que descubriría tu energía y me acompaña cada día.
No sabía que serías mi luz, mi guía, mi razón para continuar.
No sabía que serías un ángel azul de alas abatidas.
No sabía que mi luz te alumbraría en tu oscuridad.
No sabía que no pude alumbrarte lo suficiente y perdiste la batalla.
No sabía que ahora donde estás me esperas y nos volveremos a abrazar.
No sabía que mientras nos reencontramos a mí me queda mucho que caminar.
No sabía que mientras avanzo aceptaré lo que me tenga que llegar.
No sabía que aprendería otra forma de mirar.
No sabía que ahora solo me apetece ayudar.
No sabía que tú serías mi razón por la que estas frases escribir.
No sabía que tenía en mi interior muchas cosas que decir.
No sabía que esta tormenta me iba a destruir.
No sabía que el paraguas no sirve de nada aquí.
Pero mi tormenta me acompaña, aunque a veces parezca desaparecer.
Ahora la acepto y la quiero, forma parte de mi ser.
Ahora sé y te agradezco lo feliz que me hiciste sentir.
Ahora sé que quiero que los demás te recuerden también así.
Ahora sé que volveré a escribirte porque nunca me despedí.
Ahora sé y te prometo que intentaré volver a ser feliz.
Porque sé que es lo que tú querrías, volver a verme sonreír.
Porque sé que tu sonrisa me daba ganas de vivir.
Y ahora sé que con la mía me toca regalarla y compartir.
Ahora sé y agradezco a la vida, que me tocara esto a mí.
Porque sé que era el camino que me preparó para seguir.
De todo ello he aprendido y ahora quiero continuar
Aunque me enfadé con la vida, ya la puedo perdonar.
No me importa quién no lo entienda, son mis zapatos, mi caminar.
Quién me acompañe en este viaje aprenderá de mi lección
Aunque sé que este trayecto es diferente en cada corazón.

 

Grupo de ayuda mutua supervivientes de suicidio
Grupo de ayuda mutua supervivientes de suicidio en Cádiz

 

Grupos de ayuda mutua para supervivientes de suicidio

Si deseas participar en un grupo puedes consultar en el listado de los grupos que funcionan en España.

Papageno coordina un grupo de ayuda mutua en Cádiz. Si deseas ponerte en contacto con nosotros utiliza el WhatsApp 633 169 129

Para tener más información sobre el duelo por suicidio puedes consultar aquí.

El 23 de abril, día del libro, regala vida

Tiempo de lectura: 4 minutos
https://papageno.es/colaboraciones-prevencion-suicidio/solicitud-de-inscripcion-para-profesionales-colaboradores-de-papageno-es
AMAZONA EN LA CENTELLA UNA BOLSA PARA AFRONTAR EL DUELO

Día Internacional del libro

El día 23 de abril de todos los años se celebra el Día Internacional del Libro. Y no es una fecha al azar. Esa fecha se escogió por su relación con la muerte de 3 grandes escritores de la literatura universal. En la misma fecha del año 1616 perdieron la vida Shakespeare, Cervantes y Garcilaso de la Vega. Estos autores no solo marcaron solo nuestra literatura, sino que han dejado su huella en nuestra cultura contemporánea. 

Y es que la literatura y el escribir tienen algo de mágico. Nos permiten aprender a través de las experiencias de otras personas, viajar sin movernos de nuestro salón o dormitorio y entender mucha de nuestras dudas existenciales más ancestrales. To be, or not to be, that is the question, en español “Ser o no ser, esa es la cuestión” se convirtió por ejemplo en una frase mítica. La hizo popular uno de los personajes de Shakespeare, protagonista de la obra teatral Hamlet, príncipe de Dinamarca, escrita en los albores del S. XVII (cuando aún no existía Netflix).

 

Biblioterapia: cuando un libro es más que un libro

Pero los viajes virtuales no son la única experiencia que puede regalarte un libro. Muchas veces los libros son un mapa para recuperar el camino cuando ya nada tiene sentido. Los libros, muchos libros, son brújulas que pueden ayudarte a encontrarte de nuevo como persona cuando ya has perdido la esperanza.

Y es que recetar un libro en muchas ocasiones puede sanar más que una pastilla o una vacuna. Porque no existe vacuna para combatir el dolor humano ante la pérdida de un ser querido. No existe pastilla que te permita vislumbrar la luz tras el precipicio que se abre frente a ti cuando la muerte te roza cerca.

 

Ser superviviente de suicidio

Cuando esta muerte es por suicidio, al dolor por la pérdida se une la vergüenza y la culpa del estigma y una insondable necesidad de encontrar una explicación a lo que ha ocurrido. Una necesidad que se mantiene en el tiempo y que muchas veces impide cerrar heridas.

Ser superviviente del suicidio no es una experiencia que pueda ser definida en pocas palabras, pero tampoco en muchas. Cada superviviente narra una historia única que pese a los matices comunes es específica y depende de muchas variables. Una experiencia dura que te hace transitar por un proceso tortuoso de la búsqueda de la aceptación de lo que ha ocurrido con toda su crudeza. Frecuentemente te obliga a perdonar y a perdonarte y que solo encuentra consuelo cunado abre la puerta a integrar la experiencia y a rehacer la vida. 

 

«Amazona en la centella», relato autobiográfico de Mª Jesús de León

Regalar vida: Amazona en la centella. Una bolsa para afrontar el duelo

Quizás estés cruzando en este momento ese desierto y a lo mejor te has planteado que no tendrá fin. Pero no cedas al desaliento. No estás sola ni solo. Algunos hemos tenido la suerte de conocer a personas que volvieron de la experiencia y aprendimos de ellas sobre la grandeza y la capacidad de los seres humanos para reinventarse, pese a sufrir las peores experiencias. 

María Jesús de León es una de ellas. Esta gaditana afincada en Grazalema sorprende por su humildad y dulzura. La vida la golpeó con una dureza aterradora y ella lo afrontó (lo afronta) iniciando su propia aventura de crecimiento personal. Entonces aprendió a flotar en la aguas turbulentas del temporal, a soportar los malos momentos y consiguió pintar de nuevo una sonrisa en su boca. Y todavía le dio tiempo a mostrar la mejor cara de si misma. Susi, que así le gusta que le llamen, decidió regalar al mundo su experiencia en forma de libro. Y de esta forma, hace unos años publicó  “Amazona en la centella. Una bolsa para afrontar el duelo”. 

En sus páginas, regala su particular forma de ver el mundo. La suya. Le gusta decir que cada persona tiene una diferente y que no existe una solución o camino, sino que cada persona tiene el suyo. Así que no esperes una receta mágica para encontrar el tuyo, un dibujo definido o unas instrucciones para conseguirlo. Es algo más. Su libro es un canto a la esperanza de alguien a quien convirtió la lucha en un estandarte, una herramienta para afrontar los reveses de la vida. Sus palabras son estrellas en la noche que te ayudarán a encontrar tu destino, que seguro no será igual que el suyo. Tenemos seguridad de que tú también puedes conseguirlo.

 

Regala vida

Con motivo de esta especial celebración, su editorial, Ediciones El Boletín, ha puesto en descarga gratuita alguno de sus libros. Entre ellos se encuentra el de Susi, que lo ofrece también con ilusión desde esta página dedicado en especial a su grupo de ayuda mutua y en general a todas las personas que deseen compartir su vivencia de aprendizaje. Ahora tú también te encuentras entre las personas elegidas. Puedes conseguirlo a través de la página de la editorial o en el siguiente enlace:

AMAZONA EN LA CENTELLA: UNA BOLSA PARA AFRONTAR EL DUELO

No te engañaremos el camino no será nada fácil, pero nosotros también te necesitamos y estamos dispuestos a estar ahí siempre que nos dejes acompañarte.

 

La soledad a veces es solo una opción

Si has perdido a una persona por suicidio y nos necesitas será un regalo poder acompañarte. Puedes contactar con nosotros a través del WhatsApp 633 169 129.

Papageno es una asociación nacional de profesionales de carácter gratuito y voluntario. Nuestro primer grupo de ayuda mutua se creó en 2019, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz dentro del Plan Local de Salud. Soñamos con que no sea el último. Si quieres información sobre como crear grupos de este tipo también podremos asesorarte.

Si necesitas ayuda también puedes contar con otras asociaciones. Desde diferentes lugares de nuestra geografía las organizaciones están dando respuesta a este problema de salud pública al que desde la administración no se presta la atención suficiente.

 

España aún no cuenta con un Plan Nacional de Prevención de la Conducta Suicida. 

 

Además, si perteneces a una asociación de supervivientes y compartes nuestra filosofía de caminar juntos con libertad y responsabilidad, también puedes adherirte a nuestro proyecto. Y si eres un profesional interesado en asociarte, te estaremos esperando.

 

¡Feliz día del libro!

Pandemia por COVID-19, pensamiento apocalíptico y suicidio

Tiempo de lectura: 7 minutos
Esperanza COVID-19
Photo by Gustavo Fring from Pexels

Me confieso

Me confieso. Me propuse no escribir nada sobre el coronavirus. Lo conseguí durante todo este tiempo, pero hoy no me he podido resistir. Incluso llegué a eliminar borradores que nunca verán la luz. Hoy lo hago con la excusa de hablar de las consecuencias psicológicas y emocionales de la crisis, pero con el objetivo de compartir algunas reflexiones. Todas tienen el punto en común de abordar la crisis del COVID-19 desde el punto vista psicológico.

Hace algo más de un mes el panorama que ahora se presenta ante nosotros hubiera formado parte de una película mala de serie b. Una película, de esas distópicas, que nos presentan un mundo apocalíptico ahondando en nuestros miedos más ancestrales.

Ahora esa película de serie b se ha convertido en nuestra cotidianidad. Y en esta nueva realidad que estamos viviendo nos sobreponen las imágenes más dramáticas. Desde el Palacio de Hielo de Madrid que se convirtió en un improvisado almacén para poder albergar los cuerpos de los fallecidos por COVID-19 o las tremendas imágenes de nuestras residencias de ancianos hasta las colas de vehículos en algunas ciudades para desplazarse a sus segundas viviendas de ¿vacaciones?. Las dos caras más extremas de la crisis que transformará nuestro mundo irremediablemente.

 

Comunicación en tiempos de pandemia

A nadie se le escapa ya la gravedad del momento histórico que estamos viviendo. A la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 que está teniendo como consecuencia importantes pérdidas humanas se une la crisis económica fruto del confinamiento y la parada obligatoria de gran parte del entramado empresarial. Malos tiempos que cursan con miedo, dolor, ansiedad y preocupación por el futuro.

El mundo se enfrenta a un momento importante de su historia. Estamos viviendo cambios que seguramente cambien nuestra forma de ver y sentir la vida y nuestros hábitos. La pandemia viene en un momento de crisis de un modelo económico que se basa en la desigualdad de la riqueza y los recursos, en un modelo productivo insostenible basado en el crecimiento continuo, un modelo energético poco amable con la naturaleza y un estilo de vida que resuelve los conflictos y problemas desde la competitividad y no desde la colaboración. En este caldo de cultivo, cuesta trabajo vislumbrar una salida a esta crisis, no tanto porque no la haya, sino por estar inmersos y a veces bloqueados por la carga emocional y el estrés que está produciendo en gran parte de la población.

 

Y esto se ve reforzado por la aparición de visionarios, agoreros, nuevos especialistas y expertos, epidemiólogos de fin de semana y políticos a media jornada. Todos parecen en una alocada carrera en la búsqueda de notoriedad, sin perder la oportunidad de vaticinar los peores horrores incrementando el miedo. Un miedo que a veces se aleja del problema real y que se convierte en el vaticinio de la llegada del apocalipsis y en una maquiavélica forma de controlar nuestra conducta. 

 

Por otro lado, pocos se atreven a hablar de soluciones concretas y muchos se limitan a reforzar los malos datos con titulares grandilocuentes, cuando no es una crítica destructiva a todo intento de solución. «Actuamos demasiado tarde», «las medidas son demasiado pocas»,  o «las medidas son demasiado exageradas» son frases utilizadas de forma indistinta para expresar malestar por lo que está ocurriendo y que forman parte de la queja por la queja.

 

El lenguaje bélico

En ese sentido nos encontramos con la metáfora bélica. No nos es ajena la utilidad que en estos momentos pueda tener apelar al sentimiento patriótico para mantener la disciplina ciudadana y el sentimiento de unidad que pueda ser útil para afrontar estos duros momentos, pero esto no es una guerra. Esto es una crisis de salud pública y no un enfrentamiento armado y creo que hay que usar el lenguaje adecuado. Una crisis sanitaria requiere de medidas sanitarias.

El componente ideológico de la metáfora bélica tiene claros inconvenientes, porque permite tomar medidas de restricción de libertades apelando al enemigo común que corren el riesgo de mantenerse una vez acabada la crisis. El cierre de fronteras, la restricción de libertad de movimientos, el confinamiento y otras medidas como el distanciamiento social son justificables ante la previsión de una pandemia, pero en absoluto como medidas preventivas para evitarlo. Fomentan la xenofobia y la desconfianza y no tienen nada que ver con la realidad preventiva.

 

No alimentemos la desesperanza: un canto a la esperanza

Ahora es necesario centrarnos en las soluciones más que en los problemas. Sin duda, saldremos de esta. El cómo, sin embargo, está por escribir. Pensar en los problemas de forma reiterada nos consume las energías. Resérvalas para centrarte en qué puedes hacer para mejorar la situación que estás viviendo. Tienes muchos recursos personales por explotar y si buscas lo suficiente no estarás solo para conseguirlo.

No alimentes la desesperanza. La situación ya es suficientemente dura, como para crear un clima aún más negativo. Una de las emociones que más se repiten en las personas con conductas suicidas es la desesperanza. Aléjate de ella, es producto de tu mente. Hay cosas en la vida que no tienen una solución ideal, pero siempre podrás elegir como deseas vivirla. 

 

“No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”

EPICTETO

 

Las crisis sacan lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Todos tenemos una oportunidad pero es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Es más fácil de lo que crees o más difícil, lo que tu desees.

 

Efectos psicológicos de la pandemia y el confinamiento

Los efectos psicológicos de la pandemia y el consiguiente confinamiento aún están también por escribir. Como siempre, este tipo de situaciones afectará notablemente más a las personas y grupos más vulnerables. En ese sentido, cabe esperar poco efecto a largo plazo en la mayor parte de la población. Sin embargo, aquellas personas que han perdido personas cercanas, que han sufrido un confinamiento más duro, que sean afectados más gravemente por las consecuencias económicas negativas o que sufren trastornos psicológicos previos serán con mayor probabilidad víctimas de secuelas psicológicas posteriores.

Durante todo este tiempo he pasado de la incredulidad, al miedo y al dolor por ver a tantas familias sufriendo por la muerte de sus familiares. Y es que esta muerte no es normal. El coronavirus nos robará muchas cosas, muchas de esas superfluas, pero nunca tan dura como el derecho a enterrar a nuestros muertos y despedirnos de ellos de forma adecuada.

Una de las situaciones más graves que podemos vivir durante la pandemia  son las pérdidas de personas cercanas. Si has perdido a una persona querida o varias durante la pandemia, si la vida te ha robado la posibilidad de despedirte adecuadamente de ellas,  tu duelo puede ser más duro. Sin embargo, podrás aprender a afrontarlo adecuadamente y rehacer tu vida integrando los cambios que las pérdidas supongan en tu vida. 

 

«Murió solo, no pudimos despedirnos cuando estaba en su partido más difícil, ni velarlo… ni nada”.

Fernando Sanz, hijo de Lorenzo Sanz, expresidente del Real Madrid fallecido por COVID-19

Fuente: La Vanguardia

 

Otras situaciones relacionadas, como el distanciamiento social y la restricción de la libertad individual, también repercuten a corto plazo en nuestro estado de ánimo pero no necesariamente revertirán en consecuencias a largo plazo. Todos y todas tendremos que aprender a volver a la normalidad y encontrar el equilibrio entre la prevención por el contagio y la necesidad humana del contacto físico. No permitamos que el miedo se convierte en un instrumento para aumentar nuestra soledad. Cuando todo esto pase, recuperemos juntos el derecho a ser libre, pese a que seguro que habrá gente que deseará utilizar lo que ocurrió para sacar rédito político e imponer su contenido ideológico. 

 

Prevención del suicidio en el período post-epidemia

El suicidio es un problema complejo y multicausal de carácter prevenible. En las últimas semanas tanto en España como en los países latinoamericanos han aparecido noticias de personas con conductas suicidas que los medios han relacionado directamente con el COVID-19.

Atribuir los suicidios a una sola causa es poco preventivo y desacertado. Cada persona que emite una conducta suicida presenta un conjunto de causalidades que solo puede entenderse en su conjunto. El COVID-19 puede ser un precipitante, pero las causas son mucho más complejas. 

Durante esta etapa, quizás deberíamos plantearnos extremar la responsabilidad a la hora de comunicar conductas suicidas a través de medios de comunicación y redes sociales. Las indicaciones de la OMS y otros organismos son bastante claras en este sentido. Tan claras como poco seguidas en muchos casos…

Recuerda que no estás solo. Tanto si tienes ideas suicidas como si pierdes a un familiar por suicidio si busca, encontrarás a personas dispuestas a acompañarte en los momentos más duros. No temas pedir ayuda y permite que los demás decidan si desean o no acompañarte. Nunca te rindas, sigue buscando y las encontrarás.

niños héroes

De héroes y villanos

Acabo este artículo con otra reflexión que tiene que ver con la necesidad humana de señalar a los malos y a los buenos. Los momentos más traumáticos sacan de los seres humanos su peor y su mejor cara. Por desgracia en esta película no hay héroes ni villanos. Solo hay personas, personas que como el personal sanitario, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, el de limpieza, el del transporte, el de supermercados y tiendas de alimentación, gasolineras, periodistas e incluso políticos (algunos de ellos) y otros cientos de profesiones…. que estuvieron ahí cuando tuvieron que estar.

También están Los niños y niñas y todas las personas que más han sufrido el confinamiento, nuestros mayores en quién más se ha cebado la enfermedad, aquellas personas anónimas que hicieron de esta etapa algo menos duro, que salieron todos los días a aplaudir u que de alguna u otra manera han hecho de la desgracia una oportunidad para cambiar.

Huyamos de los papeles que nos hacen héroes, seamos simplemente la mejor versión de nosotros mismos. Sobre todo en la etapa que nos queda por vivir. Ahora, más que nunca nos necesitamos.

Si necesitas ayuda puedes contactar con estas asociaciones españolas o con estas en latinoamérica

Despedida y duelo en tiempos de pandemia por COVID-19

Tiempo de lectura: 4 minutos
Duelo durante el confinamiento

La muerte como despedida

La muerte es una despedida de la vida en todos los aspectos, es un proceso de preparación no sólo a nivel biológico. El cuerpo se va apagando poco a poco, pero también a nivel emocional, a nivel social y a nivel espiritual. La muerte moviliza una gran cantidad de emociones, tanto para el que se está enfrentando a ella como para sus familiares así como para los profesionales que están a su cuidado. En función de cómo se movilicen estas emociones se incrementará o disminuirá el sufrimiento asociado al impacto emocional y el proceso de adaptación a la nueva situación del enfermo y sus familiares será más o menos difícil.

 

El duelo durante el confinamiento

En estos momentos lamentablemente vivimos una situación de excepcionalidad en la que  no es posible despedirse,  debido al aislamiento que sufren los enfermos. Estas  personas, sobre todo muchos mayores, mueren sin el calor de sentir cerca a sus seres queridos, sin tener cerca a alguien que  les coja la  mano, sin una caricia que los tranquilice. El personal sanitario debido a la  enorme saturación de los hospitales a duras penas puede suplir en estos momentos a la familia y acompañar a estas personas en este tránsito.  Me consta que lo hacen cuando  pueden y que  también están sufriendo por esto. El desgaste físico y emocional de esta crisis también les está dejando huella.

 

Humanización del proceso de duelo en situaciones de excepcionalidad

Con las medidas de seguridad  impuestas para evitar el contagio, las autoridades sanitarias no están teniendo en cuenta la importancia de humanizar el acto de morir. Mi pregunta es ¿con los medios de protección adecuados una hija o un hijo podría despedirse de su  madre o de su  padre? 

 

Poder estar con ellos en sus últimos momentos y decirle  “Gracias mamá o papá por haberme dado la vida y haberme cuidado, te quiero”.  

 

Y exactamente lo mismo con aquellos que tienen hermanos, pareja y  amigos a punto de fallecer. Estoy hablando de posibilitar una  despedida amorosa  para el que se marcha y para los que se quedan, con la que poder transitar el duelo de otra forma menos traumática.

En las actuales circunstancias muchas personas han ido viendo como su familiar entraba en un hospital para no verlos nunca más. Es una situación muy dolorosa, en la que las familias quedan sumidas en una gran tristeza al no haber podido acompañarlos, por tanto es frecuente que sientan  una montaña rusa emocional, que va desde la tristeza, la confusión, la impotencia,  la culpa,  el enfado, para tocar con el vacío que siempre deja el sentimiento de orfandad, en el caso de haber perdido  a alguno de los progenitores.

El  hecho de no poder ver el cuerpo de la persona fallecida  puede dificultar la aceptación  a la realidad. El no poder velar a su familiar o no saber cuándo podrán celebrar su funeral  supone para muchas personas entrar en un estado de enorme confusión e incertidumbre   que hace todavía más difícil el duelo. Las despedidas son necesarias para poder elaborar el duelo.

 

Despedidas simbólicas

Si bien es cierto que debido a la situación actual las despedidas con funeral están  restringidas o incluso aplazadas, las personas que han perdido al algún ser querido pueden ir haciendo otro tipo de despedidas. Estas despedidas se realizarán de forma simbólica hasta que pueda hacerse con un funeral o el ritual que decidáis los familiares.

A nivel individual, una opción es escribir una carta de despedida, en la que puedas trasmitirle cómo te sientes tras su marcha, si te quedó  algo pendiente por decirle y en definitiva todo aquello que sientas que te va a ayudar a despedirte de tu ser querido. En esta despedida  puedes ayudarte viendo una foto suya,  escuchando una canción que le gustase, recordando su olor,  o con cualquier objeto que te ayude a conectar.    

A nivel grupal, otra opción es hacer una caja de recuerdos en la  que cada  miembro de la familia pueda depositar algunas  fotos, cartas, o algún objeto de la persona fallecida que  sea significativo. Incluid a los niños en esta despedida,  pueden hacer dibujos o escribir cartas, ellos también necesitan despedirse,  no los dejéis al margen.

También se puede hacer un pequeño altar o dedicar un espacio en vuestra casa para poner  fotos, encender una vela, colocar flores y  objetos que sean significativos para recordar a vuestro ser querido.

Cuando terminen las medidas de confinamiento podréis compartir lo que cada uno ha ido colocando en la caja o en ese espacio que habéis creado, en una ceremonia de homenaje y despedida a vuestro ser querido. Podréis leer las cartas que le habéis escrito o bien dejarlas en el sitio donde vayáis a depositar sus cenizas en caso de cremación.

Mientras tanto es importante darse permiso para llorar  la pérdida, a veces será  en soledad en los momentos que así lo necesites  y otras también en compañía. Los abrazos y muestras de cariño también  ayudan a transitar el duelo. Es importante por tanto no aislarse más aún y apoyarse en la familia y amigos,  aunque ahora sea  de forma virtual también pueden acompañar  en estos momentos.

 

Búsqueda de ayuda profesional

El duelo en estos momentos es más difícil  de lo habitual, debido a la  complicada situación que vivimos  ya estamos atravesando por una pandemia a nivel global. Por tanto no dudes en pedir ayuda profesional  en caso necesario, un acompañamiento terapéutico puede ser de gran  ayuda para elaborar este tipo de duelos.

El colegio oficial de psicólogos de Madrid,  está ofreciendo atención psicológica para las personas que han perdido a un ser querido durante la emergencia del corona virus a través del correo ayudaduelocopm@cop.es

 

Carolina Ratia Ceña

Licenciada en Psicología y habilitada para el ejercicio de la psicología general sanitaria. Especialista en Tratamiento psicológico de la obesidad y trastornos del comportamiento alimentario. Máster en Gerontología. Psicoterapeuta humanista con orientación gestáltica y tutora en la formación de Terapia Gestalt en el centro Syam en Cádiz. 

Diferencias sociogeográficas y suicidio en España

Suicidio en Asturias
Tiempo de lectura: 7 minutos

Dificultades metodológicas del estudio del suicido

Coincidirán los lectores que, cuando abordamos el análisis estadístico de las muertes autoinfligidas, el segundo peor problema es poder definir el factor de riesgo concreto a estudiar. El primero siempre es la falta de disponibilidad de datos fiables.

Resulta descorazonador ver cuantas variables vienen a ponernos la zancadilla. Nunca podemos estar seguros de que una correlación indique riesgo. Contínuamente se acaban cruzando innumerables variables de confusión que ni siquiera conocemos.

La realidad es compleja, dinámica y multifactorial. Poner la lupa en una variable concreta supone, como en la física de partículas, desenfocar el fenómeno, aumentando la imprecisión de las conclusiones. 

Analizando los macrodatos estadísticos podremos describir razonablemente el fenómeno. Sin embargo, sólo cuando enfocamos desde una perspectiva amplia, podemos entender las razones, de manera similar a lo que ocurre entre la física relativista y la cuántica.

 

Zonas de concentración de suicidios

Animo a los aficionados a las estadísticas a bucear en el Atlas Nacional de Mortalidad en España (ANDES). El grupo de investigación Bayensians de la Fundación FISABIO y la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat Valenciana nos permiten acceder a información muy detallada sobre fallecimientos en España. Seguro que descubrimos cosas extraordinarias.

 

En un pequeño círculo de 30 km de radio tenemos a 15 de los 20 los municipios con mayor tasa de suicidios en España.

 

Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio
Concentración de 15 de los 20 municipios con mayor tasas de suicidio

 

¿A qué se debe dicha concentración?

Las variables que básicamente se relacionan con las tasas de suicidio son el género, la edad, la zona geográfica y el marco temporal. También podemos considerar la estacionalidad, el tipo de colectivo o profesión, el ámbito socioeconómico, psicológico, el sanitario…

Dichas variables interaccionan y condicionan cualquier conclusión analítica. Si no tenemos esto en cuenta, caeremos en el error de la distorsión por confusión/interacción y llegaremos a conclusiones erróneas.

Quizás pueda ser interesante centrarnos en las variables geográficas y demográficas.

 

Tasa de suicidios por provincia
Tasa de suicidios por provincia

 

¿Es la altitud una variable influyente en la conducta suicida?

Existen interesantes investigaciones que han tratado de localizar factores que expliquen las diferencias geográficas. Me llama la atención una publicación. Tiene como título: “Mortalidad por suicidio en Andalucía: distribución geográfica y relación con el uso de antidepresivos, la altitud y desigualdades socioeconómicas” y establece correlación entre altura de la localidad de residencia y la tasa de muerte por suicidio.

 

La altitud, que es el factor más claramente asociado a las variaciones de la mortalidad por suicidio, se asocia también en Andalucía con una mayor ruralidad y con un menor tamaño de las poblaciones de la ZBS, por lo que su relación con el suicidio puede ser un reflejo de otras variables no incluidas en el estudio, tanto socioeconómicas como medioambientales.”

José Alameda-Palacios, Miguel Ruiz-Ramos y Beatriz García-Robredo 

 

La variable identificada como factor relevante en Andalucía es la altura. Con gran sensatez, se detienen en el hecho de que tiene que existir alguna otra variable vinculada con aquella que explique las correlaciones.

Para profundizar en esta tesis me dispuse a comprobar si las relaciones entre suicidio y altura son comunes en toda la geografía española y estudiar otros elementos demográficos o geográficos con posible relevancia estadística. 

En este sentido, el estudio de las correlaciones por provincias permite descartar que exista asociación entre la “altura media de la provincia” y el global de las tasas de suicidios. Incluso, en alguno de los grupos de edad se muestra cierto nivel de correlación inversa:

  • “Tasa de Suicidio en Hombres” para edades entre los 30/34 años (-0,287 y sig. 0,043); y entre los 40/44 años (-0,304 y sig. 0,032)
  • «Tasa de Suicidio en Mujeres” entre los 55/59 años (-0,299 y sig. 0,035).

Esto parece confirmar la sospecha expresada en el estudio de Alameda-Palacios, Ruiz-Ramos & García-Robredo. La correlación no era sinónimo de “causa” o “factor de riesgo” sino que se trataba de una variable de confusión. La altitud se relaciona por ejemplo de forma inversa respecto a “Nivel de Renta Hogar”. A mayor altitud, menor nivel de renta. La altura también está vinculada a otros fenómenos demográficos. Correlaciona con edad media, % de menores de 18 años y % de mayores de 65 años, e inversamente con el tamaño medio de la unidad familiar y la % de hogares unifamiliares.

Por eso es tan importante siempre planificar las investigaciones, observar todos los resultados en su conjunto y, cuando sea posible, realizar un análisis estratificado más profundo y más riguroso que el presente.

Si comparamos los datos del estudio ANDEES con los disponibles en el INE sobre altura del municipio, población, edad media, proporción de habitantes menores de 18 años, proporción de habitantes mayores de 65 años, nivel de renta por persona y hogar, número medio de componentes por hogar y proporción de hogares unifamiliares. Este nivel, que era “a priori” el más prometedor por el elevado número de datos (8.060 municipios gentileza del citado ANDEES y del INE), no ha ofrecido, desgraciadamente, resultados memorables.

 

Tamaño del municipio de residencia

Por otro lado, a nivel nacional, podemos deducir que existe “a priori” un factor protector del suicidio asociado al mayor tamaño del municipio de residencia hasta el umbral de los 100 mil habitantes. El resumen del periodo 1999/2018 es muy claro.

Suicidios por tamaño de los municipios
Suicidios por tamaño de los municipios

 

La distribución de tasas por grupos de edad respecto del tamaño del municipio de residencia, durante 2.003/2.014, confirman el dato global. Son especialmente significativos para hombres a partir de los 60 años. 

Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial
Tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto del tamaño del municipio de residencia

Sin embargo, no hay correlaciones claras respecto de suicidio y “número de municipios por provincia”. A pesar de esto, se expresa una pequeña correlación con las tasas de hombres de más de 84 años y mujeres entre 40/44 años y mayores de 84.

 

El ejemplo de Asturias y Cantabria

Con carácter general, son dos zonas con similar morfología/orografía (costa y montaña). Tiene también un clima similar (altas precipitaciones y temperaturas medias propias de climas oceánico y de montaña). A nivel económico, ambas están por encima de la media, con bajas tasas de desempleo y bajo umbral de pobreza. Ambas compaginan núcleos de desarrollo industrial y de servicios, junto con un sector agrícola y ganadero.

Como diferencia, Asturias presenta una población algo más envejecida que Cantabria. Aunque podríamos pensar que la mayor edad media explicaría la diferencia en las conductas autolítica, esto no explicaría las bajas tasas en Cantabria, con edades medias más altas que en el resto de España. Además, los niveles de suicidio de Asturias se mantiene muy por encima de Cantabria en todos los grupos.

Como adelantaba al principio, NO hemos encontrado razones “ambientales” que expliquen la diferencia, descartando algunas razones de tipo geográfico y demográfico.

 

Tasa de suicidio en hombre por edad respecto de la media provincial

Quiero señalar que, a este nivel, es posible mostrar los “rasgos” que definen diferentes zonas de nuestra geografía. Como señalé al principio, hay grandes diferencias entre regiones y comarcas.

Obtengamos el ratio de la tasa de suicidio masculina de cada grupo de edad respecto de la media provincial. Entonces vemos que la “singularidad” de cada provincia le identifica como una huella dactilar.

Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)
Tasas relativas de suicidio por grupo de edad en Asturias, Cantabria y España respecto a la media provincial (1989-2014)

 

Si consideramos el ratio de suicidio de cada grupo de edad respecto de la media española, tendremos información adicional sobre su posición en el ranking volviendo a mostrar su singularidad:

Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria
Tasa de suicidio por grupos de edad. Ratio en Asturias, y Cantabria

 

Suicidio y nivel de renta personal

Sí resulta algo más clara la correlación entre suicidio y nivel de renta personal. Se muestra en las correlaciones negativas entre “Tasa de Suicidio Total” con “Nivel de Renta Personal” (-0,263 con sig 0,000) y “Tasa de Suicidio Masculino” con “Nivel de Renta Personal” (-0,320 con sig 0,000).

Por ejemplo, si modelizamos los datos de las variables en tablas categóricas (0/1)  y cotejando las tablas de frecuencias mediante capas, se puede hacer un limitado análisis estratificado que nos muestra estimación sobre que variables son “de riesgo” (p.e. “renta personal”), cuales interactúan (renta personal con edad media) o cuales son variables de confusión (altura del municipio).

 

Los OR no son válidos cuando entre el intervalo inferior y el superior contienen el valor 1. Un OR mayor que 1 indica mayor riesgo.

 

En definitiva y como pueden comprobar, cada vez que analizamos los macrodatos del suicidio, tan solo conseguimos arañar alguna finísima “capa” a una cebolla enorme. Nunca deja de sorprendernos por su complejidad y por lo difícil que es exprimirle alguna información. Con todo, espero haberles descubierto algo, por pequeño que sea, que despierte su curiosidad y les anime a seguir “descubriendo más capas”.

 

Ver también

 

Rogelio González Weiss

Criminólogo y analista. Representante de la Asociación Unificada de Guardias Civiles. Lleva a cabo estudios epidemiológicos sobre salud laboral y conductas suicidas en el ámbito de la Guardia Civil, para alertar del problema y para la adopción de políticas activas de prevención.

Evaluación «Prevención de la conducta suicida entre personas trans»

Evaluación "Prevención de la conducta suicida entre personas trans en la adolescencia y la juventud"
Tiempo de lectura: 2 minutos

En esta entrada os ofrecemos un resumen cuantitativo y cualitativo de las respuestas de los participantes del curso «Prevención de la conducta suicida entre personas trans en la adolescencia y la juventud» extraído de su evaluación de satisfacción (137 respuestas).

Los participantes han valorado su satisfacción general sobre la acción formativa en 4,48 sobre 5 puntos.

Aspectos positivos

Los participantes han destacado los siguiente puntos positivos de la acción formativa:

  • Sirve para concienciar, desterrar tabúes y generar estrategias. Es interesante, completo, útil, clarificador, sencillo, ordenado, cómodo, fácil de hacer y dinámico, enriquecedor, emocionante, de calidad, humano, actualizado, aplicable, claro, concreto y ameno.

  • Usa lenguaje sencillo y próximo y una diversidad de fuentes de información.

  • Se adecua a los contextos y tiene buena organización y atención del alumnado.

Entre los aspectos más valorados, los participantes señalan:

  • Cantidad y utilidad del material complementario, casos prácticos, vídeos, explicaciones en las correcciones de los test como herramienta para aprender, material académico sobre acoso homofóbico y la guía juridica.

  • El apartado de «recreo» es interesante y llamativo y los documentales sobre duelo y las aportaciones de los profesionales son interesantes.

Áreas de mejora

Los participantes han señalado las siguientes áreas de mejora:

  • Aumentar la información y la especificidad a la comunidad trans y en menores y adolescentes y sus factores de riesgo, teniendo más en cuenta a las entidades de familias de menores trans y las voces de los jóvenes.
  • Mejorar la inclusión de personas no binarias y lenguaje inclusivo.
  • Incluir análisis de la Ley trans.
  • Evitar tratar la transexualidad como un problema de ambivalencia, elección, dudas…
  • Evitar material o información repetitiva y redundante.
  • Aumentar la duración del curso.
  • Incluir ejercicios de evaluación que incluyan texto o más complicados y evitar la confusión en las preguntas.
  • Facilitar la descarga de los materiales en pdf o vídeo.
  • Incluir temas más concretos de intervención terapéutica para profesionales.
  • Mayor grado de profundización.
  • Mejorar problemas técnicos, proceso de inscripción e información sobre los plazos.
  • Aumentar la participación en foros y la interacción entre participantes y trabajo en grupos pequeños.
  • Bibliografía en castellano.

El equipo de papageno.es agradece a los participantes la oportunidad de aprender juntos. Hemos aprendido mucho y se nos ha abierto una nueva forma de entender la atención a personas y familias trans.

También ha sido una experiencia de inmersión para intentar usar lenguaje inclusivo. Aunque somos conscientes de que debemos seguir mejorando y mucho, agradecemos a las organizaciones colaboradores (Euforia y Chrisallys) y al resto de participantes, su trabajo por ayudarnos en este aspecto.

¡Te esperamos en próximas acciones formativas!

 

Sexting, género y suicidio desde la óptica criminológica

Tiempo de lectura: 9 minutos
La dinámica social del sexting como delito
Foto de Jesus Con S Silbada en Pexels

Belén Casas Campos, es experta en Criminología y Seguridad y Máster en Sistema Penal y Criminalidad.

 

En los últimos años, el término anglosajón Sexting ha ido adquiriendo relevancia y abriéndose paso en la actualidad social española hasta el punto de convertirse en un vocablo conocido por gran parte de la población, pero, ¿sabemos realmente en qué consiste este fenómeno?

 

¿Qué es el sexting?

El sexting consiste en la producción, envío y recepción de material digital (mensajes de texto a través de plataformas de mensajería instantánea, fotos, vídeos…) de contenido erótico y/o sexual de forma consentida y voluntaria entre dos personas mediante dispositivos tecnológicos. Dentro de esta definición, encontramos el sexting activo, que responde a la persona que produce y envía material digital erótico/sexual, y por otro lado, el sexting pasivo, que hace referencia a la persona receptora de dicho material.

Esta práctica sexual surge como consecuencia de la dinámica social en que nos vemos envueltos. Las TICS, los dispositivos tecnológicos, la mensajería instantánea junto a las redes sociales y la era del tiempo acelerado en que vivimos han promovido cambios en la manera de relacionarse, expresarse y comunicarse. Es así como la sexualidad se ha ido adaptando a este nuevo escenario digital para reinventarse y crear nuevas formas, ya habituales y normalizadas, de desarrollo sexual para todo tipo de públicos. 

Es muy importante no confundir este fenómeno, primero con la pornografía (en el caso de adultos), ya que no tiene un carácter profesional ni lucrativo, y en segundo lugar, con la conducta delictiva también llamada sexting recogida en el artículo 197.7 del Código Penal que hace referencia a los actos de difundir, revelar o ceder a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales erótico/sexuales de una persona sin su autorización, aun habiéndolas obtenido con el consentimiento de la misma en un domicilio o lugar fuera del alcance de la vista de terceros provocando un daño grave en su intimidad personal

 

Los medios de comunicación y la distorsión del sexting

Los medios de comunicación han tenido un papel protagonista a la hora de arrojar luz sobre este fenómeno, pero su función, lejos de ser informativa, ha distorsionado la imagen y concepto de esta habitual práctica sexual, que no solo es cosa de jóvenes, hasta el punto de confundir términos (sexting como fenómeno/ sexting pornografía/ sexting como conducta delictiva) e introducir elementos de carácter moral que son totalmente innecesarios.

El sexting como fenómeno social per se, no es una práctica delictiva, por lo que no existe fundamento jurídico que justifique su criminalización. Tampoco debe ser juzgado bajo sentencia condenatoria moralista ya que la sexualidad cuenta con un amplio abanico de instrumentos y mecanismos que favorecen su desarrollo y expresión para que cada sujeto, de forma individual, voluntaria y sin perjuicio al colectivo social, escoja la que más se adapte a su persona y gustos.

Se trata de un juego erótico/sexual que con el tratamiento mediático se ha ido demonizando. Su práctica, desde el punto de vista social y sexual, no es algo negativo; lo que sí genera daño es el mal uso que muchos y muchas hacen de esta práctica al no respetar y vulnerar la intimidad de la otra persona, derivado de una alarmante escasez en educación afectivo/sexual y emocional.

 

La doble moral de la sexualidad femenina

El sexting como conducta delictiva reproduce y ejemplifica la cultura y violencia machista de nuestra sociedad. Ya son varios los casos de sexting que se han hecho mediáticos donde sus víctimas han sido mujeres (a excepción del caso de Víctor Sánchez del Amo, ex entrenador del Málaga Club de Fútbol, cuya dinámica y reacción social es notablemente diferente) empezando por Olvido Hormigos y pasando por Verónica, Tiziana y Alyssa, naturales de España, Italia y Estados Unidos, estos tres últimos, ejemplos de mujeres que decidieron suicidarse como consecuencia del daño que les fue causado. 

La sexualidad femenina se concibe, social y mediáticamente, como algo censurable, dañino y vergonzoso, encubierta por una doble moral donde la mujer, en primer lugar, debe tener relaciones sexuales, y acto seguido, es cuestionada moralmente por ello. 

De la combinación de una sociedad machista y la falta de educación sexual obtenemos una doble victimización hacia la mujer, lo cual la convierte en un sujeto muy vulnerable ante los factores de riesgo que la rodean. Esta vulnerabilidad se acentúa al banalizar y quebrantar de forma normalizada el derecho a la intimidad de la víctima.

Un ejemplo de ello son las declaraciones que un conocido torero español realiza en televisión aludiendo a la dificultad que tienen los hombres para no difundir un material erótico/sexual femenino, pidiendo, de tal forma a las mujeres, que no realicen Sexting para prevenir la victimización. 

 

La dinámica social del sexting como delito

Una de las características del sexting como conducta delictiva es la finalidad de humillar y desprestigiar a la víctima por la comisión de un acto transgresor de las normas sociales impuestas. Pero antes de que la conducta típica sea consumada por la persona que difunde el material erótico/sexual en primera instancia, en ocasiones se añade a este contexto la “sextorsión” donde el sexting como fenómeno se convierte en un elemento clave para materializar una extorsión de carácter sexual

Ya efectuado el envío del material erótico/sexual fuera del núcleo bilateral consensuado, comienza una difusión en cadena responsable de la viralización de dicho material cuyos límites son inescrutables como consecuencia del alcance de la mensajería instantánea, el poder de las redes sociales, la falta de empatía con la víctima y la alianza moral con el victimario. El primer eslabón inicia esta conducta gracias a la seguridad que le proporciona saber, si bien de forma previa, que su acción va a ser reforzada positivamente en grupos de Whatsapp y redes sociales. El reproche social no se concibe como primera reacción ante tal supuesto.

Es entonces cuando comienzan las conductas de acoso y vejaciones hacia la víctima entre su círculo más cercano, incluyendo familia, amigos, trabajo/escuela, lugar de residencia… hasta alcanzar población desconocida; aquélla, termina asumiendo la culpa y la vergüenza social que debería trasladarse al victimario. Se trata de una inversión de roles donde la sociedad muestra apoyo al victimario(s) en forma de “reenviar” y sentencia a la víctima por haber cometido una conducta sexual individual. 

Como consecuencia de ello, la atención, curiosamente se vuelca en la víctima recibiendo una mayor presión social, traducida en un intento de aleccionamiento, reprimenda y reeducación bajo la premisa de que el sexting es una conducta dañina que no debe hacerse, más aún si eres mujer. 

Lejos de criticar la postura de quien realiza sexting como conducta sexual, es necesario trasladar los esfuerzos para invertir la reacción social y desprenderse de las lecciones morales, porque, como se ha expuesto anteriormente, sextear no es un delito, sino una práctica sexual con determinados riesgos en forma de juego erótico, por lo que es importante evitar introducir la moral en intentos de educación hacia las víctimas, y trasladar el foco hacia la figura del victimario(s), quien/es debería/n protagonizar los debates sociales y mediáticos por la comisión de una figura delictiva dentro de un espacio tan reservado e íntimo como es la sexualidad.

 

Consecuencias psico-sociales y emocionales del sexting para la víctima dentro del encuadre de las ciberviolencias de género

Daños Físicos

Daños Emocionales

Otros

  • Sudoración
  • Náuseas
  • Dolor de cabeza
  • Dolor de espalda
  • Dolor de estómago
  • Dolor de riñón
  • Falta o exceso de apetito
  • Vacío en el estómago
  • Tensión corporal
  • Llanto
  • Pesadez corporal
  • Autolesión
  • Afección Nerviosa
  • Estrés
  • Angustia
  • Ira
  • Enfado
  • Depresión
  • Paranoia
  • Miedo
  • Confusión
  • Impotencia
  • Miedo a salir
  • Auto restricción de movilidad
  • Abandono de tecnologías
  • Autocensura
  • Sensación de vigilancia constante

*Tabla de contenido de elaboración propia

*Fuente: Informe de la asociación de mujeres mexicanas Luchadoras: “La violencia en línea contra las mujeres en México” (Luchadoras MX, 2017)



Daños Individuales

Daños Psicológicos: Depresión, ansiedad, miedo y pensamientos suicidas

Aislamiento Social: Restricción y/o eliminación de la vida social y menor o nulo contacto con familiares y amistades

Pérdidas Económicas: Despidos, pérdidas de ingresos y dificultad para encontrar empleo

Limitación de la Movilidad: Problemas para participar o acudir a eventos o espacios físicos y online

Autocensura: Restricción parcial o total de la actividad en redes por miedo y pérdida de confianza en la seguridad de las TICS

     *Tabla de elaboración propia

*Fuente: Informe de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones: “Online gender-based violence: A submission from the Association for Progressive Communications to the United Nations Special Rapporteur on violence against women, its causes and consequences” (APC, 2017)

Además, el informe de Amnistía Internacional publicado en 2018 bajo el nombre La situación de los derechos humanos en el mundo estima los siguientes efectos adversos centrados principalmente en la salud mental (Amnistía Internacional, 2018):

  • Estrés
  • Ansiedad
  • Ataques de pánico
  • Impotencia
  • Pérdida de confianza en sí mismas
  • Problemas para conciliar el sueño
  • Sensación de pérdida de poder
  • Miedo respecto a su integridad física
  • Disminución de la capacidad de concentración
  • Dificultad para tomar decisiones cotidianas
  • Estado de alarma
  • Angustia

 

¿El sexting es motivo de suicidio?

El suicidio responde a la conjunción de una pluralidad de factores, por lo que una única explicación no será suficiente para tratar de comprender una realidad tan compleja dentro de la esfera online.

Si bien es cierto que, dentro de la cadena de difusión del material erótico/sexual existe una responsabilidad jurídico-penal, es importante conferir la misma entidad a la responsabilidad social en estos casos. 

Dentro de los factores que rodean a la víctima en cuanto al suicidio (características psicológicas y emocionales personales de la víctima y rasgos de personalidad, infravaloración los riesgos del sexting como conducta sexual, falsa protección derivada del sentimiento de seguridad que confieren las redes sociales y la mensajería instantánea, confianza puesta en una persona ligada a una relación afectivo/sexual…) existe uno que ostenta el máximo protagonismo: la difusión del material entre terceros como responsable del tratamiento social del mismo como factor de estrés vital.

En este caso, es la repercusión social que sufre la víctima derivada del tratamiento que la sociedad efectúa sobre su sexualidad y no el singular acto de difusión lo que favorece positivamente la ideación/conducta suicida.

Según la teoría criminológica de los vínculos sociales de Hirshi, son cuatro los factores responsables de mantener dentro de la sociedad a una persona. 

  • El apego, traducido en la importancia que se confiere a la opinión que los miembros del círculo más cercano tienen sobre su comportamiento
  • El compromiso, como el esfuerzo invertido en actividades particulares que muestra sentimiento de unión a la sociedad.
  • La implicación, en forma de estar involucrado en actividades convencionales.
  • Las creencias, como la fortaleza de los valores sociales convencionales.

Por el contrario, la debilidad de estos vínculos aumenta la disposición a infringir las normas sociales y desprenderse de la sociedad.

Con la presión y condena social hacia la víctima, su apego se ve afectado como consecuencia de la opinión negativa que, desde su circulo más cercano hasta una pluralidad de desconocidos, se tiene de ella. Así, la importancia que se confiere a esas opiniones, juega como un arma de doble filo.

El compromiso y la implicación social de la víctima se ponen en riesgo. La propia sociedad la va rechazando y cerrando el círculo de actuación por lo que, a partir de ahora, le será más difícil desempeñar esas actividades (trabajo, escuela, gimnasio, asociaciones, grupos de encuentro, encuentros con amigos, cumpleaños, reuniones formales/informales…).

La creencia se va debilitando como consecuencia de haber roto y desobedecido los valores sociales convencionales, en este caso, disfrutar de una sexualidad libre para una mujer.

Aquella persona que posea estos vínculos, tendrá mucho que perder si se aleja de la sociedad, por tanto, le supone una obligación a la vez que un beneficio seguir mantenido a ella. En el caso de las víctimas de sexting, estos vínculos se han ido desgastando dentro de un corto periodo de tiempo, por lo que desde su percepción, no se sienten unidas a la sociedad, y por consiguiente, no tienen mucho o nada que perder si se desvinculan de ella.

 

Sexting y responsabilidad social

Tras el suicidio de Verónica el pasado año, la sociedad se echaba las manos a la cabeza por lo ocurrido. Era incomprensible cómo una mujer joven, madre de dos niños pequeños, con trabajo estable y con toda una vida por delante había tomado la decisión de quitarse la vida. Resulta incoherente esta alarma social si, mediante la retrospectiva, analizamos cómo esa misma sociedad fue la encargada de viralizar su sexualidad

La comunidad social actual necesita a gritos educación afectivo/sexual y concienciación sobre este asunto. Se requiere de una prevención primaria, secundaria y terciaria, encargada de crear conciencia en la sociedad, potenciales víctimas y víctimas para que:

  • Se refuerce el reproche social hacia el victimario(s) en casos de sexting como conducta delictiva
  • Se evite el acoso social hacia la víctima
  • Se disminuyan las conductas de redifusión entre terceros 
  • Se motive a denunciar en contra de la vergüenza social sufrida por parte de las víctimas

Las conductas de sexting como juego erótico aumentan conforme avanza la edad, por lo que, a pesar de los riesgos con conlleva este fenómeno, estos son asumidos (de manera más o menos madura) por una proporción considerable de jóvenes y adultos. Otra característica es un mayor predominio de la mujer adolescente y adulta responsable de producir y enviar sexts donde las razones que lo justifican son diversas, respondiendo algunas a la cosificación sexual femenina y reproduciendo la jerarquía de roles en base al género:

  • Presión por su pareja afectivo/sexual
  • Manipulación por su pareja afectivo/sexual
  • Baja autoestima y necesidad de reforzar el amor propio y el ego
  • Conseguir y/o mantener una relación afectivo/sexual
  • Dependencia afectivo/sexual
  • Sentimiento del deber de complacer sexualmente a la pareja afectivo/sexual
  • Moda social
  • Diversión
  • Aburrimiento

Por otro lado, dentro del sexting como juego erótico, hay una más sexting pasivo que activo. Ello responde a la cantidad de mensajes en forma de reenviar, fruto de la banalización de la intimidad de la víctima y a la falsa y justificada creencia de que si ese material erótico/sexual ha salido del círculo íntimo, ya pertenece al dominio público. 

Por ello, una cuestión relevante en este sentido se relaciona con los riesgos y consecuencias que deben asumir las víctimas de edad adolescente, en especial las de género femenino, cuando la propia sociedad, en este caso adulta, ha desempeñado un papel esencial en el suicidio de Verónica.

 


Belén Casas Campos

Grado en Criminología y Seguridad y Máster en Sistema Penal y Criminalidad. Formación en violencia de género. Técnica en Laboratorio Criminalístico. Experiencia en centros de internamiento de menores infractores. Alumna Becaria en el Máster en Sistema Penal y Criminalidad y prácticas en un servicio de gestión de penas.

 


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