Categoría el Medios de comunicación

Presentación en ONDA CÁDIZ del grupo de ayuda mutua para personas que han perdido a un familiar o allegado por suicidio (Supervivientes)

Tiempo de lectura: < 1 minuto

El pasado lunes 14 de octubre, se presentó en el programa del canal de TV Onda Cádiz el grupo de ayuda mutua para familiares y allegados de personas fallecidas por suicidio. 

Si desea recibir más información sobre el grupo o participar activamente en su desarrollo puede contactar con nosotros a través del whatsapp 633 169 129, del email: prevencion@papageno.es, el blog www.papageno.es   , twiter @EsPapageno y el facebook: @papageno.es 


 

Daniel López, colaborador de papageno.es en el programa El Mirador Social de Onda Cádiz

Día de Salud Mental en la Universidad de Cádiz: la psicología en la atención a la persona suicida y los supervivientes

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Día Mundial de la Salud Mental - Universidad de Cádiz
Día Mundial de la Salud Mental, 2019 – Universidad de Cádiz

Día Mundial de la Salud Mental - Universidad de CádizCon motivo de la celebración del Día de la Salud Mental 2019 dedicado a la prevención del suicidio, papageno.es colaboró en el desarrollo de un videofórum en el que también participó el Servicio de Atención Psicológica de la Universidad de Cádiz (SAP), El Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERSAM) y la Asociación de Estudiantes de Psicología de Cádiz (AEPCA) y que se celebró en la Facultad de Ciencias de la Educación.

Con una asistencia masiva de estudiantes, desde el SAP se destacó la importancia de la reivindicación de la psicología en nuestra sociedad y en especial de la atención a personas con conductas suicidas y sus familiares. También se destacaron datos epidemiológicos del suicidio en España y se describió el perfil de las personas que se atienden desde el servicio. 

Posteriormente, los estudiantes tuvieron la oportunidad de conocer el trabajo que se hace desde CIBERSAM en actividades científicas, de investigación y formativas centradas en la depresión y el suicidio. Este organismo está formado por 23 grupos de investigación clínica, preclínica y traslacional pertenecientes a 8 comunidades autónomas dedicados fundamentalmente al estudio de trastornos mentales o la innovación terapéutica. 

Desde papageno.es participaron Aquiles Marcelo, médico de familia, Luis Fernando López, psicólogo y responsable del proyecto ISNISS, Marilú Ancona, psicóloga, Xisca Morell, psicóloga y presidenta de AFASIB y Daniel López, psicólogo.

Aquiles Marcelo dinamizó una actividad con estudio de casos en el que pudieron participar los estudiantes. Resaltó la importancia de la atención primaria en la detección precoz de casos de riesgo, así como la necesidad de apoyo psicológico de los profesionales que atienden casos de urgencia de alto impacto emocional. 

Por otro lado, Daniel López presentó el proyecto de las guías de autoayuda de prevención de conducta suicida en la comunidad universitaria que están previstas publicar proximamente partiendo de la colaboración con el SAP. Posteriormente se presentó el proyecto ISNISS de la Facultad de Psicología de la UNED a través de un video realizado por uno de sus coordinadores, Luis Fernando López.

Marilú Ancona (Mérida-México) y Xisca Morell (islas Baleares) presentaron sus experiencias de trabajo en asociaciones de supervivientes a través de un vídeo realizado para el acto.

También se debatió sobre la necesidad de ser críticos ante los mensaje de cine y TV que abordan el tema y sobre la importancia de entender a la persona con conductas suicidas como alguien que solicita y necesita ayuda a la que no podemos seguir dando la espalda. 

Bajo estas líneas puede escuchar el mensaje experanzador en un cortometraje de Dulcinea Studios que está dirigido a comprender que mientras no somos responsables de muchas de las cosas que nos ocurren en nuestras vidas, sí lo somos de la actitud y de la respuesta con las que los afrontemos.

 

El suicidio es una salida definitiva a problemas que son pasajeros. Busca las razones para seguir viviendo…

 

El cine como herramienta terapéutica en el suicidio

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Foto de Martin Lopez en Pexels

Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que se celebra cada 10 de septiembre, leí una noticia que me llamó mucho la atención. Se trata de la iniciativa de la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) de pedir ayuda a Hollywood para romper el tabú que existe en torno al suicidio, animando a la gente a buscar ayuda.

Con esto  se pretende que tomemos conciencia de este grave problema de salud pública dado que los datos son verdaderamente alarmantes: 800.000 personas mueren al año por esta causa, una cada 40 segundos. En España se producen 10 suicidios al día: uno cada dos horas. Se trata de un problema especialmente alarmante entre los jóvenes: es la segunda causa de muerte entre personas de entre 15 y 29 años.

De esta manera la OMS le ha dado a Hollywood unas recomendaciones sobre cómo abordar esta temática de forma correcta: señalando la importancia que no sea un acto romántico, ni sensacionalista, tampoco debe enseñarse directamente ni simplificarse. Así que películas como Romeo y Julieta donde los protagonistas se suicidan por amor no constituyen un ejemplo de lo que quiere la OMS.

El suicidio es un tema recurrente en el cine, ya sea en menores o en adultos y que no siempre se aborda de una forma adecuada. Por tanto desde esta organización quieren que se traslade el mensaje de que el suicidio es algo más complejo y un grave problema de salud pública. En esta guía que recibirán los directores de cine y otros profesionales del sector, también se recomienda mostrar personajes que en lugar de optar por esa vía consiguen superar sus problemas. Diferentes estudios científicos en torno a películas y programas de televisión muestran que cuando éstos presentan detalles de suicidios hay quien intenta imitarlos, como declaró en rueda de prensa Alexandra Fleischmann, experta del departamento de salud mental de la OMS.

Una de los casos que actualmente causo mayor polémica fue el de la serie “13 Reasons Why”, original de Netflix. Esta serie presentó en su primera temporada la historia de Hannah Baker, una adolescente que termina suicidándose por diversos acontecimientos que sucedieron en su vida, de los cuales somos testigos a lo largo de los episodios de esta producción. Esta serie rápidamente recibió severos ataques debido a que se comenzó a especular que esta fomentaba el suicidio, ya que cifras revelaron que durante el mes en que se estrenó la serie, hubo un 30% más de suicidios de jóvenes de entre 10 y 17 años en Estados Unidos, así lo concluyó un estudio publicado en el “Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry”.

Por otro lado Fleischmann destacó que es importante trabajar con los jóvenes dentro de las escuelas y enseñarles cómo superar problemas y situaciones estresantes, además de señalar el importante papel que tienen los medios de comunicación en la prevención del suicidio, por lo que no
deben darle un aura romántica o sensacionalista.

Como una gran apasionada del cine inmediatamente al leer esta noticia me han venido a la memoria multitud de películas donde el suicidio ha sido una temática de interés de muchos cineastas y uno de los que mejor lo ha tratado desde el punto de vista “terapéutico” ha sido el genial Frank Capra
con su maravillosa película “Qué bello es vivir” (1946).

Por tanto esta película podría ser un claro ejemplo de lo que la OMS le pide ahora al sector cinematográfico. Por cierto aprovecho para recomendárosla para aquellos que todavía no la hayáis visto y pido disculpas de antemano por hacer spoiler. Está considerada una obra maestra del cine clásico, imprescindible en navidad. En esta película Frank Capra va desgranando la historia del protagonista George Bailey, hasta llegar a un punto de inflexión cuando está a punto de suicidarse el día antes de Nochebuena porque cree que su vida carece de sentido y que el mundo sería un lugar mejor si él no estuviera. Justo en ese momento aparece su ángel de la guarda que le irá mostrando como habría sido la vida en el lugar donde ha vivido siempre si él no hubiera nacido y los efectos que tendría en las personas que él quiere. Metafóricamente aquí el ángel representa a la figura del terapeuta que acompaña y guía al paciente en esos momentos difíciles de visión en túnel donde la persona no puede ver más allá del dolor y por consiguiente su percepción está totalmente distorsionada.

El trabajo terapéutico es hacerle ver que existen más opciones. De esta manera hacen un recorrido vital desde sus primeros años de vida y así van repasando escenas donde el ángel le va mostrando una parte de sí mismo que él no recordaba, escenas donde sus acciones aportaron algo positivo a otras personas, en definitiva le va ayudando a tener una mirada compasiva hacia sí mismo y a tomar conciencia de su valía como ser humano, dejando de centrar su atención únicamente en la faceta de hombre fracasado y sin salida. 

 

Comparto con vosotros estas palabras que le dice el ángel: “Curioso, ¿eh? La vida de cada hombre afecta a muchas vidas y cuando él no está deja un terrible hueco, ¿no crees?”.

 

La película es un verdadero canto a la vida donde podemos rescatar que aunque estemos atravesando momentos de gran angustia y desesperación la vida por encima de todo merece ser vivida.

Como curiosidad me llamó la atención hasta dónde llego la influencia de este mensaje de esperanza que quiso transmitir Capra que en el año 1987, 41 años después de que se estrenara, un juez de Florida impuso como parte de la condena, la obligación de ver la película a un hombre que había matado a su esposa enferma, tratando de suicidarse él después. Este juez argumentó que quería mostrarle al reo el valor de la vida.

Desde aquí me gustaría dedicar este artículo a todas las personas que con su profesión se ponen al servicio del otro: psicoterapeutas, psiquiatras, médicos y también a aquellos voluntarios/as de asociaciones que cada día tienden una mano a personas que necesitan ayuda.


¡Gracias a todas y a todos!

 


 

Carolina Ratia Ceña

Licenciada en Psicología y habilitada para el ejercicio de la psicología general sanitaria. Especialista en Tratamiento psicológico de la obesidad y trastornos del comportamiento alimentario. Máster en Gerontología. Psicoterapeuta humanista con orientación gestáltica y tutora en la formación de Terapia Gestalt en el centro Syam en Cádiz. Psicóloga voluntaria en Ángeles de Azul y Verde.

Hablar del suicidio en primera persona

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¿Hablar del suicidio? Sí, pero bien. 

Desde que en el año 2000 la Organización Mundial de la Salud publicara su informe sobre el impacto de los medios de comunicación al informar del suicidio y las recomendaciones de cómo informar correctamente sobre el suicidio en general o específico, se ha generado un debate continuo sobre los límites de la libertad de expresión, el interés periodístico y la responsabilidad de los medios en contribuir a la prevención del suicidio.

En líneas generales, y tal y como afirma la citada organización, existe evidencia suficiente para sugerir que algunas formas de tratamiento periodístico están relacionadas con un aumento estadísticamente significativo de suicidios, mientras que ciertos estilos de manejo de la información, útiles, exactos y apropiados, pueden ayudar a prevenir conductas suicidas. En este sentido, las recomendaciones del tratamiento de la información se basan en la interpretación cuidadosa de las estadísticas y el uso de fuentes fiables, evitar descripciones del método, las exageraciones y el trato sensacionalista, prescindir de explicaciones simplistas, y tener muy en cuenta el impacto sobre las familias u otras personas del entorno que se han visto afectadas por el fallecimiento.

 

Por todo ello es imprescindible la organización de acciones formativas a los profesionales de la comunicación por parte de profesionales de salud mental con amplios conocimientos y experiencia en conducta suicida, para que, de forma progresiva, se vayan construyendo nuevas formas de comunicar e informar sobre el suicidio.

 

En este contexto, se hace necesario reflexionar sobre los testimonios en primera persona, que han encontrado en los medios de comunicación una forma de compartir información y experiencias personales con un público amplio. Sin duda, la visibilización de las personas que han pasado directamente por la experiencia de la conducta suicida, está contribuyendo a la ruptura de estereotipos y tabúes, al aumento del movimiento asociativo y a generar nuevos espacios de cambio social. Por este motivo, parece lógico que esta exposición pública obligue, en cierta manera, a la necesidad de que estos testimonios conozcan y respeten las directrices antes mencionadas.

El problema surge cuando, de alguna manera, se entiende que someter los testimonios de primeras personas a recomendaciones institucionales pueden precisamente sesgar estas opiniones y estas vivencias. Como superviviente de suicidio, presidenta de AFASIB y psicóloga, me he encontrado con esta reflexión algunas veces contradictoria y confusa cuando desde la asociación hemos ofrecido nuestro testimonio sincero en entrevistas y reportajes.

Por un lado, es cierto que todas las personas tienen sus vivencias y su forma de describirlas, y por otro, el sentido de nuestra proyección pública va (o debería ir) más allá de nuestra propia historia, ya que nuestro objetivo es ayudar a otras personas que estén pasando por una situación muy similar, pero no la misma.

Así, la pregunta que debemos hacernos es precisamente esta: ¿Qué es lo que quiero transmitir al que me está escuchando, viendo o leyendo? ¿Qué sentido tiene para mí exponerme públicamente? Si la respuesta es ayudar a los demás, enviar un mensaje de solidaridad y empatía como “yo he estado allí, y el dolor se transforma, puedes encontrarle un sentido a lo que ha ocurrido, puedes integrarlo en tu vida, aunque duela”. Entonces tienes que plantearte tu responsabilidad como comunicador/a, encontrar la manera de expresarte sin perder de vista que el foco de atención no eres tú, sino la persona que te está escuchando, de qué manera tu experiencia puede ayudarle o reconfortarle. Se trata de encontrar un sentido a nuestra imagen pública y la de nuestro ser querido para que de esta exposición pública pueda surgir un cambio social, en nosotr@s y en l@s otr@s.

 

María Francisca Morell García

Psicóloga en intervención social de Cruz Roja Islas Baleares. Cursando el máster en psicología general sanitaria. Miembro del Grupo de Trabajo de Investigación, Prevención y Actuación en la Conducta Suicida del Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares. Presidenta de AFASIB, familiares y amigos supervivientes por suicidio de las Islas Baleares.


MÁS INFORMACIÓN

Comunicación responsable en casos de conducta suicida

Tiempo de lectura: 3 minutos

Las tasas de suicidio se ven influenciadas por la forma en que se comunican las conductas suicidas a través de los medios de comunicación. La aparición de Internet y las redes sociales han aumentado las vías de comunicación y esto afecta a las fuentes que las personas usamos para informar e informarnos. 

Junto a este hecho, en los últimos años existe un interés mayor en partir el estigma y el tabú asociado al suicidio y eso hace que se multipliquen las comunicaciones sobre conductas suicidas por diferentes medios. Muchas veces estas comunicaciones movidas desde la mejor de las intenciones no se someten a las indicaciones preventivas y pueden llegar inadvertidamente a constituir un riesgo para personas vulnerables. Por eso es importante que aquellas personas que por razones de carácter profesional o de otra naturaleza,  hablemos sobre este problema de salud pública tengamos en cuenta las recomendaciones para evitar comunicar de forma irresponsable. Máxime cuando las redes sociales tienen un fuerte impacto y son muy accesibles tanto para publicar como para acceder a lo publicado. En ocasiones las redes sociales «las carga el diablo».

 

Si no estoy seguro de la utilidad de lo que publico o tengo una fuerte carga emocional por lo que ha ocurrido, es útil esperar para evitar efectos negativos. También se debe evitar utilizar casos concretos para instrumentalizarlos con otros fines que no sean preventivos.  Recuerda que detrás de cada caso de suicidio hay una persona que merece el mayor de los respetos y unos supervivientes a los que hay que evitarles procesos de revictimización. 

 

El efecto de imitación en el suicidio ha sido descrito en la literatura científica y verificado por lo que existe consenso sobre su existencia. Parece estar relacionado con la aparición de descripciones pormenorizadas de sucesos relacionados con el suicidio, donde se describen por ejemplo el lugar exacto del hecho o el método utilizado, donde se simplifica la causa de lo ocurrido o generalmente escrito destacando detalles sensacionalistas. Este efecto puede ser mayor cuando el caso relatado es de una persona relevante o modélica.

A este efecto imitativo se le dio el nombre de «efecto Werther» tomado del personaje homónimo de la novela de Goethe «Las Penas del Joven Werther», escrita en 1774. El personaje se suicidaba por razones atribuidas al desamor. Su publicación se relacionó con un aumento de los suicidios que imitaron el método o incluso la manera de vestir típica de Werther en el acto final. Este efecto también se ha denominado efecto contagio, copycat…

Existe una variante de este efecto que atribuye un efecto negativo por la exposición de la muerte de personajes mediáticos. Tomó el nombre de Yukiko Okada,  una cantante de rock japonesa cuyo suicidio tuvo una amplia cobertura sensacionalista, provocando un importante efecto de imitación en el país nipón.

Sin embargo, frente a ambos efectos, existe una manera adecuada y responsable de informar sobre suicidio (Efecto Papageno) que tiene carácter preventivo y que reivindica la importancia de los medios de comunicación en atajar uno de los mayores dramas de salud pública. Por eso el efecto imitación no impide hablar del suicidio, sino que incide más en el modo en el que debemos hacerlo, como indica las recomendaciones de organismo internacionales como la OMS.

 
RECOMENDACIONES DE LA OMS/OPS (2017)
Referencia rápida
Lo que se debe hacer
  • Suministrar información exacta acerca de dónde buscar ayuda
  •  Educar al público acerca de los datos sobre el suicidio y la prevención
    del suicidio, sin difundir mitos
  •  Informar sobre maneras de hacer frente a los estresantes de la vida o a pensamientos suicidas y sobre formas de obtener ayuda
  • Tener mucho cuidado al informar sobre suicidios de celebridades
  • Tener cuidado al entrevistar a familiares o amigos que estén atravesando un duelo por haber perdido a un ser querido
  • Reconocer que los profesionales mismos de los medios de
    comunicación se pueden ver afectados por noticias sobre suicidios
 
Lo que NO se debe hacer
  • No destacar ni repetir innecesariamente las noticias sobre suicidios
  • No utilizar un lenguaje que sea sensacionalista o normalice el suicidio,ni se presente el suicidio como una solución constructiva a problemas
  • No describir explícitamente el método utilizado
  • No facilitar detalles acerca del sitio ni la ubicación
  • No usar titulares sensacionales
  • No usar fotografías, material de vídeo ni enlaces a redes sociales

PARA SABER MÁS

Silencio en la generación y transferencia de conocimientos sobre suicidio

Tiempo de lectura: 3 minutos

Silenciar el suicidio tiene el efecto de que se silencie también el efecto global. Que el suicidio sea invisible.

 

En los pasados 7 días he hablado con dos personas anónimas que me han contado casos de suicidio cercanos. Ambas personas han reconocido la conmoción que les ha generado ese caso tan cercano en su vida personal.

Los casos de suicidio se han demonizado en la prensa por el denominado efecto “Werther” (de imitación) dejando a todas las personas sin la información, el aliento y las historias que el periodismo les puede proporcionar para entender y normalizar, en lo posible, este suceso que afecta de forma dantesca a los allegados, sumiéndoles, en algunos casos, en alteraciones que se cronifican.

Desde el año 2000 la Organización Mundial de la Salud difunde una guía con recomendaciones para el tratamiento del suicidio en los medios de comunicación, que se ha revisado y actualizado en 2008 y 2017 (Organización Mundial de la Salud, 2018), con recomendaciones encaminadas a evitar informar del suicidio como algo morboso, solución a problemas y para evitar el efecto imitativo.

Con el trabajo que adjuntamos al final de esta entrada tratamos de combatir el tabú del suicidio en los medios de comunicación para evitar las reservas sobre este tema y el aislamiento que produce a los afectados.

La idea surge fruto de la observación del silencio de los medios de comunicación en contraposición a la locuacidad que se da en general en el resto de temas sociales. La muerte se trata de evitar porque es un tema desagradable (tanatofobia), esta etapa de la vida es silenciada porque no interesa al consumo. Por otra parte, el suicidio es la forma de muerte más silenciada, es multicausal y está directamente relacionada con la presión del individuo, sería disruptivo reconocerlo en política porque las soluciones a aplicar cambiarían el tipo de gobernanza actual.

Este trabajo podría sacar a la luz distintos aspectos de cómo se está manejando este tema por parte de profesionales y organizaciones sociales implicadas, se pone el punto de vista en lo positivo y menos positivo de sus medidas, para reforzarlas o denunciarlas. 

Además, al interpretar la comunicación como una periodista puedo ayudar a cambiarlo, dentro del ámbito sanitario.  Este, es un problema de actualidad, porque lleva años siendo tabú. en consecuencia, se debe proporcionar información como elemento base para hacer el Plan Nacional de Prevención del Suicidio por parte de los medios de comunicación. Podría conducir a nuevas investigaciones y resolver la falta de práctica de informadores. Al tener proyección social podría repercutir en política, sanidad y medios de comunicación y podrían extrapolarse los resultados a personas interesadas para influir con este tema.

ACCESO AL DOCUMENTO COMPLETO

 

Sonsoles Rivera Pascual

Estudiante del Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid. Interesada por la salud en distintas esferas. Técnica Cuidados Auxiliares de Enfermería. Voluntariado en Cruz Roja Española en área de Transporte Sanitario y en Conservación del Medio Ambiente. 

Respetar el dolor: comunicación de noticias sobre conductas suicidas por medios de comunicación y redes sociales

Tiempo de lectura: 4 minutos

Alrededor de la conducta suicida y su comunicación a través de medios de comunicación y redes sociales existe una paradoja que, por desgracia, contribuye al mantenimiento del problema a través del tabú y el estigma y que indirectamente podría estar influyendo en la muerte de personas vulnerables. 

Por un lado, existe un consenso entre los medios de comunicación alrededor de su responsabilidad para evitar que las noticias publicadas contribuyan a fomentar el efecto que se denominó Werther. Este efecto tomó el nombre del personaje homónimo de la novela de Goethe «Las penas del joven Werther», que acaba por suicidarse tras una contrariedad amorosa. Después de su publicación, se registró un importante número de suicidios de jóvenes que imitaban la conducta del personaje. Este efecto también se ha denominado de imitación, contagio o copycat. Su existencia ha sido demostrada científicamente. Consiste en la imitación de conductas suicidas por parte de personas vulnerables por la repetición de noticias sobre suicidio sobre todo cuando son personajes públicos o mediáticos de cierta relevancia y en especial en población adolescente. También hay estudios que han investigado la relación de relatos o series de ficción en este mismo sentido. El consenso entre los medios no impide, sin embargo, que existan artículos que aparecen en nuestros periódicos obvien las indicaciones que al respecto ha realizado la OMS.

En otros casos, se opta por el silencio más rotundo ante este problema de salud pública lo que contribuye a mantener el estigma y el tabú. El silencio tampoco está justificado de ninguna forma. Esta práctica se ha extendido en muchos colectivos que mantienen en secreto las estadísticas y datos sobre conductas suicidas lo que le quita visibilidad al problema y le resta importancia contribuyendo a su mantenimiento. Esto ni siquiera consigue evitar que los hechos lleguen al conocimiento de las personas a través de redes sociales o a través del boca a boca con la merma de calidad de la comunicación que estas formas de transmisión representan.

Las redes sociales y la comunicación digital han cambiando nuestro mundo de forma irremediable y representan uno de las herramientas más revolucionarias a las que se ha enfrentado la humanidad. Conseguir grandes cantidades información se ha convertido en un proceso fácil y rápido. Alrededor del tema del suicidio se han creado miles de grupos que han encontrado en los medios digitales y de mensajería instantánea una forma de expansión y que en su mayoría tienen finalidades preventivas y nacen del buen corazón de colectivos. Sin embargo, no necesariamente son acertadas. Hablar del suicido es positivo, pero todos estamos obligados a formarnos para no contribuir a difundir mitos y conseguir el efecto contrario al que buscamos.

Además, tanto la familia como las personas afectadas se merecen el máximo de los respetos. La publicación de datos concretos del fallecido o de los familiares, fotos identificativas, especialmente cuando son menores, la especulaciones sobre las causas o su simplificación, el alarmismo y el sensacionalismo vienen a añadir dolor a los supervivientes y pueden complicar un duelo ya de por sí complicado.

Nuestro blog, http://www.papageno.es toma el nombre de un personaje de la ópera de Mozart «La Flauta Mágica» que al contrario de Werther fue ayudado a encontrar razones para seguir viviendo. Al final dio nombre al efecto contrario por el cual hablar del suicidio puede ser preventivo. Por lo tanto, existen prácticas de comunicación «buenas» y otras «malas». ninguno estamos exentos de cometer errores, por lo que la formación se convierte en esencial en este tema.

Vídeo promocional de www.papageno.es

Así que recuerda: Hablar del suicido o el silencio no son en sí prácticas preventivas. Todo depende del cómo lo hagamos. La rigurosidad en respetar el dolor de los afectados y supervivientes y a las indicaciones que se realizan desde las instituciones, deben ser siempre la guía de nuestras comunicaciones al respecto.

Resumen de indicaciones de la OPS/OMS
QUÉ SE DEBE HACER
  1. Suministra información exacta acerca de dónde buscar ayuda
  2. Educa al público acerca de los datos sobre el suicidio y la prevención del suicidio, sin difundir mitos
  3. Informa sobre maneras de hacer frente a los estresantes de la vida o a pensamientos suicidas y sobre formas de obtener ayuda
  4. Tiene mucho cuidado al informar sobre suicidios de celebridades (en caso de que lo haga)
  5. Tiene cuidado al entrevistar a familiares o amigos que estén atravesando un duelo por haber perdido a un ser querido
  6. Reconocer que los profesionales mismos de los medios de comunicación se pueden ver afectados por noticias sobre suicidios
QUÉ NO SE DEBE HACER
  1. No destacar ni repetir innecesariamente las noticias sobre suicidios
  2. No utilizar un lenguaje que sea sensacionalista o normalice el suicidio, ni se presente el suicidio como una solución constructiva a problemas
  3. No describir explícitamente el método utilizado
  4. No facilitar detalles acerca del sitio ni la ubicación 
  5. No usar titulares sensacionales
  6. No usar fotografías, material de vídeo ni enlaces a redes sociales

MÁS INFORMACIÓN

Medios de comunicación: Cuando publicar el dolor, duele

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El estilo de tratamiento de las noticias sobre suicidio ha demostrado tener un impacto en la sociedad en general. La difusión apropiada de la información y una campaña de sensibilización del problema son elementos esenciales para el éxito de los programas de prevención. Es por ello que desde las entidades para la prevención del suicidio trabajamos para que los responsables de los medios de comunicación estén debidamente informados y concienciados sobre este impacto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los medios tienen una notable influencia sobre las actitudes, creencias y comportamientos de la comunidad y juegan un importante rol en la práctica social. Por este motivo, esta organización tiene disponibles en su página web toda una serie de recomendaciones en este sentido.

“A escala de la población, la información responsable acerca de los suicidios (por ejemplo, abstenerse de utilizar un lenguaje sensacionalista o de presentar el suicidio como la solución a un problema; evitar fotos y la descripción detallada del método utilizado; y ofrecer información sobre dónde se puede obtener ayuda) se recomienda para reducir los comportamientos suicidas. El sector de la salud debería ayudar y alentar a los medios de información a fin de que estos apliquen prácticas periodísticas responsables en relación con el comportamiento suicida”.

 




¿CÓMO INFORMAR SOBRE UN SUICIDIO?

  • Evitar un tratamiento sensacionalista: No hay que publicar fotografías ni notas suicidas, tampoco informar de los detalles.
  • No publicar imágenes de ciertos escenarios como puentes o acantilados, asociados con el suicidio y cuya publicidad supone un aumento del riesgo.
  • Evitar un abordaje simplista, ni describir el suicidio como una forma de afrontar los problemas.

En las últimas semanas, algunos medios de comunicación en España han difundido varias notas de suicidio. Una de ellas ha sido la del músico mexicano Armando Vega Gil que hizo pública su nota de suicidio en redes sociales poco antes de fallecer, tras ser acusado de abuso sexual. No podemos evitar que una persona desesperada y aquejada de un gran dolor vital publique sus intenciones en las redes sociales. Tampoco podemos evitar que algunas personas lo compartan y ayuden en su difusión. Evidentemente, estas personas no tienen porqué conocer las recomendaciones y las implicaciones de este tipo de difusiones. No así, las instituciones, organizaciones y entidades que trabajamos a favor de la prevención, o los medios de comunicación en sí debemos hacer un ejercicio de reflexión antes de difundir estas notas, ya que la difusión de los contenidos de estas notas de despedida suelen ser muy hirientes para los familiares y allegados supervivientes del suicidio. Al permitir esta difusión se intensifica el sufrimiento, a la vez que se menoscaba su intimidad, y eso es algo que se debería tener en cuenta a la hora de publicar una noticia de estas características. Debemos preguntarnos cuáles son nuestros objetivos, y si realmente somos fieles a ellos cuando entramos en el sensacionalismo. Y sobre todo, debemos reflexionar sobre las implicaciones en las personas más vulnerables que están siguiendo nuestras publicaciones o están leyendo las noticias. En definitiva, evitar que compartir el dolor del suicidio duela aún más.

Jennifer Prata

Psicóloga General Sanitaria. Doctoranda en Psicología.

 

 

María Francisca Morell García

Psicóloga en intervención social de Cruz Roja Islas Baleares.



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