El pasado martes 10 de septiembre papageno.es presentó la asociación y las actividades desarrolladas en sus primeros siete meses de vida, en la jornada organizada en el Caixa Forum de Palma de Mallorca en un acto organizado por Afasib (Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de les Illes Balears) con motivo del día Mundial para la prevención del suicidio.
Nuestro colaborador, Daniel López presentó la asociación a los asistentes reforzando la idea de mantenerse unidos para aprovechar las sinergias desde una filosofía de multidisciplinariedad e interinstitucionalidad de todos los agentes implicados y de la sociedad en su conjunto. López destacó la importancia de una respuesta más honesta de la administración ante este problema de salud pública que no puede seguir invisible, así como la importancia del papel de los profesionales sanitarios, periodistas, políticos y el movimiento asociativo.
Entre las actividades desde el nacimiento de la asociación de profesionales papageno.es el ponente destacó las actividades de formación y sensibilización y la actividad a través de redes sociales. Actualmente 12 asociaciones de carácter nacional están adheridas a la iniciativa que cuenta con la colaboración de más de 20 profesionales.
Si desea acceder a la presentación pulse sobre el link.
ISNISS es una iniciativa reciente (marzo de 2019) fundada por un grupo de psicólogos con la finalidad de investigar e intervenir en la prevención de conductas disruptivas, autodestructivas, autolesivas y suicidas y la influencia de los entornos digitales sobre estas conductas.
Los profesionales que componen Isniss, son especialistas de estas materias y expertos en redes en entornos digitales que tienen como principios esenciales el proteger, prevenir y educar, conocedores de la capacidad educativa de las TIC, pero también de los riesgos derivados de un uso inadecuado.
Papageno.es es una plataforma profesional de prevención y postvención de la conducta suicida que nació con la filosofía de ser un punto de encuentro y apoyo entre asociaciones que promueve, participa y/o colabora en acciones de atención del suicidio como problema de salud pública.
Isniss y papageno.es son a partir de ahora dos asociaciones «amigas» que se comprometen a crear líneas de colaboración que aproveche las sinergias entre los objetivos sociales de cada una.
Cada año, cuando el verano ya llega a su fin, se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El día 10 de septiembre se dedica a dar visibilidad a un problema oculto de salud pública (cada vez menos oculto) que es responsable de unas 800.000 muertes anuales a nivel mundial.
El reto para afrontarlo es sin duda una tarea titánica y aún queda tanto por hacer que parece osado que un día dedicado a un tema tan doloroso pueda provocar una sonrisa en alguien. Sin embargo, no todo alrededor de este tema es negativo. En la jornada de este año diversas instituciones han organizado actos en otros tiempos impensables que han contado con una importante asistencia de público en general y de profesionales. En un país, donde todavía no existe un plan Nacional de Prevención del Suicidio, parece que las asociaciones están movilizando a las diferentes fuerzas sociales para motivarlas a frenar este fenómeno que tiene consecuencias individuales pero también importantes repercusiones familiares y sociales.
Nuestra felicitación para todas las asociaciones que participaron en algún acto de este tipo. Muchas gotas de agua en movimiento pueden convertirse en una fuerte corriente que acabe con el estigma que cae como una losa sobre este problema y que fomenta los mitos que lo mantienen.
Desde papageno.es, por invitación de la Associació de Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de les Illes Balears (AFASIB), tuvimos la oportunidad de participar en la jornada organizada en la Caixa Forum de Palma de Mallorca. Para quien ha participado en la organización de algún acto de este tipo no le será ajeno el cúmulo de problemas, sinsabores, estrés e ilusión que se mezcla en un crisol y que hace que pienses en que nunca volverás a organizar algo así, aún sabiendo que más pronto que tarde volverás a hacerlo.
Cuando las cosas nacen de la ilusión de un grupo de personas dispuestas a regalar una tarde como la que todos y todas las participantes al acto vivimos, se demuestra que las grandes cosas se construyen de cosas pequeñas. El éxito es fruto del trabajo duro y la recompensa de quien está dispuesta a todo para dar un sentido a una de las vivencias más duras, la pérdida de un ser querido por suicidio. Es el caso de AFASIB, con su presidenta al frente, Xisca Morell.
“LLEGAR JUNTOS ES EL PRINCIPIO. MANTENERSE JUNTOS, ES EL PROGRESO. TRABAJAR JUNTOS ES EL ÉXITO”. HENRY FORD.
Xisca hace de las contrariedades de la vida virtud. Y así se reunieron en una sala a diferentes organizaciones que esa tarde se fundieron en una sola. Sin protagonismos, representantes de la administración autonómica y del ayuntamiento, del Colegio de Psicología de las Islas Baleares, periodistas, el indispensable Teléfono de la Esperanza, la RED-AIPIS, la asociación Ángeles de Azul y Verde de prevención del suicidio en cuerpos policiales, representantes del Observatorio del Suicido y colaboradores de papageno.es.
Pero, lo que es más importantes, allí estuvieron los supervivientes, personas que han vivido este drama de forma cruenta y que suman su voz para decir basta a vivir este problema de forma oculta tras el telón de la vergüenza. También estuvieron muchas otras personas anónimas dispuestas a unirse para luchar por un tema tan sensible y que provoca tanto malestar en nuestra sociedad.
Cuando lo profesional se une a lo humano las cosas salen bien. Y eso ocurrió. AFASIB nos regaló una tarde mágica y nos demostró que a pesar de todo lo que nos queda por delante, hablar del suicidio no es sólo necesario, sino posible. El éxito no es una cosa individual. El éxito es de los más de 3.500 muertos anuales por suicidio que muchas veces son invisibles. De todos aquellos que ni siquiera aparecen en las estadísticas, de los supervivientes que perdieron una parte de sí mismos para siempre y de la sociedad general que gracias a estos pequeños actos se vuelve, un día al año, más humana.
Ahora toca convertir los 364 días que nos faltan hasta el próximo Día Mundial en oportunidades para acompañar a esas personas que sufren y que están clamando ayuda para salir del pozo de las ideas suicidas. Porque el suicidio es prevenible, ¡Lucha!
Afasib organizó un acto con motivo del Día Mundial de Prevención del Suicidio en Mallorca que contó con gran participación de público y profesionales
Tiempo de lectura: < 1minutoMarilú Ancona: «Los Mitos del Suicidio»
La psicóloga mexicana Marilú Ancona en su participación en el programa «Voces en movimiento» de Radio Yucatán tuvo la oportunidad de hablar sobre el controvertido tema de los mitos relacionados con el Suicidio.
Según Ancona los mitos son ideas muy arraigadas en la sociedad y difíciles de cambiar. La prevención del suicidio pasa por darlos a conocer para cambiar la forma en la que nos aproximamos al dramático fenómeno del suicidio.
Puedes obtener más información en el vídeo adjunto. El suicidio es un problema global y para prevenirlo se requiere la participación de todos y todas.
Marilú Ancona Rosas
Licenciada en psicología clínica. Terapeuta cognitivo conductual. Máster en psicología clínica aplicada. Especialista en manejo de duelo. Fundadora del grupo de ayuda mutua «Renacer Mérida» (México), para padres que afrontan la muerte de un hijo. Miembro del grupo interinstitucional para la prevención del suicidio en Mérida. Docente en talleres para prevención de suicidios. En proceso de formación del grupo «Ancla de la Esperanza» para sobrevivientes de suicidio.
Nada hay más doloroso emocionalmente que la pérdida de una persona a la que se ama. Vivimos en una sociedad que potencia la idea romántica del «amor eterno». Esta falacia está detrás de muchas rupturas que no aguantan la tensión provocada por la idealización. Pinta la vida como un viaje que hacemos acompañados en todo momento de la gente a la que amamos tanto dentro de la pareja como en la vida familiar y social.
¡Mentira! El resto de personas entra y sale de nuestras vidas de forma más o menos abrupta y desaparecen del mismo modo. Cuanto antes aceptemos este hecho, antes estaremos preparados para transitar por el sendero de la felicidad. Quizás pienses que el mundo es un teatro y que el resto de figurantes sólo está ahí para darle sentido a tu vida, pero esto no es cierto. Nadie nació para hacerte feliz. Sólo tú
Con ella descubrí que hay amores eternos que duran lo que dura un corto invierno…
Joaquín Sabina
La pérdida es consustancial a nuestra existencia y aprender a afrontarla quizás sea unos de los aprendizajes más útiles. Un camino de madurez que no se puede hacer sin ciertas dosis de sufrimiento que nos llevará a entender el trayecto como un viaje que hacemos con la única compañía de nosotros mismos. Cuando afrontamos pérdidas muchas veces nos resistimos a dejar ir a la otra persona. Confundimos nuestros deseos con lo que debería ocurrir y pensamos que la realidad es injusta cuando muy probablemente la realidad sea sólo lo que es. «Dejar ir» es una tarea complicada, pero obligada si deseamos recuperar nuestro equilibrio y respetar el curso natural de las cosas adaptándonos a los cambios que esto supone.
Haz un pequeño paréntesis en lo que estés haciendo y párate a pensar en cuantas cosas y personas estuvieron en tu vida y se marcharon para no volver. Por muy joven o mayor que seas las encontrarás. Quizás un día pensaste que serían para siempre. No lo fueron y eso no hace menos bonito lo que viviste. Puede que el ejercicio te provoque añoranza, pero puede también que te vuelva a hacer feliz. Nada ni nadie puede robarte tus experiencias, mientras que seas capaz de recordarlas. Intenta recuperarlas y vuelve a sentir lo de entonces. Los recuerdos son un tesoro que guardas en una caja y que puedes sacar cada vez que desees para disfrutarlos si eres capaz de entender que luego tendrás que devolverlos a su lugar. Ya no están. Acéptalo.
¿En qué has pensado? ¿Las amistades de tu niñez? ¿Tu primera pareja a la que juraste amor eterno? ¿Tu madre o tu padre que fallecieron? ¿Tu hijo o hija, tu hermano o hermana…? O quizás ¿La casa en la que pasaste tu niñez, tu primera moto, tu coche? Nada estará ahí para siempre. Saca el recuerdo de tu caja, permítete volver a disfrutar con su recuerdo y devuélvelo, no te pertenecen. Sólo tus emociones son tuyas.
Inevitablemente mientras escribo, mis recuerdos también me transportaron a mi pasado. Seguro que desvaídos por mis deseos y por el tiempo, me llevaron a la casa familiar de siempre, a una tarde de invierno soleada, al olor de tetina de goma y leche caliente (alrededor alguien corretea) y, como no, a la figura de mi madre. Casi puedo escucharla reír. Imagino que la existencia de la felicidad es incierta, pero en caso de que exista a mí me lleva a el estado de plenitud y seguridad de cuando ella estaba. Ya no queda nada de mis padres, la casa se vendió y ahora viven otras personas que la llenan con sus cosas. Mientras acabo esta línea sé que los tendré que devolver a la caja, no me pertenecen. Lo que sentí mientra los pensaba, eso, eso me lo quedo.
«…cuando te encariñas de una cosa, no con algo que no te pueden quitar sino con algo como una jarra para el agua o una copa de cristal. deberías tener en mente lo que es, para no sentirte afectado cuando se rompa. Lo mismo debe ocurrir con las personas; si besas a tu hijo, o a un hermano o a un amigo… debes recordar que amas a un mortal y que nada que ames es de tu propiedad; se te entrega durante ese momento, no para siempre ni indisolublemente, sino como un higo o un racimo de uvas en la estación adecuada del año, y si lo ansías durante el invierno, eres un loco. Asi que, si sientes añoranzas por tu hijo o por un amigo, cunado no te es dado tenerlo, debes saber que añoras un higo en invierno».
EPICTETO (Hierápolis, 55-Nicópolis, 135)
No soy superviviente y aunque conozco a gente con la que compartí experiencias que fallecieron por suicidio sólo puedo imaginar por empatía como se siente alguien que pierde a un ser querido y ve su vida destrozada por el terrible mazazo de perder a alguien de esta forma. Pero si tú has pasado por ese mal trago te invito a que este rato lo pasemos juntos. Sin límites. Tu y yo. Sin máscaras ni caretas. No como terapeuta y superviviente, sólo como personas. Te acompañaré a la caja de tus recuerdos. Te ayudaré a sacar los más felices y podrás revivirlos. Una persona es mucho más que la causa de su muerte. Cuando seas capaz de recordarlo sin añorarlo, cuando seas consciente que luego tendrás que volver a dejarlos, cuando tengas claro que no te pertenecen que no nacieron para hacerte feliz a ti, yo estaré ahí, silencioso. Sé que lo conseguirás. Ya hice el viaje otras veces y me fío plenamente en que tendrás éxito en tu tarea. Luego, yo también me iré. Estaremos juntos sólo en ese momento, pero no para siempre. No nos pertenecemos. Con el paso del tiempo a veces tu presencia se volverá más nítida y recordaré lo que vivimos juntos. Ambos nos dejaremos marchar y recordaremos con alegría el haber pasado este instante juntos.
Este texto está dedicado a todas las personas que perdieron a alguien por suicidio. No estáis solos. Siempre habrá alguien dispuesto a acompañarte un trozo del camino. Búscalos, la vida es como una colcha echa con retazos que tú tejes. Sólo de ti depende el resultado, déjame estar también ahí para verlo.
Este texto también está dedicado a todas las personas que amaron y perdieron lo que amaron, en especial a ella, que leerá este texto de las primeras. Que el miedo a perder lo amado no te prive de amar. Cuando ya no quede nada siempre quedarás tú dispuesta a seguir levantándote después de cada caída, cada vez más fuerte. La mejor versión de ti misma. Siempre.
Nuestra cultura fomenta ciertas ideas irracionales que contribuyen a aumentar nuestra ansiedad de forma considerable e innecesaria y que pueden provocar importantes desajustes psicológicos e incluso ideas suicidas. Una de ellas, muy común, nos hace creer equivocadamente que para que nos quieran tenemos que ser perfectos. Y eso nos embarca en una carrera sin fin para conseguirlo.
En consecuencia, cuando alguien nos critica señala nuestra imperfección. Entonces reaccionamos de manera evasiva o incluso agresiva para evitar el malestar que nos provoca el no ser perfectos en todo momento. Sin embargo, la crítica es una fuente de aprendizaje único que nos permite observar aspectos a mejorar de nuestra conducta y que pueden ayudarnos a crecer como personas.
Los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham, en la «Ventana de Johari» describían cuatro zonas diferentes del conocimiento sobre cómo es una persona. Se basaron en lo que uno sabe de sí mismo y lo que perciben los demás. De esa forma conceptuaron cuatro espacios, lo que sé de mí mismo y conocen los demás (Área Libre), lo que conozco y oculto (Área Oculta), lo que ven los demás y yo desconozco (Área Ciega) y lo que todos desconocemos (Área Desconocida). Ambos autores relacionaron la salud mental y la armonía con el predominio del Área Libre. La crítica constructiva puede ayudarte a aumentar este espacio y sólo tendrás que aprender a aceptarla. Cuando alguien te critique escucha atentamente por si puedes aprender algo de la crítica.
Quizás en este punto se te haya venido a la memoria alguna situación donde la crítica no fue constructiva y eso te refuerza en la idea equivocada que la crítica es mala por naturaleza. Eso es sólo cierto en parte. La crítica no deja de ser una opinión más o menos fundada de otra persona sobre nosotros. Tanto si nos parece adecuada o inadecuada no debemos permitir que nos dañe la autoestima.
En el Capítulo 5 de la primera temporada de la serie catalana «Merlí», un profesor de filosofía con una visión muy particular de la ética, explica a uno de sus alumnos el concepto de «justicia». Tomando un billete de 50 euros le pregunta su valor. Posteriormente va repitiendo la pregunta mientras que arruga, golpea y estropea el billete. El alumno reconoce que el billete no ha perdido su valor original y el profesor utiliza este hecho para recordarle que su valor tampoco cambia pese a que alguien pueda estar siendo injusto con él. Cuando te critican sigues siendo la misma persona y tu valor no cambia.
«Por mucho que te pisen o te machaquen vales lo mismo, mucho»
Serie «Merlí» (Veranda TV)
Por otro lado, la asertividad te ayudará a afrontar la crítica sea cual sea su naturaleza. Cuando es positiva y puedes aprender de ella, escúchala atentamente, hazte consciente de lo que sientes y no te dejes llevar por ello, reconoce tu parte de responsabilidad e intenta mejorar. Cuando no estés de acuerdo, respeta la opinión de la otra persona, pero haz valer también la tuya propia. Recuerda que el comportamiento humano siempre tiene una intención positiva. Puede que muchas personas actúen sólo buscando su propio beneficio pero es eso lo que buscan y no el daño del otro. Por ejemplo hay personas que critican a los demás como forma de mejorar su autoestima, pero eso es sólo problema suyo.
Por eso, reivindicamos la crítica como una oportunidad y la aceptación de nuestra imperfección como una de las características que nos definen como seres humanos. Cuando lo creas oportuno aprende de las críticas que te hacen y en caso contrario, como dijo Epicteto, siempre tendrás oportunidad de reírte de ello.
Psicólogo General Sanitario. Máster en Intervención Psicológica en Contextos de Riesgo, autor de «¿Todo por la Patria?», socio fundador de la Sociedad Española de Suicidiología. Experto Universitario de Estadística Aplicada a las Ciencias de la Salud (UNED).
Cartel de la mesa redonda «Yo también soy vulnerable» AFASIB
El próximo 10 de septiembre a la 18:00 de la tarde en la sede de Caixaforum de Palma de Mallorca situada en la Plaza Weiler, 3, AFASIB organiza la mesa redonda «Yo también soy vulnerable», con motivo del Día Internacional de Prevención del Suicidio.
Afasib, Familiars i Amics Supervivents per suïcidi de les Illes Balears, es una asociación de supervivientes que da apoyo a personas que han perdido a personas significativas por suicidio y que desarrolla su actividad en las Islas Baleares.
En la actividad en la que colabora la Obra Social de La Caixa, participarán profesionales de diversas instituciones que tendrán la oportunidad de exponer su implicación en la prevención de este problema de salud pública que es el primer motivo de mortalidad externa en España (3.679 muertes en 2017).
La presentación de la actividad correrá a cargo de la presidenta de AFASIB, María Francisca Morell García y contará con la participación de Alicia González (Teléfono de la Esperanza), Antonia Ramis del Colegio de Psicología de las Islas Baleares (COPIB), Javier Jiménez (RED-Aipis), Ángela Durá (Asociació de Periodistes de les Illes Balears), Jennifer Prata del colectivo de voluntarios Ángeles de Azul y Verde dedicado a la prevención del suicidio en cuerpos policiales, Nicole Haber (Observatorio del Suicidio IB Salut) y Daniel López colaborador de papageno.es.
A lo largo de la actividad el problema del suicidio cobrará visibilidad y se podrán compartir las experiencia de todas las instituciones y profesionales participantes. También habrá oportunidad de establecer un debate y visionar el trabajo de docuficción «Suicidio» de Palma de Mallorca Press Producciones.
Llorar constituye una habilidad humana universal, pero llorar cuando estamos triste implica un proceso natural que tiene elementos diferenciadores de cuando lloramos por ejemplo cuando algo nos ha resultado muy gracioso o estamos emocionados por otros motivos diferentes a la pena.
El doctor Frey, indicó que la composición de las lágrimas que se nos caen cuando estamos tristes es diferente. Contienen una serie de hormonas, entre otras la prolactina, que tienen una función de preparar al organismo frente a una amenaza. Hormonas que nuestro organismo arroja al torrente sanguíneo para prepararnos ante dicha amenaza, con la finalidad de afrontarla o bien huir de una situación a la que no podemos hacer frente. Básicamente me refiero a la respuesta de estrés.
Hoy sabemos, que dichas hormonas mantenidas en el organismo durante mucho tiempo, tienen la capacidad de producir daños fisiológicos y mentales.
Llorar, en este contexto, nos libera del exceso de tensión, reduce la presión sanguínea, facilita la distensión muscular, tiene un efecto sedante y antidepresivo, y a todo ello se le suma el hecho de poder eliminar dichas hormonas del estrés.
El llanto pues, cuenta con diferentes e importantes funciones. A las ya citadas a nivel fisiológico se le suman los beneficios a nivel social a través de la comunicación, puesto que llorar es una forma no verbal de pedir ayuda física y emocional en momentos de estrés o sufrimiento e implica poder responder al dolor ajeno mostrando empatía.
Finalmente supone poner en marcha otra funcionalidad excepcional, y es que a través de las lágrimas que expulsamos cuando estamos tristes, podemos elaborar nuestro duelo, dotando de significado a nuestra pérdida.
Se sabe, que los recuerdos producidos en un determinado estado emocional propician la evocación de más recuerdos consonantes con dicho estado emocional. Así, cuando estamos tristes, resulta más fácil evocar más recuerdos que incrementan dicha tristeza o al menos, la mantienen.
De esta manera, al recordar nuestra pérdida facilitamos la actividad en el sistema límbico y más en concreto entre otras estructuras a la amígdala que a su vez activa el hipocampo, que en conjunto vienen a determinar que nuestros recuerdos relativos a la pérdida sean consignados en el lugar adecuado de nuestro cerebro y no se conviertan en el obstáculo que paraliza y destruye a muchas personas en la elaboración de su duelo.
Francisco Rodríguez Laguna
Psicólogo. con formación avanzada en duelo (Modelo Integrativo-Relacional), Máster en Psicopatología y Salud, Experto en trastornos Infanto-Juveniles y en Intervención profesional desde la Perspectiva de Género es socio fundador de la Sociedad española de Suicidiología.
Pocas cosas hay tan ciertas en la vida, como que todos moriremos. Sin embargo, vivimos a espaldas de esta realidad y en muchas ocasiones carecemos de habilidades para afrontar la muerte de nuestros seres queridos o para prepararnos para la nuestra.
La vida es una aventura que se recorre en soledad y en la que gozamos de la compañía momentánea de otras personas con la que tenemos la suerte de cruzarnos. «Dejar ir» es quizás una de las habilidades más útiles que podemos aprender y para la que menos se nos prepara. Nuestra sociedad está gobernada por el hedonismo y los placeres efímeros y fáciles de conseguir y mantiene ocultos los verdaderos placeres de la vida que requieren de una constancia para conseguirlos.
Saber vivir implica necesariamente saber morir cuando llega nuestro fin. No todo los procesos de duelo por muerte son iguales. La gravedad del duelo puede depender de muchas variables y en algunos casos puede ser la última oportunidad de aprendizaje que tengamos.
“Hablando con amigos y colegas, compruebo que muchos pueden describir su participación en una muerte especial, como aquella en la que el moribundo parece poder controlar y orquestar el proceso y morir con tal dignidad y calma que todos los que le rodean, entre ellos el médico, se sienten privilegiados, por la vivencia de esa situación y, en cierta forma extraña, enriquecidos por ella” (Heath I, 2008), en Fisterra.com.
El duelo como proceso individual y normal
El duelo tanto cuando nos preparamos para nuestra propia muerte como cuando está provocado por la muerte de personas cercanas es un proceso único e individual. Aunque no existe acuerdo en cuáles son las fases por las que pasa una persona en duelo, parece que existe un consenso en determinar que su evolución tiene diferentes etapas. Sea como sea este proceso es un proceso normal y sano que nos ayuda a readaptar la situación tras una pérdida.
Cuando el duelo no se desarrolla de forma adecuada, pueden existir complicaciones. Por ello, es importante prevenir y actuar de forma precoz evitando patologizar un proceso que es de naturaleza adaptativa.
El duelo por ruptura emocional
Aunque con características diferentes, el duelo también puede aparecer en ausencia de muerte. Las rupturas emocionales ligadas a la pérdida de pareja por separación puede también provocar un estado emocional alterado caracterizado por una soledad extrema. Este estado se caracteriza por el dolor, la desesperación, la rabia y la decepción. A esto se puede unir la sensación tormentosa al tener la falsa esperanza de la vuelta de la pareja, y en consecuencia, el círculo vicioso de emociones dolorosas.
El duelo por suicidio
El suicidio supone la ruptura abrupta de la vida de una persona y de las personas cercanas. Se estima que cada muerte por suicidio deja 6 supervivientes o personas que verán afectadas sus vidas. Por las características de la muerte por suicidio, su duelo es por naturaleza más doloroso y complicado. El estigma y el tabú añade al dolor de la pérdida, la culpa, la vergüenza y el aislamiento.
Cuando se vive una pérdida de suicidio el apoyo social se convierte en el elemento esencial para la recuperación. El aislamiento anteriormente mencionado y el rechazo social hacia este problema de salud pública convierte a los Grupos de Autoayuda para Supervivientes en instrumentos para poder expresarse en un ambiente libre de prejuicios donde elaborar la pérdida e integrarla. Un proceso de reinvención donde indefectiblemente se ha perdido algo importante.
En este proceso la expresión del llanto, el enfado, la culpa, la vergüenza es uno de sus pilares. Las emociones no son ni positivas ni negativas, todas cumplen una función adaptativa. Sin embargo, cuando no se expresan, las emociones pueden provocar importantes consecuencias psicológicas y físicas. En consecuencia, ante la pérdida de alguna persona importante en tu vida, crea y buscas espacios seguros para mostrar tu dolor. Recuerda, que a pocos metros de ti siempre habrá alguien dispuesto a escucharte y que tú puedes encontrarlos para acompañarte en esta parte del viaje.
Tiempo de lectura: 3minutosLa felicidad no es el Producto Interior Bruto de un país
A pesar de las dificultades metodológicas que entrañan ambos conceptos, cabría pensar que aquellos países considerados «más felices» son aquellos que mantienen menores tasas de muertes por suicidio. Pero la complejidad hace que en muchos casos esto no sólo no es así, sino que guarda una relación inversa.
En 2016, países como Dinamarca, Suiza, Islandia, Noruega, Finlandia y Canadá estuvieron entre los considerados «más felices» en un informe realizado en 156 países por la Organización de las Naciones Unidad (ONU) con los datos de la encuesta Encuesta Mundial de Gallup. En una escala del 0 al 10 los entrevistados valoraban la calidad de su vida (la peor o la mejor vida posible). En su elaboración también se utilizaron variables de carácter objetivo (PIB, esperanza de vida, generosidad, apoyo social, libertad y corrupción). Sin embargo, ese grupo de seis países se encuentra también entre los que sufren mayor incidencia de muertes por suicidio.
Durante muchos años los gobiernos de las naciones (en el mejor de los casos) han supuesto que el bienestar de sus ciudadanos depende de forma directa de la cantidad de bienes y servicios que poseen. Se basan en la premisa de que la producción continua determina dicho bienestar. Esto ha provocado la utilización del Producto Interior Bruto (PIB) como principal indicador de desarrollo. Sin embargo, muchos de los problemas a los que se enfrenta nuestro mundo tienen que ver con esta forma de entender el progreso. La insostenibilidad del sistema nos lleva cada vez más a una situación más distópica e indeseable. El calentamiento global, el agotamiento de los recursos, los populismos y toda suerte de extremismos, son fruto de la loca carrera sin fin a la que nos aboca nuestra economía. Las estrategias competitivas hacen que el reparto de los recursos sea cada vez más desigual y eso repercute negativamente.
Actualmente ha aparecido un interés en integrar otras variables más subjetivas como nuevos indicadores relacionados de una forma indirecta o directa con la felicidad. Esto llevó a que algunos países, como el de Bután, en la década de los 70 del anterior siglo y tras la llegada al poder del rey Jigme Singye Wangchuck, utilizara la felicidad para evaluar la calidad de vida y el progreso social, acuñando el término de Felicidad Nacional Bruta (FNB). El termino felicidad, sin embargo, parece muy complejo y subjetivo y debe ser usado con una mayor precisión para entenderlo. A pesar de lo anterior, ciertamente parece una avance respecto al que valora el bienestar exclusivamente con la producción y la posesión de bienes.
Llegados a este punto, también podemos preguntarnos si conceptos tales como la desigualdad constituyen variables que podrían explicar mejor estas diferencias de tasas. Los determinantes sociales en salud y el cómo se reparten los recursos y la «felicidad» entre los distintos miembros de una sociedad, podría tener valor explicativo. La conducta suicida es compleja y multicausal y la investigación tiene el reto de crear modelos explicativos que contemplen todas las variables implicadas y la interrelación entre éstas.
De todas formas, el tema requiere de investigaciones que determinen los factores de protección y de riesgo de carácter social de la conducta suicida. En consecuencia aumentaría la comprensión del suicidio como fenómeno global y desde una perspectiva social y no sólo como fenómeno individual.
Psicólogo General Sanitario. Máster en Intervención Psicológica en Contextos de Riesgo. Autor de «¿Todo por la Patria?». Socio fundador de la Sociedad Española de Suicidiología. Experto Universitario de Estadística Aplicada a las Ciencias de la Salud (UNED)
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