Archivo el noviembre 30, 2020

Creación y resiliencia: La transformación del sufrimiento

Tiempo de lectura: 8 minutos

Escrito por: Carolina Ratia Ceña – Psicóloga

El Grito de Edvard Munch

El Grito de Edvard Munch (1893) es una de las obras pictóricas más impactantes y a la vez reconocibles de la historia del arte. Este cuadro probablemente sea una de las obras que mejor haya expresado la profunda desesperación y angustia vital de un ser humano.

Es una obra paradójica en su expresión dado que un cuadro es silencioso y Munch pinta un cuadro que emite un sonido. El sonido no sale de la figura como se ha creído hasta ahora, el sonido emana del paisaje de la figura. Todo grita a su alrededor pero la figura no tiene voz. Se inspiró en una experiencia real que relató en su diario en 1892. “Estaba paseando por un camino con dos amigos, se puso el sol y sentí como un halo de melancolía, de repente el cielo se pintó de un rojo sangriento, me detuve, me apoyé contra una barandilla agotado y me fije en las llameantes nubes que goteaban sangre sobre el fiordo azul oscuro y la ciudad, mis amigos siguieron caminando, yo permanecía allí temblando de miedo y sentí un potente grito, interminable que desgarraba la naturaleza”.

Para pintar y recrear esta sensación Munch se sitúo en el mismo lugar en el que la experimentó, el paisaje que surge detrás de la figura no es imaginado, es un paisaje real de Oslo conocido por entonces como Kristiania, donde se sintió desbordado por esa terrible sensación. Una historiadora de arte ha identificado el paisaje que inspiró al pintor expresionista, según esta historiadora, se trata de Kristiania, vista desde la altura del Ekeberg. Es un lugar famoso de Oslo, un mirador desde el que tradicionalmente numerosos artistas retratan la ciudad. Para Munch este lugar vibraba con recuerdos dolorosos, fue el escenario de numerosos suicidios y en 1893 su mejor amigo el actor Kalle Løchenen se suicidó en el bosque cercano. En ese lugar también se encontraba el sanatorio para mujeres donde estaba internada su hermana menor, Laura, que sufría esquizofrenia, desde ese lugar podían oírse los gritos de esas mujeres. Por si fuera poco también en las inmediaciones existían varios mataderos por lo que los gritos de los animales mezclados con los gritos de las enfermas del psiquiátrico pudieron haber creado esa atmósfera opresiva generando en él una gran angustia.

La vida de Munch estuvo siempre marcada por la tragedia. En su infancia falleció su hermana preferida, Sophie, este hecho inspiró el cuadro de la “La niña enferma”. Unos años antes fallecía su madre cuando él tenía cinco años, también a causa de la tuberculosis. Uno de sus hermanos murió al poco tiempo de casarse de neumonía. En cuanto a la relación con su padre fue muy severa y carente de afecto. Su padre era hijo de un sacerdote, fue una persona autoritaria y religiosa en extremo. De él llegó a escribir:

«Mi padre tenía un carácter sumamente nervioso, además estaba tan obsesionado con la religión, era psiconeurótico. De él heredé la semilla de la maldad. El miedo, la pena y la muerte estuvieron a mi lado desde el día que nací.»

Munch sufrió frecuentes depresiones y tuvo graves problemas de alcoholismo durante su vida. Con el grito el artista había pintado su propia experiencia transmitiendo el sufrimiento como nunca antes se había hecho. Ese es el secreto de su éxito, ser capaz de sobrecoger al espectador.

Como gran conocedor del alma humana así es como el mismo llegó a definirse: “Igual que Leonardo Da Vinci estudió la anatomía humana y disecó cuerpos, yo intento disecar almas.»

En el libro “el friso de la vida” podemos encontrar una extensa recopilación de sus mejores textos, aquí encontramos su propia definición de lo que el arte supuso para él:

“No creo en el arte que no se haya impuesto por la necesidad de una persona de abrir su corazón. Todo arte – la literatura como la música

– Ha de ser engendrado con los sentimientos más profundos, el arte son los sentimientos más profundos” E. Munch.

 

Frida Kahlo

Otra pintora que ha dejado una importante huella en la historia del arte por su fascinante y potente obra ha sido la mexicana Frida Kahlo, al igual que Munch su vida desde pequeña estuvo marcada por la tragedia, a los 6 años contrajo una poliomielitis que le dejó importantes secuelas físicas. A los 18 años sufrió un grave accidente en el que se rompió la columna y la pelvis, debido a las numerosas intervenciones se vi obligada a pasar largas temporadas en postrada en la cama. Fue en ese momento cuando aprendió a pintar de este modo la pintura fue su tabla de salvación en los momentos más amargos de su vida. Fue a través de la pintura como Frida plasmó los momentos más dramáticos de su existencia. La pintora no sólo padeció dolor físico debido a su accidente y su precario estado de salud, en su obra queda reflejado el intenso dolor tras su aborto y ver truncado su deseo de ser madre, hecho que la sumió en una profunda depresión. Casi al mismo tiempo le tocó vivir las constantes infidelidades de su marido el también pintor Diego Rivera lo que hizo que la relación entre ambos fuera excesivamente tormentosa.

 

 

Obra pintada por la artista tras su accidente (Frida Kahlo)

 

Resiliencia

Pero volviendo al título de este artículo creo que es importante pasar a definir el concepto de “resiliencia” así como aportar algunos argumentos sobre como la expresión artística puede ayudarnos a ser más resilientes.

En cuanto al origen etimológico de la palabra “resiliencia” procede del latín, del verbo, resilio, resilire que significa saltar hacia atrás, rebotar, es decir, volver a la normalidad. En cuanto a su definición según el diccionario de lengua española (RAE) encontramos: “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. “Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido”.

La palabra resiliency nació en la física (soltura de reacción, elasticidad) y designaba la capacidad de un cuerpo para resistir un choque. Pero atribuía demasiada importancia a la sustancia. De este modo el psiquiatra infantil Michael Rutter y el neurólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik, inspirados en el concepto físico, introdujeron el término en psicología para definir la capacidad para superar situaciones dolorosas y traumas saliendo fortalecido de ellos.

 

Para Boris Cyrulnik “La resiliencia es el arte de navegar en los torrentes, el arte de metamorfosear el dolor para darle sentido; la capacidad de ser feliz incluso cuando tienes heridas en el alma”. “La resiliencia es más que resistir, es también aprender a vivir”.

 

Y aquí sería interesante añadir que la propia infancia de Boris Cyrulnik fue especialmente traumática, sus padres fueron deportados y enviados a un campo de concentración donde finalmente sus padres terminaron siendo asesinados por los nazis, por lo que pasó una parte de su infancia escondido y huyendo. Al finalizar la guerra y confirmarse la muerte de sus padres una tía se hace cargo de él iniciando una nueva vida. Después de finalizar sus estudios de medicina es cuando decide realizar sus estudios en psicoanálisis y neuropsiquiatría. Su propia experiencia y su formación le llevaron a dedicar gran parte de estos estudios a tratar los traumas vividos por los niños, estudió la capacidad de recuperación de los sobrevivientes de los campos de concentración y de niños criados en orfanatos.

Según sostiene Boris Cyrulnik la expresión artística nos puede ayudar a ser más resilientes: “Todas las manifestaciones artísticas están hechas para superar la tragedia, las películas cuentan tragedias, cuenta historias emotivas de gente que consigue superar la tragedia, y de ahí podemos aprender y para los dañados es también una forma de pedirle al artista que sea su portavoz, el arte por tanto juega un papel importante en el proceso de resiliencia”.

Así es como la escritura y cualquier forma de creación podrá actuar como un bálsamo reparador. Boris Cyrulnik sostiene cómo la escritura y el poder de las palabras pueden transformar el sufrimiento. Si al escribir nos cuestionamos cómo ha sucedido lo que nos causa sufrimiento y nos preguntamos quién nos ha ayudado entonces la memoria se reorganiza y se produce un efecto terapéutico. “Escribiendo he reparado mi alma desgarrada” Boris Cyrulnik.

De esta forma el cine, la ópera, la literatura, entre otras artes, se pueden volver un factor de resiliencia. Boris Cyrulnik sostiene que nos pueden ayudar a nombrar el trauma, construir lo que se rompió y transformarlo. En su conferencia sobre “resiliencia y arte: los relatos del trauma” cuenta que para que Francia pudiera iniciar un proceso colectivo de resiliencia después de la Segunda Guerra Mundial, fue necesario darle la palabra a los artistas. Pone el ejemplo del escritor francés Georges Perec, quien perdió a sus padres en la guerra y decidió ser escritor para devolverle la dignidad a sus padres contando la historia de sus vidas. Con la escritura de la biografía de sus padres, el novelista francés más importante de la mitad del s. XX, les dio una sepultura y su dignidad.

Otro ejemplo de los beneficios de la creación como catalizador de emociones y vehículo para reestructurar el dolor y ayuda para superar el trauma lo encontramos en la biografía del rapero Eminen, su infancia estuvo marcada por maltratos físicos, emocionales y psicológicos. Su padre lo abandonó cuando apenas tenía 6 meses. Además sufrió unos de los casos más extremos de bullying, con tan solo 9 años recibió una paliza en su instituto que lo dejó inconsciente y estuvo 10 días en coma. En ese momento empezó a desarrollar su lado creativo a través de sus dibujos. Fue su tío quien le enseñó una canción de rap y a partir de ahí empezó a interesarse por la música donde encontró la fuerza para superar la situación. La música fue su anclaje a la vida. En el año 2010 compuso la canción ‘Not afraid’ (Sin miedo) en la que cuenta cómo abusaban de él y con la que pretendía ayudar a las personas que también lo sufren. Este es el estribillo de la canción sin miedo:

 

No tengo miedo. Que todo el mundo, agarre mi mano Caminemos juntos a través de la tormenta Sea cual sea el clima, haga frío o calor Solo quiero que sepas que no estás solo Grita si sientes que has pasado por el mismo camino que yo”.

 

Después de este breve recorrido sobre la creación y resiliencia y sobre cómo ésta puede ayudarnos a transformar el sufrimiento y hacer más sostenible el dolor me despido con una propuesta: la próxima vez que te sientas desbordado o desbordada y que sientas que tu sufrimiento es insoportable es muy importante que no te aísles y sobre todo PIDE AYUDA para que una persona te acompañe a caminar a través de la tormenta y mientras sales del abismo prueba a escribir tu dolor, a dibujar tus lágrimas o poner una melodía a los momentos difíciles de tu vida. A nuestro alrededor tenemos numerosos ejemplos de personas que salieron adelante y superaron la adversidad con ayuda de la música, la pintura o la escritura. Existen historias igual poco conocidas como la del cantante Julio Iglesias, que en sus inicios fue jugador del real Madrid pero debido a un grave accidente pasó muchos meses en un hospital recuperándose de sus lesiones. Un día un enfermero llamado Eladio le regaló una guitarra para que pudiera ejercitar la movilidad de sus dedos, y no sólo fue recuperando la movilidad sino que ese regalo cambiaría su vida para siempre. En el hospital compuso su famosa canción “la vida sigue igual”, así fue como la música fue algo más que una terapia para Julio Iglesias.

 

“….siempre hay por qué vivir y por qué luchar…” Extraído de la canción “la vida sigue igual” Julio Iglesias

 

Bibliografía:

  • El friso de la vida. Nórdica Libros Historia de un grito. Jot Down
  • La maravilla del dolor (el sentido de la resiliencia). Boris Cyrulnik

Webgrafía:

 

Carolina Ratia Ceña

Licenciada en Psicología y habilitada para el ejercicio de la psicología general sanitaria. Especialista en Tratamiento psicológico de la obesidad y trastornos del comportamiento alimentario. Máster en Gerontología. Psicoterapeuta humanista con orientación gestáltica y tutora en la formación de Terapia Gestalt en el centro Syam en Cádiz. 

El tratamiento del suicidio de Rosario Porto en los medios de comunicación

Tiempo de lectura: 9 minutos

El 18 de noviembre de 2020, Rosario Porto se suicidó en la cárcel de Brieva (Ávila). Conocida por la opinión pública como la madre de Asunta, a la que ella y su marido Alfonso Basterra mataron en el año 2013, Porto fue protagonista durante todo el día en los medios de comunicación. Al ser una persona famosa, los periodistas contaron el suceso, aportando contexto e imágenes de archivo de un caso que conmocionó a una parte de España hace ya más de un lustro.

Solo una semana después de la muerte de Porto, este análisis busca conocer cómo ha sido el tratamiento de su suicidio en los medios de comunicación. Apoyado en mi trabajo como coordinador del proyecto Periodismo Responsable de papageno.es, en este análisis estudiaré la información publicada por dos agencias de noticias, nueve medios de comunicación, dos programas matinales emitidos en televisión y el papel de Radio Televisión Española, referencia como cadena pública. La mayoría fueron contactados por correo electrónico el mismo día del suicidio o al día siguiente para compartir con ellos un análisis sobre el tratamiento que habían realizado.

El suicidio de Porto es, además, la primera prueba importante para conocer el nivel de conocimiento que los periodistas tienen del Manual de Recomendaciones para el tratamiento del suicidio que el Ministerio de Sanidad publicó en julio de 2020. Al ser una persona famosa y conocida por la opinión pública, el suicidio fue protagonista a nivel nacional, una cualidad que otros casos no cumplían. Cuatro meses después de su publicación, ha pasado el tiempo suficiente para comprobar si los periodistas han leído el Manual y han cumplido con las diferentes pautas que este defiende.

Otro elemento a tener en cuenta es el rechazo de la sociedad a una persona como Rosario Porto, que antes de suicidarse estaba presa en la cárcel por cometer un grave delito. Por tanto, en este caso no existe la tradicional identificación o idolatría de la sociedad hacia una persona famosa que se quita la vida, como sí ocurrió en casos como los suicidios de Kurt Cobain o Robin Williams. Esto, a pesar de todo, podría limitar el posible efecto contagio, aunque la falta de actualización de los datos nos impide conocer las consecuencias en la actualidad. Aclarado todo ello en la introducción, es hora de iniciar el análisis del tratamiento del suicidio de Rosario Porto en los medios de comunicación.

El papel de las agencias de noticias

Fundamentales en el proceso informativo, las agencias de noticias proporcionan una importante cantidad de información a los medios de comunicación. Catalizadoras de todo lo que ocurre, son las grandes protagonistas de la información en el suicidio de Rosario Porto. Cuando entidades como Europa Press o la Agencia EFE anunciaron este suceso, un importante número de medios publicaron tal cual el teletipo remitido por las agencias, sin cambiar ni una sola coma. Y aquí, como detallaré más tarde en las conclusiones, existe un grave problema: si las agencias cometen errores cuando informan de un suicidio, es muy probable que los medios también lo hagan.

La Agencia EFE publicó un teletipo con el titular ‘Hallan ahorcada a la madre de Asunta, Rosario Porto, en la cárcel de Brieva’, donde explican con detalle el método (“colgada de un cinturón de tela atado a la ventana”) y describen, también con detalles, sus dos intentos previos. Cuentan que en 2018 “se enroscó un cordón alrededor del cuello estando en la ducha”, para después explicar que un año antes fue “ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica”. Además, la agencia publicó un vídeo en su cuenta oficial de Twitter donde se detallaba cómo Porto se había quitado la vida. 

En este caso, es necesario recordar que la Agencia EFE presentó el pasado mes de septiembre su propia guía para el tratamiento informativo del suicidio. Además de un acertado y amplio contexto, donde se desmienten mitos y se mencionan los factores de riesgo, la guía ofrece un decálogo de recomendaciones sobre cómo informar del suicidio. En el cuarto punto podemos leer lo siguiente:

Siempre que sea posible, hay que evitar describir de forma detallada el método empleado. Esa descripción puede generar un efecto de imitación en personas con ideas suicidas y además acentúa el sufrimiento de los allegados del fallecido. No se publicarán notas de personas que cometen suicidio ni imágenes que hagan referencia a los métodos empleados (acantilados, cuerdas, pastillas, etc.), tanto en noticias sobre casos concretos como en informaciones genéricas sobre el tema”.

Además, otra de las recomendaciones se basa en incluir un párrafo con recursos de ayuda, pero en la noticia del suicidio de Rosario Porto no fue así.

Por otro lado, Europa Press informó del suicidio de Porto con un teletipo donde no aparecía la palabra suicidio. Con el titular ‘Hallan ahorcada en la cárcel de Brieva a Rosario Porto, que cumplía condena por matar a su hija Asunta’, la pieza detalla por encima el método empleado (“Porto ha aparecido ahorcada en su celda, para lo que habría utilizado un cinturón”). En otra noticia posterior, titulada ‘Rosario Porto utilizó una tela para suicidarse en su celda y no tenía ‘preso sombra’ porque hacía vida normal en Brieva’, sí describen con detalle el método, además de los dos intentos previos.

El análisis en los medios de comunicación

Conocida la forma en la que informaron las agencias, toca analizar cómo lo hicieron varios medios de comunicación. Desde el proyecto Periodismo Responsable escribí nueve correos electrónicos a los medios, dirigiéndome sobre todo a los más leídos en España. Aunque es obvio que casi todos los medios españoles informaron de su suicidio, la falta de recursos y la falta de tiempo hizo que contactara con una mínima parte de medios, al decidir priorizar aquellas con una audiencia más elevada.

Entrando en el análisis, cinco medios (ABC, EL MUNDO, EL PAÍS, La Razón y La Vanguardia) tienen una característica en común: en todos consta un periodista del medio como autor o autora de la noticia. Y no es, por desgracia, lo único en lo que coinciden. Los cinco describen de forma detallada el método y sus intentos previos, pero ninguno de ellos incluye recursos de prevención en materia de suicidio. Otros medios como El Confidencial o 20 Minutos publican tal cual el teletipo de la Agencia EFE, por lo que cuenta con los mismos errores que la pieza de la agencia. 

Por su parte, La Voz de Galicia añade más información al tradicional teletipo, ya que incluye una recreación de la última tarde de la niña Asunta con vida y la reacción de Alfonso Basterra al enterarse de la muerte de su exmujer. Además, al día siguiente, destacaron el suicidio de Porto en la portada. Aunque otros también lo hicieron, este fue el que le dio más protagonismo, ya que describen con detalle el método utilizado por Rosario y acompañan la noticia con un par de imágenes. También hay que decir que han publicado varias piezas más en la semana siguiente a su muerte.

 

Portada de La Voz de Galicia del jueves 19 de noviembre de 2020.

El curioso caso de eldiario.es

Mientras buscaba y leía las noticias del suicidio de Rosario Porto en los principales medios de comunicación, hubo un caso que me llamó poderosamente la atención: el de eldiario.es. Aunque el titular de la pieza no era el mejor (‘Hallan ahorcada en la cárcel a Rosario Porto, condenada por el asesinato de su hija Asunta’), eldiario.es utilizó el teletipo de la Agencia EFE para dar la noticia, pero no lo publicó tal cual en su web. ¿Cómo lo publicó? Eliminando los detalles del suicidio consumado de Porto y, también, los de sus dos intentos previos. Aunque les escribí para saber qué había pasado, a día de hoy no he recibido ninguna respuesta.

Un pequeño recorrido por la televisión

El suicidio de Rosario Porto fue conocido por la mañana, en el mismo horario de dos programas conocidos como Espejo Público (Antena 3) y el Programa de Ana Rosa (Telecinco). Como es lógico, ambos informaron de este suceso en directo, por lo que poco a poco fueron conociendo más información. El programa dirigido por Susanna Griso dedicó un espacio al suceso, donde el periodista detalla los últimos momentos de Porto y el método empleado para suicidarse. Más allá de eso, cuentan que “otra presa entra a quemar el nudo de la soga para poder deshacerlo y descolgarla”.

 En la misma franja horaria, el programa presentado por Ana Rosa Quintana también dedicó un tiempo a hablar de este caso. En un vídeo preparado por la redacción del programa, describen el método y lo acompañan con un texto en la imagen. Además, detallan sus intentos previos en años anteriores.

Mención aparte merece el caso de Radio Televisión Española. La entidad pública es uno de los pocos medios españoles que dedica un capítulo de su Manual de Estilo al tratamiento del suicidio, pero es más importante señalar que ofrece varias pautas actualizadas conforme a, por ejemplo, los criterios de la Organización Mundial de la Salud en el lejano año 2000. A pesar de su brevedad, deja constancia de la especial sensibilidad del suicidio e incide en hacer una información responsable. Leamos.

La responsabilidad debe implicar, entre otros aspectos, considerar los sentimientos de los parientes, evitar la descripción detallada del método de suicidio adoptado y tener en cuenta la sensibilidad del público receptor. Aunque pueda resultar relevante indicar cómo murió una persona, proporcionar demasiados detalles podría estimular a otras personas a probar esos métodos. Descripciones explícitas también pueden acentuar el desamparo de los familiares y allegados del difunto, particularmente el de los niños”.

Conocidas las pautas, viajemos al caso que nos ocupa: el suicidio de Rosario Porto. Como el resto de medios, la cadena pública informó de este hecho el miércoles por la mañana. Pasadas las 10:30, el canal 24 Horas de RTVE informó de que Rosario había sido encontrada “ahorcada”, para poco después describir con detalle cómo lo hizo. El presentador explicó que los funcionarios habían encontrado el cuerpo en la celda “colgado de un cinturón de tela atado a una ventana”. Veámoslo en el vídeo.

Mientras, en su página web, publicaron una noticia elaborada a partir de un teletipo de la Agencia EFE, lo que anticipa que contará con los mismos errores que la pieza de esta agencia. Bajo el titular ‘Encuentran ahorcada a la madre de Asunta, Rosario Porto, en la cárcel abulense de Brieva’, la pieza introduce en el subtítulo el método y detalla los dos intentos previos de Porto. El vídeo propio que acompaña a la noticia, que también fue utilizado en el Telediario, solo menciona el método (ahorcamiento), pero no entra en más detalles, algo positivo pero insuficiente.

Conclusiones

El caso de Rosario Porto es el primer suicidio de una persona famosa después de la publicación de dos importantes guías de buenas prácticas. La primera, el Manual del Ministerio de Sanidad, publicado en julio de 2020 a partir de la positiva sinergia de diversas organizaciones y en teoría dirigido a todos los medios. La segunda, la guía propia de la Agencia EFE, publicada en septiembre de este mismo año e importante por el recorrido de sus teletipos y la presencia de la agencia a nivel nacional.

Sin embargo, este análisis ha demostrado que los periodistas continúan sin conocer cómo debe informarse del suicidio en los medios de comunicación. No recibieron la formación adecuada en su paso por la universidad, no comprenden qué es el efecto contagio y tampoco conocen los diversos manuales que circulan por la red. Solo el curioso caso de eldiario.es se sale de la norma al no detallar el método, mientras del resto se extrae la triste idea de que la difusión de los manuales ha sido escasa. Ni la Agencia EFE ni RTVE siguen las pautas que defienden, por lo que parece necesaria una reflexión dentro de ambas redacciones. Sobre todo dentro de la cadena pública, ya que sus pautas gozan de cierta antigüedad y ya fueran incumplidas en el mes de abril de 2019 en el suicidio del expresidente de Perú, Alan García.

Por otro lado, el Manual de Recomendaciones del Ministerio de Sanidad merece un análisis más completo y contextualizado. Publicado el pasado mes de julio a partir de la positiva sinergia de varias organizaciones, no ha llegado como se esperaba a los periodistas. Si pensamos en las dos pautas más fáciles de recordar del Manual, es decir, la no alusión al método y la inclusión de los recursos de ayuda, la inmensa mayoría de los medios incumple la primera y no incluye la segunda. Desde primeros de octubre, he podido comprobar esta idea con el proyecto Periodismo Responsable de Papageno. En más de 50 contactos con los medios, casi la totalidad de ellos han demostrado la evidente falta de formación y conocimiento sobre este tema: detallan el método y no aportan ningún recurso enfocado a la prevención.

El Manual del Ministerio de Sanidad no ha salido del Ministerio de Sanidad desde el mes de julio. El suicidio de Porto ha evidenciado de nuevo y de una forma clara que los periodistas continúan sin saber qué se puede contar y qué no en una pieza de un suicidio. Como defendí en un análisis que escribí del Manual, su publicación llegó en pleno verano, con la conocida pandemia de por medio y sin una rueda de prensa del ministro Illa con los principales agentes que han trabajado en la guía. No basta con publicar el Manual y dejarlo ahí, hace falta ir mucho más allá. Aunque existían varias circunstancias en contra, no se ha trabajado lo suficiente para dar a conocer como se merece un Manual que, a pesar de sus carencias, debe ser una referencia periodística en esta materia.

Pero, con todo, sería un error pensar que en 2020 pasará lo mismo que en el año 2000 con las pautas de la Organización Mundial de la Salud. En la actualidad, existe un mayor conocimiento sobre las pautas a seguir y más recursos de prevención, así como un mayor consenso entre los expertos o una mayor actividad en el apartado de la prevención, ya sea a nivel social o en los propios medios de comunicación. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer para que los periodistas informen con rigor, respeto y responsabilidad (la prestigiosa regla de las 3R del periodista Gabriel González Ortiz) del suicidio, un tema del que siempre será difícil hablar.

Para conseguirlo, es fundamental que el Manual del Ministerio de Sanidad salga del confinamiento y llegue a las redacciones. En cuarentena aún sin dar positivo, es una pieza vital en el proceso de cambio, al que también deben sumarse las asociaciones de periodistas y cualquier entidad que trabaje en la prevención del suicidio. Aguardo con temor el siguiente suicidio de interés público. Si en unas semanas o en varios meses se suicida una persona famosa y el tratamiento es similar al del suicidio de Rosario Porto, habremos perdido otra oportunidad. Porque si vuelvo a escribir esto o algo parecido a esto, nada habrá cambiado. Espero, sinceramente, equivocarme.

Si necesitas información o tienes alguna duda o pregunta sobre el tratamiento del suicidio en los medios de comunicación, puedes escribirnos al correo electrónico del proyecto Periodismo Responsable de Papageno:

periodismoresponsable@papageno.es

Calcula el precio de tus 20 segundos de fama

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Foto de Engin Akyurt en Pexels

El reconocimiento como necesidad humana

La teoría de las necesidades de Maslow señala la necesidad de reconocimiento como una necesidad intrínsecamente humana. Por una parte este reconocimiento implica la búsqueda del respeto de los demás, el estatus y la reputación, la fama y la gloria. Por otro lado, del respeto de uno mismo (a veces tan olvidado).

No parece que Maslow estuviera muy desacertado si observamos detenidamente nuestro alrededor. Aunque esto no es un fenómeno en absoluto novedoso. Las redes sociales han venido a corroborar esta necesidad, a veces abusiva, de confirmar nuestra propia estima validándola y exponiéndola a la opinión de los demás.

Nada ha cambiado desde tiempo de los romanos. Estos dejaron no pocas pruebas de esta búsqueda desaforada de poder y fama. Se cuenta que el «gran» Julio César en su intento de conquistar Roma y seguido por sus legionarios dejó una importante prueba de ello. Cuando atravesaba una pequeña aldea que fue objeto de las mofas de sus soldados,  y dado a dejar célebres frases para la historia sentenció:

 

«Preferiría ser el primero en esta aldea que el segundo en Roma»,

 

señalando así la importancia que le daba al status dentro de sus propios valores. Y no debió ser el único, porque el refranero español también acuñó un dicho sospechosamente parecido: 

 

“más vale ser cabeza de ratón que cola de león”,

 

que se refiere a la importancia de tener autoridad en los grupos a los que se pertenece aunque sean pequeños, frente a la posibilidad de ser un «don nadie» en los grandes.

Personas tóxicas Vs conductas tóxicas

Y es que no todos los caminos para conseguir reconocimiento son acertados. Se me ocurren varios que, al contrario, son especialmente perniciosos. Pero antes me gustaría dar un amplio rodeo para hablar de otro fenómeno. Siempre me produjo un gran rechazo visceral las teorías que postulan que muchos de nuestros males provienen de la existencia de personas tóxicas. Así se hicieron muy célebres los libros de Bernardo Stamateas. Uno de ellos, titulado «Gente Tóxica», es publicitado en Google Books con el siguiente párrafo: 

En nuestra vida cotidiana no podemos evitar encontrarnos con personas problemáticas. Jefes autoritarios y descalificadores, vecinos quejosos, compañeros de trabajo o estudio envidiosos, parientes que siempre nos echan la culpa de todo, hombres y mujeres arrogantes, irascibles o mentirosos…

No me parece una expresión adecuada. Sitúa a las personas en una posición cómoda donde el origen de sus males es externo. Pone el énfasis de la solución solo en evitar caer en sus trampas. Y para trampas, ya nos valemos nosotros solos. Me pregunto quien será el encargado o encargada de determinar si mi naturaleza es tóxica y quien le ha arrogado la capacidad de ser juez en este sentido. Y así las consultas de salud mental se llenan de personas huyendo de estas personas tóxicas. Que digo yo que alguna de los que usamos este tipo de servicios, aunque tan solo sea por probabilidad, también podríamos ser tachado de tales, o incluso los y las profesionales que los atendemos. Por eso, yo prefiero hablar de conductas tóxicas. Y por un ejercicio de falsa humildad hoy utilizaré la primera persona para referirme a una de mis conductas tóxicas.

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Nuestro maldito ego

En psicología se dice que el ser humano necesita de dos tipos de amor o afecto como vacuna de nuestra soledad. Erich Fromm los denominó amor materno y paterno. Se refería así al amor incondicional y condicional. El amor incondicional es aquel que se nos da por el simple hecho de ser personas. Se nos quiere por el simple hecho de existir. El condicional se obtiene, sin embargo, dependiendo de nuestras conductas. Es decir, se nos da por lo que hacemos o lo que damos. Ambos tipos de amor son necesarios para nuestro bienestar psicológico. No obstante, al estar este segundo condicionado y poder obtenerse a través de determinadas conductas puede acabar convirtíéndonos en meras marionetas de los que nos rodean.

Y ahora entenderán por qué les hablaba antes de mi falsa humildad. Una vez que publique esta entrada en el blog, ¿cuánto tiempo tardaré en revisar los likes en las redes sociales y las visitas al blog para validar la opinión que otras personas tienen sobre lo que escribo…? ¿Cuánto cuestan estos 20 seguros de fama? ¿Cuánto tiempo perderé por esta fútil necesidad del aplauso hueco y fácil de las redes sociales?

Como perro de Pavlov, aún no me encuentro preparado para dejar de salivar cuando suene la campana, en este caso un like o una visita más, y no podré evitar una sonrisa (casi idiota) si me llueven los corazoncitos en las redes.

El suicidio y la falta de reconocimiento

El sábado fue el día Internacional del Superviviente por Suicidio. Permítanme otra digresión, porque debería llamarse también de la superviviente. Nunca he sido muy exagerado con este tema, pero el lenguaje acaba siendo la primera barrera para la igualdad efectiva entre sexos y las diferentes formas de vivir la sexualidad en nuestra especie.

Pues esa tarde, tuve la oportunidad de hablar un rato con una de las supervivientes que ha perdido a un ser querido por suicidio. Impagable. Jamás podré pagar la oportunidad de haber conocido a estas personas con las que ahora comparto parte de mi vida. Cuando la vida me lleve a otro lado, las llevaré a todas conmigo.

Llevo un tiempo obsesionado con la idea de vencer mi propio ego y en esta conversación acabó saliendo el precio que tenemos que pagar por darle de comer a este terrible monstruo, convidado de piedra, que tiene por costumbre convertirse en el muerto en el entierro y la novia en la boda. Nos hace esclavos del relato en primera persona y nos regala diez segundos de fama a cambio de una pesada mochila llena de piedras que no nos pertenecen.

Como no, con la persona que hablé ayer, también hubo palabras y recuerdos para los que ya no están, para aquellos que tanto nos cuesta entender, que aún teniéndolo en muchos casos, sintieron ser nadie y marcharon faltos de toda esperanza. 

Terrible, porque muchas veces he pensado que esta terrible necesidad nuestra puede estar detrás de muchas conductas suicidas en personas vulnerables. Esa necesidad atávica de sentirnos parte de un grupo e importantes dentro de él, como fuerza de supervivencia grupal, para reivindicar nuestro derecho a estar vivos, de ser útiles para la manada. Esa fuente de displacer para personas vulnerables que les hace sufrir y les hace tomar decisiones fatales.

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Internet, redes sociales y necesidad de reconocimiento

En ese sentido, la realidad virtual paralela en que nos vemos envueltos y en la que nos hemos sumergido especialmente durante la crisis sanitaria por COVID-19 ha venido a reforzar la idea equivocada de que podemos alimentarnos y llenarnos con el amor cibernético de corazones en la nube, abrazos de wi-fi, emoticonos y otras perversiones digitales. Y nos creemos los reyes del filtro de Instagram y del espectáculo de Tik-Tok. Algunos, los más viejunos nos creemos importantes influencer de Facebook u a otras tantas redes que ya desaparecieron y de las que fuimos princesas por un día.

Todo para combatir nuestro peor miedo, la soledad no elegida, aquella que nos consume, que a muchos nos lleva a la depresión y a tantos ancianos y ancianas le acercó al final de su vida en su peor versión. Y que señala la incapacidad de nuestra forma de entender la vida en la sociedad actual para cubrir nuestras necesidades psicológicas más básicas.

Y ahora recuerdo a tantas personas que me confiaron sus secretos, su más interno sufrimiento, el miedo a la soledad, a no ser capaz de afrontarla. Me pregunto si no sería mejor volver a la aldea, a esa que César defendió de las risas de sus propios soldados, y aprender a disfrutar de las pequeñas cosas, sin más pretensiones que ser yo mismo, olvidándome del peso de ser cabeza de ratón o de los miedos de ser cola de león.

Bueno, os dejo y no olvidéis dar al like (hoy te pido que no lo hagas)…

Día Internacional del Superviviente por la pérdida de un ser querido por suicidio

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Video realizado por el Grupo de Ayuda Mutua de Sevilla para Supervivientes gestionado por papageno.es
Video realizado por el Grupo de Ayuda Mutua de Cádiz para Supervivientes gestionado por papageno.es

El tercer sábado del mes de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional del Superviviente. Un día para dar voz a las personas que en muchas ocasiones se ven obligada a penar su duelo en silencio.

Desde papageno.es sirva esta pequeña muestra de homenaje de las personas que luchan por sobrellevar su doloroso duelo y que ha sido realizado por miembros de grupos de ayuda mutua. El primero con la música de la BSO de «El Pianista» como homenaje póstumo a todas las personas que perdieron la vida por esta causa interpretada al piano por uno de los familiares ausentes.

Si necesitas ayuda, contacta y te asesoraremos.

Datos de contacto

Email: prevencion@papageno.es

WhatsApp: 633 169 129

Suicidio en Yucatán (México)

Photo by Hugo E from Pexels
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El suicidio como fenómeno complejo

La conducta suicida es un fenómeno complejo y multicausal y para su comprensión y prevención es necesario un análisis detallado que no está exento de determinantes socioeconómicos y geográficos.

A pesar de que es una causa de mortalidad que castiga a todos los niveles sociales y culturales, el suicidio tiene relación directa con las desigualdades sociales.

En Europa, durante años, se alimentó el mito de las altas tasas de muerte por suicidio de los países nórdicos a pesar de su alto nivel socioeconómico, Esta hipótesis se sustentaba en los datos sobre mortalidad por esta causa en las décadas del 70 y el 80 del siglo pasado. Actualmente, sin embargo, estas tasas se han reducido sensiblemente e igualado con otros países europeos. Países como Finlandia y sus vecinos, encabezan el ranking de países más felices según la ONU. En dicho listado México y España ocupan los lugares 24 y 28 respectivamente.

En un primer término resulta complicado entender, como a pesar de lo anterior, existen zonas concretas como Yucatán en México que a pesar de su nivel socioeconómico presentan tasas ascendentes de conducta suicida. Pero profundicemos más en el tema.

El suicidio en Yucatán

Recientemente han aparecido noticias en los medios de comunicación que alertan de estas altas tasas, tanto en la prensa de México como en medios internacionales:

Mérida (México) – Photo by Dick Hoskins from Pexels

Pero, ¿qué hay de realidad detrás de estos hechos?

Los medios de comunicación son un pilar en la prevención del suicidio. Tratar las muertes por suicidio con respeto y responsabilidad y en ausencia de sensacionalismos es un factor preventivo de primer orden.

La prensa ayuda a crear corrientes de opinión sobre los fenómenos por lo que son un medio útil para difundir información en ausencia de mitos para combatir el estigma, especialmente relacionado con le suicidio y la salud mental.

La situación retratada por los medios en este caso parece ser coherente con los datos, aunque su tratamiento periodístico no siempre es el adecuado. El propio estado de Yucatán reconoce el suicidio como un problema de salud importante en ese estado. 

Los responsables de la administración señalan el “Alto” grado de marginación, teniendo en cuenta datos de educación, vivienda, distribución de la población e ingresos monetarios. Yucatán ocupó el lugar número siete entre los estados con mayor grado de marginación lo que implica un alto grado de vulnerabilidad. La violencia y delincuencia se relaciona con el alcohol, el fracaso escolar y la dificultad de acceso al empleo y a una remuneración digna y suficiente. A este panorama se une la brecha de género y la violencia hacia las mujeres y rezagos en la atención a la salud mental con una elevada incidencia de suicidios masculinos.

Los datos del INEGI, confirman también esta tendencia. En 2018 fallecieron en México 6 710 personas por lesiones autoinfligidas (5.4 por cada 100 mil habitantes, 8.9 en hombres y 2 en mujeres). De 10 a 17 años ocurrieron 641 fallecimientos, lo que la sitúa en cuarto lugar dentro del total de causas de muerte. Según el mismo organismo la proporción de suicidios respecto al número total de muertes violentas está teniendo también un importante ascenso en Yucatán.

Responsabilidad social y medios de comunicación

La OMS señala como uno de los medios más eficaces para la prevención del suicidio un tratamiento responsable de las noticias sobre suicidio en medios de comunicación.

#periodismoresponsable

En ese sentido desde la Asociación de Profesionales en Prevención y Postvención de la Conducta Suicida «Papageno», como entidad no lucrativa e independiente, hemos abierto el Servicio Asesoramiento en Promoción de Salud para medios de comunicación (prevención del suicidio) orientado a compartir las directrices internacionales dentro del marco de un #periodismoresponsable.

Nuestra compañera Marilú Ancona Rosas será la responsable de este servicio en México (marilu.ancona@prevencionsuicidio.school) cuyo coordinador en papageno.es es el periodista Guillermo Córdoba Santos (periodismoresponsable@papageno.es). Ancona es Licenciada en psicología clínica, terapeuta cognitivo conductual, máster en psicología clínica aplicada, especialista en manejo de duelo y está entregada a la prevención de la conducta suicida desde su práctica profesional.

Además, es fundadora del grupo de ayuda mutua «Renacer Mérida», para padres que afrontan la muerte de un hijo, es miembro del grupo interinstitucional para la prevención del suicidio en Mérida y docente en talleres para prevención del suicidio.

Grupos de ayuda mutua para supervivientes por el suicidio de un ser querido en Mérida

Ser superviviente por suicidio supone sufrir una doble victimización. A la dolorosa pérdida de un familiar de forma brusca y con una fuerte carga emocional, se une la incomprensión social que aísla y estigmatiza a los dolientes. Se calcula que cada muerte por suicidio puede afectar de 6 a 12 personas.

Para crear un clima de apertura emocional positiva donde cada persona pueda expresar libremente sus emociones de culpa, vergüenza, rabia… y que contribuya al empoderamiento de sus miembros y la búsqueda de recursos para afrontar el duelo de forma adecuada, la OMS recomienda la organización de grupos de ayuda mutua.

En Mérida (Yucatán), Ancona ofrece esperanza a estas personas que ha sobrevivido a la muerte de un ser querido por suicidio. Si necesitas ayuda, no lo dudes, contacta a través del celular 9991588903

COVID-19 y riesgo de suicidio: ¿alarmismo o llamada a la acción?

Tiempo de lectura: 3 minutos

COVID-19 y suicidio

Últimamente, y a consecuencia de la alarma sanitaria por la pandemia por COVID-19, se ha especulado en algunos medios de comunicación entre la relación de esta enfermedad, el confinamiento, la crisis económica subsecuente y un mayor riesgo de suicidio.

En este sentido, son varias las circunstancias que podrían explicar una relación directa entre ambos fenómenos. Por un lado, se han descrito a través de medios de comunicación una relación directa entre la propia enfermedad por coronavirus y el suicidio. Parece que el estrés de muchas personas, entre ellos profesionales sanitarios por miedo a contraer la enfermedad o contagiar a personas queridas, podría ser un factor de riesgo. El confinamiento relacionado con la soledad y el aislamiento de personas vulnerables también podría provocar una mayor frecuencia de la aparición de conductas suicidas. 

Por otro lado, existe cierta evidencia de que los desastres naturales como terremotos, tsunamis, huracanes… conllevan un aumento posterior de víctimas por suicidio. Igualmente parece que si bien estos fallecimientos podrían reducirse durante la crisis, esto podría revertir negativamente acabada la pandemia, a consecuencia del deterioro socieconómico y las desigualdades sociales que provoca o como consecuencia directa de aspectos psicológicos.

Por último, se han descrito efectos negativos alrededor de epidemias y pandemias debido a la incertidumbre sobre sus consecuencias y la desinformación avivada por los medios de comunicación que provoca un impacto pernicioso en la salud mental. Esto se puede relacionar con la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. 

Pero, ¿qué podemos hacer?

Parece pues que puede existir suficiente evidencia de que esta crisis sanitaria provocará, si no hacemos nada, una mayor tasa de suicidios. Pero, ¿podemos hacer algo para evitar este efecto?. Wasserman et al. (2020), en un artículo publicado en la revista World Psychiatry, señalan diferentes medidas para controlar este fenómeno.

Prevención universal del suicidio

Entre las estrategias universales dirigidas a toda la población, estos autores determina como medidas eficaces la lucha contra el desempleo, la pobreza y las desigualdades y la priorización de mejora de la accesibilidad a servicios de salud mental. Otro aspecto importante es la concienciación de los medios de comunicación para la difusión de información responsable publicitando los servicios de apoyo disponibles. Prevenir el aumento de consumo de alcohol y restringir el acceso a medios letales de suicidio son medidas igualmente esenciales en la prevención.

Prevención selectiva del suicidio

La implementación de medidas para grupos vulnerables (prevención selectiva) es otro pilar de la prevención. Las desventajas socieconómicas o las vivencias en primera línea o las pérdidas de seres queridos y cuando no se ha podido cerrar el duelo adecuadamente por las medidas de confinamiento, son factores que aumentan el riesgo.

Prevención indicada del suicidio

Entre las medidas de prevención indicada, es necesario detectar a personas vulnerables y mejorar la disponibilidad de tratamientos farmacológicos y psicológicos de los trastornos mentales, incrementando el uso de herramientas de telemedicina y otros medios digitales.

Alarmismo o esperanza

Frecuentemente ante situaciones de previsible peligrosidad es necesario que la población general, la administración y partidos políticos, los medios de comunicación y los profesionales sanitarios puedan tomar decisiones conociendo la realidad lo mejor que se pueda. Sin embargo, los alarmismos se convierten en profecías autocumplidas. La publicación de noticias sensacionalistas en torno al suicidio se ha señalado como un factor de riesgo por el efecto contagio, también denominado imitación, copycat o Werther.

Es pronto aún para saber como repercutirá toda esta situación en nuestra salud mental a largo plazo. En el caso del suicidio el INE, organismo responsable de las estadísticas sobre causas de mortalidad, ofrece los datos con un año de retraso por lo que este año se publicarán previsiblemente los de 2019. Por eso debemos ser cautelosos a la hora de determinar qué ocurrirá en este sentido.

Lo importante ahora es más ponerse manos a la obra para mitigar los efectos perniciosos de la alarma sanitaria. Somos conscientes de que es mejor «ocuparnos» de este tema que mostrar «preocupación» continua. En España en 2018 fallecieron 3.539 personas por esta causa, razón suficiente para extremar las medidas de control de este problema complejo y multicausal, pero prevenible.

Bibliografía

  1. Wasserman, D., Iosue, M., Wuestefeld, A., & Carli, V. (2020). Adaptation of evidence‐based suicide prevention strategies during and after the COVID‐19 pandemic. World psychiatry19(3), 294-306.
  2. Zandifar A., Badrfam R.: Iranian mental health during the COVID-19 epidemic. Asian J. Psychiatr. 2020; 51:
  3. Cheung Y.T., Chau P.H., and Yip P.S.: A revisit on older adults’ suicides and Severe Acute Respiratory Syndrome (SARS) epidemic in Hong Kong. Int. J. Geriatr. Psychiatry 2008; 23: pp. 1231-1238

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