¿Hablar del suicidio? Sí, pero bien.
Desde que en el año 2000 la Organización Mundial de la Salud publicara su informe sobre el impacto de los medios de comunicación al informar del suicidio y las recomendaciones de cómo informar correctamente sobre el suicidio en general o específico, se ha generado un debate continuo sobre los límites de la libertad de expresión, el interés periodístico y la responsabilidad de los medios en contribuir a la prevención del suicidio.
En líneas generales, y tal y como afirma la citada organización, existe evidencia suficiente para sugerir que algunas formas de tratamiento periodístico están relacionadas con un aumento estadísticamente significativo de suicidios, mientras que ciertos estilos de manejo de la información, útiles, exactos y apropiados, pueden ayudar a prevenir conductas suicidas. En este sentido, las recomendaciones del tratamiento de la información se basan en la interpretación cuidadosa de las estadísticas y el uso de fuentes fiables, evitar descripciones del método, las exageraciones y el trato sensacionalista, prescindir de explicaciones simplistas, y tener muy en cuenta el impacto sobre las familias u otras personas del entorno que se han visto afectadas por el fallecimiento.
Por todo ello es imprescindible la organización de acciones formativas a los profesionales de la comunicación por parte de profesionales de salud mental con amplios conocimientos y experiencia en conducta suicida, para que, de forma progresiva, se vayan construyendo nuevas formas de comunicar e informar sobre el suicidio.
En este contexto, se hace necesario reflexionar sobre los testimonios en primera persona, que han encontrado en los medios de comunicación una forma de compartir información y experiencias personales con un público amplio. Sin duda, la visibilización de las personas que han pasado directamente por la experiencia de la conducta suicida, está contribuyendo a la ruptura de estereotipos y tabúes, al aumento del movimiento asociativo y a generar nuevos espacios de cambio social. Por este motivo, parece lógico que esta exposición pública obligue, en cierta manera, a la necesidad de que estos testimonios conozcan y respeten las directrices antes mencionadas.
El problema surge cuando, de alguna manera, se entiende que someter los testimonios de primeras personas a recomendaciones institucionales pueden precisamente sesgar estas opiniones y estas vivencias. Como superviviente de suicidio, presidenta de AFASIB y psicóloga, me he encontrado con esta reflexión algunas veces contradictoria y confusa cuando desde la asociación hemos ofrecido nuestro testimonio sincero en entrevistas y reportajes.
Por un lado, es cierto que todas las personas tienen sus vivencias y su forma de describirlas, y por otro, el sentido de nuestra proyección pública va (o debería ir) más allá de nuestra propia historia, ya que nuestro objetivo es ayudar a otras personas que estén pasando por una situación muy similar, pero no la misma.
Así, la pregunta que debemos hacernos es precisamente esta: ¿Qué es lo que quiero transmitir al que me está escuchando, viendo o leyendo? ¿Qué sentido tiene para mí exponerme públicamente? Si la respuesta es ayudar a los demás, enviar un mensaje de solidaridad y empatía como “yo he estado allí, y el dolor se transforma, puedes encontrarle un sentido a lo que ha ocurrido, puedes integrarlo en tu vida, aunque duela”. Entonces tienes que plantearte tu responsabilidad como comunicador/a, encontrar la manera de expresarte sin perder de vista que el foco de atención no eres tú, sino la persona que te está escuchando, de qué manera tu experiencia puede ayudarle o reconfortarle. Se trata de encontrar un sentido a nuestra imagen pública y la de nuestro ser querido para que de esta exposición pública pueda surgir un cambio social, en nosotr@s y en l@s otr@s.
María Francisca Morell García
Psicóloga en intervención social de Cruz Roja Islas Baleares. Cursando el máster en psicología general sanitaria. Miembro del Grupo de Trabajo de Investigación, Prevención y Actuación en la Conducta Suicida del Colegio Oficial de Psicología de las Islas Baleares. Presidenta de AFASIB, familiares y amigos supervivientes por suicidio de las Islas Baleares.
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