La Santa Muerte y el Día de los Muertos en Méjico (tradición y duelo)
Francisco Rguez. Laguna 6 de marzo del 2019
El día de los muertos es una celebración mejicana similar a nuestro día de los difuntos. Se celebra el 1 y 2 de noviembre, y se festeja durante todo un día y la noche, como fiesta en los cementerios, mediante comidas, en muchas ocasiones sobre las propias lápidas, hay música , se charla con el difunto y los niños y niñas juegan por todo el cementerio. Se mezcla el dolor y la fiesta, el recuerdo y el amor por los seres queridos y también se celebra la vida.
Reconozco que cuando tuve conocimiento de tal tradición me sorprendió gratamente. Tener presente la muerte de esta manera facilita a muchas personas que transitan el duelo, una conexión intensa y eficaz relacionada con los propios significados de su pérdida.
La muerte nos acompaña desde nuestro nacimiento, una vez nacidos ya tenemos escrita nuestra sentencia de muerte , sin embargo, no existe una didáctica salutogénica entorno a la misma, ni respecto del duelo.
Hablar de la muerte no sólo es de mal gusto, si no que propicia sanciones
morales y éticas en el entorno, hacia quien trata sobre este tema.
Ante las pérdidas, el dolor nos atraviesa y lo sufrimos muchas veces en
solitario pensando que el tiempo es al que le corresponde realizar las tareas que procesan nuestro duelo, sin embargo, los mitos, como éste, respecto de este proceso tan importante en nuestras vidas como es el duelo se imponen; “expresar tu dolor te hace daño o hace daño a las demás personas, el dolor debe ser expresado en la intimidad…, etc.”
Otras expresiones inadecuadas son utilizadas en el propio tanatorio, desde la ignorancia y con la mejor intención expresamos mensajes que también dificultan el duelo; “ ahora tienes que ser fuerte, ahora tienes que distraerte, los niños son pequeños y no se acordarán de nada, piensa en tus otras hijas, a él/ella no le gustaría verte así, etc…”
También se ignoran las diferencias relativas al género en cuanto a la elaboración del duelo; mujeres y hombres presentan diferencias importantes a la hora de afrontar la pérdida.
En cuanto a la infancia procuramos extraer a niños y niñas de cualquier
situación que pueda suponer un contacto con el dolor o la visión del ser
querido en el tanatorio. ¿Cómo se ha de actuar ante la pérdida de un ser querido con un menor de 5 años que le sobrevive, y con una persona en plena adolescencia?
Con el paso del tiempo, una parte de la población llega a desarrollar trastornos psicosomáticos relacionados con un duelo mal realizado, patológico o crónico. Y son muchas las consultas en salud mental realmente motivadas por duelos mal resueltos.
En definitiva es hora de ponerse manos a la obra e introducir una didáctica adecuada entorno a la muerte y el duelo, precisamente para proteger nuestra salud mental en primer lugar y para reconfigurar muchos significados en entorno a estos conceptos