La prestigiosa Cochrane, una red internacional independiente de investigadores, profesionales, pacientes, cuidadores y personas interesadas por la salud, que publica revisiones sistemáticas, determinó en 2016 que las terapias psicológicas pueden ser útiles en la atención de personas con conductas suicidas.
Se reafirma así la idea de la eficacia de estas terapias en este ámbito, en un estudio que evaluó los efectos de las terapias psicosociales específicas versus el tratamiento habitual, el tratamiento habitual intensificado u otras formas de terapia psicológica y dónde se incluyeron 55 ensayos, con un total de 17 699 participantes.
Los resultados señalaron un efecto significativo del tratamiento para la psicoterapia basada en la Terapia cognitivo-Conductual en comparación con el Tratamiento Habitual al final del seguimiento en cuanto a menos participantes que repitieron el daño autoinfligido.
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