Archivo el agosto 12, 2019

Adicciones, drogas y alcohol en la conducta suicida

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Las drogas institucionalizadas (alcohol y tabaco) y las ilegales (cannabis, opiáceos, cocaína o derivados, drogas de diseño…), así como todas las adicciones conductuales o sin sustancia (ludopatía, telefonía móvil, Internet y redes sociales, compra compulsiva, adicción al sexo…) tienen un punto en común: prometen un mundo idílico, un paraíso, donde es fácil afrontar los problemas que nos trae la vida.

En muchas ocasiones, sin embargo, en la fase de experimentación se suman la capacidad adictiva de la sustancia o conducta a sus efectos subjetivos tejiendo alrededor de la persona una red que acabará atrapándolo en una adicción. En esta fase las consecuencias negativas de la conducta aún parecen lejanas y la persona cree falsamente que ejerce control sobre su conducta. Dependiendo de las características de la adicción, de características personales y del entorno, la persona se verá envuelta en un escenario totalmente diferente. Cada vez dedicará más tiempo a actividades relacionadas con su problema, más recursos y más esfuerzo, en detrimento de actividades o personas significativas con las que antes disfrutaba.

En etapas posteriores aparecerán las consecuencias que determinarán un nuevo estilo de vida donde las consecuencias serán mayores que los beneficios percibidos. Entonces la conducta se mantendrá, entre otras razones, para evitar la abstinencia. La vida irá perdiendo sentido sin la presencia de la adicción que se adueñará del control de la vida y podrá llegar a tener graves consecuencias en la salud y en la calidad de vida.

 

En los casos más graves, la adicción se convierte en un factor de riesgo en la aparición de conductas suicidas. Adicciones, drogas y alcohol están presentes en muchos suicidios, ya sea en personas adictas o como desinhibidores para emitir la conducta.

 

En ese orden de cosas, el consumo agudo de alcohol es utilizado frecuentemente como desinhibidor (intentos de suicidio o suicidios «completados»), mientras que su abuso se asocia a la conducta suicida aumentando las tasas de suicidio a nivel poblacional. En esta relación influyen otras variables siendo superior en países del norte y del este de Europa que en los países mediterráneos. 

La relación entre el tabaquismo y la muerte por suicidio ha sido también constatada pero es mucho menos intuitiva. En primera instancia pudiera parecer que la relación no es directa, pero hay estudios que relacionan las leyes restrictivas de consumo con menores tasas de suicidio. Richard A. Grucza ha encontrado una relación mas allá del hecho que las personas con problemas psiquiátricos tienden a ser mayores fumadores. Su estudio determinó que un incremento de un dólar en los impuestos al tabaco se asoció con un descenso del 10% en las tasas de suicidio. Otras variables que podrían estar relacionadas son las prohibiciones de fumar en lugares cerrados. En los estados de EEUU donde se daban ambas medidas se registraban tasas inferiores en un 15% de la media nacional.

En el caso de las adicciones comportamentales o sin sustancia parece que la tendencia es parecida. Si hablamos de la ludopatía o juego patológico aumenta la probabilidad de aparición de ideación e intención suicida. Estas suelen aparecer asociadas a los sentimientos de arrepentimiento y pánico ante situaciones económicas problemáticas o de otra índole y el aislamiento o rechazo social propio de la fase de desesperación. Aproximadamente un 90% de los jugadores patológicos relatan ideación suicida y cerca del 20% refieren intentos de autolisis. Un jugador patológico corre seis veces más riesgo de fallecer por suicidio que la población general.

Por último, el consumo de drogas ilegales empeora aún más la situación. En el caso de la cocaína, muchos de sus consumidores acompañan su consumo del de alcohol lo que agrava los riesgos. Además, el síndrome de abstinencia de la cocaína, puede ir acompañado de depresión, ideas paranoica e incluso de pensamientos suicidas, lo que puede requerir apoyo profesional. 

En general, parece clara la relación de las conductas adictivas y el suicidio por lo que es recomendable considerarlas como un importante factores de riesgo. En consecuencias, los profesionales que atienden a personas con problemas adictivos deben contemplar la detección precoz de conductas suicidas de forma que puedan ser prevenidas. La formación de estos profesionales constituye una medida efectiva de prevención para reducir las tasas de suicidio en este colectivo.


PARA SABER MÁS

Comunicación responsable en casos de conducta suicida

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Las tasas de suicidio se ven influenciadas por la forma en que se comunican las conductas suicidas a través de los medios de comunicación. La aparición de Internet y las redes sociales han aumentado las vías de comunicación y esto afecta a las fuentes que las personas usamos para informar e informarnos. 

Junto a este hecho, en los últimos años existe un interés mayor en partir el estigma y el tabú asociado al suicidio y eso hace que se multipliquen las comunicaciones sobre conductas suicidas por diferentes medios. Muchas veces estas comunicaciones movidas desde la mejor de las intenciones no se someten a las indicaciones preventivas y pueden llegar inadvertidamente a constituir un riesgo para personas vulnerables. Por eso es importante que aquellas personas que por razones de carácter profesional o de otra naturaleza,  hablemos sobre este problema de salud pública tengamos en cuenta las recomendaciones para evitar comunicar de forma irresponsable. Máxime cuando las redes sociales tienen un fuerte impacto y son muy accesibles tanto para publicar como para acceder a lo publicado. En ocasiones las redes sociales «las carga el diablo».

 

Si no estoy seguro de la utilidad de lo que publico o tengo una fuerte carga emocional por lo que ha ocurrido, es útil esperar para evitar efectos negativos. También se debe evitar utilizar casos concretos para instrumentalizarlos con otros fines que no sean preventivos.  Recuerda que detrás de cada caso de suicidio hay una persona que merece el mayor de los respetos y unos supervivientes a los que hay que evitarles procesos de revictimización. 

 

El efecto de imitación en el suicidio ha sido descrito en la literatura científica y verificado por lo que existe consenso sobre su existencia. Parece estar relacionado con la aparición de descripciones pormenorizadas de sucesos relacionados con el suicidio, donde se describen por ejemplo el lugar exacto del hecho o el método utilizado, donde se simplifica la causa de lo ocurrido o generalmente escrito destacando detalles sensacionalistas. Este efecto puede ser mayor cuando el caso relatado es de una persona relevante o modélica.

A este efecto imitativo se le dio el nombre de «efecto Werther» tomado del personaje homónimo de la novela de Goethe «Las Penas del Joven Werther», escrita en 1774. El personaje se suicidaba por razones atribuidas al desamor. Su publicación se relacionó con un aumento de los suicidios que imitaron el método o incluso la manera de vestir típica de Werther en el acto final. Este efecto también se ha denominado efecto contagio, copycat…

Existe una variante de este efecto que atribuye un efecto negativo por la exposición de la muerte de personajes mediáticos. Tomó el nombre de Yukiko Okada,  una cantante de rock japonesa cuyo suicidio tuvo una amplia cobertura sensacionalista, provocando un importante efecto de imitación en el país nipón.

Sin embargo, frente a ambos efectos, existe una manera adecuada y responsable de informar sobre suicidio (Efecto Papageno) que tiene carácter preventivo y que reivindica la importancia de los medios de comunicación en atajar uno de los mayores dramas de salud pública. Por eso el efecto imitación no impide hablar del suicidio, sino que incide más en el modo en el que debemos hacerlo, como indica las recomendaciones de organismo internacionales como la OMS.

 
RECOMENDACIONES DE LA OMS/OPS (2017)
Referencia rápida
Lo que se debe hacer
  • Suministrar información exacta acerca de dónde buscar ayuda
  •  Educar al público acerca de los datos sobre el suicidio y la prevención
    del suicidio, sin difundir mitos
  •  Informar sobre maneras de hacer frente a los estresantes de la vida o a pensamientos suicidas y sobre formas de obtener ayuda
  • Tener mucho cuidado al informar sobre suicidios de celebridades
  • Tener cuidado al entrevistar a familiares o amigos que estén atravesando un duelo por haber perdido a un ser querido
  • Reconocer que los profesionales mismos de los medios de
    comunicación se pueden ver afectados por noticias sobre suicidios
 
Lo que NO se debe hacer
  • No destacar ni repetir innecesariamente las noticias sobre suicidios
  • No utilizar un lenguaje que sea sensacionalista o normalice el suicidio,ni se presente el suicidio como una solución constructiva a problemas
  • No describir explícitamente el método utilizado
  • No facilitar detalles acerca del sitio ni la ubicación
  • No usar titulares sensacionales
  • No usar fotografías, material de vídeo ni enlaces a redes sociales

PARA SABER MÁS

Cannabis y suicidio: mitos y realidades

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Hoja de marihuana
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El cannabis o cáñamo conocido en botánica como “cannabis sativa” produce diversos derivados, entre los cuáles los más usados son el aceite, la marihuana y el hachís. Popularmente estos derivados han tomado múltiples nombres (grifa, hierba, maría, cogollo, chocolate, costo, goma, piedra, china…). La planta produce un principio, el THC (delta-9-tetrahidrocannabinol), que es responsable de los efectos que se le atribuyen. Sin embargo, contiene muchos más compuestos químicos capaces de alterar el funcionamiento de nuestras neuronas.

El consumo recreativo de esta sustancia o con otros fines se extiende a lo largo de siglos. En la actualidad es la droga ilegal de mayor consumo. No en vano, existen grupos de presión interesados en la difusión de falacias que potencien su venta. En ese sentido, no toda la información utilizada para su defensa es cierta, sino que se basa en falacias que buscan investir en un halo bondadoso a una sustancia que tiene importantes repercusiones para sus consumidores, en mayor grado cuando se trata de infantes o adolescentes. Estas mentiras se basan esencialmente en la asociación del consumo de esta sustancia con dos conceptos básicos: LIBERTAD y EFECTOS MEDICINALES. 

Bajo la primera premisa, el uso del cannabis se asocia a la libertad en un doble sentido. Primero haciendo apología de su consumo bajo el criterio de que el consumo de drogas es un derecho personal y que la decisión depende de cada uno. El cannabis, sin embargo, es una sustancia adictiva lo que está reñido con la libertad en cuanto que muchas personas que intentan dejarlo siguen haciéndolo empujados por las propiedades de la sustancia más que por su propio deseo. El consumo de sustancias adictivas y la libertad es un mito, puesto que en muchas ocasiones se inician en edades muy tempranas por motivos ajenos a decisiones conscientes y se mantienen a causa de la adicción o para evitar el síndrome de abstinencia. Por otro lado, se defiende el concepto de libertad para impulsar el proceso de legalización. Nada más lejos de la realidad. La nicotina y el tabaco como drogas legales son un buen ejemplo en este sentido. Una vez que se legaliza una droga, su comercialización sufre un control estatal que la diferencia de otros productos de consumo. La imagen supuestamente idílica no deja de ser otro engaño. En el caso del tabaco su legalización no evita el contrabando, los beneficios se concentran en grandes corporaciones y son sustancias sometidas a aranceles e impuestos.

La situación no mejora si tenemos en cuenta los efectos medicinales de la sustancia. Primero, su uso medicinal no justifica en ningún caso su uso recreativo. En segundo lugar nos encontramos la forma de administración. El uso del principio activo mediante píldoras o comprimidos no es comparable en ningún sentido, por ejemplo, con el consumo de hachís en cigarrillos, que suele ir acompañada de tabaco. Por lo tanto sean o no ciertos los beneficios para la salud (que en muchos casos no los son o se exageran), no pueden ser excusa para defender su uso recreativo puesto que la mayoría de las drogas adictivas que han constituido problemas de salud se utilizaron o se utilizan en medicina, aunque su consumo recreativo esté desaconsejado.

El cannabis, lejos de ser la sustancia milagrosa que se promete desde esas instancias, tiene efectos muy negativos para la salud. Por ejemplo, el consumo de cannabis puede desencadenar episodio de psicosis con ideas delirantes, paranoides, alucinaciones auditivas y visuales, ideas de persecución u otras. En el caso de las personas con esquizofrenia el consumo de cannabis provoca efectos negativos en diferentes dimensiones, con consecuencias agravantes para la enfermedad. También se asoció el consumo con el síndrome amotivacional, que cursa con apatía, falta de motivación y desinterés por la actividad laboral o los estudios y por el cuidado personal.

En cuanto a la relación entre cannabis y conducta suicida y pese a las dificultades metodológicas, parece que existe cierto consenso en que existe cierta relación, si no directamente, indirectamente a través del desarrollo de trastornos psicopatológicos  (psicóticos o afectivos) o contribuyendo al consumo de otras sustancias como el alcohol como factor de riesgo. 

Todo lo anterior indica que la defensa realizada del consumo de cannabis viene más motivada por fines económicos que de salud pública. Al margen del debate alrededor de la legalización de esta sustancia, la manipulación de la información provoca la pérdida de la sensación de riesgo ante su consumo. En consecuencia, esto puede repercutir en mayor consumo y la aparición de los efectos negativos relacionados, incluidos los relacionados indirectamente con la conducta suicida.


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Tipología psicológica y psicopatológica del suicidio en las obras de Fiodor Dostoievski (Reseña)

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En 2002, María Teresa Cañas Cañas publicaba su Tesis Doctoral «Tipología psicológica y psicopatológica del suicidio en las obras de Fiodor Dostoievski» donde exploraba la obra del autor ruso del S. XIX desde la mirada del análisis de las conductas suicidas relatadas en sus escritos.

Fiodor Dostoievski (1821-1881) fue un hombre extraordinario que supo captar la esencia de la existencia humana y plasmar esa privilegiada visión en sus obras literarias. Su literatura está cargada de una profunda sabiduría sobre las motivaciones personales, su penetrante descripción del alma humana, su implicación emocional con lo relatado y su aguda descripción social fueron las bases de su influyente estilo. Stefan Zweig consideró al escritor ruso «el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos»

La Doctora Teresa Cañas Cañas hace un intenso trabajo al indagar, utilizando el método hermenéutico, los fenómenos psicológicos, sociológicos y psicopatológicos que Dostoievski engloba en las distintas conductas suicidas de sus personajes y en sus reflexiones sobre el suicidio.

Reseña alusiones, directas o indirectas, sobre el suicidio en las obras de Dostoievski, que incluyen suicidios consumados, suicidios frustrados, intentos de suicidio, ideas de suicidio y amenazas suicidas de los personajes de las obras estudiadas. En los personajes partícipes se valora principalmente la existencia o no de psicopatología, los rasgos de personalidad, la intencionalidad del acto, la impulsividad o reflexión de este acto, las motivaciones, las influencias sociales y ambientales y el sentimiento básico que empuja a su realización.

Una obra con gran condensación de contenidos, incluye una revisión bibliográfica de las teorías en la Psiquiatría, Psicología, Sociología, en torno al suicidio.

Algunos autores, como Baechler (1975), critican la equiparación actual de suicidio a enfermedad mental a la que se ha llegado con los datos previamente expuestos. Este autor considera los suicidios no tanto un producto de la enfermedad en sí como de los efectos que tal situación tiene sobre el sujeto (vulnerabilidad ante los conflictos, mayor número de problemas para una menor capacidad resolutiva, debilidad vital, etc.) (Clemente y González, 1996)

La Doctora Teresa Cañas Cañas también tiene otras publicaciones donde se aborda la conducta suicida. La importancia de estos estudios y la comprensión de las motivaciones de esta conducta van dirigidos a su posible prevención. El estudio multidisciplinar del suicidio mejora su comprensión, y logra originar herramientas para la prevención y la comunicación social.


PARA SABER MÁS

RESEÑA REALIZADA POR:

 

Sonsoles Rivera Pascual

Estudiante del Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid. Interesada por la salud en distintas esferas. Técnica Cuidados Auxiliares de Enfermería. Voluntariado en Cruz Roja Española en área de Transporte Sanitario y en Conservación del Medio Ambiente. 

 

La culpa del superviviente

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Las consecuencias psicológicas de vivir situaciones traumáticas relacionadas con riesgo a nuestra vida o a la de otros, catástrofes o situaciones de emergencia o violencia extrema pueden llegar a ser devastadoras.

Al riesgo de muerte o consecuencias sobre la salud, se unen emociones complejas, y en casos más graves. puede favorecer la aparición de un Trastorno por Estrés Postraumático. Este tipo de trastorno tiene entre sus posibles causas lo que se ha denominado el síndrome o la culpa del superviviente provocado por los sentimientos generados por sobrevivir a un suceso donde murió alguna persona cercana.

La culpa puede ser frecuente y natural y debe ser identificada en personas vulnerables que no deben dudar en pedir ayuda cuando lo necesiten. Estos sentimientos pueden llevar a la aparición de ideación u otras conductas suicidas y son un factor de riesgo reconocido para el suicidio. En principio, no podemos definir las emociones como buenas o malas intrínsecamente, todas cumplen una función positiva. La culpa surge en situaciones donde percibimos que hemos cometido un error o falta o hemos perjudicado a otra persona. Para superarla reaccionamos con una mayor motivación a restituir el daño hecho con nuestras acciones. 

Sin embargo, hay ocasiones donde esta emoción es irracional. Podemos identificar esta irracionalidad cuando el hecho ocurrido no está provocado por una acción u omisión nuestra, sino cuando es efecto de la suerte u otras causas externas. Eso ocurre, por ejemplo, en los casos de atentados terroristas o asesinatos masivos o ante catástrofes naturales. Se han descrito ocasiones donde la culpa ha empujado a los supervivientes a acabar con su propia vida. Sean cuales sean sus consecuencias, también es una emoción muy relacionada con las personas que han vivido cerca la muerte por suicidio de una persona querida.

Muchas veces la irracionalidad viene dado por nuestra propia manera de ser. Según Ciara Molina, esto ocurre en personas con tendencia a vivir en tensión, con angustia y sentimientos de desvaloración hacia sí mismo, perfeccionistas, con miedo al rechazo o a equivocarse y con excesiva necesidad de aprobación de los demás.

Para manejar la culpa del superviviente es aconsejable fomentar la comunicación con personas representativas o contando lo ocurrido para compartirlo con otros, recordar continuamente que los hechos traumáticos no son responsabilidad nuestra, regresar a la rutina personal cotidiana lo antes posible y ponerse en disposición de ayudar a otros a través de nuestra experiencia.


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PREEI (Perros de Rescate y Educación en emergencias en la Infancia) se adhiere a la iniciativa papageno.es

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Perros de Rescate y Educación en Emergencias en la Infancia (PREEI) es una asociación nacida en la primavera de 2017 fruto del esfuerzo de un grupo de profesionales que unieron sus conocimientos en docencia e intervención en catástrofes, emergencias y operaciones de rescate con el objetivo de promover la sensibilización social a la hora de afrontar dichas situaciones.

Desde sus inicios PREEI ha participado en el desarrollo de diversos proyectos. De esa forma, colabora en la búsqueda de personas desaparecidas, en la alfabetización en temas de educación en emergencias y primeros auxilios y en diversos proyectos solidarios y de ayuda social.

La asociación entiende que en la consecución de sus objetivos es esencial la colaboración con otros organismos con los que comparta objetivos. Para ello, se adhiere a la plataforma papageno.es, cuyo objetivo es crear espacios de encuentro entre instituciones y organizaciones en la prevención y postvención de la conducta suicida.

De esta forma, ambos colectivos expresan su interés en organizar y participar en actividades orientadas a mejorar las competencias de las personas y los grupos a afrontar el estrés relacionado a situaciones de catástrofe o emergencia y disminuir el riesgo de suicidio en estos contextos. 

Tanto a PREEI como a papageno.es les une tanto el interés por la formación, como la visión de que los problemas complejos necesitan de abordajes multidisciplinares y de trabajo en red, por lo que se ponen en disposición de aprovechar las sinergias que el curso de las actividades de ambos puedan mejorar sus resultados.

 


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Prevención de la conducta suicida en la comunidad escolar

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Si el suicidio está rodeado de estigma y es un tema tabú, cuando se trata la conducta suicida en la infancia o la adolescencia, este problema se agrava.

Y eso a pesar de que el suicidio es una de las principales causas de mortalidad a esas edades y además prevenible. Por eso la escuela, donde pasan buena parte de su tiempo, constituye un medio ideal para la prevención de conductas autolíticas.

Para reducir la probabilidad de aparición de este tipo de conductas existe consenso en actuar sobre los factores de riesgo de mayor prevalencia. Una de las causas o factores de riesgo es el acoso escolar, que está detrás de muchos casos de muerte por suicidio en estas etapas de la vida. Esta conducta de maltrato continua y deliberada toma diversas naturalezas y finalidades y puede tener como consecuencia más grave el aislamiento social de la víctima. El acoso es producto de la acción de uno o más compañeros agresores y de la ignorancia o pasividad por parte del resto de la comunidad educativa. Como consecuencia, puede aparecer bajo rendimiento escolar y autoestima o aumentar la aparición de conductas suicidas. 

Pero también hay otros muchos factores que se pueden relacionar con mayor probabilidad de aparición de pensamientos suicidas, como la presencia de trastornos mentales, los intentos previos, la impulsividad, la desesperanza, el estrés familiar, la accesibilidad a métodos letales o las crisis personales. 

La prevención de las conductas suicidas en estas edades pasa por detectarlas de forma precoz dentro del núcleo familiar o la escuela ya que es poco probable que pidan ayuda directamente. Esto nos lleva a la necesidad de conocer los signos que pueden predecir su aparición. En este sentido nos encontramos con las amenazas suicidas ya sean directas o indirectas, la presencia de notas o planes suicidas, los arreglos típicos del final de la vida, expresar preocupación por la muerte y los cambios bruscos conductuales, de apariencia, de forma de pensar o emocionales.

Cuando se detectan pensamientos, ideación o planeación suicida el objetivo esencial es mantener la seguridad alrededor de la persona afectada, restringiendo la accesibilidad a medios para efectuar la conducta suicida y evitando que se quede solo, con el acompañamiento de personas de confianza. Es importante el control emocional para mantener la calma y no dejarse llevar por las emociones, evitando un tono acusatorio o de enjuiciamiento. Es útil preguntar directamente y sin ambages sobre las intenciones de el/la joven, mostrando preocupación por su bienestar y mostrando confianza y esperanza en que la situación pueda resolverse de forma satisfactoria. Nunca deben mantenerse los pensamientos suicidas en secreto, sino que deben ser puestos en conocimiento de algún adulto cuidador, buscando la ayuda de recursos de salud mental en el menor plazo posible.

Probablemente sea imposible reducir la conducta suicida a cero en estas edades. Sin embargo, no debemos olvidar como hemos comentado que el SUICIDIO ES UNA CONDUCTA PREVENIBLE y que por lo tanto todo el esfuerzo que dediquemos a su prevención salva vidas. La escuela es, además, el entorno preventivo básico en la infancia y adolescencia por lo que sería interesante que los centros docentes implementaran programas preventivos en este sentido.


 

PARA SABER MÁS

La plataforma 45sindespidos.org se adhiere a papageno.es

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La PLATAFORMA CUARENTA Y CINCO SIN DESPIDOS, “P45SD”, creada en 2017, es fruto del trabajo de un grupo de militares de tropa y marinería españoles decididos a mejorar su situación, especialmente por los perjuicios de la finalización de los compromisos de larga duración a la edad de 45 años y de sus dificultades para incorporarse al mercado laboral por la falta de seguimiento y formación. Como consecuencia de este hecho cada año quedan en el desamparo muchos profesionales.

Con este fin y como manera de defender los derechos de este colectivo militar, nace esta asociación que tiene el firme propósito de mejorar su calidad de vida y que está profundamente preocupado por las consecuencias de su situación y con especial atención a la salud psicológica y a la prevención de conductas suicidas.

Por otro lado, Papageno.es es una plataforma de profesionales preocupados y ocupados en la prevención de la conducta suicida en la sociedad en general y en especial en colectivos con mayor vulnerabilidad. Ahora 45sindespidos.org y papageno.es unen sus esfuerzos para promover actividades de prevención de la conducta suicida que ayuden a este colectivo a mejorar sus recursos de afrontamiento individual y grupalmente, así como promover la investigación sobre las causas que están detrás de este fenómeno.

 

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El suicidio en las situaciones de privación de libertad: 460 suicidios en España (2000- 2017)

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El suicidio afecta a hombres y mujeres de todos los estamentos sociales, a ricos y a pobres, en todas las etapas de la vida, países y culturas. Sin embargo, las tasas de suicidio parece no distribuirse de forma homogénea en la población, afectando de forma más intensa a diferentes colectivos entre los que se encuentra el de las personas privadas de libertad.

Dentro de los centros penitenciario el estigma se convierte en norma. A la comisión de delitos socialmente reprobables, se une la enfermedad mental y las adicciones, las dificultades de integración en ambientes multiculturales, la frecuente falta de apoyo social, el aislamiento y la soledad y las duras condiciones de vida para conformar un caldo cultivo que unido a la falta de recursos de afrontamiento provoca una mayor necesidad de prevención de las conductas suicidas.

A nivel mundial, los países nórdicos son los que presentan mayores tasas de suicidio en población reclusa. A la cabeza estaría Noruega que presenta un riesgo 10 veces superior de suicidios en personas privadas de libertad que en la población general. En España la diferencia sería de 3,7 veces. En México, durante 2016 hubo 57 suicidios en este ámbito. 

 

En España, en 2017 había 58.814 personas privadas de libertad en centros penitenciarios, de los que el 92% era hombres. Desde 2000 hasta 2017, 460 personas han fallecido dentro de las prisiones por suicidio. 1 de cada cinco suicidios ha ocurrido en centros penitenciarios andaluces. La segunda comunidad autónoma con más muertes por suicidio es Castilla y León. 

 

Como en todos los casos de conducta suicida, las causas pueden ser múltiples. El Programa Marco de Prevención de suicidios de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias señala entre las causas la afectación psicológica de la detención, el encarcelamiento y el estrés de la vida cotidiana dentro de las prisiones en personas vulnerables y con menos habilidades de afrontamiento. Esto parece estar afectado a su vez por la naturaleza del delito cometido, por la aparición en medios de comunicación, la pérdida de relaciones familiares y sociales,  la existencia de enfermedad mental, el consumo de alcohol y drogas y el historial previo de conductas suicidas. Factores importantes en la incidencia podrían ser también la sobrepoblación de las instituciones y la ratio entre reclusos y personal penitenciario.

En este sentido, la OMS concluye que el suicidio en estos entornos es prevenible, por lo que recomienda la implementación de programas integrales de prevención del suicidio en los centros penitenciarios a nivel mundial. Pese a las dificultades para predecir los suicidios en personas privadas de libertad, los profesionales que desarrollan sus funciones en centros penitenciarios son personas clave para la identificación, evaluación y tratamiento de la conducta suicida.  

Dada que la finalidad de nuestra Administración Penitenciaria, definida en la Constitución Española y en la Ley Orgánica General Penitenciaria, se resume en la reeducación y reinserción social,  la retención custodia de detenidos, presos y penados y su asistencia y que el suicidio es una de las principales causas de mortalidad de nuestros centros la prevención de este tipo de situaciones se hace vital para el cumplimiento de sus objetivos.


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Chrysallis, Asociación de Familias de Menores Transexuales, se adhiere a la iniciativa papageno.es

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Chrysallis, Asociación de Familias de Menores Transexuales, nace en España en verano de 2013, con la finalidad de encontrar respuestas que no acababan por llegar, producto de la insuficiencia de la legislación y de la labor de la administración a la hora de afrontar las necesidades nacidas del sufrimiento evitable de los menores transexuales en nuestro país. Con idea de ocuparse de encontrar soluciones, nació Chrysallis, que fue adquiriendo conocimientos, estableciendo diálogos con personas transexuales adultas, generando sus propias herramientas, los protocolos de acompañamiento y actuación y estableciendo alianzas entre profesionales de todos los ámbitos y con otros colectivos o movimientos sociales. En resumen, dando visibilidad…

Chrysallis es una asociación viva y que ha ido creciendo de forma continua, dando lugar a la creación de las diferentes Asociaciones Territoriales que permiten trabajar teniendo en cuenta las particularidades propias de cada zona.

Papageno.es  es un colectivo de profesionales sin ánimo de lucro con la finalidad de prevenir la conducta suicida  que tiene especial sensibilidad con los colectivos vulnerables y las desigualdades sociales en salud. 

En el día de hoy, Chrysallis se adhiere a la iniciativa promovida por papageno.es y ambos colectivos se ponen en disposición de trabajar y aprender juntos para afrontar los retos y mejorar la atención del colectivo de menores transexuales. Porque la ignorancia es la peor de las enfermedades y la lucha por un mundo más justo, la mejor medicina.


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